A continuación un capítulo de un escrito realizado años atrás, llamado "Escuelas Iniciáticas de Occidente", que aunque muy sencillo, pienso que puede dar un buen pie para iniciar temas que tratan de la Francmasonería, justamente dado su generalidad y liviandad.
Esta escuela junto a las enseñanzas del Martinismo y los Rosacruces, constituyen unos de los pilares fundamentales de la enseñanza tradicional de occidente en la actualidad.
Sin embargo, estos tres tipos de enseñanza están dando paso al nuevo eslabón en la larga cadena de la historia de las enseñanzas iniciáticas, constituido este por las nacientes Escuelas de la Nueva Era.
No obstante, como hemos visto, las enseñanza iniciática se transmite de un eslabón a otro, cambiando solamente la forma y los nombres, los contenidos y sabiduría se amplían basándose en el conocimiento de lo inmediatamente anterior, nunca se pierde o se cambia todo este desarrollo.
HISTORIA.
Es difícil adentrarse en la historia de éstas escuelas inicíaticas, ya que sus orígenes se pierden en los tiempos, como idea, pero no como forma. Todo esto hace que surjan una serie de mitos y leyendas que tratan de explicar los comienzos, pero no de la Institución o el sistema de enseñanza correspondiente, sino de la enseñanza iniciática propiamente tal.
En forma legendaria la Masonería remonta sus orígenes a tiempos remotos. Quizás el origen de las enseñanzas masónicas más aceptado, desde el punto de vista legendario es el de descender de los misterios de que participaba Salomón, y especialmente Hiram (Rey de Tiro, contemporáneo del primero). A este último Salomón le habría encargado la construcción de su famoso templo, ya que Hiram era un constructor de prestigio y conocía todos los misterios con respecto a esto. El y sus hombres construyeron el templo y posteriormente, los constructores de un grado inferior al de maestro (grado superior al que pertenecía Hiram), trataron de sacarle los secretos, de lo que resultó finalmente que lo mataran.
En forma muy sucinta y resumida podemos decir que la historia es la siguiente:
En los trabajos del Templo de construcción del rey Salomón, a cargo del Hiram rey y Gran Maestro constructor, quince Compañeros eran los descontentos por no haber podido pasar a grado de Maestro, doce desistieron de tomar acciones en contra de Hiram, solamente tres persistieron, sus nombres: Hobbhen, Sterké y Austerfluth. El primero se colocó en la puerta del Este, el segundo en la del Sur y el tercero en la del Oeste. Esperaron a que Hiram terminase su plegaria, al tratar de salir por la puerta del Este Hobbhen le inquirió la palabra de Maestro, al negarse Hiram, el traidor compañero le asestó un fuerte golpe en la nuca con una regla de 24 pulgadas. Al huir Hiram a la puerta del Sur se encontró con Sterké, que también le preguntó la palabra clave, nuevamente al negarse Sterké le pegó violentamente sobre el corazón con una escuadra de hierro. Herido mortalmente Hiram intento huir por la puerta del Oeste, en donde Austerfluth también le pidió la palabra de Maestro, y al negarse Hiram le dio un golpe mortal en la frente con un martillo. Hiram cayó instantáneamente muerto. Al reunirse los tres compañeros traidores junto al cuerpo de Hiram y descubrir que a ninguno le había dado la palabra clave, y viendo la improductivo del crimen, no pensaron en otra cosa que a hacer desaparecer todas las señales que pudieran incriminarles, y es así como fueron a enterrar el cuerpo de Hiram muy lejos de Jerusalén en la cumbre de una montaña.
Al día siguiente los obreros comunicaron a Salomón la desaparición de Hiram, el que comenzó las pesquisas. Los doce Compañeros que habían desistido del complot, se vistieron con mandil y guantes blanco para señalar la inocencia frente a los posibles hechos y fueron a revelar lo sucedido a Salomón, quien les encargó la búsqueda del cuerpo de Hiram, pero no lo pudieron descubrir, por lo que Salomón envío posteriormente a nueve Maestros, quienes al cabo de cinco días dieron con el cadáver en el monte Líbano, gracias a una rama de acacia que creció sobre el cuerpo enterrado del Hiram.
