viernes, 2 de noviembre de 2012

PSICOLOGÍA Y ESPIRITUALIDAD



A continuación un documento de la Orden Rosacruz AMORC, llamado manifiesto número 16. Y no estoy cayendo en infidencia iniciática, ya que estos manifiestos, según lo expresa la misma Institución de la cual emanó "pueden ser prestados a aquellas personas que sientan interés por la filosofía rosacruz o por las investigaciones científicas, literarias o artísticas".

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En sus comienzos, la psicología era una ciencia empírica que estaba en estrecha relación con la espiritualidad. Además es interesante señalar que en la mayoría de las obras de referencia siempre es definida como el “Conocimiento del alma humana” y se considera que forma parte de la metafísica. Sin embargo, es fácil comprobar que esta relación se ha ido perdiendo con el paso de los siglos y que esta ciencia metafísica se ha ido racionalizando. No podemos dejar de señalar que este estado de cosas es lamentable y que plantea el problema del aproximamiento que debe producirse a medio plazo entre la psicología y la espiritualidad. Este tema es el que vamos a considerar en este Manifiesto, y va a ser desarrollado en siete puntos considerando ciertas constantes o hipótesis.

1er. punto: “El callejón sin salida en el que se encuentra parte de la psicología contemporánea” 

Como todo el mundo sabe, gran parte de la psicología contemporánea está basada en los escritos de Freud, neurólogo y siquiatra austriaco nacido en l856 en Friburgo, Moravia. Freud, a su modo, fue un personaje genial creador de lo que conocemos como “psicoanálisis”. Con mucha perseverancia y una gran fuerza de carácter, quiso mostrar a los científicos de la primera mitad del Siglo XX la importancia del inconsciente. Sin embargo, la visión freudiana fue demasiado racionalista, puesto que Freud la utilizó para dar criterios racionales a sus hipótesis y teorías a fin de que resultaran más creíbles a los ojos de los sabios de la época. Tal proceder le condujo a considerar como sublimaciones muchos fenómenos de orden místico, religioso o artístico. Pero los tiempos han cambiado desde entonces, especialmente en el aspecto sociocultural, por lo que es fácil comprobar que en la actualidad la existencia del inconsciente es admitida por casi todo el mundo, incluso por aquéllos que no están familiarizados con la psicología y el psicoanálisis.

Los escritos freudianos constituyen una clave de lectura y dan respuesta a importantes cuestiones sobre la estructuración del Yo, particularmente en la infancia, en la adolescencia, en los comienzos de la vida adulta y en el desarrollo psico―afectivo del ser humano. Sin embargo, comprobamos que en la práctica de la psicoterapia cotidiana estas teorías psicológicas clásicas ya no bastan o no convienen a muchos individuos, especialmente, a aquéllos que no vislumbran en ellas ninguna respuesta a las preguntas fundamentales que se plantean o que se han planteado en el pasado. En el final del siglo XX, cargado de todo tipo de trasforma­ciones, estas teorías clásicas parecen demasiado limitadas a los ojos de muchos, probablemente porque no tienen suficientemente en cuenta —la dimensión espiritual de la naturaleza humana. Por eso, el análisis exclusivamente freudiano ya no se adapta a la sociedad actual.

2º punto: “La Crisis existencial actual experimentada a nivel colectivo ya nivel individual”.

En la actualidad, el planeta entero vive una verdadera crisis existencial. Para convencerse de ello, basta con considerar la actualidad mundial y todos los problemas a los que se enfrenta la humanidad tanto en el plano familiar, como social, económico o político. Esta crisis se experimenta por igual en el plano colectivo y en el plano individual, lo que explica que estemos asistiendo a todo tipo de tentativas y propuestas de cambio que unas veces son graduales y otras brutales. Con frecuencia este fenómeno va necesariamente acompañado de tomas de consciencia a menudo dolorosas, ya que se oponen a las costumbres o  dan una impresión de regresión. Puesto que lo colectivo y lo individual permanecen unidos, nos encontramos frente a una situación en la que se producen numerosas depresiones nerviosas. De hecho, se podría decir que nunca ha habido tantas personas depresivas como hay en el momento actual, lo que es significativo de los agitados tiempos que viven las sociedades modernas.

En numerosos casos, el estado depresivo de un ser humano es una llamada de su interior. Suele significar que la persona se encuentra insatisfecha afectiva, profesional o espiritualmente y que esta insatisfacción le produce un sentimiento de malestar. Lo que es necesario retener en este aspecto, es que en nuestra época existe mucha gente que está insatisfecha interiormente y que no consigue dar un sentido a su vida. Educados en un determinado contexto religioso, a menudo se han salido de él, pero no lo han reemplazado por otro, lo que les produce una insatisfacción y una llamada de las profundidades de su ser. Esta es la causa de que no sea raro contemplar como algunas personas comienzan un camino religioso o místico después de haber sufrido una depresión o una enfermedad orgánica que les ha obligado a reflexionar sobre temas que aparentemente habían dejado de lado. En último análisis; la principal causa de la crisis existencial que atraviesa la humanidad tanto en el plano colectivo como en el plano individual, es de naturaleza espiritual. Lo que significa que las respuestas habituales de la psicología no bastan para resolver este estado de crisis. Como atestiguan muchas encuestas serias, son muchos los individuos que sienten la necesidad de una trasformación en profundidad de su propia existencia y de la sociedad misma, debiendo integrar esta trasformación los diferentes componentes del ser. Este hecho debe inducir a un número cada vez mayor de buscadores a proponer metodologías que incluyan la psicología y la espiritualidad.

3er. punto: “El papel cada vez más importante desempeñado por teorías como la reencarnación o por facultades místicas tales como la intuición, la telepatía, etc.”. 

Es evidente que el horizonte psicológico se verá considerablemente modificado cuando sean tomadas en serio por un mayor número de científicos, teorías como la reencarnación o facultades místicas tales como la intuición; la telepatía, la proyección psíquica, la curación a distancia, la comunión con otros planos de consciencia, etc. Imagine lo que podría ser la psicoterapia cuando integre las nociones de la reencarnación, del karma y de las facultades trascendentales. A partir de ese momento ya no tendrían la misma connotación y el mismo significado los acontecimientos pasados, presentes y futuros. Françoise Dolto, conocido psicoanalista, gustaba decir a quienes no paraban de quejarse de sus padres de modo repetitivo: “Pero ¿sabe que es usted quien ha elegido a sus padres?”.   En cuanto a Víctor Frankl, otro psiquiatra célebre que sobrevivió cinco años en un campo de concentración, solía responder a quienes se lamentaban demasiado a menudo de no esperar ya nada de la vida: “¿Y qué es lo que la vida espera de usted?”   Dos tipos de respuesta similares a las particulares fórmulas utilizadas por los Maestros orientales y cuya finalidad es abrir una puerta en las  profundidades de la consciencia para orientar a los hombres hacia la búsqueda del sentido que deben dar a su existencia. Ahora bien, ¿qué es lo que podemos observar en la mayor parte de los seres humanos?

