martes, 31 de diciembre de 2013

EL AÑO NUEVO


 A continuación una conferencia muy a propósito de la fecha, de Omraam Mikhaël Aïvanhov, Maestro espiritual de origen búlgaro, el que nos dejó hace ya algunas decenas de años; pero es mi opinión que su enseñanza es de una gran profundidad y al mismo tiempo entendible a todas las personas. No me cabe duda que la Luz superior brilló en este espíritu y fue difundida a todos aquellos que quisieron escucharle.
Si quieren saber más acerca de su mensaje, les sugiero que se dirijan a la siguiente dirección: http://www.omraam.es/ y allí encontrarán más información a este respecto.

Que lo disfruten

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Hoy quisiera deciros unas palabras sobre lo que nos enseña la tradición esotérica respecto al primer día de año nuevo. Como sabéis, los únicos conocimientos que me interesan son aquellos que pueden ponerse en práctica; así pues, lo que voy a deciros encontrará aplicaciones inmediatas en vuestra vida cotidiana.
Generalmente el primer día del año encuentra a las personas bailando en las discotecas; están contentas por saludar el año nuevo, por esto lo empiezan divirtiéndose, entre placeres y locuras. Luego, durante todo el año, vivirán en la futilidad y la inconsciencia, y como la inconsciencia acarrea tribulaciones, éstas se presentan inmediatamente. Es estúpido empezar el año con semejantes manifestaciones, porque demuestra que no se tiene noción alguna del aspecto espiritual y mágico de las cosas. Ahora bien, a mí, precisamente, es esto lo que me interesa.
La Cábala nos enseña que cada nuevo día es un ser vivo, sensible, que graba toda nuestra actividad física y psíquica. Así pues, se puede decir que los 365 días del año son como una cinta magnética en la que cada día se graba todo lo que ha habido de bueno y de malo, de feliz y de desgraciado. Cada año de nuestra vida representa así una cinta magnética grabada.
El año nuevo es enteramente nuevo, pero al mismo tiempo es viejo por todo lo que el hombre ha vivido ya. Como el agua pura de las montañas que viene a mezclarse con el agua estancada de la llanura, el año nuevo, que es original, no lo es del todo, porque los hombres arrastran multitud de cosas viejas con ellos. Por esto, aunque sea todo nuevo, no llegan a vivir una vida nueva. El año nuevo está virgen y sin mácula, pero, ¿adónde va? ¿en casa de quién se introduce? El pasado, es decir, los estados y los acontecimientos que el hombre ha vivido, se inscriben y quedan grabados en él. Por esto le es muy difícil borrar esas huellas, esas grabaciones, esos clichés del pasado. Para conseguido le es necesaria una gran ciencia y también mucha paciencia y voluntad.
Pero cuando yo hablo del pasado, no sólo me refiero al pasado de esta encarnación, de los días y de los años que hemos vivido, sino también al de otras encarnaciones, pues el hombre arrastra las marcas de su pasado cercano y lejano. Sólo los Iniciados saben trabajar sobre sí mismos para limpiarse de las manchas del pasado; los demás no sospechan siquiera que hay un trabajo a hacer para que el presente que brota siempre nuevo no sea contaminado por lo viejo, por lo caduco. La cuestión no es tan simple como parece. Desgraciadamente la mayoría de la gente no piensa que tiene que estudiar, profundizar, transformar: esperan el año nuevo en la convicción de que por fin este año les proporcionará lo que desean: el gordo de la lotería nacional, el matrimonio con un príncipe, la fabulosa herencia de una abuela o de un tío de América. Otros buscan noche y día las fórmulas que les permitan descubrir los tesoros enterrados en las cuevas o en el fondo de los mares. Siempre están viviendo de ilusiones, diciéndose: «El año nuevo me traerá esto o aquello», y esperan. Pero el año transcurre como los demás, y a veces peor que los anteriores. No han sembrado nada, ¡y esperan que crezca algo! Pues no, en esas condiciones, nunca ha fructificado nada en ninguna parte. Sólo si hubiereis plantado, tendréis el derecho a esperar frutos, de lo contrario, no hay nada que esperar.
¿Habéis trabajado, habéis labrado la tierra, vuestra propia tierra? ¿habéis sembrado y plantado algo en vosotros mismos? En este caso, podéis esperar que el año nuevo os traiga alegría, felicidad y paz, y aunque no lo esperéis, os lo traerá. Pero si no habéis plantado nada y sin embargo esperáis... ¡qué esperanza tan desesperante, os lo aseguro!, pues no está basada en ninguna ley natural.
El año nuevo no está absolutamente separado del viejo; quizás no directamente, pero indirectamente está siempre en relación con él. Porque este año nuevo parece virgen y fresco como un niño... De un niño que acaba de nacer se dice que es puro, que es inocente. Sí, pero sólo en apariencia, pues este niño que ya está atado a sus padres, abuelos, bisabuelos, a la sociedad, al espíritu del siglo, lleva consigo las marcas de sus vidas pasadas, y un día, de una forma u otra, todo esto se manifiesta. El año nuevo está virgen, es puro, inocente, como hecho de una tela de blancura inmaculada, pero en cuanto entra en contacto con el hombre, ya se colorea: como el agua pura que desciende del cielo y toma el color de las tierras que debe atravesar.
El año llamado nuevo es pues ya viejo desde el comienzo, porque se encuentra con un hombre que ya es viejo en sus pensamientos, sentimientos y costumbres. No se acordó de limpiar los recipientes, las cacerolas o los cántaros con los que debe recogerse el agua pura del año nuevo. Sin embargo, esto es lo primero que se aprende en una cocina: cuando hay que verter agua limpia en un recipiente, éste debe estar limpio, y además es necesario raspar las paredes, de lo contrario el agua se vuelve sucia a causa del recipiente; hasta los niños saben esto. Pero cuando se trata de verter agua pura en su alma, en su cabeza, en su corazón, el hombre no piensa en limpiarse: no ha asimilado la lección que aplica cada día en su cocina, no ha comprendido que también en el espacio interior debe aplicar las mismas reglas: tirar lo que está sucio y guardar sólo lo que es puro. ¡Cuántos detalles en la vida cotidiana pueden hacemos comprender esta verdad! En una casa, por ejemplo, hay cuadros, muebles hermosos o joyas de valor que se conservan durante años, y a veces durante siglos, pero todo lo que, no tiene ningún valor se echa; en cuanto a las flores ocurre lo mismo; se conservan dos o tres días, y después hay que reemplazarlas... ¡Pero el hombre cree poder conservar eternamente en sí mismo todo lo que está viejo, sucio y corrompido!
Para comprender mejor el año nuevo debemos recibido con la profunda convicción de que es un ser vivo y rico que trae estupendos regalos, y que para recibirlos adecuadamente hay que preparar numerosos aspectos de uno mismo, pulir profundamente estos aspectos para eliminar lo caduco acumulado en el corazón y en la cabeza. Antes de que llegue, hay que dejar un hueco para el año nuevo en el propio yo. La Cábala dice que el año nuevo está influenciado por las estrellas. El nacimiento de un año se parece al nacimiento de un niño. Es el nacimiento de una vida que va a durar un año. Cuando nace un niño, se hace su horóscopo según el día y la hora de su nacimiento para determinar el desarrollo de los acontecimientos que ocurrirán en su vida. Lo mismo ocurre para el año, y hay que saber que el primer día va a determinar el primer mes, el segundo día el segundo mes, el tercer día el tercer mes, y así sucesivamente... Por consiguiente hay que vivir, pensar, sentir y comportarse correctamente por lo menos durante los doce primeros días para establecer una base inteligente, luminosa, gracias a la cual los doce meses del año quedarán influenciados, determinados por el bien.
