domingo, 15 de julio de 2012

LA MAGNETIZACIÓN Y EL MAGNETISMO PERSONAL


A continuación un artículo publicado hace ya algunas décadas en una publicación de la Fraternidad de los Servidores de la Nueva, Santiago de Chile, llamada Holograma, número 2.
Si bien es cierto han pasado sus buenos años, posiblemente podamos sacar algo de provecho de este artículo, especialmente aquellas partes especialmente prácticas para trabajar en el perfeccionamiento de uno mismo. Trabjo que por lo demás jamás termina, y así lo entiende el candidato a la Iniciación y aún más si se está en el Sendero. 
Además de este artículo, también se publicaron en este número:
-El Iluminismo, la iluminación. caminos de reintegración.
- El ser humano, intermediario entre lo superior e inferior.
- La elevación espiritual por el trabajo en el mundo material.


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Las palabras magnetización y magnetismo indican la existencia de un fenómeno que se conocía desde tiempos remotos (antes de Cristo). En el reino de Lidia, Asia Menor, abundaba un mineral que, siendo semejante al hierro, tenía la propiedad de atraer otros objetos de hierro. Este mineral tiene el nombre de magnetita, y de esta forma se llamo magnetismo a la fuerza de atracción de un cuerpo por otro.
En la actualidad se emplea el término magnetismo, en el ámbito de las ciencias, en relación con el conjunto de fenómenos de repulsión y atracción, tanto de imanes como de corrientes eléctricas.

El magnetismo en el Universo

El Universo está lleno de líneas de fuerza magnética, que contienen la base de su estructura y de su evolución. Estas líneas de fuerza son energía en forma de corpúsculos (paquetes de energía) y ondas.
El sol en el conjunto galáctico, es un acumulador—transformador—distribuidor de la energía que estructura el Universo. Por tanto tiene su propio campo de fuerza, del cual dependen los campos de fuerza de cada uno de los planetas que giran a su alrededor. La tierra tiene su propio campo de fuerza, generado por el hierro de su núcleo y el  movimiento de traslación, lo que le hace comportarse como un gigantesco imán. Por esta razón es que el planeta posee polos magnéticos, sobre los cuales se basa el funcionamiento de la brújula.

E1 Campo de fuerza magnético generado por la tierra interactúa con la energía emitida por el sol, la cual tienen una frecuencia determinada. Todo este lleva a que en la atmósfera del planeta se forme un campo electromagnético muy rico que permite la exteriorización de una serie de fenómenos, que van desde los aspectos atmosféricos hasta la expresión de la vida sobre el planeta.

Alrededor del planeta, y en la parte más externa de su atmósfera existe un cinturón de radiaciones, producto de la interacción de las energías cósmicas y telúricas, este cinturón recibe el nombre de Van Hallen. En esta Formación podemos advertir como el planeta es un inmenso imán que atrae y mantiene en una capa envolvente una serie de partículas energéticas provenientes del cosmos.
Desde el punto de vista esotérico, los campos de fuerza de los cuales está lleno el Universo, son creados por el Espíritu de Dios. Estos campos, por lo tanto no son materia sino espíritu, o sea, energía. Son los creadores del Universo, de la rotación y del pulso del Universo.


El magnetismo en el ser humano

Una Ley Universal nos dice: "Como es arriba es abajo y como es abajo es arriba", por lo tanto si el Universo, nuestro sistema solar y nuestro planeta poseen un campo magnético, también lo posee el ser humano, el cual debe vivir y, por lo tanto, interactuar con estas fuerzas cósmicas.
El esoterismo reconoce en el cuerpo etérico los fenómenos de tipo energético y magnético. Este cuerpo tiene directa relación con la salud o el bienestar del cuerpo físico. Si este campo de fuerza electromagnético se encuentra en armonía con las fuerzas magnéticas telúricas y cósmicas existirá una adecuada expresión de la energía a través de cada una de las células de nuestro cuerpo.
La adecuada expresión y desarrollo del cuerpo etérico promueve la adecuada expresión del cuerpo físico. Esta relación se aprecia en todos los aspectos de nuestra fisiología: intercambio iónico y nutrición celular, oxigenación y desarrollo celular, transmisión de los impulsos nerviosos, etc.
La sangre es un vehículo de distribución del magnetismo presente en nuestro cuerpo etérico, así como el sistema nervioso. El cerebro es el gran condensador de esta energía magnética.
El cuerpo etérico obtiene la energía de tres partes, las cuales intervienen en su alimentación cotidiana, a saber:
1) El Sol y la tierra.2) El aire. y 3) Los alimentos físicos.



Una adecuada alimentación en estas tres fuentes energéticas nos llevará a tener un cuerpo etérico o magnético fuerte y vigoroso.


El magnetismo personal

Como ya hemos visto esto dependerá de que tan armónico y desarrollado se encuentre nuestro cuerpo etérico.

