A continuación un documento de la Orden Rosacruz AMORC, llamado manifiesto número 16. Y no estoy cayendo en infidencia iniciática, ya que estos manifiestos, según lo expresa la misma Institución de la cual emanó "pueden ser prestados a aquellas personas que sientan interés por la filosofía rosacruz o por las investigaciones científicas, literarias o artísticas".
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En sus comienzos, la psicología era una ciencia empírica que
estaba en estrecha relación con la espiritualidad. Además es interesante
señalar que en la mayoría de las obras de referencia siempre es definida como
el “Conocimiento del alma humana” y
se considera que forma parte de la metafísica. Sin embargo, es fácil comprobar
que esta relación se ha ido perdiendo con el paso de los siglos y que esta
ciencia metafísica se ha ido racionalizando. No podemos dejar de señalar que
este estado de cosas es lamentable y que plantea el problema del aproximamiento
que debe producirse a medio plazo entre la psicología y la espiritualidad. Este
tema es el que vamos a considerar en este Manifiesto, y va a ser desarrollado
en siete puntos considerando ciertas constantes o hipótesis.
1er. punto: “El
callejón sin salida en el que se encuentra parte de la psicología
contemporánea”
Como todo el mundo sabe, gran parte de la psicología
contemporánea está basada en los escritos de Freud, neurólogo y siquiatra
austriaco nacido en l856 en Friburgo, Moravia. Freud, a su modo, fue un
personaje genial creador de lo que conocemos como “psicoanálisis”. Con mucha perseverancia y una gran fuerza de
carácter, quiso mostrar a los científicos de la primera mitad del Siglo XX la
importancia del inconsciente. Sin embargo, la visión freudiana fue demasiado
racionalista, puesto que Freud la utilizó para dar criterios racionales a sus
hipótesis y teorías a fin de que resultaran más creíbles a los ojos de los
sabios de la época. Tal proceder le condujo a considerar como sublimaciones
muchos fenómenos de orden místico, religioso o artístico. Pero los tiempos han
cambiado desde entonces, especialmente en el aspecto sociocultural, por lo que
es fácil comprobar que en la actualidad la existencia del inconsciente es
admitida por casi todo el mundo, incluso por aquéllos que no están
familiarizados con la psicología y el psicoanálisis.
Los escritos freudianos constituyen una clave de lectura y
dan respuesta a importantes cuestiones sobre la estructuración del Yo, particularmente
en la infancia, en la adolescencia, en los comienzos de la vida adulta y en el
desarrollo psico―afectivo del ser humano. Sin embargo, comprobamos que en la
práctica de la psicoterapia cotidiana estas teorías psicológicas clásicas ya no
bastan o no convienen a muchos individuos, especialmente, a aquéllos que no
vislumbran en ellas ninguna respuesta a las preguntas fundamentales que se
plantean o que se han planteado en el pasado. En el final del siglo XX, cargado
de todo tipo de trasformaciones, estas teorías clásicas parecen demasiado
limitadas a los ojos de muchos, probablemente porque no tienen suficientemente
en cuenta —la dimensión espiritual de la naturaleza humana. Por eso, el
análisis exclusivamente freudiano ya no se adapta a la sociedad actual.
2º punto: “La Crisis
existencial actual experimentada a nivel colectivo ya nivel individual”.
En la actualidad, el planeta entero vive una verdadera
crisis existencial. Para convencerse de ello, basta con considerar la
actualidad mundial y todos los problemas a los que se enfrenta la humanidad
tanto en el plano familiar, como social, económico o político. Esta crisis se experimenta
por igual en el plano colectivo y en el plano individual, lo que explica que
estemos asistiendo a todo tipo de tentativas y propuestas de cambio que unas
veces son graduales y otras brutales. Con frecuencia este fenómeno va
necesariamente acompañado de tomas de consciencia a menudo dolorosas, ya que se
oponen a las costumbres o dan una
impresión de regresión. Puesto que lo colectivo y lo individual permanecen
unidos, nos encontramos frente a una situación en la que se producen numerosas depresiones
nerviosas. De hecho, se podría decir que nunca ha habido tantas personas
depresivas como hay en el momento actual, lo que es significativo de los
agitados tiempos que viven las sociedades modernas.