Algunos dirán: «Yo he hecho todo lo posible durante los doce primeros días, pero no ha sido un año maravilloso». Es porque os habéis dejado influir por las viejas cosas del pasado. Hay que limpiarlo, raerlo todo, lavarse y purificarse. Pero no se hace, porque no se piensa en ello. Evidentemente es imposible limpiarlo todo, purificarlo todo en un día: la influencia de siglos pasados está ahí, y el año nuevo estará siempre mezclado con el viejo. Para obtener una mejora del cien por cien, habría que ser una divinidad. Pero mejorar la situación en un veinte, treinta, cincuenta por cien, es suficiente para los discípulos.
Si queréis establecer el horóscopo de lo que el año será para vosotros, no debéis tomar la hora de medianoche, porque a pesar de las diferencias de latitud, de longitud, sería un horóscopo para toda la humanidad y no correspondería a los acontecimientos que pueden ocurrir en la vida de cada uno. Seguro que es posible compensar este horóscopo colectivo con vuestro horóscopo natal para prever o explicar los sucesos. Pero si se quiere establecer el horóscopo del año para alguien en particular, se debe elegir el momento de despertarse, o de empezar a manifestarse. Este es el momento de su «nacimiento», o primer día del año nuevo. Si un hombre se levanta a las once de la mañana, es a las once horas cuando hay que hacerle el horóscopo, porque en ese momento ha empezado a moverse, a chillar, a pedir a su mujer: «¿Dónde están mis calcetines, mi camisa»?.. ¡Y sobre todo los gemelos, que no aparecen! Sí, la vida de cada cual está determinada por lo que empieza a hacer el primer día del año al despertarse.
Para nosotros, que formamos parte de una colectividad, el año empieza ahora, en el momento en que nos reunimos para rezar y cantar. Luego, durante todo el día, debéis vigilar vuestros pensamientos y sobre todo vuestras palabras; si la lengua os escuece, id a esconderos en cualquier parte, pronunciad algunas palabras para tranquilizaros, y volved sonrientes. Al día siguiente también debéis vigilaros para conseguir las condiciones óptimas para el mes siguiente... Aún así, puede que vuestro año no sea absolutamente ideal porque, como ya os he dicho, el presente está atado al pasado, es decir, a los años precedentes y también a las vidas anteriores. Si por ejemplo debéis dinero a alguien, puede que venga a reclamároslo el primer día del año; no dejará que éste transcurra, incluso puede que venga justamente ese día... y si tenéis enemigos en el plano astral, la fecha del 1 de enero no impedirá que os atormenten. ¿Cómo desembarazarse de esos enemigos interiores? He aquí una cuestión muy importante porque debéis saberlo el hombre tiene enemigos internos, y esos son los peores. Pero a pesar de que no obtengáis resultados absolutos, esto que os digo siempre será útil porque os permitirá mejorar la situación, y sobre todo evitar que empeore.
Ahora, podemos levantamos y empezar nuestras plegarias como de costumbre. Así inscribimos el primer día del año 1963 en los registros akásicos viviéndolo sumidos en la plegaria, en la adoración, en el amor y en los cantos. Y que Dios clemente y misericordioso se incline sobre la Fraternidad, que Él le dé posibilidades de expansionarse, de proyectar luz en el mundo entero para que su Reino venga lo más pronto posible sobre la tierra, y que la paz y la armonía se instalen por fin entre los hombres. ¡Si las personas están demasiado interesadas en sus asuntos o demasiado ocupadas en las discotecas y en los cabarets para anhelar, desear y pedir la realización del Reino de Dios sobre la tierra, que haya al menos algunas personas que lo piden!
Ved, pues, cuál es el trabajo a hacer durante este año. Primero fijaros este ideal, este fin sublime: realizar el Reino de Dios y su justicia sobre la tierra. Además, estad siempre despiertos, conscientes, para observaros, ved si os aproximáis a este ideal o si os alejáis de él. Por fin, el tercer punto, se sobreentiende: consagrar todas vuestras fuerzas y vuestras capacidades para la realización de esta tarea. De esta manera, el intelecto, el corazón, y la voluntad van en la misma dirección: el intelecto está siempre atento, vigilante, es claro y perspicaz, lúcido; el corazón alimenta este alto ideal, lo desea, lo ama, está siempre en comunicación con él; y la voluntad se pone a trabajar para servir, a la vez, al corazón que desea lo más elevado, y al intelecto que, como un guía, un consejero, un instructor, vigila, ilumina y orienta. En estas condiciones, cualesquiera que sean los obstáculos y las dificultades, el espíritu del hombre triunfará siempre; tarde o temprano triunfará, porque estos tres factores primordiales disponen de elementos extremadamente poderosos que, por el momento, desconocemos.
Si no obtenéis los resultados que deseáis, se debe a que aún no habéis reunido totalmente estos tres factores, no los habéis conciliado ni entrelazado. Cada uno trabaja, pero por cuenta propia, sin relación con los demás, sin armonía. Si el intelecto ha comprendido que orientarse hacia las alturas es algo magnífico, así como alcanzar las cimas, fundirse con el Creador, a menudo las preferencias del corazón van en otra dirección. Y por este motivo debéis intentar esclarecerle, orientarle, dirigirle. Es realmente posible empujar a vuestro corazón hacia aquello que vuestro intelecto encuentra razonable, sabio y útil, e incitar a vuestra voluntad a ejecutarlo. Pero la mayoría de las personas no se dan cuenta de la existencia en ellos de estas contradicciones, de estos desórdenes, de estas luchas, y aún dándose cuenta, lo aceptan como una fatalidad, porque ignoran la causa. Y es que no han encontrado aún un guía que les aconseje para reunir estos tres poderes, el intelecto, el corazón y la voluntad, a fin de orientados en la misma dirección.
En realidad, el hombre puede remediar todas sus divisiones internas creándose un ideal divino y estando dispuesto a seguido a cualquier precio, nutrirlo, desearlo y alimentarlo hasta que este ideal se posesione en él, se instale y se concrete, encarnándose en él hasta el punto de que finalmente sean una misma cosa. Todos aquellos que viven sin un ideal advierten que sus fuerzas se dispersan con rapidez y arruinan completamente su existencia.
Desgraciadamente, esta asociación formidable es la unión indivisible entre el intelecto, el corazón y la voluntad para la realización de un ideal; ¿sabéis dónde se la encuentra muy a menudo? En los criminales. Inconscientemente han conseguido, como los Iniciados, unir estos tres factores, pero en este caso con la finalidad de robar, matar, destruir. Y, en general, entre esos criminales y los Iniciados se encuentran muchas personas sin verdadera orientación, en las que esos tres factores están desunidos o luchan entre sí.
