En forma burda podríamos decir que existen tres posiciones con
respecto a la vida, a saber:
— Posición materialista. En ella,
se plantea que la materia es lo único real en esta existencia, y que si bien,
tenemos conciencia mientras estemos viviendo, esto lo perdemos una vez que
morimos, ya que la materia cambia y se transforma en otro elemento. Esta teoría
puede ser muy procaz y burda como el hecho de pensar que sólo la materia
existe, y una vez que se destruya este universo material, nada existirá; hasta
teorías materialistas mucho más refinadas en las que se postula que la materia
posee todo un trayecto evolutivo, y siempre se está transformando en algo
superior o mejor de las formas que le antecedieron; pero sin embargo siguen
manteniendo, estas posiciones, la idea de que todo reside en la materia, y que sin
ella nada existe. Según esto último la conciencia sería sólo una expresión más
sutil de la materia, y aunque esta última evolucione, no necesariamente debe
pensarse en que existe una continuidad de conciencia más allá de la muerte
física.
— Posición
teológica. Esta postula que existe una dicotomía en la existencia:
cuerpo o materia, y el espíritu o esencia. La primera sirve a la segunda, y la
segunda puede conocer y aprender sólo gracias a la primera. Sin embargo, en el
caso de la vida humana, la parte más trascendente emana de un mundo superior, y
se envuelve de materia durante una vida. Al morir esta envoltura esta parte
esencial vuelve a su origen y allí será juzgada por la eternidad de acuerdo a
su desempeño mientras estuvo encarnada.
— Posición de
renacimiento. Básicamente es igual a la anterior, con la única y gran
diferencia, de que no sólo se encarna una vez, sino que muchas veces, de tal
manera que esta parte perenne y trascendente que todos tenemos puede ir
aprendiendo en base a distintas experiencias, durante sus diversas
encarnaciones, y finalmente volver a su origen divino, habiendo aprendido en conciencia
todo lo que Su Creador ha querido que sea. La teoría evolucionista de la
materia postulada por el Marxismo, se desplaza a una del espíritu, según los
reencarnacionistas.
Por supuesto que cada una de estas posiciones posee un sinnúmero
de modalidades e incluso muchas veces pueden estar mezcladas, pero lo importante
a considerar ahora es que independiente de las teorías que puedan existir,
probar la existencia de una sobre las demás es algo totalmente imposible, ya que
es algo netamente vivencial y de profunda convicción de fe. Es más, una misma
persona que en forma seria y responsable busque las razones de la existencia,
seguramente pasará por distintas apreciaciones a lo largo de su vida, y
posiblemente, tampoco finalmente tendrá la verdad absoluta; porque esta no
existe al nivel en que nos desenvolvemos, esta verdad total solamente existe en
la divinidad, y cada uno de nosotros por muy evolucionado que este no es Dios
precisamente.
Lo importante de todo esto es que, cualquiera sea la teoría
o la creencia que tengamos con respecto a la vida, nos sintamos cómodos con
ella, seamos consecuentes con lo que ella plantea, y no desvaloricemos los
planteamientos de las demás personas, ya que cada uno tiene su verdad.
Tomando en cuenta estos asuntos preliminares echemos un
rápido vistazo a algunas cuestiones de la teoría reencarnacionista, sin que por
ello demos por hecho su realidad; eso cada uno lo tiene que dilucidar en su
fuero interno.
Una de las primeras cosas a tomar en cuenta al estudiar la posibilidad
de la reencarnación es el Karma, o Ley de Causa y Efecto, que no dice otra cosa
que a cada causa existe un efecto, que cada acción trae aparejada una reacción.
Esto es fundamental en esta cuestión ya que cada esencia, alma, individualidad,
espíritu o como queramos llamar a esa parte inmortal que reencarna sucesivamente,
viene a este mundo material a aprender y como medidor de ello está el karma que
cada uno va adquiriendo. Es decir, cada uno va forjando su propio futuro y cada
uno va aprendiendo a ser un ser humano íntegro de acuerdo a la propia ruta que
se va abriendo según su comportamiento.
De acuerdo a esto último, la teoría de reencarnación es muy
justa, porque las condiciones ambientales, sociales, físicas en que cada alma
renace dependerán de las propias acciones que ha desarrollado en las
existencias terrenales anteriores.