En numerosos casos, el estado depresivo de un ser humano es
una llamada de su interior. Suele significar que la persona se encuentra
insatisfecha afectiva, profesional o espiritualmente y que esta insatisfacción
le produce un sentimiento de malestar. Lo que es necesario retener en este
aspecto, es que en nuestra época existe mucha gente que está insatisfecha
interiormente y que no consigue dar un sentido a su vida. Educados en un
determinado contexto religioso, a menudo se han salido de él, pero no lo han
reemplazado por otro, lo que les produce una insatisfacción y una llamada de
las profundidades de su ser. Esta es la causa de que no sea raro contemplar
como algunas personas comienzan un camino religioso o místico después de haber
sufrido una depresión o una enfermedad orgánica que les ha obligado a
reflexionar sobre temas que aparentemente habían dejado de lado. En último análisis;
la principal causa de la crisis existencial que atraviesa la humanidad tanto en
el plano colectivo como en el plano individual, es de naturaleza espiritual. Lo
que significa que las respuestas habituales de la psicología no bastan para resolver
este estado de crisis. Como atestiguan muchas encuestas serias, son muchos los
individuos que sienten la necesidad de una trasformación en profundidad de su
propia existencia y de la sociedad misma, debiendo integrar esta trasformación los
diferentes componentes del ser. Este hecho debe inducir a un número cada vez
mayor de buscadores a proponer metodologías que incluyan la psicología y la
espiritualidad.
3er. punto: “El papel
cada vez más importante desempeñado por teorías como la reencarnación o por
facultades místicas tales como la intuición, la telepatía, etc.”.
Es evidente que el horizonte psicológico se verá
considerablemente modificado cuando sean tomadas en serio por un mayor número
de científicos, teorías como la reencarnación o facultades místicas tales como
la intuición; la telepatía, la proyección psíquica, la curación a distancia, la
comunión con otros planos de consciencia, etc. Imagine lo que podría ser la
psicoterapia cuando integre las nociones de la reencarnación, del karma y de
las facultades trascendentales. A partir de ese momento ya no tendrían la misma
connotación y el mismo significado los acontecimientos pasados, presentes y
futuros. Françoise Dolto, conocido psicoanalista, gustaba decir a quienes no
paraban de quejarse de sus padres de modo repetitivo: “Pero ¿sabe que es usted quien ha elegido a sus padres?”. En cuanto a Víctor Frankl, otro psiquiatra
célebre que sobrevivió cinco años en un campo de concentración, solía responder
a quienes se lamentaban demasiado a menudo de no esperar ya nada de la vida: “¿Y qué es lo que la vida espera de usted?” Dos tipos de respuesta similares a las particulares
fórmulas utilizadas por los Maestros orientales y cuya finalidad es abrir una
puerta en las profundidades de la
consciencia para orientar a los hombres hacia la búsqueda del sentido que deben
dar a su existencia. Ahora bien, ¿qué es lo que podemos observar en la mayor
parte de los seres humanos?
- Que no tienen en cuenta las leyes de la naturaleza.
- Que utilizan menos del 10 %.de su potencial cerebral.
- Que todos
poseen facultades psíquicas que no piden sino ser desarrolladas, pero que
permanecen abandonadas demasiado a menudo.
- Que no conceden suficiente interés a la espiritualidad.
Sin embargo, a partir del momento en que todos estos factores
sean tomados en consideración, se producirán cambios en el plano psicológico y
en el plano espiritual. No se trata en ningún caso de proponer una política de
superhombre a la búsqueda de poderes sino, por el contrario, de facilitar la
expansión del ser hacia la perspectiva de mayor sabiduría al servicio del
prójimo. Entre los elementos importantes que se mencionan con más frecuencia
están las funciones respectivas del cerebro derecho y del cerebro izquierdo.
Como corrientemente Se enseña, la parte derecha se ocupa de la intuición, de los
sentimientos, de la creatividad, de la inspiración y de la comunicación no
verbal. En cuánto a la parte izquierda, se ocupa de lo racional, de la memoria,
del análisis, del lenguaje, de la síntesis. Los contactos con los planos de
consciencia superiores se efectúan especialmente con la ayuda del cerebro
derecho, pues es más receptivo y más intuitivo. En estado de meditación o de
relajación, existe una mayor sincronización entre la parte derecha y la parte izquierda,
de modo que el contacto alcanzado con la ayuda de la parte derecha puede
concretarse en palabras o escritos estructurados por medio de la parte
izquierda racional. Además, esta sincronización es más fácil cuando los centros
psíquicos están suficientemente desarrollados. Por otra parte y, tal como
piensan ciertos autores, el trabajo espiritual facilita la activación de nuevos
circuitos neuronales que ayudan incluso a cambiar el modo habitual de
pensamiento.