Salomón tributó magníficas exequias al cadáver del Maestro constructor y lo hizo inhumar en el santuario.
Una vez terminado con los honores correspondientes a la memoria de Hiram se avocó a la búsqueda de los culpables. Se nombró una comisión a cargo de Johaben, más ocho Maestros. Los nueve elegidos se reunieron con Salomón en un lugar apartado y prestaron juramento de vengar la muerte de Hiram. A la caída de la tarde descubrieron a dos asesinos, quienes huyeron entre las rocas y al verse alcanzados se despeñaron en un barranco, en donde los Maestros los vieron muriendo. El tercero lo descubrió Johaben en una caverna, quien se dio muerte clavándose un puñal en el corazón.
Los elegidos dejaron los cuerpos en donde habían muerto sin antes cortarles la cabeza para demostrarle a Salomón que se había justicia. En Jerusalén Salomón satisfecho de las conducta de los nueve Maestros les dijo que de ahí en adelante llevarían el nombre de Elegidos, a los que posteriormente se les agregó otros seis Maestros conformando un total de 15. Les dio por divisa distintiva una banda negra que iba desde el hombre izquierdo a la cadera derecha y de cuyo extremo pendía un acerado puñal con la empuñadura de oro. Les fue confiada la Inspección General.
Además de esto la leyenda sostiene que Hiram había grabado en un trozo del más fino metal de forma triangular el nombre del Gran Arquitecto del Universo, cosa que era secreta y estaba prohibido pronunciar y conocer. Hiram llevaba este delta en su cuello y lo custodiaba celosamente. Cuando lo estaban asesinando se despojó del delta y lo arrojó a un pozo que estaba al extremo Oriente, hacía el mediodía. Donde fue encontrado luego por tres Maestros que se lo llevaron a Salomón, el que para conservar a resguardo y en secreto este Nombre, hizo construir una bóveda secreta en la que mano a colocar un pedestal triangular llamado el pedestal de la ciencia. Salomón junto a los Elegidos, fue hasta este pedestal e hizo incrustar el delta en el medio de él y lo cubrió con una piedra de ágata cortada en forma cuadrada, sobre la que hizo grabar en la parte superior la palabra substituida; en la cara inferior todas las palabras secretas de la masonería, y en las cuatro laterales las combinaciones cúbicas de este número, por lo que se le dio el nombre de Piedra Cúbica.
Delante del monumento hizo colocar tres lámparas con nueve mechas cada una, que ardían perpetuamente. Hizo realizar a los Maestros que lo acompañaron el juramento inviolable de jamás revelar lo que allí habían visto, y finalmente hizo sellar la bóveda, a la cual le dio el nombre de Bóveda Sagrada.
De toda esta historia o mito lleno de simbolismo surgen una serie de pases, palabras y signos de reconocimiento propios del masón. Por ejemplo por esta razón los masones se hacen llamar los Hijos de la Viuda.
La historia dice que posteriormente Nabucodonosor liderando al pueblo Babilonia se apoderó de Jerusalén, llevó al pueblo hebreo como esclavos a Babilonia y destruyó el Templo. Después de 70 años de cautiverio, Ciro monarca sucesor, dio libertad a los judíos y restituyó los tesoros del Templo.
Al ser destruido el templo no se había dado con la bóveda secreta, de tal forma que al volver los Elegidos dieron con ella, y se apoderaron del triángulo, el cual fundieron para que no fuera profanado, rompieron la piedra ágata y transmitieron sus secretos por tradición. Nombraron un jefe que presidiese sus asambleas y continuaron reuniéndose.
Posteriormente Zorobabel y Ananías como jefes de esta cofradía decidieron reconstruir el Templo, y como mientras lo hacían los enemigos constantemente los molestaban y los acechaban, la leyenda cuenta que los obreros los construyeron con la espada siempre a mano.
Más tarde el Templo fue nuevamente destruido por los romanos en el año 70 después de Cristo, pero los masones o la cofradía de constructores no se disolvieron, se mantuvieron juntos, sus enseñanzas y tradiciones y se esparcieron por todo el mundo, dándose a conocer por sus trabajos de construcción hasta la Edad Media y la posterior formación de la Masonería moderna.