Además del Karma, existe el Dharma, otro término oriental
que designa a los pasos a seguir para poder desarrollarse completamente, en
otras palabras el camino que queda por recorrer para llegar a ser un ser humano
completo. Este término oriental ha sido mal interpretado por los occidentales,
y en alguna forma se habla de él como el destino, pero en realidad no es
precisamente el destino tal cual lo tenemos conceptualizado en nuestra cultura.
Para referirnos a estos dos conceptos y como afectan los ciclos
de reencarnación podemos decir que karma es todo aquello que se debe
"cancelar o pagar", para que, una vez hecho esto podamos ser más
grandes y sobre todo libres. El dharma en cambio son las cosas que ha de
hacerse para así ir alcanzando la ansiada libertad. En el fondo ambos conceptos
son en realidad uno solo. Nada más depende del enfoque que se le quiera dar a
esta Ley de Acción y Reacción. El enfoque negativo de ella es el karma y el
enfoque positivo es el dharma o como es llamado también karma positivo Pero
este tema lo trataremos seguramente más "in extenso" en otra oportunidad,
en forma exclusiva.
Volviendo a los ciclos de reencarnación, de acuerdo a la
carga kármica de cada individualidad, esta se encarna en una nueva personalidad,
porque está le brindará las oportunidades necesarias para poder conocer y
aprender lo que le corresponde. Según algunas teorías reencarnacionistas
plantean que el escoger a la nueva personalidad a la cual se volverá a vivir en
este mundo depende de una relación directa de causa y efecto a su vez, es
decir, automáticamente, dependiendo de los que se haya hecho en la vida anterior,
volverá a vivir la nueva vida, e incluso algunos plantean que no necesariamente
como ser humano. Por ejemplo, si uno en una vida es un glotón insaciable, y
hasta priva egoístamente la comida a otros para saciar su gula, en forma
automática en una próxima vida, puede encarnarse en una persona de grandes
privaciones de comida, o simplemente en un animal como es un cerdo. Vemos, que
la motivación más importante de su vida anterior determinó en forma automática
la forma de la nueva vida.
Otras teorías plantean que el individuo u alma decide a conciencia,
una vez que ha desencarnado (muerto), en otros planos más sutiles de
manifestación y una vez que ha hecho un examen de lo aprendido en su última
encarnación, en qué condiciones le convendría volver a reencarnar, tomando en
cuenta que es lo que le falta aún por aprender.
Existen también teorías que incorporan ambos puntos de
vista, es decir para aquellas almas que aún no son lo suficientemente evolucionadas
(almas jóvenes), la decisión es más o menos automática, e incluso no tienen
mayor conciencia de su paso por los planos más sutiles después de su muerte, es
más algunos plantean que mientras menos evolucionada es un alma, el tiempo que
están desencarnados en planos sutiles es significativamente menor que aquellas
que poseen una mayor evolución y conciencia. Por otra parte las almas
evolucionadas podrían ya ellas de por sí escoger sus próximas vidas, con ayuda
de algunas entidades guías sutiles o Maestros Espirituales, los cuales se
ayudan al Plan Universal desde esos planos más sutiles de manifestación.
Otra cosa importante de considerar es que suponiendo que la
teoría de la reencarnación sea cierta, ¿reencarnamos en cualquier cosa animada o
inanimada, o solamente en seres humanos? La verdad es que algunos
reencarnacionistas plantean, especialmente corrientes hinduistas antiguas, que
es posible experimentar un retroceso en la evolución, y encarnar en un animal,
insecto o vegetal. Pero por otro lado, están aquellos iniciados que plantean que
si uno ha llegado a existir en este momento como ser humano en esta oleada
creativa, no puede o difícilmente se puede volver atrás, en el peor de los
casos el desarrollo se estanca, no avanza, pero no se puede perder lo que ya se
ha adquirido.
Desde un punto de vista esotérico se postula que la
creación proviene de un origen divino, y que desde ese momento, la finalidad de
ella es justamente volver a ese origen, pero en conciencia, para lo cual se
desenvuelve todo un plan de evolución del cual, evidentemente formamos parte.