La influencia del cuerpo etérico se puede evidenciar no sólo en el aspecto de salud y vigor físico, sino que también en la transmisión de una energía de atracción sobre el resto de los seres humanos. Esta energía atractiva se conoce comúnmente como "ángel" o "carisma".

Tanto para la persona que da como para la que recibe estas influencias magnéticas serán estimuladas por ellos y se sentirán en completa armonía a tal punto que una interrupción de esta conexión provocaría una alteración anímica o física que se podría recuperar restableciendo el contacto.

Esta comunicación de tipo magnético es fácil de encontrar en distintas relaciones cotidianas o frecuentes, por ejemplo: padre - hijos; gobernante ­ gobernados; sacerdote - fieles; maestro - discípulos; etc.

El desarrollo de este magnetismo personal se puede lograr a través de sencillas prácticas, que pueden y deberían ser elementos de vida cotidianos para personas que deseen desarrollar en su interior la parte más trascendente de su ser. Sin embargo, es fundamental para que estas prácticas puedan dar resultados satisfactorios una alimentación física sana y equilibrada, vida en contacto con la naturaleza, control de las emociones y desarrollo de las emociones positivas, control de los pensamientos, es decir en general el desarrollo de una actitud mental positiva.

Algunas de estas prácticas son las siguientes:

1.- Cada mañana cuando se vea en el espejo, no se retire de este hasta que la imagen que vea reflejada sea la de una persona alegre, optimista, segura de sí.  Inmediatamente que logremos esta imagen nos retiramos del espejo, así no se sigue viendo, afín de que  la última imagen que quede grabada en el subconsciente sea la deseada.

2.- Complementaria a la práctica anterior es la de sonreír con la mirada, es decir, cuando nos encontremos frente al espejo, sonreír pero no con la boca o con expresión facial, sino que llegar a expresar alegría a través de la mirada nada más. Se dice, y con mucha razón, que los ojos son las ventanas del alma. La mirada demuestra con mayor fuerza que ninguna otra cosa nuestra disposición anímica.

3.- Desarrolle el "Brillo interior". Imaginemos que en nuestro interior se desarrolla y acumula un gran brillo interno, que se va acumulando a nivel del pecho. Este brillo debe imaginarse concorde vamos pensando en la persona o personas a las cuales queramos llegar magnéticamente. Una cosa importante es el de desarrollar este brillo en forma previa al evento en el cual queremos estar cargados magnéticamente. También es importante que este brillo se vaya entregando dosificado en forma de luz que sale de nosotros y por supuesto dirigirlo hacia las personas con las cuales tengamos intención de establecer un contacto mayor.

4.- Complementario a lo anterior, podemos dirigir nuestra luz interna a través de un pequeño "embudo" que nos " sale desde nuestro entrecejo, hasta otro pequeño embudo en la misma posición de mi o mis interlocutores, ambas formaciones de forma de embudo o cónicas son construidas, obviamente, por la imaginación. De esta forma imaginamos, o mejor dicho visualizamos, que a medida que hablamos sale luz de nuestro "embudo" e ingresa al de la o las personas que nos escuchan. Así no sólo se establece una comunicación en base a las palabras, sino que también del tipo energética.


La magnetización

Además de contactarnos magnéticamente con otras personas, también podemos comunicarnos con otros seres vivientes e incluso imbuir objetos inanimados con nuestra energía magnética. Esta acción la llamaremos magnetización, es decir, la acción de comunicar la propiedad magnética a un cuerpo. Toda la elaboración de amuletos y talismanes se basa fundamentalmente en estos conocimientos. De esta forma también nosotros nos magnetizamos con energía evolutiva (de desarrollo) al desarrollar el magnetismo en el objeto y encaminarlo hacia el servicio.

Existen algunos elementos que son fáciles de magnetizar, ya que pueden ser influenciados profundamente por la energía magnética. Dentro de estos elementos fácilmente magnetizables se encuentra el agua, así que es práctica recomendable magnetizarla en forma positiva y luego beberla y así extraer las propiedades benéficas que este proceso conlleva. Para magnetizar conscientemente el agua es necesario producir el brillo interior, pensando lo más positiva y altruistamente posible, derivar este brillo al vaso con agua, e imaginar que éste Io envuelve completamente, al hacer esto se puede apoyar en una oración o plegaria, Finalmente beber el agua del vaso, consciente que está tomando un agua ricamente energizada. Pero también se puede dejar un vaso de agua en lugares con magnetización negativa, y luego botar esa agua y así ayudar a eliminar esa energía.

Las instituciones dedicadas al servicio y a la evolución del ser humano en forma total y francamente desinteresadas, como son los Colegios o Escuelas de Iniciación reales, están imbuidas de una gran fuerza magnética concordantes con sus objetivos. Este campo de influencia real y mágica se conoce como Egregor.

ALV

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