Como demuestran las explicaciones anteriores, sería muy útil
que la psicología actual considerara el estudio de su aspecto místico a fin de devolver
a esta ciencia toda su dimensión espiritual. Esto implicaría que los propios
psicólogos y psiquiatras se volvieran hacia la espiritualidad. Hace algunos
años, Carl Rogers, conocido psicoterapeuta, escribió lo siguiente: “Quizás veamos en la próxima generación psicoterapeutas
llenos de esperanza, liberados de las defensas y resistencias universitarias, que
se atrevan a buscar una vía lícita que ya no esté circunscrita por los cinco
sentidos, una realidad en la cual el pasado, el presente y el futuro formen una
unidad, en la que el espacio deje de ser una barrera y donde ya no exista el
tiempo, una realidad que sólo podrá ser percibida y conocida si permanecemos pasivos
en vez de buscar activamente el conocimiento. Estos son los desafíos más
fabulosos para la psicología”. ¿Palabras
de un visionario? En este caso, su visión concierne a los decenios que están a
punto de llegar.
4º punto: “El interés
de asociar en la búsqueda psicológica y espiritual a los buscadores de
disciplinas, técnicas y metodologías diferentes”.
Nos encontramos en los comienzos de la era de Acuario, en un
período transitorio donde se entremezclan las influencias del final de la era
de Piscis con las del comienzo de la era de Acuario. En todos los aspectos de
la vida cotidiana se están produciendo cambios. A través de estos cambios vemos
aparecer nuevos valores basados en la colaboración, en la participación común,
en compartir, en la evolución de grupos, en la creatividad colectiva, etc. Lo
que parece caracterizar los tiempos que vienen es que en la mayoría de los
campos, ya se trate de investigación, pedagogía, terapéutica, arte, etc.,
ningún individuo aislado podrá asumir solo el objeto de su actividad. Del mismo
modo, ninguna nación sola será capaz de evolucionar positivamente y de asumir eficazmente
sus propios problemas. El trabajo colegiado, con el complemento de los
conocimientos y el respeto mutuo de las competencias, se ha convertido en una
necesidad. Ya no Se trata de una alternativa para vencer o ser el mejor, como
ocurría hasta ahora con demasiada frecuencia, sino en la perspectiva de actuar conjuntamente
para el mayor bienestar de la colectividad humana. Si se aplica como es debido,
esta complementariedad de los conocimientos pondrá de relieve el sentido
comunitario al mismo tiempo que respeta los intereses individuales. Es decir,
contribuirá al desarrollo de la fraternidad entre todos los hombres y permitirá
que cada uno tome consciencia de la necesidad de vivir en mutua armonía.
5º punto: “La
aceptación de un nuevo paradigma médico-psicológico en el campo de las ciencias
de la salud”.
Marilyn Ferguson, autora de “Los Hijos de Acuario” cita
como puntos principales (algunos han sido un poco modificados):
- La búsqueda de las estructuras y de las causas, además del
tratamiento de los síntomas.
- El enfoque integral que tenga en cuenta el conjunto del
paciente.
- Acentuar los valores humanos.
- La empatía como componente de la relación de ayuda.
- La enfermedad vista como resultado de una desarmonía
interior.
- La intervención mínima con una tecnología apropiada, de
común acuerdo de todo un abanico de técnicas no traumatizantes (psicoterapia, fitoterapia,
trabajo corporal, alimentación biológica, relajación, etc.).
- El cuerpo visto como un sistema dinámico, un campo de
energía en el interior de otros campos.
- La voluntad de
alcanzar un mejor estado, un bienestar y ¿por qué no? al propio ser.
- El paciente como ser cada vez más responsable y autónomo.
- El terapeuta profesional como compañero terapéutico.
- El continuum Soma-psique.
- El papel del psiquismo en el proceso de la enfermedad
y de la curación.
- El interés de las informaciones cualitativas que incluyen
las relaciones subjetivas del paciente y de la intuición del terapeuta.
- La importancia de la prevención que engloba diversos
aspectos de la vida: corporal, psico-afectiva, profesional, espiritual.
Hay numerosos puntos comunes entre los conceptos de Marilyn
Ferguson y la filosofía rosacruz, En efecto, ambos revelan, una actitud
constructiva ante la vida, actitud basada en la búsqueda de la armonía y en la
utilización del pensamiento positivo, magnífico medio para preservarse de la
contaminación psicológica y psíquica.
6º punto: “La
elevación de la consciencia colectiva”.
