La autora de este escrito signa como Hermana Iésod, y fue presentado en algunas de las actividades de trabajo del citado grupo.
Espero que lo disfruten...
****************************************************
Karma
es otra manera de denominar a la ley de causa y efecto. Todo efecto tiene su
causa y toda causa tiene su efecto. No existe la llamada buena o mala suerte ni
la casualidad. Todo obedece a una causalidad. El Universo esté regido por
fuerzas poderosas que llamamos leyes universales. Estas leyes emanan de la
Sabiduría Cósmica y han sido creadas en una armonía perfecta para un orden perfecto.
Lo imperfecto que apreciamos en nuestro mundo es obra del hombre, no de Dios.
Lo perfecto no puede crear imperfecciones.
El
hombre sufre porque él mismo ha atraído el sufrimiento con sus acciones
egoístas, ha transgredido las leyes divinas, envía pensamientos ruines, sus
sentimientos son bajos. Todo esto acumulado en su alma va conformando su
destino, su karma.
Cuando
se emiten pensamientos de maldad, o negativos, se está, por ley de afinidad,
atrayendo pensamientos de la misma naturaleza que agudizan aun más esa pasión
que se está experimentando. Si no se está alerta, llevará a cometer errores y
actos de maldad que producirán sufrimiento en otros. La ley de causa y efecto
nos devolverá, en algún instante de esta vida presente o futura, los mismos
sufrimientos que hayamos causado.
Por
esta misma ley, todo lo positivo que hagamos, todo acto de servicio desinteresado,
todo sentimiento de amor y de ayuda hacia los demás y hacia todo lo creado
retornarán a nosotros con el bienestar y ayuda que hayan producido.
El
mejor medio de no agravar el karma es aceptar su destino y dejar que se cumpla,
sin tratar de escapar de él. De lo contrario se· actúa igual que el criminal
que se evade para no cumplir sus años de condena. Si lo atrapan, su pena se
vuelve más pesada. El karma aplica las mismas leyes.
Existe
un medio para alivianar el karma y también para acelerar el proceso de
liberación. Solamente hay que tener la mente muy clara para aceptarlo, actuando
como los santos, profetas, místicos que deciden trabajar por el mundo entero,
ayudar a los humanos e incluso sacrificarse por ellos. Por el sacrificio, el
amor y la abnegación logran escapar de las leyes de un destino ordinario.
Sufren, pero gracias a estos sufrimientos llegan más rápidamente a la
liberación total. Para escapar al karma, hay solamente un medio: el amor, la
bondad, la generosidad, el olvido de sí.
Sin
embargo hay que entender que esta actitud es completamente diferente al
fatalismo. Los fatalistas aceptan los hechos y se dicen “está escrito, todo
está decidido de antemano y nada se puede hacer”. Estas personas no luchan y se
dejan llevar por el destino sin tratar de modificarlo por su trabajo o por sus
actividades.
Un
iniciado no puede ser fatalista. Debe decidirse a tomar las cosas en sus manos
y comenzar a pagar. Pero a pagar con algo más grande que no solamente le
permita borrar todo sino que al mismo tiempo le lleve a la verdadera liberación.
La única manera de escapar a su destino es pagando el karma, pero al mismo
tiempo que se paga hay que continuar trabajando, creando, evolucionando. Haber nacido
bajo una “mala estrella” no es una razón para quedarse eternamente flojo, sin
hacer nada.
Pagar
una deuda no es más que un episodio pasajero en nuestra existencia. Si el espíritu
humano es inmortal, la deuda representa un segundo en toda la existencia, que
es la eternidad. No permitamos entonces, ni por un momento, ensombrecer toda la
luz del espíritu.
Todos
tenemos deudas que pagar, pero el pago de ellas no debe bloquearnos. Los
fatalistas piensan que nunca podrán liberarse, que no podrán ir más allá de sus
culpas. Sus ideas los paralizan. El fatalismo es incompatible con el progreso y
con la evolución.
Es
cierto que todos en algún momento estamos expuestos a pasar por circunstancias
muy difíciles. Por lo tanto, trabajemos y juntemos oro, energía. Estas
reservas, que son medios físicos y psíquicos nos ayudaran a enfrentar a y
sobreponernos de estas situaciones pesadas. Pero si despilfarramos todas
nuestras reservas en un vivir desordenado, seremos vencidos por el karma.