Sin embargo, muchos masones van más allá de este supuesto origen de la Escuela o cofradía y pretenden que su arte y enseñanzas jamás se han perdido a través de los tiempos, y siempre han existido. Y su origen surge desde el momento que el ser humano construye como homenaje al ser divino y a la trascendencia de él mismo, con esto ya se tendría masones en la prehistoria con los monumentos megalíticos que encontramos en todas partes del mundo.
En la Edad Media se constituyeron en gremio los constructores de catedrales. Los cuales compartían secretos propios de su gremio que tenían directa relación con los distintos elementos de su profesión. Dejaron estampados sus misterios y secretos en los distintos bajorrelieves, vitreaux y símbolos en general en las distintas catedrales góticas de Europa. Estos gremios constructores y lo que se enseñaba en ellos paso a constituir lo que se llamó la Masonería operativa. Recordemos que la palabra masón significa albañil en francés.
Finalizando la Edad Media, la Masonería operativa fue fuertemente influenciada por diversas corrientes de pensamiento filosófico y abstracto, de tal forma que en 1641, nace una nueva forma de Masonería, que subsiste actualmente. Se trata de la Masonería especulativa. Todo esto se debió al sabio Elías Ashmole, alquimista y anticuario, al cual suele considerarse el verdadero padre de la Masonería actual.
De esta forma vemos que a principios del siglo XVIII, los gremios de constructores y albañiles francamente en decadencia sufrieron una inyección de nuevas ideas y altas concepciones filosóficas e intelectuales dadas por estos nuevos participantes que si bien no pertenecían al gremio operativo, pudieron consolidar y amalgamar perfectamente sus ideas con los usos, costumbres, símbolos, términos, ceremonias y tradiciones que se trasmitían fielmente entre los gremios operativos, pero que estaban falta de savia de vida filosófica y trascendente.
Mi opinión personal al respecto es que los Rosacruces, tal cual vimos en el capítulo correspondiente, así como los alquimistas y otros grupos del orden esotérico y hermético, buscaron en la apertura de las logias masónicas el asentamiento de sus ideas y principios, lo que finalmente lograron, por lo que la nueva Masonería en su forma especulativa dio cobijo a influencia del espíritu que se venía buscando formas de expresión más sólidas.
Hacia el año 1715 no había más que cuatro Logias al Mediodía de Inglaterra, todas las cuales operaban en la ciudad de Londres. Al advenimiento de Jorge I al trono, lo miembros de estas cuatro Logias y algunos hermanos que deseaban reavivar la antigua prosperidad de la Orden, resolvieron unirse bajo la autoridad de un Gran Maestro.
Sin embargo, no fue hasta el día de San Juan (24 de Junio) de 1717, que nació oficialmente la Masonería Especulativa. Esto se llevó a cabo con la fundación de la Gran Logia de Londres; reunía las cuatro logias mencionadas, todas compuestas casi exclusivamente por caballeros (gentlemen) y no por artesanos o albañiles, como hubiera correspondido en rigor a los principios de la Masonería operativa. En esta fecha se adoptó una nueva organización para el gobierno de la Fraternidad, que como ya dije, se admitió obreros simbólicos; el trabajo intelectual vino a reemplazar al de carácter material, y en lugar de edificar templos visibles y sujetos a la destrucción, se trató ahora de trabajar en la construcción del templo único e invisible del mejoramiento de la humanidad.
Los masones de Londres, deseosos de investigar como y porque se había metamorfoseado la antigua masonería operativa en una en la cual estaba compuesta por grupos de notables, movidas por aspiraciones éticas, simbólicas e intelectuales; decidieron en su Congreso de 1721 establecer los orígenes exactos de la antigua Institución a la que pertenecían.
James Anderson (1680-1739), pastor presbiteriano, ofreció sus servicios para realizar esta investigación. Dos años después terminó su trabajo. Con el nombre de Constituciones, el texto de Anderson presenta tres partes: una histórica, otra acerca de las obligaciones de los masones y la tercera que trata de los reglamentos generales.