- Que no tienen en cuenta las leyes de la naturaleza.
- Que utilizan menos del 10 %.de su potencial cerebral. 
- Que todos poseen facultades psíquicas que no piden sino ser desarrolladas, pero que permanecen             abandonadas demasiado a menudo. 
- Que no conceden suficiente interés a la espiritualidad.

Sin embargo, a partir del momento en que todos estos factores sean tomados en consideración, se producirán cambios en el plano psicológico y en el plano espiritual. No se trata en ningún caso de proponer una política de superhombre a la búsqueda de poderes sino, por el contrario, de facilitar la expansión del ser hacia la perspectiva de mayor sabiduría al servicio del prójimo. Entre los elementos importantes que se mencionan con más frecuencia están las funciones respectivas del cerebro derecho y del cerebro izquierdo. Como corrientemente Se enseña, la parte derecha se ocupa de la intuición, de los sentimientos, de la creatividad, de la inspiración y de la comunicación no verbal. En cuánto a la parte izquierda, se ocupa de lo racional, de la memoria, del análisis, del lenguaje, de la síntesis. Los contactos con los planos de consciencia superiores se efectúan especialmente con la ayuda del cerebro derecho, pues es más receptivo y más intuitivo. En estado de meditación o de relajación, existe una mayor sincronización entre la parte derecha y la parte izquierda, de modo que el contacto alcanzado con la ayuda de la parte derecha puede concretarse en palabras o escritos estructurados por medio de la parte izquierda racional. Además, esta sincronización es más fácil cuando los centros psíquicos están suficientemente desarrollados. Por otra parte y, tal como piensan ciertos autores, el trabajo espiritual facilita la activación de nuevos circuitos neuronales que ayudan incluso a cambiar el modo habitual de pensamiento.

Como demuestran las explicaciones anteriores, sería muy útil que la psicología actual considerara el estudio de su aspecto místico a fin de devolver a esta ciencia toda su dimensión espiritual. Esto implicaría que los propios psicólogos y psiquiatras se volvieran hacia la espiritualidad. Hace algunos años, Carl Rogers, conocido psicoterapeuta, escribió lo siguiente: “Quizás veamos en la próxima generación psicoterapeutas llenos de esperanza, liberados de las defensas y resistencias universitarias, que se atrevan a buscar una vía lícita que ya no esté circunscrita por los cinco sentidos, una realidad en la cual el pasado, el presente y el futuro formen una unidad, en la que el espacio deje de ser una barrera y donde ya no exista el tiempo, una realidad que sólo podrá ser percibida y conocida si permanecemos pasivos en vez de buscar activamente el conocimiento. Estos son los desafíos más fabulosos para la psicología”.  ¿Palabras de un visionario? En este caso, su visión concierne a los decenios que están a punto de llegar.

4º punto: “El interés de asociar en la búsqueda psicológica y espiritual a los buscadores de disciplinas, técnicas y metodologías diferentes”.

Nos encontramos en los comienzos de la era de Acuario, en un período transitorio donde se entremezclan las influencias del final de la era de Piscis con las del comienzo de la era de Acuario. En todos los aspectos de la vida cotidiana se están produciendo cambios. A través de estos cambios vemos aparecer nuevos valores basados en la colaboración, en la participación común, en compartir, en la evolución de grupos, en la creatividad colectiva, etc. Lo que parece caracterizar los tiempos que vienen es que en la mayoría de los campos, ya se trate de investigación, pedagogía, terapéutica, arte, etc., ningún individuo aislado podrá asumir solo el objeto de su actividad. Del mismo modo, ninguna nación sola será capaz de evolucionar positivamente y de asumir eficazmente sus propios problemas. El trabajo colegiado, con el complemento de los conocimientos y el respeto mutuo de las competencias, se ha convertido en una necesidad. Ya no Se trata de una alternativa para vencer o ser el mejor, como ocurría hasta ahora con demasiada frecuencia, sino en la perspectiva de actuar conjuntamente para el mayor bienestar de la colectividad humana. Si se aplica como es debido, esta complementariedad de los conocimientos pondrá de relieve el sentido comunitario al mismo tiempo que respeta los intereses individuales. Es decir, contribuirá al desarrollo de la fraternidad entre todos los hombres y permitirá que cada uno tome consciencia de la necesidad de vivir en mutua armonía.

5º punto: “La aceptación de un nuevo paradigma médico-psicológico en el campo de las ciencias de la salud”. 

Marilyn Ferguson, autora de “Los Hijos de Acuario”  cita como puntos principales (algunos han sido un poco modificados):
- La búsqueda de las estructuras y de las causas, además del tratamiento de los síntomas.
- El enfoque integral que tenga en cuenta el conjunto del paciente.
- Acentuar los valores humanos.
- La empatía como componente de la relación de ayuda.
- La enfermedad vista como resultado de una desarmonía interior.
- La intervención mínima con una tecnología apropiada, de común acuerdo de todo un abanico de técnicas no traumatizantes (psicoterapia, fitoterapia, trabajo corporal, alimentación biológica, relajación, etc.).
- El cuerpo visto como un sistema dinámico, un campo de energía en el interior de otros campos.
-  La voluntad de alcanzar un mejor estado, un bienestar y ¿por qué no? al propio ser.
- El paciente como ser cada vez más responsable y autónomo.
- El terapeuta profesional como compañero terapéutico.
­- El continuum Soma-psique.
­- El papel del psiquismo en el proceso de la enfermedad y  de la curación.
- El interés de las informaciones cualitativas que incluyen las relaciones subjetivas del paciente y de la intuición del terapeuta.
­- La importancia de la prevención que engloba diversos aspectos de la vida: corporal, psico-afectiva, profesional, espiritual.

Hay numerosos puntos comunes entre los conceptos de Marilyn Ferguson y la filosofía rosacruz, En efecto, ambos revelan, una actitud constructiva ante la vida, actitud basada en la búsqueda de la armonía y en la utilización del pensamiento positivo, magnífico medio para preservarse de la contaminación psicológica y psíquica.

6º punto: “La elevación de la consciencia colectiva”.

Todo individuo que despierta su consciencia espiritual está aportando una contribución a la evolución de la consciencia colectiva de la humanidad. Cada vez son más las personas que se interesan por los misterios que se salen de lo corriente, que son conscientes de que existen otros planos de consciencia, otras dimensiones en el universo, que se plantean preguntas acerca de la muerte y de la vida después de la muerte, sobre las razones mismas de su existencia, etc. Más o menos conscientemente, se sienten atraídas por el misticismo y comienzan un peregrinaje interior que les conducirá progresivamente a descubrir la  Conciencia Cósmica. El gran acontecimiento del siglo XXI podría ser quizás el desarrollo de esta consciencia superior en un máximo de individuos. ¿Utopía? Entre la utopía y la realidad, la mayoría de las veces no hay más que la perseverancia de algunos hombres de fe, de conocimiento y de luz. Además, el acceso a esta supra-conciencia constituye el objetivo a alcanzar por todos los seres humanos.