Está dicho en el Apocalipsis: «Tú puedes mostrarte frío o cálido, pero si te muestras tibio, yo te vomitaré de mi boca». Estas palabras sobreentienden toda una ciencia. «Tú puedes mostrarte frío o cálido», quiere decir: inclínate por el bien o por el mal, pero no permanezcas vacilante, flotante; que tu intelecto, tu corazón y tu voluntad trabajen conjuntamente, aunque sólo sea en pocas cosas. El Cielo no ama a los criminales, pero al menos son seres fuertes, decididos, capaces, y el Cielo ama estas cualidades. Porque aunque por el momento esos seres hacen el mal, el Cielo se dice: «algún día cambiarán. Una pequeña zancadilla y se les obligará a cambiar de dirección. Desde el momento en que se han ejercitado durante largo tiempo en obrar asociando su corazón, su intelecto y su voluntad, son preciosos para nosotros, podremos utilizados». Pues en tanto que han tenido el coraje, el espíritu de decisión, la voluntad para robar, destruir, exterminar, los tendrán también para hacer el bien. Mientras que los indecisos, los débiles, puede que no hagan mal alguno, pero tampoco son capaces de hacer el bien, y el Cielo se desespera porque no sabe en qué emplearlos. En ellos todo está desordenado, no tienen ninguna convicción, cualquiera puede influirles, y la misma Logia negra puede servirse de ellos. Son, pues, peligrosos y por esta razón se dice que serán «vomitados», es decir, rechazados.
Si algunos no consiguen cierta realización interna, ni tan siquiera externa, es porque los tres poderes del intelecto, corazón y voluntad están desunidos.
Exactamente lo mismo ocurre en una familia: cuando el padre marcha en una dirección, la madre en otra y los niños en una tercera, ¿qué pasa? Esa familia se disgrega. Pues bien, las mismas leyes existen en la familia interior: el padre, el intelecto, tiene su objetivo; la madre, el corazón, tiene también el suyo, totalmente diferente; y la voluntad, es decir, los hijos, sin directriz alguna, no hacen más que tonterías.
Vosotros estáis en una Escuela Iniciática a fin de tomar conciencia de muchas verdades nuevas que os sirvan para enderezar vuestra vida, reorientarla, organizarla y darle una dirección divina. Probadlo, poned orden en vosotros mismos, en vuestro intelecto, en vuestro corazón y en vuestra voluntad, unid estos tres factores y dirigidlos hacia un mismo fin: el cumplimiento de la voluntad de Dios. Veréis como cambia vuestra vida. Lo cual no quiere decir que no volváis a ser sacudidos por nuevos tomados y temblores de tierra; no, mientras se viva sobre la tierra tendréis sacudidas, pero pasarán deprisa y sólo dejarán huellas superficiales. La casa se mantendrá en pie porque está construida con materiales resistentes. Mientras que en el pasado, al menor choque todo se derrumbaba.
Yo no os hago grandes promesas, no os digo que entrando en la Enseñanza obtendréis todo tipo de riquezas, de gloria, y la amistad de los poderosos. La única cosa que puedo deciros es que, si llegáis a dirigir vuestro intelecto, vuestro corazón y vuestra voluntad hacia un mismo fin, se producirá un cambio en vuestra conciencia. Este cambio será minúsculo al principio, pero el Cielo y la tierra están en él. Acordaos de lo que dijo Jesús a propósito del grano de mostaza: « Esta es la más pequeña de todas las simientes, pero cuando ha crecido es la más grande de las plantas del huerto; y se transforma incluso en un árbol, en el que los pájaros del Cielo vienen a posarse». No es pues el grosor o la pequeñez del frasco lo que cuenta, es su vigor. Podemos identificar al grano de mostaza con un pensamiento, un sentimiento, en apariencia imperceptibles pero que, si son intensos y las condiciones adecuadas, tienen el poder de producir realizaciones gigantescas. «Los pájaros del cielo vienen a abrigarse en sus ramas», dice Jesús. Los pájaros son los espíritus del mundo invisible que vienen a visitamos e incluso a encontrar un abrigo en vosotros.
Yo no os hago pues grandes promesas, sólo os digo que si procuráis comprenderme bien, si recogéis con amor la pequeña promesa que os hago hoy, si la cuidáis, si la alimentáis, crecerá un árbol donde los mismos ángeles vendrán a posarse. El grano que hoy os doy, es transmitiros el ideal de asociar estos tres factores: la inteligencia, el corazón y la voluntad, para un mismo fin, pues sólo en estas condiciones son posibles las grandes realizaciones. Como estos factores son de origen divino, cada uno contiene tesoros inauditos, y una vez unidos y reconciliados con el Cielo, están en comunicación constante con él. Cuando el intelecto tiene sus raíces en el Cielo, su luz aumenta y recibe continuamente inspiraciones y revelaciones. Cuando el corazón está ligado al Cielo, en donde tiene su origen, bebe el elixir de la vida inmortal, bebe del amor, está siempre maravillado, siempre embelesado y se vuelve vasto como el universo. En cuanto a la voluntad, si está constantemente ejercitada, se vuelve tan poderosa que derriba todos los obstáculos: unida al Cielo, puede ser tan fuerte como Dios mismo.
Dicen que la unión hace la fuerza, pero hasta el momento esta unión sólo ha sido entendida exteriormente, en el terreno social, político, militar: unión para destruir, o unión para construir, pero siempre se trata de una unión externa. En adelante, hay que comprender la unión interiormente. Debemos estar unificados por nuestro ideal, debemos estar unificados por una idea divina, por nuestro amor fraternal; unificados en los trabajos que realizamos para traer el Reino de Dios. Es entonces cuando la unión se convierte en un poder extraordinario. La unión externa no es mala, pero es incompleta. Las personas se asocian momentáneamente, pero al poco tiempo, esta asociación se deshace y cada uno se va por su lado. Mientras que la unión de la que estamos hablando, la unión que da lugar a la verdadera fuerza, dura eternamente. Cuando os unáis a los Ángeles, al Cielo, a vuestro Yo superior, no será por un día, o dos, ni siquiera por algunos años. No os uniréis para obtener un resultado cualquiera después del cual os hundís de nuevo en la ignorancia y las tinieblas, ¡no! Se trata de una unión para siempre, para toda la eternidad... Esto es lo que debéis entender.
Hoy es el primer día del año y durante doce días como mínimo tenéis que vigilaros, tenéis que estar atentos a vuestras palabras, a vuestros sentimientos, a vuestros gestos, siempre con el pensamiento puesto en el Reino de Dios y en la Fraternidad universal. Evidentemente es muy difícil, pues siempre surgen cosas imprevisibles; pero si vuestra conciencia está ahí para vigilar, para orientar, para remediar, podéis hacer un trabajo glorioso, un trabajo divino. Es posible que durante esos doce primeros días tengáis tentaciones, pruebas, solicitudes de criaturas inferiores... son cosas que hay que prever. Yo no os prometo durante estos doce días tarea fácil ni para vosotros ni para mí; pero al menos, todos juntos, unidos, podremos ayudamos mutuamente. Lo más importante es la unión, pero prioritariamente la unión en nosotros mismos de corazón, intelecto y voluntad.
Algún día, cuando tengáis la posibilidad de recordar todo lo acaecido en los diferentes momentos de vuestra existencia, constataréis sin duda alguna, que los minutos que habéis pasado en la Fraternidad entre meditaciones, cantos y rezos, habrán sido los más importantes y los más preciosos de vuestra vida. Actualmente no lo veis, no lo sabéis, pero algún día, cuando veáis las cosas con más claridad, comprenderéis el tipo de trabajo en que habéis participado, y entonces diréis: «¡Que Dios sea loado, que Dios sea loado por haberme permitido participar en esta grandiosa obra!» Y cuando os sean mostradas las consecuencias de este trabajo, las maravillas realizadas en el mundo entero gracias a este trabajo, quedaréis deslumbrados, pues este trabajo en el que os pido que participéis, ha sido ya emprendido en lo alto por los ángeles y las divinidades, y los que estamos aquí sólo deseamos abrir una pequeña puerta para que esta labor divina obtenga también resultados en nuestro plano físico.
Omraam Mikhaël Aïvanhov, en Sevres, 1 de Enero de 1963

