INTRODUCCIÓN.
La humanidad desde siempre ha intentado de determinar si
existe una esencia en la Naturaleza; representación de la realidad tangible; y
con mayor razón esta inquietud se discute hacia el interior de los Colegios
Iniciáticos desde hace milenios.
Los iniciados, siempre buscando más allá de lo evidente, la
causa de los efectos, quieren identificar “el Alma” de la Naturaleza. Los
filósofos de la antigua Grecia, participantes de los Misterios iniciáticos,
intentan descubrir esta esencia, y es así como gran parte de ellos encuentran
distintas causas, pero siempre en torno a distintos elementos bien definidos.
La gran influencia sobre la ciencia (después de Cristo) y en
el Medioevo, e incluso después, la establece Aristóteles, quien plantea que la
materia está hecha sobre la base de cuatro elementos -Fuego, Aire, Agua y
Tierra- y cuatro cualidades –eco húmedo, frío y caliente-, las cuales derivan
de los elementos citados.
Pero esta idea no es propia de Aristóteles, sino que se ha
venido desarrollando por centurias al interior de los Templos de los Misterios,
y simplemente él se encarga de divulgarla fuera de estos bastiones de
conocimiento y espiritualidad.
Durante el Renacimiento, la ciencia cuestiona o por lo menos
comienza a hacerlo, gran parte del postulado aristotélico referente a la
Naturaleza, y es así como se determinan sólo tres estados de la materia:
gaseoso (aire), líquido (agua) y sólido (tierra).
Al mismo tiempo la ciencia tradicional, al poco andar,
comienza a adoptar una posición mecanicista y materialista respecto al papel de
estos tres estados de la materia, extendiendo esta visión a la naturaleza toda.
Los científicos se comienzan a escindir de la filosofía y más aún de la religión,
y declaran que el universo completo obedece a Leyes naturales que están por
descubrirse. Y a esto último se aboca la ciencia con gran denuedo.
No obstante, habiendo pasado ya varios siglos, la ciencia
tradicional nuevamente está redescubriendo el cuarto estado: energético,
radiante o plasmático, el cual corresponde al fuego. Una vez más la ciencia
avala lo que se sabe desde hace milenios.
Sólido Líquido Gaseoso Plasma |
LOS CUATRO ELEMENTOS Y EL SER HUMANO.
Estos cuatro elementos como símbolos de los cuatro estados
de la materia estructura la naturaleza tangible o sensible; y de acuerdo a un
axioma o ley hermética: “Como es arriba es abajo”, los iniciados infieren que
ellos también componen nuestro ser tangible. Es un hecho que nuestro organismo
posee elementos sólidos (tierra), principalmente representado en el sistema
óseo (minerales); elementos líquidos (agua), generalmente asociado al sistema
circulatorio, no obstante nuestro organismo está constituido de aproximadamente
un 90% de agua; elementos gaseosos (aire), asociado al sistema respiratorio,
dada la relación directa con el aire que se necesita para vivir. Finalmente
tenemos los elementos energéticos (fuego) que pueden relacionarse con el
metabolismo y el sistema nervioso en general, ya que en la transmisión del
impulso nervioso están involucrados procesos electromagnéticos, de la misma
forma el sistema muscular.
LOS CUATRO ELEMENTOS Y LA SALUD.
Dado que los cuatro elementos se relacionan o están
representados en nuestro organismo; la adecuada relación con cada uno de ellos
puede conferirnos grandes beneficios para nuestra salud, vigor y vitalidad.
El elemento tierra
guarda relación con los minerales que consumimos. Con este fin es importante
tratar de consumir vegetales frescos y productos lácteos, que proporcionan
vitaminas y minerales.
También es importante tener contacto con la tierra,
cualquiera sea su forma o manifestación: arena, pasto, tierra propiamente tal,
rocas o piedras, etc. El planeta tiene un gran imán y estas facultades
magnéticas pueden ser transmitidas a nosotros especialmente a través de
nuestros polos naturales, a saber: las plantas de los pies, las palmas de las
manos y la cabeza. Por ello es una buena práctica caminar en las mañanas a pie
desnudo sobre el césped fresco, procurando no entumecerse, para lo cual una vez
terminado esta caminata (que no debe ser extensa, al menos al comienzo),
rápidamente limpiarnos y secarnos los pies, y abrigarlos con calcetas y calzado
adecuados. También es importante considerar en este punto evitar, hasta donde
sea posible, los elementos aislantes para nuestros pies, manos y cabeza y
procurar caminar en lugares naturales tanto como podamos hacerlo.