Podríamos sintetizar la obra de Anderson en los Ancient Landmarks (Antiguos Límites), especie de principios de la Masonería. No obstante estos Landmarks han ido variando a través del tiempo, ejemplo claro de esto es el número 18, en el cual se dice que no se aceptan mutilados, esclavos o mujeres en los trabajos de Logia. Actualmente existen Ordenes Masónicas que aceptan las mujeres en sus trabajos de Logia. La primera mujer iniciada en Masonería fue en 1893 en Francia, dando origen a la Masonería Mixta.
Originalmente los grados de la Escuela masónica tradicional fueron tres: Aprendiz, Compañero y Maestro; sin embargo posteriormente aparecieron otros, hasta llegar a siete, treinta y tres y noventa según sea el Gran Oriente y el rito bajo el cual trabajen las distintas Ordenes, esto lo tocaré un poco más en detalle al más adelante en este mismo capítulo al comentar el Landmark que habla respecto a los grados.
Referente a los distintos Orientes u Ordenes Masónicas que aparecieron a partir de la fundación de la Masonería Moderna, no es mi intención explayarme al respecto, puesto que eso sería obra de un estudio acucioso sobre la materia y mi intención es solamente dar un breve bosquejo sobre el desarrollo de las distintas Escuelas. Aún así es necesario mencionar la formación de algunas Ordenes, que según mi concepto, destacan en esta historia de la masonería. Estos distintos sistemas masónicos basaban su diferencia en base al Rito con el cual trabajaban, y podemos destacar el Antiguo Rito Inglés, con el que trabajaba a principios del siglo XVIII la Gran Logia de Inglaterra, desarrollado principalmente por E. Ashmole, además posteriormente aparecen un gran numero de Ritos, así tenemos: de los Elegidos Coens, de los Noaquitas o Caballeros Prusianos, Antiguo o Escocés Primitivo, Eslavo, Rectificado de Rosa Cruz, de Schröder, Francés, del Hermano Enoch, de Misraim, de Menfis u Oriental, Escocés Antiguo y Aceptado.
Merece especial atención la formación de la Masonería Mixta que tiene su Oriente en Francia y trabaja bajo el rito de Escocés Antiguo y aceptado y tuvo su origen el 4 de Abril de 1893. También es importante la Orden masónica más grande en nuestro: la Gran Logia, que tiene su Oriente en Londres, Inglaterra, y también trabaja con el Rito Escocés Antiguo y Aceptado, la diferencia con la anterior es que sus miembros antiguos sólo pueden pertenecer al sexo masculino. Finalmente en Chile también es bastante activa la Orden masónica de Menfis-Misraim que trabajan con los Ritos del mismo nombre.
Es interesante observar que existen muchas modalidades de trabajo masónico lo que redunda en un gran beneficio para el buscador o la persona que quiera trabajar este sistema iniciático, ya que existe más probabilidad que alguno de ellos se acomode a su forma de ser.
PRINCIPIOS.
Los principios de la Masonería están resumidos en lo que Anderson llamó Ancient Landmark, tal cual lo vimos en la historia.
Los Límites son 25 y a continuación los publicamos:
1. Los modos de reconocimiento.
2. La división de la Masonería simbólica en tres grados.
3. La leyenda del tercer Grado.
4. El gobierno de la Fraternidad por un oficial que preside, llamado Gran Maestro que es elegido por el cuerpo de la orden.
5. La prerrogativa del Gran Maestro de presidir cada asamblea de la Orden donde quiera se lleve a cabo.
6. La prerrogativa del Gran Maestro de conceder dispensas para conferir grados fuera del tiempo reglamentario.
7. La prerrogativa del Gran Maestro de conceder dispensas para abrir y mantener Logias de Dispensación.
8. La prerrogativa del Gran Maestro de hacer masones a la vista.
9. La necesidad de que los masones se congreguen en Logias.
10. El gobierno de la Fraternidad, cuando está congregado en Logia, por un Maestro y dos Vigilantes.
11. La necesidad de que cada Logia, cuando este reunida, esté debidamente a cubierto.
12. El derecho de cada masón a ser representado en todas las reuniones generales de la Orden y de instruir a sus representantes.