jueves, 12 de diciembre de 2013

APUNTES SOBRE LA NAVIDAD



Antecedentes de su origen

El hecho de que la navidad o natividad (nacimiento de Jesucristo) se conmemore el 25 de Diciembre, no significa necesariamente que este hecho haya acontecido en esta fecha. Las modernas investigaciones históricas y filológicas sobre este evento parecen convenir que esta fecha no corresponde realmente al hecho en sí. Según parece todo apunta a que el nacimiento de Cristo se haya producido en realidad en Marzo o Abril, es decir en primavera en el hemisferio norte.

Entonces, ¿por qué se conmemora este magno acontecimiento el 25 de Diciembre? La Fe cristiana sostiene que Jesucristo fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, en el vientre de una santa virgen como era María. La Fecha de nacimiento de la concepción divina fue escogida per las autoridades eclesiásticas una vez que se instauró la Iglesia Católica como la religión oficial del Imperio Romano, es decir, unos 300 años después del supuesto acontecimiento. Esta fecha fue escogida, entre otras cosas porque el 25 de Marzo se supone no sólo el aniversario de la crucifixión, sino que también la anunciación de la Virgen, vale decir en esta fecha se produce la divina concepción en el vientre de María. Por lo tanto nueve meses después exactamente debía nacer el sagrado producto de esa unión, ya que este es el tiempo que corresponde a la gestación perfecta en el género humano.

 
Pero, cabe preguntarse ¿esta es la única razón para estas fechas? La verdad es que no. Existen razones muchos más trascendentes que aquellas que sólo nos llevan a un ajuste matemático con los ciclos biológicos de los seres humanes. El 21 de Marzo corresponde al equinoccio de primavera, momento en el cual renace la naturaleza, germinan las plantas, se expresa la fuerza creadora en el medio ambiente. Por otra parte el 21 de Diciembre corresponde al solsticio de invierno, fecha en la cual el sol, aparentemente, se ha alejado lo máximo de los hombres y comienza su camino de retorno, por lo tanto nace nuevamente la esperanza. Cabe destacar que las fechas citadas para estos estos dos eventos astronómicos corresponden al hemisferio norte. En el hemisferio sur,  las cosas son totalmente opuestas, sin embargo, el cristianismo se desarrolló en el hemisferio septentrional, por eso debemos ver las cosas desde esta perspectiva.

 Solsticios y Equinoccios en el Hemisferio Norte

Seguramente habrán notado la extrema cercanía entre las fechas de equinoccio y solsticio, y las fiestas de conmemoración religiosa católica de que hablábamos al principio. Todo esto no es pura coincidencia, ha sido planeado para que así sea. La concepción divina (Anunciación de la Virgen) se lleva a cabo en el equinoccio de primavera, es decir en el momento preciso en el cual se expresa la energía cósmica en la naturaleza.

