martes, 13 de diciembre de 2016

¿QUÉ ES EL KARMA?



El Universo en el cual estamos insertos es muy complejo, y antes de definir que es el Karma, es necesario considerar algunas premisas básicas, sobre las cuales fundamentar el posterior desarrollo de los conceptos a verter aquí.
La Creación o Universo es un todo organizado y ordenado; por esta razón los antiguos griegos lo denominaron “Cosmos”, que justamente en griego significa orden; al contrario de “Caos”, que significa anarquía o desorden.  La ciencia tradicional con sus progresivos descubrimientos revela cada vez más esto del orden universal. Cada cosa tiene una razón de ser y cumple una función determinada en un orden establecido por “El Creador”.  Las relaciones entre los distintos componentes de este vasto universo parecen estar determinados por ciertas reglas completas y totales; de hecho en el esoterismo desde hace mucho tiempo se conoce esta realidad, y es así como se conocen las “Leyes Universales”, es decir aquellas directrices que actúan en todos los planos de manifestación de la creación, y que por lo tanto posibilitan que este Universo se presente como tal y no degenere y llegue al caos.
 

 La Creación en forma completa tiene muchos matices de expresión, lo que se refleja en una gran gama de niveles de existencia; todos los cuales obedecen a estas “Leyes Universales”. La creación posee distintas dimensiones las cuales interactúan entre sí conformando en andamio perfecto para su completa expresión, y las Leyes Universales son las energías que permiten que esta estructura se sustente no sólo en la forma, sino que en funcionamiento perfecto.
El Karma es una de esta Leyes Universales, y el término proviene del sánscrito, y una traducción del concepto vendría a ser como hechos producidos por las acciones; lo que grafica exactamente el concepto que encierra esta ley; en palabras más accidentales el karma no es otra cosa que la Ley Universal de Causa y Efecto, o bien el Destino; es decir, toda causa genera uno o más efectos, y cada efecto proviene de una causa. De esta manera todas las cosas están íntimamente entrelazadas en una continua y compleja cadena de causas y efectos, los que a su vez nuevamente se conforman en causas para generar más efectos y así sucesivamente por toda la magnitud de la Creación.
Esta ley al ser universal se verifica en todas las dimensiones o niveles de expresión del vasto cosmos o creación, no solamente actúa en el nivel físico, en donde muchas veces se le reconoce como la ley de acción-reacción que enuncia la mecánica y la cinemática, dentro del campo de la física; sino que también se produce en aspectos que van más allá de lo físico y material, como son el energético más sutil, el anímico o afectivo, el mental, y aún en aquellas dimensiones trascendentes y espirituales.
Y he aquí que tenemos que detenernos otro momento en el análisis de esta ley propiamente tal para desarrollar otra premisa necesaria, para posteriormente unirla con la ya expuesta referente a las Leyes Universales y la condición de tal del karma; este nuevo postulado es la evolución de la consciencia.
El Creador al realizar su Creación tuvo una finalidad u objetivo final para con ella. Las razones que tuvo para realizarla son imposibles de conocerlas; ya que ello implicaría pretender conocer al Creador mismo, lo que está fuera de nuestro alcance, esta es la razón por la cual en las Escuelas de Iniciación es absurdo tratar de imponer una idea o concepto respecto a Dios. No obstante, podemos esforzarnos en conocer su Creación, y es más el ser humano está llamado o por lo menos tiene las potencialidades para conocerla ampliamente, y así transformarse en un ayudante consciente y voluntario para que esta creación logre su objetivo o finalidad. Pero, la pregunta obvia que surge es ¿cuál es ese objetivo universal de la creación?; la enseñanza esotérica e iniciática simplemente lo plantea como la reintegración de todo a su origen divino. Explicado en otras palabras, El Creador crea Su creación y para ello entrega parte de su esencia, la que debe involucionar o cristalizar hasta lo más denso para poder cumplir el objetivo, posteriormente debe comenzar el camino de la sutilización, el camino inverso: la evolución. La materia sólida debe comenzar a sutilizarse y de esta manera surgen nuevos reinos y dimensiones, como son el vegetal y el animal; cada vez más sutiles y evolucionados, pero aún no aparece la autoconsciencia. Esta última etapa sólo se logra, en nuestro planeta, en el reino humano; y desde aquí es necesario proseguir evolucionando para finalmente retornar a Dios en total y completa consciencia de las acciones y de lo que está pasando. Este camino de sutilización o evolución es lo que llamamos la “evolución de la conciencia”.
El reino humano alcanza un estado especial en este camino ya que posee la posibilidad del conocimiento de la ley del karma, es decir tiene la conciencia suficiente para poder actuar con ella o contra ella, se transforma en un ser conocedor de lo que está haciendo, y por lo tanto puede transformarse en el señor de su propio destino.