13. El derecho de todo masón de apelar a la decisión de sus hermanos, convenidos en Logia, ante la Gran Logia o en asamblea general de masones.
14. El derecho de todo masón de visitar y sentarse en toda Logia regular.
15. Ningún visitador desconocido para los hermanos presentes o para alguno de ellos, como masón, puede entrar en Logia sin pasar primero un examen de acuerdo con los antiguos usos y costumbres.
16. Ninguna Logia puede interferir en los asuntos de otra Logia ni conferir grados a hermanos que son miembros de otras Logias.
17. Todo masón está sujeto a los reglamentos y las leyes de la jurisdicción en la cual reside.
18. Ciertas calificaciones necesarias en los candidatos para iniciación que deben ser hombres, no mutilados, de libre nacimiento y de edad madura.
19. La creencia en la existencia de Dios como gran Arquitecto del universo.
20. Subsidiaria en esta creencia en Dios es la creencia en la resurrección a una vida futura.
21. Un Libro de la Ley constituirá una parte indispensable del moblaje de la Logia.
22. La igualdad de todo los masones.
23. El secreto de la Institución.
24. La fundación de una ciencia especulativa sobre un arte operativo, y el uso simbólico y la explicación de los términos del arte para fines de enseñanza moral y religiosa.
25. Que estos límites no pueden ser cambiados.
En estos 25 límites se fundamentan todos los principios y enseñanzas de la masonería. Analicemos algunos de ellos un poco más en detalle.
El límite 1 se refiere o, más bien, menciona los modos de re-conocimiento. Esto tiene relación a que la masonería, así como casi la totalidad de las Escuelas iniciáticas que le preceden o siguen, poseen toques, palabras de pase, signos, etc. secretos que solamente son entregados a los iniciados en sus misterios. De esta forma se puede reconocer a un masón en cualquier circunstancia. Cada nivel de instrucción o grado tiene sus propios modos de reconocimiento. Indudablemente que cada modo de reconocimiento sólo es conocido por los iniciados en el mismo grado o en grados superiores, y se da a conocer generalmente en las ceremonias de iniciación, con las cuales acceden a los distintos grados. Sin embargo, hoy en día existen muchas publicaciones en donde aparecen descritos claramente toda esta simbología, solamente hay que revisar bibliografía y estar atentos, por lo que el secreto de la enseñanza masónica no radica en saber esto, sino que la interpretación intelectual y sobre todo vivencial adecuada de ellos.
En el límite número 2, se menciona que la masonería tiene tres grados básicos de enseñanza. Estos tres grados son: Aprendiz, Compañero y Maestro. En general las actuales escuelas de occidente tienen esta estructura de tres grados de instrucción. Obviamente se ingresa al grado Aprendiz, luego de algún tiempo se accede al grado de Compañero y finalmente la enseñanza culmina en el grado de Maestro.
Antes de la renovación de la Masonería, cuando era el fiel reflejo de los secretos de un gremio dedicado a la construcción (Masonería Operativa), los grados eran solamente dos, sin embargo, tal cual hicimos mención Elías Ashmole desarrolla el tercer grado, y a partir de esta base se forma la actual Masonería Moderna. Si bien es cierto los tres grados básicos los tienen todos los sistemas o Ritos, posteriormente se fueron agregando otros y de esta forma tenemos que en el Rito Escocés Antiguo y Aceptado, uno de los más difundidos en nuestro país, aparecen además de los tres grados básicos, otros treinta, conformando un sistema de 33 grados, que se dividen en la siguiente forma:
1.- Grados simbólicos, correspondiendo a los tres grados elementales de Aprendiz, Compañero y Maestro; 2.- Grados capitulares, que corresponde a tres grados reales, los que son: el cuarto llamado Maestro Secreto, el quinto de Maestro Perfecto, Gran Elegido o Perfecto Masón, que conduce al decimoctavo grado (18) llamado Sublime Príncipe Rosa-Cruz o Caballero del Águila y del Pelícano; 3.- Grados filosóficos, que comienzan con el decimonoveno (19) grado que tiene el nombre de Gran Pontífice de Jerusalén Celeste, que conduce hasta el trigésimo grado (30) de nombre Gran Elegido Caballero Kadosch; 4.- Grados superiores, que van desde el trigésimo primer (31) grado Inquisidor, Inspector y Comendador o Príncipe del Real Secreto, hasta el grado trigesimotercero (33): Soberano Gran Inspector General.