En su obra “Consciencia Cósmica”, el psiquiatra canadiense Richard Bucke narra de esta manera el estado de consciencia que está más allá de la consciencia ordinaria: “Este término traduce una experiencia   en el transcurso de la cual se vive la unidad del Cosmos y en la que nos percibimos en él (y no fuera de él como muchos podrían imaginar); la experiencia va acompañada de un sentimiento de paz profunda, de plenitud  y de amor por todos los seres. Es la expresión directa del funcionamiento  de la razón de ser del universo, de la relatividad de las dimensiones del tiempo y del espacio, de la insignificancia y de la ilusión del mundo en que vivimos. Estas percepciones van frecuentemente acompañadas de una iluminación, al menos, esto es lo que describen los místicos en sus visiones. Esta experiencia es en general el resultado de una larga y lenta evolución y marca el principio de una profunda trasformación hacia los más altos valores de la humanidad”.  Aunque de forma variada, se encuentran descripciones análogas en seres tan diferentes como Jung y San Juan de la Cruz. Jung, el psiquiatra, se vuelve hacia el Ser cósmico y San Juan de la Cruz hacia las visiones espirituales llenas de amor puro: Un "psi” y un "espi” que nos lleva a evocar nuestro séptimo y último punto.

7º punto: "El encuentro entre el “psi” y el “espi” lo psicológico y lo espiritual”.

Al igual que el sueño participa del despertar del ser, lo psicológico puede ayudar al desarrollo de lo espiritual. Pero de la misma manera que el despertar del ser favorece la llegada de grandes sueños místicos o de ensueños, la espiritualidad puede favorecer la eclosión de nuevos enfoques psicológicos. En el mundo de la consciencia humana, todo permanece unido. Es posible, por lo tanto, suponer que el porvenir de la psicología actual debe pasar por la espiritualidad. Pero, como hemos indicado anteriormente, ¿ocurre lo mismo en todos los campos? ¿Y no será recurriendo a lo espiritual como se podrán resolver la mayoría de los problemas a los que están sometidas nuestras sociedades modernas? En cualquier caso, para que sea posible la unión entre el "psi" y el "espi”, hay que contemplar dicha unión desde una perspectiva de apertura en un porvenir que tendrá en cuenta las necesidades materiales y las aspiraciones espirituales del hombre del siglo XXI. Es, por tanto, para las generaciones futuras, para los verdaderos hijos de Acuario, para los que debemos trabajar y establecer las bases de un mundo más altruista y, por consiguiente, más fraternal.

Estos siete puntos:
I) El callejón sin salida en el que se encuentra parte de la psicología contemporánea,
2) La crisis existencial actual experimentada a nivel colectivo y a nivel individual,
3) El papel cada vez más importante desempeñado por teorías poco comunes y por las facultades místicas,
4) El interés de asociar en la búsqueda psicológica y espiritual a los buscadores de disciplinas, técnicas y metodologías diferentes,
5) La aceptación de un nuevo paradigma médico—psicológico en el campo de las ciencias de la salud,
6) La elevación de la consciencia colectiva,
7) El encuentro entre el “psi" y el "espi",
 pueden ayudarnos a reflexionar sobre la necesidad de un acercamiento y de una complementariedad, de una colaboración entre la psicología y la espiritualidad desde una perspectiva de apertura hacia un porvenir puesto al servicio de la Sabiduría y del Amor Universal. Es importante que la ciencia se reconcilie con el misticismo en todos los aspectos, pues esta es la condición para que la humanidad no se extravíe en la vía de su propia regeneración y pueda responder a sus propias exigencias.

LOS CUATRO ELEMENTOS: FUEGO, AIRE, AGUA Y TIERRA.



INTRODUCCIÓN.

La humanidad desde siempre ha intentado de determinar si existe una esencia en la Naturaleza; representación de la realidad tangible; y con mayor razón esta inquietud se discute hacia el interior de los Colegios Iniciáticos desde hace milenios.

Los iniciados, siempre buscando más allá de lo evidente, la causa de los efectos, quieren identificar “el Alma” de la Naturaleza. Los filósofos de la antigua Grecia, participantes de los Misterios iniciáticos, intentan descubrir esta esencia, y es así como gran parte de ellos encuentran distintas causas, pero siempre en torno a distintos elementos bien definidos.

La gran influencia sobre la ciencia (después de Cristo) y en el Medioevo, e incluso después, la establece Aristóteles, quien plantea que la materia está hecha sobre la base de cuatro elementos -Fuego, Aire, Agua y Tierra- y cuatro cualidades –eco húmedo, frío y caliente-, las cuales derivan de los elementos citados.
Pero esta idea no es propia de Aristóteles, sino que se ha venido desarrollando por centurias al interior de los Templos de los Misterios, y simplemente él se encarga de divulgarla fuera de estos bastiones de conocimiento y espiritualidad.

Durante el Renacimiento, la ciencia cuestiona o por lo menos comienza a hacerlo, gran parte del postulado aristotélico referente a la Naturaleza, y es así como se determinan sólo tres estados de la materia: gaseoso (aire), líquido (agua) y sólido (tierra). 

Al mismo tiempo la ciencia tradicional, al poco andar, comienza a adoptar una posición mecanicista y materialista respecto al papel de estos tres estados de la materia, extendiendo esta visión a la naturaleza toda. Los científicos se comienzan a escindir de la filosofía y más aún de la religión, y declaran que el universo completo obedece a Leyes naturales que están por descubrirse. Y a esto último se aboca la ciencia con gran denuedo.

No obstante, habiendo pasado ya varios siglos, la ciencia tradicional nuevamente está redescubriendo el cuarto estado: energético, radiante o plasmático, el cual corresponde al fuego. Una vez más la ciencia avala lo que se sabe desde hace milenios.
    Sólido                    Líquido                Gaseoso              Plasma

LOS CUATRO ELEMENTOS Y EL SER HUMANO.

Estos cuatro elementos como símbolos de los cuatro estados de la materia estructura la naturaleza tangible o sensible; y de acuerdo a un axioma o ley hermética: “Como es arriba es abajo”, los iniciados infieren que ellos también componen nuestro ser tangible. Es un hecho que nuestro organismo posee elementos sólidos (tierra), principalmente representado en el sistema óseo (minerales); elementos líquidos (agua), generalmente asociado al sistema circulatorio, no obstante nuestro organismo está constituido de aproximadamente un 90% de agua; elementos gaseosos (aire), asociado al sistema respiratorio, dada la relación directa con el aire que se necesita para vivir. Finalmente tenemos los elementos energéticos (fuego) que pueden relacionarse con el metabolismo y el sistema nervioso en general, ya que en la transmisión del impulso nervioso están involucrados procesos electromagnéticos, de la misma forma el sistema muscular.