En esta creación se plantea que existen distintos niveles o estratos de
existencia, que van desde los más densos e inconscientes, hasta los más sutiles
y plenos de conciencia divina. La gran maravilla en esta oleada de evolución es
que todo está en condiciones de mejorar y de ir acercándose a su origen, pero
en total conciencia del camino recorrido. De esta manera se establecen
"reinos", tales como el mineral, el vegetal, el animal, el humano y
otros, que justamente son peldaños en esta escala evolutiva. Este camino de
acercamiento al Origen tiene un solo sentido, y naturalmente aquella entidad
que ya ha alcanzado cierto rango o desarrollo de conciencia es improbable que
pueda devolverse a un rango anterior, eso sería totalmente ilógico, inoficioso
e injusto; ya que si una entidad o ser ha logrado llegar hasta un peldaño de
esta escalera es porque se lo ha ganado, su parte esencial ha comprendido las
distintas lecciones que eran necesarias para llegar hasta aquí, y en esta
oleada de creación, ya no se podrá volver atrás. Por esta razón es que al
plantear la teoría del renacimiento o reencarnación se dice que es poco probable
o imposible que un ser humano pueda reencarnar en un reino distinto y menos
evolucionado que el que le corresponde, como podría ser el animal, el vegetal o
el mineral. Sin embargo, es necesario tomar en cuenta que dentro de un escalón
evolutivo o reino existen a su vez diferentes sub-divisiones, como por ejemplo
una persona con retardo mental severo y el genio, pertenecen al mismo reino, al
humano. Y en este último caso vale la pena preguntarse ¿se podrá volver o
retroceder dentro de un mismo reino?
Pasando a otro aspecto de la teoría de le reencarnación,
como el principal objetivo de un alma en encarnarse es el de aprender, hasta
que el "curso" o "carrera" de "SER HUMANO" haya
sido completada es aprender, naturalmente esto se hace a través de la experiencia
y la evaluación de ella; por esta razón es que al parecer en cada uno de
nosotros existe una parte en donde se guardan nuestras experiencias de la vida
que estamos viviendo. Algunos rosacruces llaman a este punto "átomo
simiente", y lo ubican en el corazón, pero no en la parte física,
sino que más bien en la contraparte etérica e incluso astral de nuestro ser.
En este punto se archivan nuestras experiencias, o todos
los aconteceres de nuestra vida, y al parecer después de la muerte física, se
despliega a nuestra conciencia más clara y limpia, y de esta forma podemos ver
y evaluar como ha sido nuestro aprendizaje frente a los acontecimientos de
nuestra última vida, dependiendo de los resultados de esta evaluación, es que
el alma en otros planos en donde existe una mayor claridad y está libre de los
engaños e ilusiones del mundo material y de los apegos emocionales y mentales,
decide que necesita aprender en su próxima vida y decide en donde encarnar.
Este período de evaluación de la vida que se terminó, es lo que posteriormente
los cristianos ortodoxos y para los no iniciados llamaron el "cielo",
"el purgatorio" o "el infierno"; dependiendo solamente de
la cantidad de errores cometidos, la rapidez para asimilarlos y la capacidad de
conciencia.
En forma operativa podemos ayudarnos a pasar este trance de
evaluación en la mejor forma posible desde este mismo momento y no necesariamente
debemos esperar a estar muertos. Toda nuestra vida podemos ir preparándola para
este momento y para que sea aprovechado en la mejor forma posible, no se
transforme en un "infierno" o un prolongado "purgatorio", y
rápidamente podamos seguir con nuestro curso de aprendizaje de "ser
humano".
La mejor práctica sugerida para estos fines es la introspección
evaluativa de nuestro actuar diario. Este ejercicio se ha realizado en forma
prevalente por todas las escuelas de iniciación en la historia del planeta, es
más aún es uno de los ejercicios, sino el más, importantes que aún existen para
el desarrollo y crecimiento real.
Existen muchas maneras o formas de realizar estas
prácticas, lo importante es decidirse a adquirir el hábito y realizar una de ellas
de por vida, y trabajar con ellas. Yo he aprendido principalmente dos que se
realizan en forma escrita y una tercera que se lleva a cabo sobre la base de
las otras dos, pero en forma posterior.
La primera que sugiero se realice para ir consiguiendo el hábito
es la "Retrospección", con el formato que ya hemos dado en otras
ocasiones: Hora — Evento — Estado — Evaluación — Comentarios (si se consideran
necesarios) — Puntaje (al trabajar sobre un aspecto a modificar). No entraré
más en detalle sobre esto porque ya lo hemos considerado, y seguramente lo
volveremos a ver como tal y en esa oportunidad lo desarrollaremos más in
extenso.