Como podrá observarse aunque se hable de 33 grados, en forma real son solamente 10.
El Rito de Misraim contiene 90 grados, repartidos en cinco series, a saber: 1.- Los Grados Simbólicos; 2.- Los Grados Filosóficos; 3.-Los Grados Místicos; 4.- Los Grados Cabalísticos y el último grado, el nonagésimo (90), es el de Soberano Gran Maestro Absoluto.
El rito de Menfis posee 95 grados y muchos otros Ritos poseen distintos grados, pero tal cual sucedía en Rito Escocés Antiguo y Aceptado, en realidad no existen exactamente la cantidad de grados indicada, sino que existen saltos que abarcan distintos números.
Al parecer cuando la Masonería se hizo especulativa y se permitió el ingreso de personas ajenas al gremio de la construcción, se crearon estos grados con fines de jerarquía, ya que muchos miembros de la aristocracia, nobleza y la realeza participaron de los misterios de la Francmasonería, y por supuesto debían crearse las instancias que permitieran distribuir jerárquicamente a los distintos integrantes y que más o menos reflejaran el nivel de cada uno en la comunidad. Posteriormente se encontraron explicaciones simbólicas a cada uno de estos grados.
Con respecto a la leyenda del tercer grado (landmarks número 3) se refiere a Hiram, la construcción del templo de Salomón y su asesinato.
Ya referimos la historia en forma bastante sucinta, el descubrir la simbología con su correspondiente enseñanza es labor del iniciado masón en su camino a la maestría. Los diversos símbolos pueden ser interpretados de diversos puntos de vista según sea el momento por el cual está pasando el estudiante.
Pero, en forma general podemos decir que Hiram representa el símbolo de la iniciación a través de la Francmasonería. Los tres Compañeros representan los obstáculos a franquear para lograr la iniciación real: la mentira, la ignorancia y la superstición. Sobre el cuerpo del iniciado la rama de acacia siempre verde, simboliza la supervivencia de cuerpos más sutiles que el físico al que le dominan, tal como el pensamiento y los cuerpos de manifestación superior, los que en conjunto podríamos llamar alma.
Los guantes y el mandil blanco de los Compañeros que no quisieron tomar parte en el complot denotan la pureza de pensamiento, de sentimiento y de intención que deben presentar los aspirante al grado de Maestro.
La muerte de Hiram debe ser vivida por cada aspirante a Maestro, ya que cada muerte trae como consecuencia un nacimiento a un nuevo estado de consciencia.
En los límites 4 al 8 inclusive encontramos claramente reflejada la idea de jerarquía y obediencia que en general se da en todas las Escuelas de Iniciación, cualquiera sea el tiempo de ellas.
Con respecto al Landmark número 9, las logias son las agrupaciones locales básicas sobre las cuales se reúnen los masones. Con respecto al significado etimológico de la palabra, parece evidente una relación entre ella y el vocablo Logos, que representa la inteligencia creadora y rectora del sistema de vida en el cual estamos insertos. De logos también deriva nuestra voz palabra, ya que Esta inteligencia creadora habría hecho la creación a través de la palabra, Su palabra.
Otros hacen derivar la palabra logia del sánscrito loka, que quiere decir mundo, lugar, afín al latín locus.
Todo esto hace pensar que en la palabra logia hay dos conceptos íntimamente unidos, el de palabra y el de lugar, a los que se les agrega el significado más trascendente o esotérico de Logos, es decir la potencialidad creadora, o sea la luz.
