Antecedentes de su origen
El hecho de
que la navidad o natividad (nacimiento de Jesucristo) se conmemore el 25 de
Diciembre, no significa necesariamente que este hecho haya acontecido en esta
fecha. Las modernas investigaciones históricas y filológicas sobre este evento
parecen convenir que esta fecha no corresponde realmente al hecho en sí. Según
parece todo apunta a que el nacimiento de Cristo se haya producido en realidad
en Marzo o Abril, es decir en primavera en el hemisferio norte.
Entonces,
¿por qué se conmemora este magno acontecimiento el 25 de Diciembre? La Fe
cristiana sostiene que Jesucristo fue concebido por obra y gracia del Espíritu
Santo, en el vientre de una santa virgen como era María. La Fecha de nacimiento
de la concepción divina fue escogida per las autoridades eclesiásticas una vez
que se instauró la Iglesia Católica como la religión oficial del Imperio
Romano, es decir, unos 300 años después del supuesto acontecimiento. Esta fecha
fue escogida, entre otras cosas porque el 25 de Marzo se supone no sólo el
aniversario de la crucifixión, sino que también la anunciación de la Virgen,
vale decir en esta fecha se produce la divina concepción en el vientre de
María. Por lo tanto nueve meses después exactamente debía nacer el sagrado
producto de esa unión, ya que este es el tiempo que corresponde a la gestación
perfecta en el género humano.
Pero, cabe
preguntarse ¿esta es la única razón para estas fechas? La verdad es que no. Existen
razones muchos más trascendentes que aquellas que sólo nos llevan a un ajuste matemático
con los ciclos biológicos de los seres humanes. El 21 de Marzo corresponde al
equinoccio de primavera, momento en el cual renace la naturaleza, germinan las
plantas, se expresa la fuerza creadora en el medio ambiente. Por otra parte el 21
de Diciembre corresponde al solsticio de invierno, fecha en la cual el sol, aparentemente,
se ha alejado lo máximo de los hombres y comienza su camino de retorno, por lo
tanto nace nuevamente la esperanza. Cabe destacar que las fechas citadas para
estos estos dos eventos astronómicos corresponden al hemisferio norte. En el
hemisferio sur, las cosas son totalmente
opuestas, sin embargo, el cristianismo se desarrolló en el hemisferio septentrional,
por eso debemos ver las cosas desde esta perspectiva.
Solsticios y Equinoccios en el Hemisferio Norte
Seguramente habrán
notado la extrema cercanía entre las fechas de equinoccio y solsticio, y las
fiestas de conmemoración religiosa católica de que hablábamos al principio. Todo
esto no es pura coincidencia, ha sido planeado para que así sea. La concepción divina
(Anunciación de la Virgen) se lleva a cabo en el equinoccio de primavera, es
decir en el momento preciso en el cual se expresa la energía cósmica en la
naturaleza.
Que mejor
fecha para una Gran Germinación que la fecha en que comienza la primavera. Cabe
hacer notar que el año nuevo se celebraba en el equinoccio de primavera, es
decir el 21 de Marzo en el hemisferio norte. Es decir, en esta fecha se daban
inicio las cosas en un nuevo ciclo que constituía un año. Sin embargo,
posteriormente con las innovaciones del calendario llevadas a cabo
fundamentalmente per Julio César y por Augusto César, esta fecha ha sido
desplazada al 1 de Enero.
Por otro lado,
no puede ser más propicia la fecha del nacimiento, a aquella que corresponde al
retorno del sol. En el solsticio de invierno nace la esperanza, porque el sol físico
comienza su camino de vuelta para alumbrarnos cada vez con más calor y mayor cantidad
de luz y poco a poco sacarnos del periodo de oscuridad en el cual estamos inmersos.
De esta misma forma el nacimiento de un Gran Redentor de la humanidad es la
esperanza y la promesa de ese Gran Sol Espiritual que retorno para guiarnos en
la luz de su Verdad y en el calor de su Bondad.
Estas
verdades no son patrimonio de la fe cristiana, sino que fueron tomadas de las formas
religiosas que existían con anterioridad. No obstante, era necesario un cambio
en la forma, aunque la idea se mantenga, ya que es de trascendencia divina.
La historia
del esoterismo nos plantea que el Ideal, el cual transfunde del Creador, es enseñado
a les seres humanes, a fin de que estos cada vez más vuelvan a su origen celestial.