Que mejor fecha para una Gran Germinación que la fecha en que comienza la primavera. Cabe hacer notar que el año nuevo se celebraba en el equinoccio de primavera, es decir el 21 de Marzo en el hemisferio norte. Es decir, en esta fecha se daban inicio las cosas en un nuevo ciclo que constituía un año. Sin embargo, posteriormente con las innovaciones del calendario llevadas a cabo fundamentalmente per Julio César y por Augusto César, esta fecha ha sido desplazada al 1 de Enero.

Por otro lado, no puede ser más propicia la fecha del nacimiento, a aquella que corresponde al retorno del sol. En el solsticio de invierno nace la esperanza, porque el sol físico comienza su camino de vuelta para alumbrarnos cada vez con más calor y mayor cantidad de luz y poco a poco sacarnos del periodo de oscuridad en el cual estamos inmersos. De esta misma forma el nacimiento de un Gran Redentor de la humanidad es la esperanza y la promesa de ese Gran Sol Espiritual que retorno para guiarnos en la luz de su Verdad y en el calor de su Bondad.

Estas verdades no son patrimonio de la fe cristiana, sino que fueron tomadas de las formas religiosas que existían con anterioridad. No obstante, era necesario un cambio en la forma, aunque la idea se mantenga, ya que es de trascendencia divina.

La historia del esoterismo nos plantea que el Ideal, el cual transfunde del Creador, es enseñado a les seres humanes, a fin de que estos cada vez más vuelvan a su origen celestial. Este Ideal es uno sólo, sin embargo se va desarrollando a través de las edades dentro de distintas formas. Para la evolución de la humanidad es necesario las formas religiosas y para otros el Ideal tal cual se enseña en las Escuelas de Iniciación Real. Pero sea de una manera u otra, a medida que el tiempo pasa y la humanidad evoluciona se hace indispensable cambiar los modelos de expresión. Por esta razón es que se establecen ritos, ceremonias, enseñanzas distintas a las religiones antiguas, porque es necesario cambiar de formas cuando las antiguas ya no sirven o han degenerado, como sucede con todas las manifestaciones formales. Sin embargo, la base fundamental de la nueva religión sostiene aquellas cosas que son trascendentes y universales, y solamente, les cambia nombre, manteniendo el mismo espíritu.

Avalando las opiniones de los esoteristas, se puede observar que históricamente las religiones y Escuelas de Desarrollo anteriores al cristianismo, celebraban fiestas muy especiales en las fechas cercanas al solsticio de invierno.

Para les creyentes de la religión del dios Mitra, el 25 de Diciembre era el aniversario del “Sol Invicto”, una fiesta en que se celebraba el nacimiento del Sol Invencible. Según su tradición, Mitra habría nacido de una roca el 25 de Diciembre. Cabe hacer notar que se consideraba a Mitra como un redentor de la humanidad y un intermediario entre les seres humanos y el Padre Creador.


Por otra parte el 25 de Diciembre era para les romanos el fin de las Saturnalias, siete días de fiestas paganas con que celebraban en solsticio de invierno, en honor a Saturno, que también era dios de la agricultura.

Los puebles nórdicos en el solsticio de invierno llamaban al sol, que había llegado al máximo de alejamiento, a través de antorchas que colocaban en los abetos y hogueras en los bosques. De aquí surge la tradición del árbol de pascua. La lógica en esto es que lo similar se atrae. Por ello es que el fuego de las antorchas era un llamado a su hermano mayor: el fuego del Sol.


Así como estos ejemples, existen muchos más que nos indican que la navidad es una fiesta que en esencia se arrastra mucho antes del cristianismo, la cual por contener verdades esenciales y cósmicas fue adoptada per la naciente religión cristiana como la fecha más apta para conmemorar la venida del Gran Redentor de la humanidad: Cristo.

El verdadero sentido de la navidad

Es una lástima que una fecha en la cual se celebra algo tan trascendente y universal haya perdido su verdadero significado, para caer en una fiesta en la cual combaten las ideas de Buena Voluntad, de Amor y Paz por un lado , y la del consumismo, el personalismo y egoísmo por el otro.

Actualmente la navidad es un indicativo de compras, regalos, compromisos, engalanamientos y adornos, etc. En esta época que debería ser la época del amor, unidad y fraternidad universal, las personas se han olvidado de lo superior, de su erigen celestial. Simplemente queda, en la mayoría de los casos, el compromiso de intercambio de bienes materiales. Sin embargo, cabe preguntarse ¿dónde está y cuál es el espíritu verdadero u original de la navidad?

Aún existen vestigios del ánimo original de la navidad. Por esta razón es que es la fiesta que inspira amor y paz; y es la más universal que existe en el planeta. Les distintos puebles, sean o no cristianos, en su mayor parte reservan un espacio de sus quehaceres a la meditación de la paz y de lo superior en el planeta.
Ne obstante, es necesario que nos preguntemos cada uno de nosotros en algún momento de quietud y soledad individual, ¿cómo contribuyo a la realización del Ideal Crístico en la tierra?

El nacimiento del Redentor debe acontecer siempre los 25 de Diciembre, no importa cuantas veces sea. Este nacimiento debe verificarse dentro de cada uno de nosotros. Cada uno en el silencio, la meditación y la oración podrá ser agraciado con el nacimiento interno del Cristo que mora dentro de sí.


Cada ser humano lleva en su interior la Chispa Divina, el Christos griego, y es responsabilidad nuestra permitir que nazca en nuestro seno. Recordemos esto esta natividad, y propongámonos dedicar, aunque sea un momento, nuestro ofrecimiento a lo superior. Procuremos convertirnos  en los reyes magos y regalémosle a nuestro Redentor (Yo superior), los mejores regalos que podamos obtener, es decir, nuestras virtudes y objetivos superiores y mejores, entre los que marchan a la vanguardia: la Fe, la Caridad y la Esperanza. 

ALV

domingo, 8 de diciembre de 2013

ALGUNAS IDEAS SOBRE LA REENCARNACIÓN

Lo que a continuación publico es una entrevista a don Fermín Grimau Grogués, miembro del "Instituto de Extensión Espiritual", institución ue habría funcionado en Santiago de Chile. Esta entrevista se otorga a raíz de la celebración del "Tercer Congreso Mundial para el Estudio de la Reencarnación", realizado en Buenos Aires, del 8 al 11 de Abril de 1971.