LOS CUATRO ELEMENTOS Y LA SALUD.

Dado que los cuatro elementos se relacionan o están representados en nuestro organismo; la adecuada relación con cada uno de ellos puede conferirnos grandes beneficios para nuestra salud, vigor y vitalidad.
El elemento tierra guarda relación con los minerales que consumimos. Con este fin es importante tratar de consumir vegetales frescos y productos lácteos, que proporcionan vitaminas y minerales.

También es importante tener contacto con la tierra, cualquiera sea su forma o manifestación: arena, pasto, tierra propiamente tal, rocas o piedras, etc. El planeta tiene un gran imán y estas facultades magnéticas pueden ser transmitidas a nosotros especialmente a través de nuestros polos naturales, a saber: las plantas de los pies, las palmas de las manos y la cabeza. Por ello es una buena práctica caminar en las mañanas a pie desnudo sobre el césped fresco, procurando no entumecerse, para lo cual una vez terminado esta caminata (que no debe ser extensa, al menos al comienzo), rápidamente limpiarnos y secarnos los pies, y abrigarlos con calcetas y calzado adecuados. También es importante considerar en este punto evitar, hasta donde sea posible, los elementos aislantes para nuestros pies, manos y cabeza y procurar caminar en lugares naturales tanto como podamos hacerlo.

El elemento agua posee características muy notables y especiales. Es fácilmente magnetizable, y aprovechándonos de esta característica podemos impregnar positivamente un vaso de agua fresca cuando realizamos nuestros ejercicios espirituales, especialmente en la mañana al levantarnos y en la noche al acostarnos a dormir. Por lo que podemos beber de esta agua una vez finalizados dichos ejercicios, lo que traerá grandes beneficios a nuestra salud y armonía física y etérica.

Finalmente, también debemos considerar las diversas técnicas que dicen relación con el agua y la salud: hidroterapias, algunos ejemplos: abluciones, baños genitales, etc.

El elemento aire tiene connotaciones importantísimas para nuestra salud y bienestar. De hecho también es vital y por ello es muy importante saber respirar en forma adecuada. Si bien es cierto la respiración es inconsciente (el proceso está supeditado a sistemas automático a través del  sistema nervioso autónomo principalmente), conscientemente se puede alterar, y de hecho mejorar. Debemos acostumbrarnos a respirar en forma completa, comenzando por llenar de aire las zonas bajas del pulmón, y luego ir subiendo hasta que finalmente llegue el aire a la zona clavicular. Lamentablemente por razones de condicionamiento social y por el acelerado y antinatural  sistema de vida actual, especialmente en las grandes urbes, la mayoría de la gente sólo respira con la parte superior de los pulmones, reduciendo peligrosamente su capacidad pulmonar.

También es importante considerar lo que dice relación con los iones negativos en el aire. El aire se ioniza producto de la acción energética del entorno (vientos, sol, aguas, etc), y las partículas al ionizarse en determinada forma provocan un efecto directo en la salud de las personas que lo ingieren, un efecto saludable y vitalizador. De ahí la necesidad de poder respirar, aunque no pueda ser todo el tiempo, aires frescos y limpios, como aquellos de las orillas de mar, o en las montañas, lugares naturales espaciosos y abiertos, donde los vientos hacen circular constantemente aire fresco . 

  Finalmente el elemento fuego está representado por la fuente energética natural más importante que es el sol, por lo tanto las prácticas de medicina natural se relacionan con el astro rey son principalmente los baños solares, los cuales deben realizarse a las horas del día en que sus rayos no impacten con toda su potencia, la mañana especialmente. Estos baños deben hacerse progresivamente, comenzando con los pies y manos al descubierto, y luego de algunos días llegar a estar lo más desnudos posible. Nunca sobrepasar los treinta minutos de exposición. A medida que hacemos estos baños solares, imaginemos que la energía solar ingresa por nuestras palmas y plantas.

LOS CUATRO ELEMENTOS Y EL ESOTERISMO.

Iniciáticamente se sabe o se postula que las cosas no son obra de la casualidad, sino más bien de la causalidad. De la misma forma también se afirma que las cosas y seres de la naturaleza, tienen una contraparte en planos no físicos, encontrándose aquí las inteligencias que animan y dan forma a estos distintos elementos. Una idea que la ciencia tradicional, desde hace algunas centurias, no participa, expresando un modelo más bien mecanicista del mundo. No obstante, hoy en día la ciencia ortodoxa también poco a poco está compenetrando este punto de vista materialista y mecanicista del mundo con una idea de que existen niveles más sutiles de energía que interactúan con la materia; algo que el esoterismo ha planteado desde siempre.

De esta forma los cuatro elementos obedecerían a cuatro tipos de inteligencias que controlan, impulsan o inhiben el desarrollo de sus manifestaciones.

A estas  inteligencias se les ha dado en llamar “Elementales naturales”, y son cuatro grupos a saber:

LOS GNOMOS. Quienes controlan el elemento tierra, y en forma general o más bien folklóricamente, se les presenta como seres pequeños, macizos y rollizos y bastante taciturnos y tímidos o huraños,  que rigen todo proceso en donde se encuentra participando la materia sólida, especialmente los minerales.  Su rey es Gob, que según Manly P. Hall, en su obra “Fuerzas invisibles”, es un término que deriva de la palabra inglesa goblin (trasgo). Debido a las características de las fuerzas que gobiernan tienen sus moradas en el interior de la tierra o en directo contacto con ella y sus minerales. Debido a sus características psicológicas son difíciles de tratar aunque son metódicos y disciplinados. Su relación con la parte fisiológica del ser humano es con los órganos excretores y el esqueleto, lo que es totalmente congruente con los procesos que rigen. Están relacionados con el temperamento bilioso, en el cual predominan las glándulas digestivas y el hígado en forma especial, el cual es uno de los órganos fundamentales junto al riñón para la eliminación de las sustancias tóxicas y de desechos de nuestro organismo. Las personas que poseen este temperamento se caracterizan por ser del tipo serio, concentrado e irritable, y fácilmente caen en la melancolía, de allí que este temperamento sea llamado “melancólico".

 LAS ONDINAS, dirigen el elemento agua, su rey es Nicksa. Estos seres viven en toda parte en donde haya agua y gobiernan los líquidos en general, y por ende las fuerzas vitales del ser humano. Tienen fama de tener una apariencia muy bella, y al parecer este atributo les otorga poder; generalmente son amistosos y sirven al ser humano en el espíritu de amor y sinceridad. Poseen aproximadamente el mismo tamaño de los seres humanos, y generalmente se representan como doncellas vestidas con la espuma del mar o como sirenas; se interesan especialmente por las plantas y las flores. Como hemos visto dirigen especialmente todo aquellos procesos que tienen que ver con el aspecto vitalidad y por ende todo lo que provee la vida, especialmente los procesos de nutrición, y seguramente aunque no se menciona por Hall en los procesos reproductivos. Se asocia al temperamento llamado linfático o flemático, en donde la lentitud es una cualidad predominante.