El elemento agua posee
características muy notables y especiales. Es fácilmente magnetizable, y aprovechándonos
de esta característica podemos impregnar positivamente un vaso de agua fresca
cuando realizamos nuestros ejercicios espirituales, especialmente en la mañana
al levantarnos y en la noche al acostarnos a dormir. Por lo que podemos beber
de esta agua una vez finalizados dichos ejercicios, lo que traerá grandes
beneficios a nuestra salud y armonía física y etérica.
Finalmente, también debemos considerar las diversas técnicas
que dicen relación con el agua y la salud: hidroterapias, algunos ejemplos:
abluciones, baños genitales, etc.
El elemento aire tiene
connotaciones importantísimas para nuestra salud y bienestar. De hecho también
es vital y por ello es muy importante saber respirar en forma adecuada. Si bien
es cierto la respiración es inconsciente (el proceso está supeditado a sistemas
automático a través del sistema nervioso
autónomo principalmente), conscientemente se puede alterar, y de hecho mejorar.
Debemos acostumbrarnos a respirar en forma completa, comenzando por llenar de
aire las zonas bajas del pulmón, y luego ir subiendo hasta que finalmente
llegue el aire a la zona clavicular. Lamentablemente por razones de
condicionamiento social y por el acelerado y antinatural sistema de vida actual, especialmente en las
grandes urbes, la mayoría de la gente sólo respira con la parte superior de los
pulmones, reduciendo peligrosamente su capacidad pulmonar.
También es importante considerar lo que dice relación con
los iones negativos en el aire. El aire se ioniza producto de la acción
energética del entorno (vientos, sol, aguas, etc), y las partículas al
ionizarse en determinada forma provocan un efecto directo en la salud de las
personas que lo ingieren, un efecto saludable y vitalizador. De ahí la
necesidad de poder respirar, aunque no pueda ser todo el tiempo, aires frescos
y limpios, como aquellos de las orillas de mar, o en las montañas, lugares
naturales espaciosos y abiertos, donde los vientos hacen circular
constantemente aire fresco .
Finalmente el
elemento fuego está representado por
la fuente energética natural más importante que es el sol, por lo tanto las
prácticas de medicina natural se relacionan con el astro rey son principalmente
los baños solares, los cuales deben realizarse a las horas del día en que sus
rayos no impacten con toda su potencia, la mañana especialmente. Estos baños
deben hacerse progresivamente, comenzando con los pies y manos al descubierto,
y luego de algunos días llegar a estar lo más desnudos posible. Nunca
sobrepasar los treinta minutos de exposición. A medida que hacemos estos baños
solares, imaginemos que la energía solar ingresa por nuestras palmas y plantas.
LOS CUATRO ELEMENTOS Y EL ESOTERISMO.
Iniciáticamente se sabe o se postula que las cosas no son
obra de la casualidad, sino más bien de la causalidad. De la misma forma
también se afirma que las cosas y seres de la naturaleza, tienen una
contraparte en planos no físicos, encontrándose aquí las inteligencias que
animan y dan forma a estos distintos elementos. Una idea que la ciencia
tradicional, desde hace algunas centurias, no participa, expresando un modelo
más bien mecanicista del mundo. No obstante, hoy en día la ciencia ortodoxa
también poco a poco está compenetrando este punto de vista materialista y
mecanicista del mundo con una idea de que existen niveles más sutiles de
energía que interactúan con la materia; algo que el esoterismo ha planteado
desde siempre.
De esta forma los cuatro elementos obedecerían a cuatro tipos
de inteligencias que controlan, impulsan o inhiben el desarrollo de sus
manifestaciones.
A estas inteligencias
se les ha dado en llamar “Elementales naturales”,
y son cuatro grupos a saber:
LOS GNOMOS. Quienes controlan el
elemento tierra, y en forma general
o más bien folklóricamente, se les presenta como seres pequeños, macizos y
rollizos y bastante taciturnos y tímidos o
huraños, que rigen todo proceso en donde
se encuentra participando la materia sólida, especialmente los minerales. Su rey es Gob, que según Manly P. Hall, en su
obra “Fuerzas invisibles”, es un término que deriva de la palabra inglesa
goblin (trasgo). Debido a las características de las fuerzas que gobiernan
tienen sus moradas en el interior de la tierra o en directo contacto con ella y
sus minerales. Debido a sus características psicológicas son difíciles de
tratar aunque son metódicos y disciplinados. Su relación con la parte
fisiológica del ser humano es con los órganos excretores y el esqueleto, lo que
es totalmente congruente con los procesos que rigen. Están relacionados con el
temperamento bilioso, en el cual predominan las glándulas digestivas y el
hígado en forma especial, el cual es uno de los órganos fundamentales junto al
riñón para la eliminación de las sustancias tóxicas y de desechos de nuestro
organismo. Las personas que poseen este temperamento se caracterizan por ser del
tipo serio, concentrado e irritable, y fácilmente caen en la melancolía, de
allí que este temperamento sea llamado “melancólico".
