Además de este artículo, en este número se publicaban:
- Construyendo el futuro desde ahora.
- Todo lo creado es producto de la actividad mental.
- La aventura de conocerse.
Si bien es cierto, datan ya decenas de años desde la aparición de este artículo, pienso que tiene valores que no pasan de moda, menos en una escuela de iniciación. Si es necesario tomar en cuenta que estas publicaciones estaban referidas a todo público, por lo que sólo es un desarrollo muy general y sin mayor profundidad del tema en cuestión, pero puede servir de base para investigaciones más profundas al respecto.
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Quizás si una de las más antiguas y profundas interrogantes
de la humanidad a través de su historia sea: ¿a qué venimos a este mundo?
¿Tenemos alguna misión especial o simplemente es obra de la casualidad?
Al contestarnos satisfactoriamente esta pregunta daremos con
el propósito de la vida y de nosotros mismos. Sin embargo, para aceptar que la
vida tiene un propósito o finalidad debemos partir de la base de que nada
existe al azar y que formamos parte de un Plan cuidadosamente ideado. En caso
contrario, la vida no sería nada más que un evento accidental sin mayor
trascendencia.
Antes de seguir adelante en el por qué venimos a este mundo,
veamos cual podría ser ese Plan o Propósito.
A pocas personas les es desconocido el hecho de que formamos
parte de un gran Cosmos o Universo. Que vivimos en un tercer planeta de un sistema
solar mediocre ubicado en los aledaños de una galaxia como tantas otras
existentes en este Universo. Diga este Universo porque recientes postulados o
teorías científicas establecen las posibilidades que existan otros Universos como
el nuestro.
Todo esto bastaría para darnos una idea de lo ínfimo
que somos con respecto al resto de las cosas.
No obstante, el Universo ser tan vasto,
es interesante ver como existe en él un equilibrio y orden perfectos. De hecho
la palabra Cosmos, con la que los que los griegos bautizaron al universo
significa orden. Esta característica puede haberse dado por casualidad, sin embargo,
es más dable pensar que fue creada por una inteligencia tan portentosa que ni siquiera
la podemos imaginar. Pero el hecho de no poder comprender o imaginar algo, no significa
que no exista. Un ejemplo claro es la electricidad,
que aunque no se podía ver y hasta hace poco los seres humanos no la podían comprender
y no la podían imaginar no era indicio de que no existiera.
Todo hace presumir que la Creación o el Universo, con nosotros
insertos en él, tiene una finalidad, va hacia alguna parte, que aunque sea ignorada
por nosotros no es indicio de que no exista.
Aún perdura el pensamiento antropocentrista, que aunque si
bien ha tenido que variar en algunas posiciones referente a los descubrimientos
científicos, se mantiene la idea de que el ser humano Juega un papel
importantísimo y fundamental dentro de la actual creación. Y debido a este
papel tan crucial, debe por consecuencia, ser el pináculo del desarrollo a
través del Universo.
A medida que más cosas descubrimos con respecto al Universo
que nos rodea, tanto el Gran Universo como el Pequeño Universo, más nos
asombramos y nos damos cuenta que somos solamente un pequeño rodamiento dentro
de una gran máquina, cuyas dimensiones escapan a nuestra imaginación. Todo esto
nos lleva a considerar que si nos cuesta imaginar esa gran maquinaria, es más
difícil comprender a Aquello que la construyó y la echó a andar.
A pesar de la imposibilidad de comprender con nuestra mente racional
el Gran Universo y Su Creador, es importante observar que los seres humanos
podemos intuir y comprender a través de otras formas la magnificencia de la
Creación de la cual formamos parte, lo que nos hará acercarnos mucho a su
Creador, que también es el nuestro. En otras palabras, los seres humanos tenemos
la posibilidad de darnos cuenta lo pequeños que somos, pero paradójicamente,
también podemos llegar a alturas insospechadas a través del pensamiento y de
los sentimientos.
La mayoría de los libros de sabiduría, algunos de los cuales
conforman la base doctrinaria de las distintas religiones que existen y han
existido en el mundo, señalan que el ser humano fue creado a imagen y semejanza
de Dios (cualquiera sea la concepción que se tenga de El) y que este Creador
depositó en las personas su hálito de vida y con ello definió la finalidad de
esa alma encarnada.