LOS SILFOS, controlan el elemento aire. Vivirían en las cumbres de las montañas en contacto con la parte más enrarizada de la atmósfera (congruentemente con esta idea recordemos que Zeus y Júpiter son divinidades aéreas que viven en la cima de un gran monte: el Olimpo). El rey de estos Silfos es Paralda, y que según algunos esoteristas, vive en la cima de la montaña más alta de la tierra. Se caracterizan por ser seres muy variables, algunos se asemejan a seres humanos pero con proporciones distintas, generalmente tienen alas y son alegres, excéntricos, caprichosos e inconstantes. Espíritus de la naturaleza se asocian a las fuerzas mentales, además rigen los distintos procesos aéreos en toda la naturaleza y en el ser humano están relacionados con los procesos propios de los órganos de la respiración; promueven el temperamento nervioso o cefálico, a quienes otros llaman bilioso, y consiste en el predominio del encéfalo y sus funciones y los seres humanos influidos por este temperamento se caracterizan por su sensibilidad, emotividad y susceptibilidad.

Finalmente LAS SALAMANDRAS, espíritus elementales del fuego, y por supuesto rigen todo proceso en donde se ve involucrado la energía. El rey es Djin, el que se representa como un ser maravilloso y ardiente que inspira un reverente temor. Las Salamandras moran en donde se declare el fuego, por supuesto que en forma natural en los volcanes y los estratos ígneos de la tierra. Encontramos una correspondencia de estas inteligencias en los dioses romanos Vulcano y Plutón, y en los griegos Hefestos y Hades. Las Salamandras pueden adoptar formas humanas casi siempre como guerreros y envueltos en llamas. Son prontas a la acción, tempestuosos, emocionales y muy enérgicos. Debido a sus características en el cuerpo humano dirigen que dicen relación con la energía y su distribución: órganos circulatorios; el temperamento que determinan es el sanguíneo, en donde la principal característica es una gran vitalidad y siempre dispuestos a la acción.

Por supuesto que estos espíritus de la naturaleza tiene su existencia en planos o dimensiones distintas al físico o material, de tal manera que la apariencia que puedan asumir dependerá de la percepción del observador  y de las  estructuras que tenga en su mente, especialmente en su subconsciente.

Muchas veces estas inteligencias luden el contacto y la comunicación con los seres humanos, desde el momento que éstos últimos han abusado y explotado irracional y egoístamente los recursos naturales. Es más, esta es la razón por la cual contactan principalmente a los seres inocentes, especialmente los niños de corta edad; o bien aquellas personas que tienen la consciencia del respeto que se le debe a la naturaleza. He aquí la clave para comunicarse con ellos e incluso llegar a tener su colaboración en los procesos que controlan.

ALV

martes, 18 de septiembre de 2012

EL CANON - CAPÍTULO 1: INTRODUCCIÓN

A continuación el primer capìtulo, denominado: Introducción, de la obra de William Stirling: "El Canon" (La Cábala como clave de todas las cosas).
Deja bien planteada la premisa que existe un conocimiento oculto, que se expresa en el "Canon" de todas las artes antiguas, amparado principalmente por el conocimiento hacia el interior de los Templos, en las distintas formas y expresiones religiosas. Pero que en la actualidad se ha perdido este conocimiento en los actuales detentores de las formas religiosas masivas. Pero he de agregar, que según creo yo, no sucede igual en las Escuelas o Colegios Iniciáticos Reales, quienes aún se mantienen como fieles depositarios de este profundo saber milenario.