Todo individuo que despierta su consciencia espiritual está
aportando una contribución a la evolución de la consciencia colectiva de la
humanidad. Cada vez son más las personas que se interesan por los misterios que
se salen de lo corriente, que son conscientes de que existen otros planos de
consciencia, otras dimensiones en el universo, que se plantean preguntas acerca
de la muerte y de la vida después de la muerte, sobre las razones mismas de su
existencia, etc. Más o menos conscientemente, se sienten atraídas por el
misticismo y comienzan un peregrinaje interior que les conducirá
progresivamente a descubrir la
Conciencia Cósmica. El gran acontecimiento del siglo XXI podría ser
quizás el desarrollo de esta consciencia superior en un máximo de individuos.
¿Utopía? Entre la utopía y la realidad, la mayoría de las veces no hay más que
la perseverancia de algunos hombres de fe, de conocimiento y de luz. Además, el
acceso a esta supra-conciencia constituye el objetivo a alcanzar por todos los
seres humanos.
En su obra “Consciencia
Cósmica”, el psiquiatra canadiense Richard Bucke narra de esta manera el
estado de consciencia que está más allá de la consciencia ordinaria: “Este término traduce una experiencia en el transcurso de la cual se vive la
unidad del Cosmos y en la que nos percibimos en él (y no fuera de él como
muchos podrían imaginar); la experiencia va acompañada de un sentimiento de paz
profunda, de plenitud y de amor por
todos los seres. Es la expresión directa del funcionamiento de la razón de ser del universo, de la
relatividad de las dimensiones del tiempo y del espacio, de la insignificancia
y de la ilusión del mundo en que vivimos. Estas percepciones van frecuentemente
acompañadas de una iluminación, al menos, esto es lo que describen los místicos
en sus visiones. Esta experiencia es en general el resultado de una larga y
lenta evolución y marca el principio de una profunda trasformación hacia los más
altos valores de la humanidad”.
Aunque de forma variada, se encuentran descripciones análogas en seres
tan diferentes como Jung y San Juan de la Cruz. Jung, el psiquiatra, se vuelve
hacia el Ser cósmico y San Juan de la Cruz hacia las visiones espirituales
llenas de amor puro: Un "psi” y un "espi” que nos lleva a evocar
nuestro séptimo y último punto.
7º punto: "El
encuentro entre el “psi” y el “espi” lo psicológico y lo espiritual”.
Al igual que el sueño participa del despertar del ser, lo
psicológico puede ayudar al desarrollo de lo espiritual. Pero de la misma
manera que el despertar del ser favorece la llegada de grandes sueños místicos
o de ensueños, la espiritualidad puede favorecer la eclosión de nuevos enfoques
psicológicos. En el mundo de la consciencia humana, todo permanece unido. Es
posible, por lo tanto, suponer que el porvenir de la psicología actual debe
pasar por la espiritualidad. Pero, como hemos indicado anteriormente, ¿ocurre
lo mismo en todos los campos? ¿Y no será recurriendo a lo espiritual como se podrán
resolver la mayoría de los problemas a los que están sometidas nuestras
sociedades modernas? En cualquier caso, para que sea posible la unión entre el
"psi" y el "espi”, hay que contemplar dicha unión desde una
perspectiva de apertura en un porvenir que tendrá en cuenta las necesidades
materiales y las aspiraciones espirituales del hombre del siglo XXI. Es, por tanto,
para las generaciones futuras, para los verdaderos hijos de Acuario, para los
que debemos trabajar y establecer las bases de un mundo más altruista y, por consiguiente,
más fraternal.
Estos siete puntos:
I) El callejón sin salida en el que se encuentra parte de la
psicología contemporánea,
2) La crisis existencial actual experimentada a nivel colectivo
y a nivel individual,
3) El papel cada vez más importante desempeñado por teorías
poco comunes y por las facultades místicas,
4) El interés de asociar en la búsqueda psicológica y
espiritual a los buscadores de disciplinas, técnicas y metodologías diferentes,
5) La aceptación de un nuevo paradigma médico—psicológico en
el campo de las ciencias de la salud,
6) La elevación de la consciencia colectiva,
7) El encuentro entre el “psi" y el "espi",
pueden ayudarnos a reflexionar sobre la necesidad de un
acercamiento y de una complementariedad, de una colaboración entre la
psicología y la espiritualidad desde una perspectiva de apertura hacia un
porvenir puesto al servicio de la Sabiduría y del Amor Universal. Es importante
que la ciencia se reconcilie con el misticismo en todos los aspectos, pues esta
es la condición para que la humanidad no se extravíe en la vía de su propia
regeneración y pueda responder a sus propias exigencias.