Se
dice que los designios de Dios son insondables. En efecto, el destino de una
persona se presenta a veces bajo un aspecto muy desfavorable y no se sabe hacia
dónde la llevarán los acontecimientos. Cuántos de nosotros hemos llegado
diciendo que hemos pasado por momentos muy amargos y que, gracias a esas pruebas,
hemos encontrado luego esta Escuela. Es así como por vías insondables el mundo
invisible nos lleva hacia la luz.
¿Está
fijado nuestro destino o somos libres para definirlo?
La
Divinidad nunca ha obligado a los humanos a jugar un rol determinado; esto significaría
que no nos deja ninguna libertad. Si Dios hubiera determinado nuestro destino,
no habría libertad ni tampoco responsabilidad. Si el hombre no fuera
responsable ¿por qué condenarlo?
Nuestra
libertad va a depender del grado en que nos encontremos en la escala de la evolución.
Si estamos muy abajo, no tenemos ninguna libertad. Hay muchos hombres que no
son libres: son empujados, presionados, influenciados por otros, no son ellos
los que deciden. Para ser libre hay que elevarse al Creador; así seremos libres
de la libertad del Creador. No libres con respecto a Él. Una de las libertades
que ha sido dada al hombre es la de mejorar o, por el contrario, la de
empeorar: acercarse al Cielo...o al Infierno.
Sin
embargo el camino por el cual la humanidad y el cosmos deben pasar ya está
fijado: hay un plan, un proyecto determinado. Esto es como un viaje en barco:
tiene su itinerario y sus estadías. No podemos bajarnos al agua. Pero en este
barco tenemos la oportunidad de entretenernos, de conocer gente, de mirar el
mar, etc. El itinerario del Plan Divino esta trazado y nadie tiene la posibilidad
de modificarlo, pero podemos hacer lo que queramos con nosotros mismos:
destruirnos o mejorarnos. Somos libres de elegir si queremos ser salvados o
condenados.
Siendo
Dios Amor Supremo, que por expansión de Su Amor dio vida a cuanto existe, sin
pedir ni esperar de sus criaturas sino que sean felices eternamente, y para
cuyo objetivo ha creado Leyes Divinas, podemos deducir que el dolor no es
enviado por Él. Son consecuencia de nuestros errores del pasado, sembrados
conscientemente. Son las transgresiones a la Ley Universal del Amor las que
atraen al alma consecuencias dolorosas. Del mismo modo que las obras de amor, pequeñas
o grandes, son las que atraen mayor felicidad y progreso.
Todo
bien y esfuerzo que hagamos desinteresadamente con amor en beneficio de
alguien, no se pierde. No importa que hayamos recibido ingratitudes y hasta
traiciones: la Ley todo lo recoge y nos lo devuelve tarde o temprano. El
tiempo, tal como lo entendemos en la vida humana, no existe en la vida eterna
del Espíritu.
No
nos preocupemos tanto por el futuro: el futuro se construye en el presente. Es
el ahora lo que cuenta. El futuro es una prolongación del presente y el
presente, un reflejo del pasado. Todo es uno: pasado—presente—futuro no estén
separados. El futuro se edifica con los fundamentos del ahora. Si son malos, no
esperemos un futuro excepcional. Si son buenos, es inútil inquietarse.
Apreciemos
lo que Dios nos ha dado, las menores posibilidades de que disponemos en todos
los planos: físico, moral, social, intelectual, y gracias a estas posibilidades
tratemos de hacer un gran trabajo. Ignorar todo lo que tenemos y gritar,
llorar, lamentarnos es tonto. Es necesario trabajar con algo positivo y real, y lo que es real, es lo que poseemos
ahora. El futuro no nos pertenece. Trabajemos entonces con lo que tenemos en el
presente.
H, Iésod
1 comentario:
How to play Baccarat | Vegas casino, card games
The casino's main objective is to place your bets while you're playing. The 바카라 사이트 objective is 제왕 카지노 to 1xbet korean avoid a losing hand, such as the ones you will get on the
Publicar un comentario