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El fracaso de todos los esfuerzos consagrados en tiempos modernos a descubrir lo que constituía el antiguo canon de las artes, ha convertido este asunto en uno de los enigmas más indescifrables que nos ha dejado la antigüedad. Es tan desalentador, que no se ha tratado el tema en absoluto. La ausencia de cualquier información explícita de los antiguos sumada a la completa ignorancia de las autoridades modernas, es suficiente para que uno se plantee presentar al lector alguna propuesta, que sea verosímil, sobre este obscuro tema. Espero, sin embargo, que la investigación de lo que parece ser una pista sobre el método utilizado por los antiguos arquitectos al construir templos, pueda resultar de alguna ayuda para esclarecer los principios que fueron la base común de las obras sobre las artes y ciencias de la antigüedad; pues parecería que había una ley canónica subyacente a la práctica de la construcción y de las demás artes.
Generalmente, esto ha sido experimentado por todos los estudiantes aplicados de la antigüedad, y se ha reparado ya en muchos signos de esta uniformidad. Pero como la base de todo en el mundo antiguo se centraba primordialmente en la religión, es en la teología antigua donde hay que buscar los fundamentos y la base del antiguo canon.
Los sacerdotes eran prácticamente los amos del mundo antiguo. Todo y todos estaban subordinados a la jurisdicción eclesiástica, y no se podía emprender ninguna obra sin su autoridad. Nadie negará que los sacerdotes estaban legítimamente autorizados a controlar la construcción de templos. Y que ejercieron este control está fuera de dudas. Por esto vemos que siempre han existido francmasones O alguna orden correspondiente a los francmasones medievales, con privilegios exclusivos y secretos necesarios para construir templos bajo la autoridad eclesiástica. Y el conocimiento que poseemos sobre los francmasones medievales es suficiente para demostrarnos que los secretos que poseían eran los de la religión, es decir, de la cristiandad medieval.
Son estos secretos de los antiguos sacerdotes, cuidadosamente protegidos por ellos mismos, y únicamente comunicados a los constructores de los templos, los que nos proponemos tratar en las siguientes páginas. Nos esforzaremos en mostrar que estos secretos, que comprenden la doctrina esotérica de la religión, se han transmitido ininterrumpidamente, al menos desde la construcción de las grandes pirámides hasta la actualidad. Evidentemente, el estudio del recorrido histórico de las pruebas sobre la continuidad de estas ideas, como ya hay libros que tratan esta investigación, está fuera del objetivo de este libro, ya que sería tratado superfluamente. Tan sólo tenemos que aceptar el testimonio de los antiguos historiadores griegos, quienes afirmaron enfáticamente que las doctrinas esenciales de la religión griega habían sido importadas desde Egipto. Sabemos que cualquier civilización Europea es de origen griego. Incluso el Evangelio es indiscutiblemente de origen tanto griego como hebreo; está escrito en griego y fue creado en los pueblos helénicos, y en los sitios donde fue aceptado en las sucesivas generaciones formó una imagen sobre Grecia. Como no hay ninguna razón para poner en duda las afirmaciones de los historiadores griegos por, lo que refiere a la deuda de su nación con los egipcios por la instrucción en las artes y las ciencias, ha habido a través de las gentes de Grecia, una comunicación directa de las ideas de los egipcios hacia las zonas helenizadas del mundo, a las cuales nosotros pertenecemos.
Del mismo modo que Pitágoras, Platón, y otros filósofos griegos, visitaron Egipto para estudiar la religión y las ciencias de ese país, hombres muy cultos de una edad posterior estudiaron la religión y la filosofía de Grecia con el mismo objetivo, es decir, para perfeccionarse en ese conocimiento, que se sabía que había sido recibido por los griegos. Para nosotros, los egipcios sólo eran un eslabón más; pero las doctrinas que estamos investigando eran fundamentalmente las mismas en Grecia y en Egipto. Cuánto se mejoró la religión original y la filosofía de los egipcios con el filtro de la refinada influencia griega, deberá decidirse cuando los egiptólogos lleguen a tener un conocimiento más profundo sobre los temas egipcios de lo que tienen ahora. Pero hay que hacer hincapié en que, sean cuales sean los cambios que los griegos y los cristianos hayan añadido a la teología egipcia, los misterios centrales eran aceptados por todos los sacerdotes y filósofos como la única base posible de la religión. Y más que esto (como no siempre debemos contentarnos con una razón lógica para cualquier asunto entre mortales) el conservadurismo absoluto, siempre considerado en asuntos religiosos, tan sólo podría admitir que cualquier doctrina recibida, una vez establecida, debería retirarse.
No se puede olvidar, que sólo las ideas más vagas prevalecen como secretos místicos. Todos sabemos que los egipcios, los griegos, y otras naciones del este protegieron las doctrinas vitales de su teología de lo ignorante y vulgar, y que el sentido de los escritos sagrados y las ceremonias fueron explicados sólo mediante un proceso gradual de iniciación. Y luego, después de esta preparación, los iniciados estaban autorizados a tomar parte en los ritos religiosos. Es una desgracia que todos los ritos de las religiones antiguas fueran destruidos y es particularmente lamentable que ni un fragmento de los escritos sagrados, ni los rituales de los templos de la Grecia pagana sobrevivieran hasta nuestros tiempos. Ni tan solo sabemos si la versión hebraica o cristianizada del rito masónico, tal como lo conocemos ahora, tiene algo más que una ligera semejanza con su forma primitiva.
Aparte de los servicios ordinarios de los templos paganos, es bien sabido que en algunas épocas había ceremonias especialmente misteriosas de la misma naturaleza que los espectáculos dramáticos u obras de teatro, en algunos casos aparentemente intencionados para dar forma al espectáculo final de las iniciaciones. Algunos autores antiguos han mencionado estos espectáculos, pero cuando se reúne todo lo contenido en sus obras, resulta ser muy poco. Plutarco, San Clemente de Alejandría (que fue iniciado en Eleusis antes de convertirse en cristiano), Luciano, Apuleyo, Macrobio y otros escritores nos proporcionan una poca información, directa o indirectamente, sobre estas ceremonias místicas. Además, hay un tratado de Jámblico intentando comentar todo el tema de los misterios, pero este trabajo ha sido compuesto con una obscuridad tan escrupulosa y cuidada, que muy poca gente puede haberse sentido más sabia después de haberlo leído. También existe el Cábala judío, que contiene una explicación sobre los secretos sacerdotales y misterios hebreos, pero en la actualidad nadie puede entenderlo completamente. Existen las obras atribuidas a Hermes Trismegisto conservadas por los neoplatonistas, escritas con la misma jerga filosófica de Jámblico y los demás; y existen referencias sobre las doctrinas de los cristianos heréticos, llamados gnósticos, conservadas en las controvertidas obras de nuestros ancestros. Estas son algunas de las fuentes de información más directas sobre las doctrinas místicas comunes en las religiones egipcia, griega, hebrea y cristiana.
Pero además de estas referencias obscuras y fragmentadas, la ley de las Escrituras Hebreas y los extensos comentarios del Talmud, el Evangelio con los oficios y rituales de la iglesia, son cada uno un compendio en su forma más completa de esos misterios en base a los cuales fueron creados cada uno de ellos; si estas obras fueran entendidas claramente la dificultad habría desaparecido. El desgraciado hecho que debemos lamentar ahora, es que los sacerdotes que deberían ser capaces de explicarnos el significado de las escrituras que se encargan de comentar, ignoran por completo su significado verdadero. Es posible que no haya ningún sacerdote cristiano que sepa lo que es el canon de la iglesia, o por qué algunos oficios o adaptaciones literarias son canónicos o qué los convierte en ello. Negarán que el Antiguo Testamento y el Evangelio son libros alegóricos pero no tienen ninguna explicación para los absurdos que tienen lugar en esas obras si se interpretan literalmente. De hecho, el sacerdote moderno, al cual nos dirigirnos para que nos enseñe los misterios de  la iglesia, es la última persona de la cual podríamos obtener alguna información. Por lo tanto, dejemos a este hombre que parece no saber que su oficio fue creado de modo que recibiese la tradición canónica por boca de un profesor previamente ordenado, y que con su conocimiento debería, impartir el espíritu de la carta de la ley.
Deberíamos asumir que en la construcción de la Gran Pirámide, los principios originales de todas las teologías posteriores ya habían sido establecidos y fijados. Y a pesar de que las creencias modernas indiquen lo contrario, parece que en esa temprana época los egipcios poseían algunos conocimientos sobre astronomía y cosmografía, que conocían las medidas de la tierra y la distancia de los planetas, y habían observado los ciclos recurrentes del sol y la luna en sus respectivas órbitas, y muchos otros fenómenos astronómicos simples, que habían obtenido un esquema que personificaba con dioses hipotéticos una imagen simbólica del universo creado y de los poderes invisibles que lo regulan. En este esquema, la deidad era concebida exactamente según las formas exactas manifestadas en los fenómenos de la naturaleza. Todo el universo físico y material era simbolizado con siete planetas giratorios y la esfera de estrellas fijas, mientras que el agente o móvil que inspiraba todos los cuerpos con vida, era personificado con la figura de un hombre. Así los filósofos construyeron un sistema, que atribuía a un dios un cuerpo compuesto de todas las materias del mundo, y con un alma que se difundía a través de todas sus partes. Sin embargo, el credo de los filósofos, nunca fue declarado abiertamente en la religión popular, pero estaba oculto en las parábolas que componían la antigua teología. Los sacerdotes antiguos nunca dudaron en creer esta historia v filosofía "sólo suficiente para los pocos escogidos", mientras que la plebe era instigada cuidadosamente a practicar la moralidad siendo instruidos en ese tipo de ficción que, en Inglaterra, emanaba de Exeter Hall. Estrabón expresa admirablemente la actitud de un hombre educado en la religión de su época. Él dice, "No es posible, en efecto, conducir a una turbamulta formada por mujeres y por toda una masa de gente vulgar mediante la lógica filosófica, ni tampoco atraerla al respeto, la religiosidad y la fe sino que es preciso hacerlo por medio del temor a los dioses; y esto no es posible sin la creación de mitos y sin relatos extraordinarios. En efecto, el rayo, la égida, el tridente, antorchas, serpientes v lanzas en forma de tirso, atributos de los dioses, son material mítico, al igual que la teología arcaica, y esto fue lo que aceptaron los fundadores de los Estados como espantajos para las gentes de espíritu simple" (Estrabón. Geografía. L. I, c. II, 8). Una vez más la diferencia entre Moisés y Lino, Museo, Orfeo, y Ferícides, está bien definida por Orígenes, quien dice, que los poetas griegos "manifiestan poca preocupación por los lectores que los examinan con detenimiento sin ayuda, pues sólo han compuesto su filosofía (como se dice) para los que no pueden entender su significado alegórico v metafórico". Mientras que Moisés, como orador eminente, reflexiona sobre algunas figuras retóricas y que introduce cuidadosamente en cada parte un lenguaje con doble significado, ha hecho esto en sus cinco libros; ni tan solo proporcionando, en la parte que trata la moral, ningún pretexto a sus cuestiones judías para considerarlo diabólico; ni proporcionando a los pocos individuos dotados de gran SABIDURÍA, y que eran capaces de investigar su significado, un tratado desprovisto de material para la especulación". (Orígenes, Contra Celso, L. I, c. XVIII). En otras palabras, los hebreos esparcieron sus ficciones disfrazadas de preceptos morales, mientras que los griegos paganos no eran tan minuciosos.