Como siempre, publico esto con el fin, además del aprendizaje, de tener una visión amplia de los distintos planteamientos y grupos de personas que trabajan a lo largo de todo el mundo para la implementación de una Nueva Era de una mayor consciencia espiritual.

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1. P. ¿Qué le sugiere e Ud. la Reencarnación desde el punto de vista científico y filosófico, según la cultura contemporánea?

R. Dentro de la cultura contemporánea, que se desenvuelve en el libre análisis y el desarrollo científico, enmarcándose a la vez el campo de la filosofía moderna en lo universal y lo humano, la Reencarnación debería ser el objetivo preferente de estudio y análisis en el ámbito de estas especialidades del saber: científico y filosófico. Porque le Reencarnación no es una teoría; es une Ley que rige el proceso Evolutivo de la Humanidad y que deriva de la Ley de Evolución Universal; por lo tanto, es legítimo que ocupe su lugar en el campo de la investigación científica, tanto como una ciencia como por la imperiosa necesidad de que mediante su estudio, el hombre logre saber más sobre sí mismo. Y porque cuando le Reencarnación sea científicamente comprobada y difundida adecuadamente por Escuelas y Universidades, el comportamiento del ser humano en el modo de vivir, será muy distinto al de la actualidad. Por ser el conocimiento de le Reencarnación de un elevado valor humano y universal se encuadra perfectamente dentro de los postulados de la cultura y filosofía contemporáneas, las cuales enfatizan el destino del hombre ante la magnitud del Universo. (Léase “El porvenir del hombre” de Teilhard de Chardin}.



2. P. ¿Qué beneficios espirituales ha experimentado Ud. mediante el estudio y el conocimiento de le Reencarnación?

  R. Los principales beneficios que he experimentado de los estudios de la Reencarnación, son varios. En primer lugar, comprender la acción de la Justicia Divina Inmanente que condiciona el humano vivir, logrando percibir una ínfima parte de “quienes somos, de dónde venimos y hacia dónde nos dirigimos”. He experimentado también en alguna medida, conocerme y vencerme a mí mismo, lo que me ha permitido orientar mi vida en la adecuada discipline al objeto de transformar a la personalidad a fin de hacerla apta para el acercamiento al alma. Los hechos señalados me han conducido a beneficios espirituales mayores, como ser el despertar del amor al prójimo y a todo lo creado; la fortaleza para enfrentar las duras pruebas que en esta etapa del vivir me han sido obligadas; una mejor disposición para eliminar los egoísmos sirviendo a la humanidad, y la serenidad ante le muerte por considerarle lo que es: el tránsito a otra modalidad de vida de acuerdo a lo que me corresponde, y relacionada con la preparación de los vehículos para expresarse mi conciencia en la oportuna próxima vuelta. Todos estos beneficios constituyen la auténtica riqueza de mi vida que no puedo perderla con le muerte; en cambio se irá acrecentando mediante el proceso cíclico llevado a cabo a través de la Ley de la Reencarnación.

3. P. ¿Qué ideas le sugiere a Ud. la Reencarnación desde el punto desde el punto de vista social?

R. Cuando la ciencia proclame la realidad de la Reencarnación y sea aceptada por el dominio público, los problemas sociales cambiarán fundamentalmente en su sentido y filosofía. Ya no se producirá la lucha de clases con el fin de combatir las evidentes injusticias humanas, como ocurre actualmente, A la luz de la Reencarnación, se pondrá en evidencia la actuación de la Ley de Causa y Efecto, determinante del Karma, tanto individual, colectivo, nacional como mundial. El reconocimiento de dichas Leyes, harán comprender a los hombres, que no son tanto las injusticias de los ricos contra los pobres, de los sabios contra los ignorantes, las causantes de los grandes problemas sociales existentes, sino que las causas son originadas por la conciencia de cada uno, muchas veces en estado incipiente, en vidas pasadas, y que la violencia de unos y de otros, analizada a la luz de la Reencarnación, complica la situación en lugar de resolverla. Cuando el hombre active el desarrollo de su mentalidad en la proporción y enfoque adecuados a la luz de la Reencarnación, adquirirá mayor sabiduría que lo conducirá al servicio práctico hacia sus semejantes, y no a la subyugación y explotación del más débil. Este avance en la conciencia humana significará la solución de los problemas sociales y todos los de la Humanidad, puesto que la lucha y el conflicto serán sustituidos por la colaboración y la armonía, únicos medios para encaminarnos al establecimiento de la paz social.
Este acrecentamiento progresivo de la conciencia, hará avanzar al hombre desde el materialismo irracional inferior —en el que nos debatimos desde hace muchos milenios— hacia una inteligente percepción que le permitirá comprender tanto el actuar de la Ley de la Reencarnación, como la manera de llegar a ser miembro del Reino de Dios.



4. P. ¿Cree Ud. que la Reencarnación está en pugna con el Cristianismo?

 R. En  ningún caso la Reencarnación puede estar en pugna con el Cristianismo auténtico. Es el cristiano medio el que confunde la Ley de la Reencarnación con la “transmigración de las almas” y, frecuentemente llega a creer que dicha Ley significa que los seres humanos ocupan cuerpos animales o formas de vida inferiores, lo cual es un grave error. Para los que tienen alguna noción solamente de la Ley de la Reencarnación, ese concepto lo considerarán tristemente ridículo. En el Evangelio encontramos varias citas que encierran la verdad de la Reencarnación. De entre ellas, la pregunta que los discípulos formulan al Cristo: “Rabí, ¿quién pecó, este o sus padres, para que naciera ciego?” (Juan 9,2). También Cristo puso de relieve la realidad del alma y el valor del individuo, cuando dijo a los hombres que podían ser salvados por 1a vida del alma y por el aspecto crístico que reside en el corazón humano, agregando además: “que el que no naciere otra vez no puede ver el Reino de Dios” (Juan 3,3). Sólo las almas pueden ser ciudadanos de ese Reino, y este privilegio fue el que Cristo declaró a la humanidad por primera vez, dando así a los hombres la visión de una posibilidad divina a través de las múltiples experiencias. Dicha posibilidad sólo puede convertirse en un hecho consumado por el constante retorno del “alma reencarnante” a la escuela de la Vida en la Tierra, con el fin de someterse al proceso de perfeccionamiento, del cual el Cristo fue ejemplo sobresaliente. Por lo expuesto en esta respuesta y lo muchísimo más que podríamos exponer, no vacilamos en afirmar enfáticamente que la Reencarnación es totalmente compatible con el Cristianismo. 