Una vez que ya se haya hecho el hábito de realizar
diariamente estos formatos de retrospección, digamos unos seis meses por lo menos,
se puede ingresar a otro método escrito más libre, que es el "diario de
vida", en donde diariamente en forma libre cada uno escribe sobre lo
acontecido en el día y describe especialmente sus estados con respecto a los
eventos, así como la evaluación que merece cada uno de ellos. Finalmente se
cierra con una evaluación general de la jornada.
Finalmente una vez que se ha interiorizado bien la idea de
la retrospección, especialmente como un concepto ligado de introspección y
evaluación, podemos dar paso al tercer método, el cual nos acompañará de por
vida, en el cual todo esto se realiza en forma mental, en el momento de irnos a
dormir.
Al hacer estas retrospecciones bien hechas vamos abriendo y
elevando nuestra conciencia, porque vamos cancelando el karma que pudimos ir
almacenando durante el día, y por esta razón vamos adelantando para nuestro
examen al terminar una vida, cuando en esa retrospección final nos muestren que
cosas hicimos bien y que mal. Este es el mismo Concepto de arrepentimiento que ofrecen
muchas religiones, como conocido es el caso para la mayoría de nosotros de la
Iglesia Católica. Pero, ese arrepentimiento no sólo implica eso, sino que
también una comprensión real de por qué estuvo mal hecho, ya que sólo así
realmente la persona habrá aprendido la lección.
Ejercicios para aclarar la conciencia y hacer recordar al
alma reencarnaciones en vidas anteriores, también tienen relación con el
ejercicio de la retrospección, porque si bien comenzamos regresando en nuestro
interior por espacio de un día, poco a poco podemos ir ampliando este plazo, y
de hecho lo ideal en una etapa más avanzada en los estudiantes de una Escuela
de Iniciación, es que esta retrospección abarque toda su vida, ya que así se
puede llegar nítidamente a los primeros años de nuestra vida, en donde se graban
más sólidamente todas aquellas cosas que determinan nuestra forma de ser. Pero,
una vez logrado esto satisfactoriamente, el estudiante ya entrenado en retroceder,
puede comenzar a recordar con la mente o con el sentimiento acontecimientos de
vidas anteriores.
Otro ejercicio que ayuda a recordar vidas pasadas, especialmente
luego de haber adquirido hábito y habilidad en la retrospección, es el análisis
de los sueños, ya que en estos el subconsciente se rebela a nosotros en un
idioma simbólico, y nuestra relación con la parte trascendente de nuestro ser
debe ser mediada en alguna forma por nuestro subconsciente. La meditación
también es una práctica importante para lograr despertar recuerdos de vidas pasadas,
desde el momento que permite una ampliación de conciencia, pero también
presupone una habilidad de retroceder en el tiempo que se logra con la práctica
de la retrospección.
La hipnosis puede aparecer como una práctica más fácil,
desde el momento que no necesariamente se necesita haber trabajado previamente,
ni haber adquirido ninguna habilidad, tan sólo se requeriría un operador
eficiente; sin embargo, para mí tiene sus peligros y reparos, especialmente en
lo referido a que todo el conocimiento extraído por hipnosis no nos servirá de
mucho, porque no es algo obtenido por nuestra vivencia o experiencia de nuestro
trabajo, al mismo tiempo surgirá la duda si lo manifestado a través de esta vía
es verdadero o es una ilusión, a diferencia de la otra forma en que existe por
el trabajo desarrollado una convicción y un conocimiento interno que es
verdadero y que actuará como una valor de existencia irrefutable.
En este mismo plano caen aquellas personas que por diversos
métodos (interpretación de aura, lectura de cartas u otros símbolos, astrología,
etc.) ofrecen revelarnos nuestras vidas anteriores. Independiente de creer si
es verdad o no lo que dicen, todo ello es algo ajeno, no forma parte nuestra, y
si lo incorporamos debemos realizarlo a costa de una gran fe, con el consiguiente
riesgo que haya un pequeño o un gran error.
Un iniciado sabe que no vale la pena discutir sí existe o
no la vida después de la muerte, o si existen periodos de renacimiento; ya que
él lo sabe por conocimiento directo logrado después de mucho trabajo y
sacrificio, pero este tesoro que ha conquistado no puede dárselo a nadie, Cada
uno lo debe ganar.
ALV