Es sabido por muchos que algunos números tenían un lugar importante en los sistemas filosóficos y teológicos de los antiguos. Los pitagóricos concebían sus doctrinas en un sistema numérico y geométrico que era la única forma de su filosofía que ha llegado al resto del mundo. Los sacerdotes judíos también elaboraban un extenso sistema de numeración en el Cábala, y los rabinos los usaban frecuentemente en los comentarios talmúdicos de las Escrituras. Los fundadores de la iglesia han preservado bastantes exposiciones sobre el sistema en sus libros contradiciendo las opiniones heréticas de varios sectores de los gnósticos cristianos. Pero el significado de todas estas teorías numéricas han dejado de entenderse, junto con la mayor parte de las doctrinas de los antiguos misterios de los cuales la filosofía numérica formaba parte.
El uso más antiguo de los números como símbolos de una doctrina esotérica remonta a Egipto, de donde lo sacaron los griegos y fue transmitido a nuestro mundo. Aunque desgraciadamente no tengamos ninguna prueba de cómo los misteriosos egipcios usaban sus números, parecería que su sistema numérico formaba parte del dogma en esas leyes a las que se refería Platón como las que tenían diez mil años de antigüedad, y se perpetuó como una de las bases de la religión y el arte en todos los pueblos venideros. Las palabras de Platón son: "De antiguo, según parece, fue conocido de ellos este principio que nosotros enunciamos ahora de que conviene que los jóvenes de las ciudades se ejerciten habitualmente en buenos ademanes y buenas melodías. Y prescribiendo cuáles y de qué modo habían de ser éstos, los expusieron en templos, y ni a los pintores, ni a otros algunos de los que producen figuras y cosas semejantes, les era lícito innovar en contra de ellos ni discurrir otros modelos que los patrios; ni ahora les es permitido, ni en estas cosas ni en todo cuanto comprende la música, ni en nada. Y observando hallarás allí que las pinturas o grabados de hace diez mil años (y digo diez mil años no por decir, sino como cifra real) no son ni más hermosas ni más feas que las ejecutadas actualmente, Sino que están trabajadas con el mismo" (Las Leyes, 656. Traducción José Manuel Pabon y Manuel Fernández Galiano, Tomo I.) Aun se desconoce lo que era este canon de arte, pero es posible descubrir indicios sobre él en la religión y en el arte de los griegos y cristianos.
La teología, en sus diversas formas, siempre ha sido un epitoma del arte, y ha constituido la ley que lo guiaba. Desde los tiempos de los antiguos egipcios esta ley ha sido un arcano sagrado sólo transmitido por símbolos y parábolas cuya construcción, en la antigüedad, constituía la más importante forma de arte literario; por eso requería para su exposición una casta sacerdotal instruida en su uso y gremios de artistas iniciados, que había por todo el mundo hasta tiempos relativamente recientes. En la actualidad, todo esto ha cambiado. La teología ha perdido sus secretos; sus símbolos se han convertido en ornamentos sin sentido, y sus parábolas ya no se entienden. El artista al servicio de la iglesia ya no representa sus misterios mediante formas metafóricas, y los sacerdotes tienen muy poca destreza en el antiguo arte de construir mitos, como tienen en interpretar las escrituras.
Poca gente aprecia adecuadamente este principio perdido, el arte que es trabajar con simbología. Para nosotros, que no tenemos ya nada que encubrir, una práctica como esta ha pasado de moda con cierta naturalidad, y el símbolo como un medio para encubrir más de lo que se pretende explicar, ha pasado a ser obsoleto. Nosotros aun escribimos o pintamos simbólicamente, pero sólo por convertir lo obscuro, en más claro. Contrariamente, en manos de sacerdotes antiguos o artistas, el símbolo era un velo para encubrir, bonito o grotesco, según el caso. Un mito o parábola, en sus manos, transmitía sutilmente una verdad escondida mediante una ficción más o menos obvia; pero ha sucedido que la mentira cruda y pueril de su superficie es tomada ignorantemente por la verdad, sin ser reconocida como una simple pista que conduce a su significado profundo. Toda la teología ha sido compuesta de este modo, y sus palabras con doble sentido deben ser leídas con una doble mente. En consecuencia, cuando leemos en las Escrituras de la Iglesia, o en la Historia Sagrada, una ficción que muestra más que una ordinaria exuberancia de fantasía, podemos estar seguros, que está llamando nuestra atención. Cuando los hechos milagrosos se atribuyen los dioses, o cuando son representados por formas maravillosas, el autor nos está dando a entender que nos transmite algo insólito. Cuando nos describen bestias singulares y sobrenaturales, como Behemoth y Leviathan, el unicornio, o el fénix, pretenden que busquemos profundamente en su significado: por eso existen algunos ardides con los que los antiguos ocultaban alguna vez y explicaban sus misterios escondidos.
Cuando todo era místico y metafórico, era natural que los números fueran llevados al servicio del arte. La geometría también proporcionaba un código de símbolos, que algún día serán comprendidos. Estos símbolos geométricos permitían a los matemáticos incorporar los misterios en sus obras, y también proporcionó a los constructores un medio para aplicar el sistema numérico a la construcción de templos, que según Platón, mostraban el modelo de las leyes egipcias. Hay bastantes indicios de que esta geometría simbólica sobrevivió en el arcano de la francmasonería. La mayoría de los secretos prácticos de los antiguos arquitectos medievales que construyeron las catedrales según los misterios de la iglesia, se deterioraron con las antiguas cofradías que precedieron el asentamiento de la logia masónica actual. Sin embargo es posible descubrir en los primeros libros técnicos y de arquitectura, algunos indicios sobre la práctica de la construcción antigua. Todos los escritores sobre arquitectura de la antigüedad, al igual que los francmasones, insisten en que la geometría es la base de su arte, pero las indicaciones que dan sobre su aplicación son tan obscuras que nadie en la actualidad ha podido explicar cómo se usaba.
La filosofía debe haber dependido igualmente de algún sistema geométrico, por eso escribió Platón sobre la puerta de su academia "NO DEJÉIS QUE ENTRE NINGÚN IGNORANTE EN GEOMETRÍA”, y en La República (L. VII, p. 527) dice "En gran manera también hay que ordenar a los de tu bella ciudad que no se aparten en absoluto de geometría —una ciencia con la que, que según él— ocurre todo lo contrario de lo que dicen de ella cuantos la practican". De esto se puede concluir que Platón pretendía informarnos de que, nadie podría entender su filosofía sin conocer sus bases geométricas, ya que la geometría contenía los secretos fundamentales de todas las ciencias antiguas.
Los francmasones y los arquitectos sabían que la mística figura llamada Vesica Piscis, tan popular en la Edad Media, y generalmente colocada como la primera de las proposiciones de Euclides, era un símbolo aplicado por los masones al planificar sus templos. Albert Dürer, Serlio, y otros escritores sobre arquitectura pintan la Vesica en sus obras, pero presumiblemente debido a un misterio incalificable que se le atribuye, estos autores no dan ninguna referencia sobre ella. Thomas Kerrich, un francmasón y director de los libreros de la Universidad de Cambridge, leyó un trabajo sobre esta figura mística ante la Sociedad de Anticuarios el 20 de enero de 1820. Ilustró sus comentarios con muchos diagramas que mostraban su uso por parte de los antiguos masones, y terminó diciendo "Bajo ningún pretexto me permitiré conjeturar sobre las referencias que puedan tener estas figuras para los misterios sagrados de la religión". El Dr. Oliver, (Discrep. pag. 109) hablando de Vesica dice "Esta figura misteriosa Vesica Piscis poseía una influencia infinita en los detalles de la arquitectura sagrada y constituía el perdurable y gran secreto de nuestros antepasados. Este uso determinaba los planos de los edificios antiguos; y las proporciones de longitud y altura dependían únicamente de esto" Clarkson (Ensayo introductor de Temple Church de Billims) consideraba que las cartas elementales del lenguaje primitivo provenían del mismo símbolo místico. Clarkson dice que ya lo conocían Platón y "sus maestros de las universidades egipcias", y que fue para los antiguos constructores "un arquetipo de belleza". La Vesica también es contemplada como un objeto funesto bajo el nombre del "Ojo del Diablo", y el hechizo empleado generalmente para prevenir de los efectos de su encanto era el Fallus (J. Millinger Arqueología, XIX). En heráldica la Vesica se usaba como un escudo femenino. Era intercambiable con el Fusill, o Mascle (Guillim, "Display of Herarldry” 4ª ed. 1660, N c.XIX, p. 354) y también fue representado como un losange o rombo. En el este, la Vesica se usaba como símbolo de la matriz, y junto a la cruz de los egipcios formaba el asa de la Crux ansata (cruz ansada).
 Geométricamente, la Vesica está formada por dos círculos que se cruzan, de modo que parece tener un doble significado. Edward Clarkson dice que "en la actualidad, astronómicamente significa una conjunción estelar; y con una transposición inteligente a ideas clásicas una boda divina", o el doble sentido de la esencia de la vida que los antiguos creían que era macho y hembra. A cualquier cristiano la Vesica le será familiar por su uso constante en el arte antiguo, porque no sólo era un atributo de la Virgen, y del aspecto femenino del Salvador simbolizando el seno, sino que también rodea la figura de Cristo, como su trono cuando está sentado en la Gloria. Como un jeroglífico la combinación de Cristo con la Vesica es análogo a la Cruz ansata de los egipcios.
Además de la Vesica Piscis, los filósofos antiguos y los francmasones estaban habituados a usar como símbolos todas las figuras geométricas planas. El emblema de los pitagóricos, el Pentalfa, o estrella de Cinco puntas, y el Hexalfa, o Sello de Salomón, han sido usados en la iglesia desde tiempos inmemoriales como símbolos de Cristo y de la Trinidad, y tienen variedad de asociaciones emblemáticas. El Hexágono era el símbolo común del Cubo Masónico o Piedra Cúbica, mientras que el Triángulo y el Cuadrado tenían cada uno su uso como símbolo geométrico. La Cruz también ha sido desde tiempos remotos un potente emblema místico entre los pueblos antiguos. Generalmente, las cruces eran de tres tipos, la Cruz Tao, la Cruz Girada o Cruz de Jerusalén, y el Quincunce o Cruz Diagonal, y cada una de ellas tenía su significado peculiar.
Es sabido de todos que las letras de los griegos y hebreos tenían todas un valor numérico, de modo que cada palabra en esos idiomas se podía resolver en un número, sumando el valor de cada letra que la componía. 