5. P. ¿Qué pruebas experimentales ha obtenido Ud.; tendientes a demostrar  la realidad de la Reencarnación?

  R. Con gran parte de las pruebas experimentadas en el humano vivir, incluyendo las científicas, en principio son aceptadas como hipótesis para oportunamente comprobar su veracidad, Así ocurre conmigo en cuanto a pruebas sobre la Reencarnación se refiere. A través de los estudios y meditaciones, esta Ley se ha hecho realidad en mi conciencia, comprendida y confirmada por el razonamiento filosófico y la parte de la razón pura que he logrado alcanzar, lo que considero de auténtica validez confirmativa. Sin embargo, lo experimentado internamente como vivencia personal se hace indemostrable, pero ante la solvencia y seriedad espiritualmente entendidas del que relata los hechos, se hace merecedor de la confianza y se confirma la Ley, lo cual nos lleva a aceptar como verídicas las pruebas, que personas calificadas han experimentado sobre la Reencarnación. 

6. P. ¿Cree Ud. que la Reencarnación podrá contrarrestar el pesimismo espiritual y el materialismo que gravitan sobre nuestra civilización?

R. Es sabido que únicamente por medio de la espiritualidad debidamente orientada, se puede contrarrestar el pesimismo y el materialismo militantes, y la Reencarnación es el primer peldaño conducente a subir la empinada cuesta hacia la salvación de la humanidad. Sabemos también que nuestra civilización enfrenta un profundo proceso de transformación, el que a su vez presenta el dilema “espiritualismo o materialismo”. Para que triunfe la espiritualidad y la humanidad se salve, no podemos perder la vista el ímprobo trabajo que tenemos por delante, y para que la difusión de estos ideales de espiritualidad lleguen a todos los ámbitos de la Tierra, a fin de que los hombres se salven abriendo los ojos del alma a la realidad, debemos poner en acción los máximos recursos alcanzables. Porque si fuese el materialismo el que se impusiera -dadas las perspectivas que tenemos a la vista- podemos prever las apocalípticas consecuencias que esperan para la tristemente errada humanidad, llegando a auto-aniquilarse por no querer obedecer a la Suprema Ley de la Reencarnación, conducente al Camino, a la Verdad y la Vida.

7. P. ¿Puede dar la Reencarnación el fundamento de un nuevo espiritualismo filosófico y religioso?.

R. Como fundamento de un nuevo espiritualismo filosófico y religioso, creo que la Reencarnación es un aspecto válido. Pero sin duda sería necesaria una presentación más en concordancia con el actual y rápido desarrollo de la mente humana, principalmente en la juventud, que reclama satisfacer sus exigencias mentales de acuerdo al momento actual. En muchos casos, la Reencarnación se presenta como enseñanza basada en leyes inexistentes que se supone rigen la ecuación tiempo y el intervalo entre una vida y otra, olvidando que el tiempo es un producto de la conciencia cerebral, y que separado del cerebro, no existe. De ahí que el énfasis no debería ser puesto en un factor que dista de ser evidente. Para que un nuevo espiritualismo filosófico y religioso sea ampliamente aceptado, debería constituir una síntesis de las enseñanzas de las distintas escuelas espiritualistas y esotéricas, y no solamente en lo concerniente a la Reencarnación, puesto que lo filosófico y lo religioso abarcan campos más vastos. No obstante, como sabemos, son muchas las escuelas y grupos que mantienen su exclusivismo, lo que siempre significa un gran escollo. Sin embargo, abrigamos la esperanza ­si la humanidad sobrevive a la dura prueba que enfrentamos- que a medida que la Nueva Era avanza, se producirá la síntesis en muchos aspectos del humano vivir y en particular en la espiritualidad, y si todos nosotros y cada uno cumplimos nuestra parte, aceleramos la marcha hacia la afectividad de los anhelos filosóficos y religiosos espiritualistas.


8. P. ¿Cree Ud. que la Reencarnación unirá en una Federación Mundial a todas las escuelas espiritualistas?.

R. Hacia la finalidad que contempla esa pregunta, podemos aplicar parte de lo expuesto en la respuesta precedente. Lógicamente que la sola coincidencia en un principio tan esencial como es la Reencarnación, debería ser razón suficiente para que una Federación Mundial fuese una realidad. Es innegable que existen escollos para lograr tan magnífico evento, pero si se quiere que se realice, es indispensable estar dispuestos a renunciar a los factores que podrían oponerse, aunque si analizamos imparcialmente, veremos que las renuncias nunca son de índole espiritual puesto que la finalidad de la espiritualidad es la de unir. Solamente la personalidad en sus tendencias materialistas, es separatista, y aquí es donde se nos presenta el ponernos a prueba y comprobar en la evidencia de lo que somos capaces. En el Instituto de Extensión Espiritual de Santiago de Chile, cuya estimada Presidenta, la señora Viola Van De Wyngard que encabeza la Delegación de dicho Instituto y está presente en este Congreso, algo les podrá decir. Ella, con su autorizada palabra y experiencia, puede entregarles algunas conclusiones de la tarea que estamos rea izando, simplemente con el fin de aunar voluntades hacia una Convivencia espiritual, sin distinción de nombres ni etiquetas, respetando todos los puntos de vista de cada grupo y escuela, basándonos en las coincidencias solamente para esa finalidad.

9. P. ¿En qué forma la Reencarnación, según Ud. podría beneficiar a la medicina?.

R. Son innegables los beneficios que aportaría a la medicina la Reencarnación si los médicos se valieran de su aplicación hacia los enfermos. Pero sin duda que en tanto los vastos conocimientos de la medicina no estén ampliados por la sicología espiritual y orientada hacia la psicosíntesis, los doctores no se inclinarán a diagnosticar apoyados en la Reencarnación. Sin embargo, cuando la Reencarnación sea aplicada a la medicina, se podrá comprobar como gran número de las enfermedades provienen de deudas kármicas contraídas en vidas pasadas y que afectan a la entera personalidad. Apoyándose la medicina en la Ley de la Reencarnación, los médicos verían también que la enfermedad y la salud dependen de causas internas, no simplemente patológicas o microbianas del ser humano, sino de las energías y fuerzas puestas en acción por la determinación y voluntad del individuo en anteriores encarnaciones, y que en la actualidad expresan sus efectos. Los médicos y curadores espiritualistas, al establecer la relación existente entre la enfermedad y el Karma manifestados en el enfermo, deberían considerar que los efectos más comúnmente producidos en determinada encarnación, se debe a que entra en vigencia la gran Ley de Retribución por medio de la enfermedad. Todo el problema relacionado con las encarnaciones pasadas y en el terreno de las enfermedades, nos lleva a la conclusión que si la medicina se interesase oficialmente por la Reencarnación, ampliaría su campo de acción y eficiencia en grandes proporciones y en bien de toda la humanidad.