Este Ideal es uno sólo, sin embargo se va desarrollando a través de las edades dentro
de distintas formas. Para la evolución de la humanidad es necesario las formas religiosas
y para otros el Ideal tal cual se enseña en las Escuelas de Iniciación Real.
Pero sea de una manera u otra, a medida que el tiempo pasa y la humanidad evoluciona
se hace indispensable cambiar los modelos de expresión. Por esta razón es que
se establecen ritos, ceremonias, enseñanzas distintas a las religiones
antiguas, porque es necesario cambiar de formas cuando las antiguas ya no
sirven o han degenerado, como sucede con todas las manifestaciones formales.
Sin embargo, la base fundamental de la nueva religión sostiene aquellas cosas
que son trascendentes y universales, y solamente, les cambia nombre, manteniendo
el mismo espíritu.
Avalando las opiniones
de los esoteristas, se puede observar que históricamente las religiones y
Escuelas de Desarrollo anteriores al cristianismo, celebraban fiestas muy especiales
en las fechas cercanas al solsticio de invierno.
Para les
creyentes de la religión del dios Mitra, el 25 de Diciembre era el aniversario
del “Sol Invicto”, una fiesta en que se celebraba el nacimiento del Sol
Invencible. Según su tradición, Mitra habría nacido de una roca el 25 de
Diciembre. Cabe hacer notar que se consideraba a Mitra como un redentor de la
humanidad y un intermediario entre les seres humanos y el Padre Creador.
Por otra
parte el 25 de Diciembre era para les romanos el fin de las Saturnalias, siete días
de fiestas paganas con que celebraban en solsticio de invierno, en honor a Saturno,
que también era dios de la agricultura.
Los puebles nórdicos
en el solsticio de invierno llamaban al sol, que había llegado al máximo de
alejamiento, a través de antorchas que colocaban en los abetos y hogueras en los
bosques. De aquí surge la tradición del árbol de pascua. La lógica en esto es
que lo similar se atrae. Por ello es que el fuego de las antorchas era un
llamado a su hermano mayor: el fuego del Sol.
Así como estos
ejemples, existen muchos más que nos indican que la navidad es una fiesta que
en esencia se arrastra mucho antes del cristianismo, la cual por contener
verdades esenciales y cósmicas fue adoptada per la naciente religión cristiana
como la fecha más apta para conmemorar la venida del Gran Redentor de la humanidad:
Cristo.
El verdadero sentido de la navidad
Es una lástima
que una fecha en la cual se celebra algo tan trascendente y universal haya perdido
su verdadero significado, para caer en una fiesta en la cual combaten las ideas
de Buena Voluntad, de Amor y Paz por un lado , y la del consumismo, el personalismo
y egoísmo por el otro.
Actualmente
la navidad es un indicativo de compras, regalos, compromisos, engalanamientos y
adornos, etc. En esta época que debería ser la época del amor, unidad y fraternidad
universal, las personas se han olvidado de lo superior, de su erigen celestial.
Simplemente queda, en la mayoría de los casos, el compromiso de intercambio de
bienes materiales. Sin embargo, cabe preguntarse ¿dónde está y cuál es el
espíritu verdadero u original de la navidad?
Aún existen vestigios
del ánimo original de la navidad. Por esta razón es que es la fiesta que
inspira amor y paz; y es la más universal que existe en el planeta. Les distintos
puebles, sean o no cristianos, en su mayor parte reservan un espacio de sus quehaceres
a la meditación de la paz y de lo superior en el planeta.
Ne obstante,
es necesario que nos preguntemos cada uno de nosotros en algún momento de
quietud y soledad individual, ¿cómo contribuyo a la realización del Ideal Crístico
en la tierra?
El nacimiento
del Redentor debe acontecer siempre los 25 de Diciembre, no importa cuantas
veces sea. Este nacimiento debe verificarse dentro de cada uno de nosotros.
Cada uno en el silencio, la meditación y la oración podrá ser agraciado con el
nacimiento interno del Cristo que mora dentro de sí.
Cada ser
humano lleva en su interior la Chispa Divina, el Christos griego, y es responsabilidad
nuestra permitir que nazca en nuestro seno. Recordemos esto esta natividad, y propongámonos
dedicar, aunque sea un momento, nuestro ofrecimiento a lo superior. Procuremos
convertirnos en los reyes magos y
regalémosle a nuestro Redentor (Yo superior), los mejores regalos que podamos
obtener, es decir, nuestras virtudes y objetivos superiores y mejores, entre
los que marchan a la vanguardia: la Fe, la Caridad y la Esperanza.
ALV
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