De este modo la palabra IESOVS=888, CRISTOS=1.480, LOGOS=373, la palabra hebrea Messiah=358, IHVH(]ehovah)=26, ZEUS=612, MITHRAS=360, y ABRAXAS=365. Evidentemente nadie supone hoy que el valor numérico del nombre CHRISTOS tiene algún significado en particular, o que el número 1.480 sea algo más que un número cualquiera, resultado de sumar las letras que forman la palabra griega que significa "ungido"; Sin embargo, creemos que la palabra CHRISTOS fue cuidadosamente escogida por los griegos, los cuales construyeron la teología Cristiana para ejemplificar el gnosticismo antiguo que forma la base del cristianismo común con cualquier otro sistema religioso. Este número 1.480 como se mostrará más adelante, índica con precisión una medida importante del Cosmos, y fue aparentemente escogido para ser la base del panteísmo científico sobre el cual la teología cristiana se ha construido, y fue una parte de Gnosis derivado antiguamente de esas leyes de los astrónomos-sacerdotes del antiguo Egipto, que inventaron el canon por primera vez, y que se convirtió en un principio fundamental de las leyes griegas, judías y cristianas.
Pero no hay ninguna prueba aparente de que los judíos y los cristianos poseyeran un conocimiento suficientemente exacto sobre el esquema cósmico, para introducir alguna de sus dimensiones como nombre de una deidad. Y parece cierto. Pero ya no se entiende el significado de estas obras que formaron el canon de las Escrituras, y aunque el conocimiento del que hablamos ha sido conservado cuidadosamente en estas Escrituras, es ahora tan inteligible, que nadie en la actualidad parece ser consciente de su existencia.