El propósito de la vida personal, que podríamos llamarla “vocación", es
decir, el llamado de la voz interna. A esto hace referencia la lámina número 20
del Tarot, llamada "El Juicio", en donde aparecen un hombre, una mujer
y un niño respondiendo al sonido de una trompeta tocada por un ángel desde lo
alto. Estos tres seres humanos se levantan desde unos ataúdes, por lo que se da
a entender que estaban muertos.
Esta llamada de la "trompeta" es la llamada de la
voz interna y superior de la vocación. En otras palabras, estas tres personas, que
abarcan todas las posibilidades del género humano, despiertan o resucitan al
sonido de algo que tiene el poder de hacerlos volver a la vida, este algo es el
descubrimiento del "tener que ser en la vida" , algo que toda la
humanidad ha buscado y busca afanosamente desde siempre.
También es importante considerar que antes de descubrir o escuchar
esta voz interna, las personas estaban muertas, es decir, estaban efectivamente
muertas en vida, ya que cumplían con sus necesidades básicas en forma mecánica
igual que un robot o un "zombi".
¿Cuál es la llamada interna que comienzan a sentir las personas
en la lámina, qué cosas le dice. Es algo muy sencillo, dice simplemente que el
ser humano está en este mundo para Amar, Servir y Aprender. Pero esta vocación
solamente se expresará en toda su plenitud no necesariamente una vez que
hayamos entendido sus conceptos, sino más bien que los hayamos internalizados y
sean parte de cada uno.
Esta vocación trina se puede desarrollar a través de
distintas actividades, que la humanidad ha dado en llamar ocupaciones, profesiones
u oficios. La forma en que se haga no importa, lo importante es descubrir estas
tres verdades que cada persona debe llegar a realizar en su desenvolvimiento
como ser humano.
Por lo tanto la forma de expresión de esta vocación puede ser
muy variada, y es conveniente que cada uno descubra aquella expresión que más
le acomode a sus intereses, temperamento, habilidades, etc. No obstante, no
debemos perder de vista el hecho de que no existe actividad u ocupación mejor
que otra, si consideramos que cada una cumple con la vocación interna y real.
Existen profesiones que en algún momento gozan de un mayor prestigio que otras,
sin embargo, una persona puede desempeñar dicha profesión, pero si no lo hace
con una intención y actitud de amar, servir y aprender, no estará cumpliendo
con la vocación de su parte superior o alma. Y aquella persona que desempeña
una ocupación de menor reputación social, pero cumpliendo estas tres
condiciones, estará trabajando de acuerdo a esta vocación interna, que le permitirá
resucitar y comenzar un camino nuevo y más enriquecedor que cualquier otro.
Consideremos por un momento que estos son los tres aspectos fundamentales
por los cuales hemos venido a la Tierra.
AMAR: De una u otra forma todos los libros de sabiduría, establecen
o indican que el ser humano debe amar. El amor es la fuerza que mueve al
Universo. El amor como energía o fuerza se expresa en muy variadas formas. Por ejemplo
es amor Io que lleva a dos personas a reunirse, formar una familia, establecer
una relación con el resto de las personas conformándose en una comunidad, etc.
Pero también es amor la germinación de las plantas, la fecundación y expresión
de vida de los animales, el hecho que el sol nos brinde luz y calor, la
atracción planetaria con el astro rey, la atracción molecular que permite la
cohesión de las formas, la interacción de fuerzas atómicas qué permite la existencia
de la materia, el sentimiento de solidaridad, caridad, fraternidad; la
atracción por algo superior llamada de diversas maneras por las distintas
formas religiosas, etc.
A través de estos ejemplos podemos ver que el amor se puede expresar
a través de distintas formas y que está presente en cada aspecto de nuestra
vida y de la creación. Entonces, por que habríamos de ser la excepción dentro
de esta creación. Esta es la razón de por qué debemos buscar la forma de
desarrollar y expresar el amor hacia los demás en nuestras actividades diarias.