10. P. ¿Podrá la Reencarnación, según Ud., elaborar en los momentos actuales una nueva filosofía pedagógica?

R. En efecto se debe intentar elaborar esta filosofía pedagógica en el campo de los adeptos de la Reencarnación, para lo cual se debería contar de antemano con el material e inteligencias competentes. Porque la pedagogía ha llegado a ser hoy de gran importancia en todas partes del mundo, es por la razón que sus requisitos deben estar inspirados dentro de las condiciones modernas de rectas relaciones humanas. Al estar estas Condiciones basadas en la Reencarnación, deben expresar las ideas y conceptos fundamentales de las distintas y variadas circunstancias del mundo moderno, que aplicadas a una filosofía pedagógica reencarnacionista, puedan merecer el interés de los educadores. Esta presentación dada por primera vez en la historia de la filosofía pedagógica, y al ser adoptada en la educación contemporánea, cumplirá la función de un elevado conocimiento que contribuirá a dar el paso más importante en la espiritualidad actual y del futuro. Al enfatizar la Reencarnación y el alma en esta nueva orientación, tal vez deberá presentarse como el inicio de una tarea de entrenamiento del mecanismo de la personalidad, al objeto de que se haga responsiva a la vida del alma. La expresión creadora y el esfuerzo realizado, tendrían entonces una base espiritual que podría dar una respuesta efectiva a la pregunta ¿qué es el hombre?, la que siempre ha inquietado a los pensadores de la humanidad.

11. P. ¿Cree Ud. que la Parapsicología o Metapsíquica podrá demostrar científicamente ante el escepticismo contemporáneo la realidad de la Reencarnación?

R. No dudamos del papel que desempeña la Parapsicología a pesar del escepticismo contemporáneo, y que sus investigaciones no van más allá del análisis académico, de los “tests” y de algunos aspectos del psiquismo inferior. Ciertamente que su aceptación científica y de sus postulados a nivel universitario en varios países, confirman la actividad que se lleva a cabo en estas investigaciones. Sin embargo, es aventurado afirmar o negar si la Parapsicología o Metapsíquica llegará a demostrar científicamente la realidad de la Reencarnación. Sabemos que el axioma “buscad y encontraréis”, contiene el significado de una Ley divina; tampoco ignoramos que si las Leyes de Dios se cumplen adecuadamente, con sinceridad y buenos propósitos, más temprano o más tarde dan sus benéficos y favorables resultados. Por lo tanto, creemos que según sean las intenciones y los fines que persigan en esta búsqueda los implicados científicos parapsicólogos o metapsíquicos, así serán las evidencias obtenidas, positivas o negativas, en el campo de la espiritualidad y en particular en demostrar la realidad de la Reencarnación.



12. P. Sí Ud. considera que la Reencarnación es una verdad, ¿por qué factor especial el hombre no recuerda sus vidas anteriores?

R. Soy un convencido de la verdad de la Reencarnación evidenciado en las razones expuestas y, además, por que el proceso evolutivo del hombre, que comprende la expansión de la conciencia o desenvolvimiento progresivo de las cualidades superiores del alma humana, no tendría posibilidad alguna de alcanzar los elevados niveles a que está destinada si no mediara la Ley de la Reencarnación. Porque la duración de una sola vida es insignificante para la oportunidad que ofrece al desarrollo que el alma humana debe alcanzar, significando de consiguiente, cada vida que vive el hombre, una pequeña fase o etapa en la vida del alma, debiendo repetir el proceso de reencarnar hasta que logre su esplendor, lo que es difícil y demoroso.
No obstante todo lo mencionado, la Ley de la Reencarnación es un misterioso proceso cósmico y humano; quienes conocen por experiencia la realidad de este retorno, rechazan de plano los pormenores fantásticos e imposibles que algunos individuos exponen como realidades. Una definición satisfactoria se encuentra en el libro “Nuevas Residencias para Nuevos Hombres”, pág. 123, de la escritora Dane Rudhyar, en donde dice: “La estructura individual de cada nueva manifestación, está por fuerza condicionada por todo lo que se realizó en el pasado y por el remanente y los fracasos hallados en los registros de la naturaleza, en la memoria de la sustancia universal”. Reflexionando profundamente las palabras de Rudhyar, obtendremos una va liosa respuesta al por qué el hombre no recuerda sus vidas pasadas. Sin embargo, podríamos exponer algo, quizás, del por qué no recordamos nuestras anteriores vidas; por ejemplo: que el cerebro y la mente concreta, únicos medios desarrollados en general hasta el presente para pensar y recordar, en cada vida son nuevos y por lo tanto no pueden recordar las pasadas vidas. Qué tal vez, “los átomos permanentes” contienen la memoria de cuánto fuimos, y que lo registraremos cuando alcancemos la plenitud del desarrollo, o bien, cuando establezcamos contacto con “los registros de la naturaleza”, llamados también por los hindúes “los planos akåsicos”; entonces recordaremos todo lo que fuimos. No obstante, creemos oportuno preguntar: ¿acaso aceleramos nuestro progreso evolutivo sabiendo o ignorando lo que de mal o de bien hicimos en las otras existencias?...
Difícilmente podremos ver más allá de las amplias generalizaciones que poseemos en la actualidad. Pero será bueno que sepamos que todas nuestras dificultades y problemas a nivel de la humanidad, provienen de no aceptar las responsabilidades y obligaciones de esta Ley fundamental. La Ley de la Reencarnación encierra en sí el conocimiento práctico que los hombres necesitamos hoy para conducir recta y correctamente nuestras vidas en todos los aspectos humanos: religioso, político, económico, educacional, comunal y privado, estableciendo así rectas relaciones entre la Humanidad y la vida de Dios que se manifiesta en todas las formas existentes y para que lleguen a tener conciencia de Él.

Que la Luz y el Amor Divinos, establezcan el Plan de Dios en la Tierra.