Por otra parte cada persona viene a esta vida a aprender. El camino de evolución de la conciencia es a través del aprendizaje en esta vida, ya sea que se crea en la reencarnación o no; cada cosa que internalizamos como producto de la experiencia nos permite ascender un peldaño más en el camino de evolución de la conciencia, hasta que finalmente llega un momento de dar un salto evolutivo cualitativamente significativo, pasando a una dimensión o reino superior totalmente distinto y más elevado al que se deja y acortando de esta forma significativamente el Objetivo final: la reintegración al Creador.
El karma es la herramienta principal sobre la cual aprendemos y desarrollamos experiencia, lo que a su vez nos permite expandir la conciencia.
Cada uno de nosotros es el producto de las causas anteriores, en nuestras manos está la posibilidad de construir nuestro destino, por lo que el azar y la suerte ya no existen como conceptos ajenos a nuestra influencia; nosotros hacemos nuestra propia suerte.  Se cosecha lo que se siembra, somos el resultado de nuestras acciones pasadas. Así por ejemplo nuestra vida de adulto depende de los acondicionamientos y prejuicios que hayamos adquirido en la infancia. Nos encontramos limitados por los traumas que podamos haber adquirido. También hemos desarrollado algunas cualidades gracias a una adecuada educación y a que se nos hubiera proporcionado adecuadas situaciones de aprendizaje.
El karma puede ser cancelado. Una toma de conciencia de lo ocurrido en el pasado, una evaluación de eso, nos permite aprender y no quedar determinados. Al venir a esta vida a aprender, debería ser motivo de alegría adquirir experiencia y aprender nuevas cosas, lamentablemente los acondicionamientos negativos adquiridos en forma errónea respecto al proceso de aprendizaje eliminan ese gusto natural por él. El temor al fracaso nos inhibe generalmente a tomar la experiencia o aprendizaje necesarios. Si nos vemos enfrentados a una situación problemática, la única forma que tenemos de aprender es enfrentándola y llevándola a término. Si finaliza como esperábamos aprendemos que así debe hacerse, si termina de otro modo nos sirve para aprender que debemos intentarlo de otro modo. Cada intento que no llega al objetivo propuesto nos acerca a la solución correcta: nos acerca al ÉXITO.
Si hemos de creer en la reencarnación, en donde venimos una y otra vez a este mundo a experimentar y a aprender, entonces el karma se transforma en la herramienta utilizada para el perfecto aprendizaje; ya que es justamente éste quién nos está enrostrando constantemente las situaciones que aún no hemos internalizado y nos las hace vivir nuevamente, hasta que definitivamente las superemos. Por tanto, en anteriores vidas acumulamos karma negativo en el sentido de experiencias no evaluadas, de acciones no realizadas correctamente y no aprendidas. Solamente a través de muchas vidas el alma podría aprender todo lo necesario y reintegración al Creador. Este postulado incorpora la Justicia divina al sistema de existencia, ya que solamente así se puede explicar las diferentes situaciones en las que nacen los distintos seres humanos, sin que aparentemente nada hayan hecho para merecerlo. El karma se extiende más allá de una vida de 80 o 90 años, para seguir vigente en las vidas que siguen, y solamente cancelando o pagando las deudas contraídas es cuando ya no se volverá a sufrir más los efectos de las causas establecidas en el pasado.
Además de cancelar karma es necesario también diseñar nuestro propio destino, ya que la conciencia adquirida para cancelar las deudas, también nos debe servir para poder tener dominio de nuestro destino. Para esto es necesario saber obrar bien y en conciencia. Cada cosa que hagamos, sintamos, digamos o pensemos ahora necesariamente repercutirá en algún efecto hacia nuestra persona, tarde o temprano, por ello que en conciencia debemos ir acercándonos a nuestra propia suerte o destino; solamente así seremos Amos y Señores de nuestras vidas.
Las Escuelas de Iniciación facilitan la aceleración de la cancelación del karma, ya que todo iniciado puede ingresar a este camino solamente si está dispuesto a ir mejorando aceleradamente, y con ello estar pronto a punto para la ayuda y servicio a los demás, y para la posterior reintegración. Todo estudiante que ingresa a una Escuela de Iniciación Real, sufre, en un primer momento, el agobio de tener que enfrentarse a numeroso problemas; pero esto es desde el punto de vista particular de quien lo experimenta, en realidad no existe nada malo, como muchos quieren creer, y por ello no abandonan rápidamente el camino acelerado de desarrollo de la conciencia. Simplemente la persona ya está en condiciones de enfrentar y cancelar intensivamente su propio karma y vive dos o tres veces lo que vive una persona que sigue la evolución de la conciencia standard. Sin embargo, por el hecho de pertenecer a una Escuela de Iniciación, no está desvalido ni mucho menos, ya que se le otorgan las herramientas necesarias para poder enfrentar tan dura prueba, así como los participa de elementos sutiles de protección dados por la cadena iniciática a la cual ha accedido. Luego de un tiempo las cosas ya se estabilizan, pero no es porque la vorágine de cancelación de karma haya disminuido, sino que tan sólo el iniciado se acostumbra a la nueva dinámica en su vida y recobra nuevamente el equilibrio, pero solamente para perderlo más adelante cuando tenga que enfrentarse al Guardián del Umbral, cosa inevitable para ingresar a los estudios y conocimiento de los Misterios Mayores, los misterios del alma. La batalla con este terrible ser se producirá en una dimensión psíquica y solamente aquel que sea lo suficientemente fuerte podrá superarlo o si no sucumbirá para caer nuevamente en la realidad estéril y superficial, hasta que se le dé nuevamente otra oportunidad de combatir con él.
ALV.



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