LAS ONDINAS, dirigen el elemento agua, su rey es Nicksa. Estos seres viven en toda parte en donde haya agua y
gobiernan los líquidos en general, y por ende las fuerzas vitales del ser
humano. Tienen fama de tener una apariencia muy bella, y al parecer este
atributo les otorga poder; generalmente son amistosos y sirven al ser humano en
el espíritu de amor y sinceridad. Poseen aproximadamente el mismo tamaño de los
seres humanos, y generalmente se representan como doncellas vestidas con la
espuma del mar o como sirenas; se interesan especialmente por las plantas y las
flores. Como hemos visto dirigen especialmente todo aquellos procesos que
tienen que ver con el aspecto vitalidad y por ende todo lo que provee la vida,
especialmente los procesos de nutrición, y seguramente aunque no se menciona
por Hall en los procesos reproductivos. Se asocia al temperamento llamado
linfático o flemático, en donde la lentitud es una cualidad predominante.
LOS
SILFOS, controlan el elemento aire. Vivirían
en las cumbres de las montañas en contacto con la parte más enrarizada de la
atmósfera (congruentemente con esta idea recordemos que Zeus y Júpiter son
divinidades aéreas que viven en la cima de un gran monte: el Olimpo). El rey de
estos Silfos es Paralda, y que según algunos esoteristas, vive en la cima de la
montaña más alta de la tierra. Se caracterizan por ser seres muy variables,
algunos se asemejan a seres humanos pero con proporciones distintas,
generalmente tienen alas y son alegres, excéntricos, caprichosos e
inconstantes. Espíritus de la naturaleza se asocian a las fuerzas mentales,
además rigen los distintos procesos aéreos en toda la naturaleza y en el ser
humano están relacionados con los procesos propios de los órganos de la
respiración; promueven el temperamento nervioso o cefálico, a quienes otros
llaman bilioso, y consiste en el predominio del encéfalo y sus funciones y los
seres humanos influidos por este temperamento se caracterizan por su
sensibilidad, emotividad y susceptibilidad.
Finalmente
LAS SALAMANDRAS, espíritus
elementales del fuego, y por
supuesto rigen todo proceso en donde se ve involucrado la energía. El rey es
Djin, el que se representa como un ser maravilloso y ardiente que inspira un
reverente temor. Las Salamandras moran en donde se declare el fuego, por
supuesto que en forma natural en los volcanes y los estratos ígneos de la tierra.
Encontramos una correspondencia de estas inteligencias en los dioses romanos
Vulcano y Plutón, y en los griegos Hefestos y Hades. Las Salamandras pueden
adoptar formas humanas casi siempre como guerreros y envueltos en llamas. Son
prontas a la acción, tempestuosos, emocionales y muy enérgicos. Debido a sus
características en el cuerpo humano dirigen que dicen relación con la energía y
su distribución: órganos circulatorios; el temperamento que determinan es el
sanguíneo, en donde la principal característica es una gran vitalidad y siempre
dispuestos a la acción.
Por
supuesto que estos espíritus de la naturaleza tiene su existencia en planos o
dimensiones distintas al físico o material, de tal manera que la apariencia que
puedan asumir dependerá de la percepción del observador y de las estructuras que tenga en su mente, especialmente
en su subconsciente.
Muchas
veces estas inteligencias luden el contacto y la comunicación con los seres
humanos, desde el momento que éstos últimos han abusado y explotado irracional
y egoístamente los recursos naturales. Es más, esta es la razón por la cual
contactan principalmente a los seres inocentes, especialmente los niños de
corta edad; o bien aquellas personas que tienen la consciencia del respeto que
se le debe a la naturaleza. He aquí la clave para comunicarse con ellos e
incluso llegar a tener su colaboración en los procesos que controlan.
ALV
2 comentarios:
ooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooque interesanrte
Es muy interesante el orden en que se expusieron los elementos, de los mas energetico a lo mas material: Sol-Aire-Agua-Tierra.
Recordar también la analogía SolVerano-AireOtoño-AguaInvierno-TierraPrimavera y algunas otras implicancias esotericas mas elevadas.
Gracias por compartir y no poner trabas al flujo del saber profundo.
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