lunes, 7 de noviembre de 2016

CONCEPTOS SOBRE SIMBOLISMO

El siguiente es un breve artículo publicado en la revista Masónica de Chile, Octubre-Noviembre de 1949.

Si bien es cierto es un artículo muy sencillo y escueto, siempre es bueno destacar los conceptos que se manejan al interior de la Masonería, así como la forma en que se entregan estos contenidos.

Por otra parte, es bueno rescatar algunos escritos desarrollados hace más de medio siglo en le pasado.
Que lo disfruten...

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Desde los instantes mismos en que el neófito llega a iniciarse con los ojos cubiertos por la venda, su conciencia se ve conturbada por interrogaciones que afloran naturales, al percibir una gran cantidad de símbolos en sus primeros pasos hacia la luz.
El verdadero masón no puede contentarse con la forma, sino que debe hacer cuanto es posible para descubrir la idea que el símbolo representa. El simbolismo es como un lenguaje propio y especial de la Masonería, que todos los hermanos deben procurar comprender.
Los ´símbolos masónicos son ricos en enseñanza y adecuados para facilitar a la inteligencia los medios de comprensión. Encierran elevadas significaciones morales, intelectuales y espirituales. Sin embargo, no debemos confundirnos y dejar bien en claro que los símbolos no son la esencia de la Masonería, sino constituyen su lenguaje con que expresa sus ideas, o, en otras palabras, constituyen los medios y no el fin.
 Las religiones, las escuelas esotéricas y filosóficas también se sirven del sistema del símbolo para expresar sus ideas. Innumerables son las personas que encuentran anacrónico este sistema y estas personas que tan irreflexiblemente juzgan estas cosas, no ponen reparo en criticarlas por medio de palabras, no dándose cuenta que las palabras son símbolos de sus ideas.
Muchos actos de nuestra vida están basados en la simbología la que nos presta utilísimos servicios para expresar ideas, sentimientos o emociones. Cuando al saludaros nos dan la mano y se quitan el sombrero, con el primero simbolizan la amistad., y con lo segundo, el respeto, ya que dar la mano y quitarse el sombrero, en sí mismo, nada significa. Cuando se nos muere un ser querido, simbolizamos nuestro dolor vistiéndonos de negro y enviamos una corona a sus funerales. Cuando leemos, miramos los símbolos, que son las letras que forman las palabras y las frases. Es instintivo mover la cabeza, simbólicamente, para negar o afirmar. Nadie se negaría darle un abrazo a su madre, simbolizando el cariño que le profesamos.
Todas estas manifestaciones anteriormente descritas y muchas más encontraremos, si analizamos todas nuestras formas de manifestación substantiva, encontrando el símbolo como esencia riquísima de expresión.
Ahora bien, coloquemos el símbolo y la palabra frente a frente para observar la amplitud del primero sobre la segunda. Es manifiesta la amplitud del símbolo al libertar, al mismo tiempo que da acción, en cambio la palabra localiza y limita. Sírvanos de ejemplo comparativo en este examen del símbolo y la palabra un sustantivo muy conocido en nuestra Orden: el Compás. Como palabra nos expresa un instrumento geométrico destinado a trazar círculos y a medir ángulos. Como símbolo representa lo infinito o lo inmenso. Se traza con él líneas que no tienen principio ni fin y representa a nuestra Institución como símbolo de amor fraternal, de amor a la Humanidad, que abraca y encierra a todos sin excepciones ni exclusiones. Es el Símbolo que podría representar en su infinito a la Gran Cadena de la Fraternidad Universal. Aún podríamos seguir empleando el significado del Compás como símbolo, pero con lo anterior nos basta en el presente caso.

So continuamos observando el ritual masónico, expresado en símbolos, llegaremos a la conclusión de que es riquísimo en enseñanzas de todo género, al extremo de que puede asegurarse, sin lugar a dudas, que nos basta una vida para desentrañar de cada símbolo todas las enseñanzas que encierra, toda vez que mientras más se piensa acerca de cada uno, siempre se encuentran nuevas vetas aún inexplotadas.
Por último, agregaremos que es necesario dedicarnos con verdadero tesón a perfeccionarnos en todo sentido para esparcir al viento los beneficios que atesoran nuestros símbolos. Y sabemos que cuanto símbolo nos cierra el paso a cada instante, nos está impulsando a no acatar otra voluntad, otro dogma, que no sea el de que la conciencia, en su libre ejercicio, nos señale.
T. Z. M.
Resp. Log. Nº 23