Pequeños actos de ayuda, de escuchar a alguien que lo necesite, de sentir o
pensar positivamente de los demás, no dando lugar a los pensamientos y
sentimientos negativos, pueden ser suficientes para descubrir este aspecto tan
importante de la vocación superior.
SERVIR: Este aspecto se desprende del anterior. Es más, podríamos
decir que es la puesta en práctica del amor. Por amor finalmente se sirve a los
demás y también podemos observar que todo en la creación cumple una finalidad o
un servicio. Acaso el Sol no se consume a sí mismo para darnos energía de vida,
acaso el planeta Tierra no nos brinda sus riquezas aún cuando la estemos
matando, acaso los vegetales no renuevan nuestro aire permitiéndonos que
podamos tener una atmósfera apta para la vida. Y así como estos ejemplos
podemos encontrar en todas las cosas de la creación. Todo sirve para algo.
Incluso el mal sirve para que nos podamos dar cuenta del Bien.
Por lo tanto, al encontrarnos en un sistema tan
perfectamente ideado, en que todo tiene una finalidad y sirve, cada uno de nosotros
no podría estar ajeno a esto. Surge, sin embargo, la inquietud: ¿en qué forma
servir? En un primer momento, mientras no tengamos claridad en cuanto a la
finalidad del Plan Superior, debemos dejarnos guiar por los que más saben al
respecto, y servir en lo que ellos nos indiquen. Por eso es tan importante participar
de un grupo o Escuela de Iniciación Real, en donde cada uno podrá ser guiado en su
servicio, de acuerdo a sus habilidades o actividad.
Para empezar, lo más importante es desarrollar la actitud de
servicio, es decir estar dispuesto a ayudar y servir a este Plan, entonces como
por arte de magia aparecerá la guía necesaria.
APRENDER: Por último, y no por ello menos importante, es necesario
tener una actitud de aprendizaje constante. No existe edad para aprender, y
aquel que ya no esté dispuesto a saber mas y aprender cosas nuevas, porque cree
saber mucho o porque cree que ya no es capaz se estanca en su desarrollo y
nuevamente volverá al “ataúd“ de muerto viviente del cual posiblemente estaba
saliendo.
La creencia de que el aprendizaje es para los Jóvenes es un
gran embuste, que lamentablemente muchos aceptan como verdad. No hay edad para
aprender y hacerlo en forma muy eficaz y profundamente.
Por lo tanto, es siempre deseable aquella persona que quiera
aprender más y lo haga. Que de cada experiencia saque provecho y aprenda algo
nuevo.
Una Orden o Escuela de Iniciación verdadera, desde el
momento que es real necesariamente trabaja para cumplir con estos tres aspectos
en sus estudiantes o discípulos.
Deberá entregar una estructura y una guía real y verdadera
para que las personas puedan descubrir, trabajar y acrecentar su "tener que
ser". De esta manera deberá guiar en cuanto a las formas, a la necesidad
de expresar amor a través de distintas maneras o canales, que a lo mejor antes
no se habían considerado.
Así también deberá
permitir la posibilidad de servir real y concretamente ayudando al Plan
Superior, a través de una guía constante y brindando los canales de expresión
hacia el resto de la comunidad.
Finalmente también deberá desarrollar la actitud de constante
aprendizaje que en cada ser humano debería darse. Utilizando técnicas, sistemas
y procesos determinados por los últimos avances en la ciencia, sin descuidar el
sentido y dirección de este aprendizaje: poder llegar a ser mejor persona
entregando servicio y amos a los demás.
Podemos concluir entonces que la verdadera vocación o
llamado del alma está determinada por tres aspectos, los cuales se pueden expresar
a través de distintas ocupaciones. Estos tres aspectos son: AMAR, SERVIR Y APRENDER.
Una verdadera Escuela de Iniciación hará descubrir en cada
uno de sus estudiantes estos tres aspectos, luego se les hará trabajar con
ellos desarrollándolos y perfeccionándolos en cada uno. Para ello proporcionará
la guía y los canales adecuados, a través de la actividad individual y grupal
en su mismo seno o bien a través de una extensión hacia la comunidad, la cual
muchas veces es el mismo estudiante.
ALV
1 comentario:
Buen blog !
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