Magister() plantea que la logia es esencialmente el lugar en que se habla y aquel en que se busca y conoce la luz, que el mismo evangelio juanítico identifica con el Logos o Verbo... No obstante más importante que el concepto de lugar físico en donde los masones se reúnen a cubierto de indiscretas miradas, está la concepción de que las logias están constituidas por los conjuntos o agrupaciones de masones que las forman como miembros, ya que ellos al reunirse así se transforman en la expresión particular de ese Logos universal.
En el límite 10 se menciona a los oficiales principales que dirigen los trabajos en logia: Maestro, Primer Vigilante y Segundo Vigilante.
Esta triada es la representación de los tres pilares que permiten, sostienen y decoran el templo o la Logia: la Sabiduría, Fuerza y Belleza. Son los tres atributos Divinos que permiten la creación, o la expresión del Logos. Son las tres luces principales.
El Maestro, que recibe el apelativo de Venerable se ubica hacia el Oriente de la logia, está simbolizado por Salomón y representa la luz de la sabiduría, de la misma forma que el sol aparece desde el Oriente y entrega los rayos de luz a la tierra luego de un período de oscuridad: la noche. Este Venerable Maestro es que abre los trabajos, los dirige y los cierra. Pero esta fuerza de la sabiduría nada podría hacer sin la colaboración de otros elementos fundamentales para llevar a cabo algo, por ello se debe apoyar en la inteligencia, trabajo encarnado por el Primer Vigilante y simbolizada por Hércules, el que se halla en el Occidente de la logia; finalmente el Segundo Vigilante sentado hacia el mediodía de la logia (en el centro), representa el segundo elemento en el cual se apoya la sabiduría: la belleza, y está simbolizado por Venus.
Los límites que siguen al décimo hasta el número 17, son de tipo administrativos y de funcionamiento que debido a que este es un resumen no los comentaré.
El Landmark decimoctavo (18) hace mención a algunas exclusiones en cuanto a la aceptación de los miembros en logia. Al respecto debe tenerse en cuenta que el tiempo avanza y tal como vimos en la parte historia este límite ha sido uno de los más modificados, ya que actualmente existen Ordenes que trabajan con Ritos que aceptan mujeres; la esclavitud ya ha sido abolida en gran parte del globo, y la madurez es relativa y las leyes de las distintas naciones disminuyen cada vez más la edad de responsabilidad legal, en donde se supone ya existe el suficiente discernimiento.
Los límites 19 y 20 también merecen un breve análisis, ya que encontramos en ellos ideas de trascendencia con respecto al origen y destino de los seres humanos y la creación en la cual está inserto.
En el Landmark 19 se dictamina sobre una de las cosas que, seguramente, más ha destacado a la masonería. El Gran Arquitecto del Universo es el título dado al Creador del Universo, haciendo clara analogía con los elementos o símbolos de construcción, los cuales constituyen su principal método de enseñanza de verdades trascendentes. La Creación se ve como obra de una Inteligencia, y esta Fuerza primigenia se refleja en toda el universo, por lo que este último se revela como algo totalmente dinámico, de tal forma que cada elemento de esta creación posee el reflejo de esta Energía Superior y se transforma en un obrero o constructor consciente o inconsciente de esta Gran Obra.
Consecuente con la idea de divinidad en nosotros y la posibilidad de construir los cimientos para que establezca la consciencia trascendente en cada uno, es que el masón debe necesariamente concluir que existe una resurrección a una vida futura en donde se alcanza el concepto de perfección y de eternidad, el descubrimiento total y real del reflejo del Gran Arquitecto del Universo en cada uno.
Con respecto a lo que expresa el Landmark 21, el libro de la Ley que allí se menciona, originalmente se refería a la Ley o Leyes inmutables sobre las cuales fue hecha la Creación, en otras palabras aquellas que aparecen en los libros sagrados o de sabiduría y no a leyes contingentes y humanas como muchas logias posteriormente interpretaron, desvirtuando la idea.
SIMBOLISMO DE LAS ENSEÑANZAS.
La enseñanza de la masonería está dirigida fundamentalmente hacia la parte moral y religiosa, con lo que se conforma en una Escuela de Iniciación Espiritual. Sin embargo, actualmente en muchas logias este objetivo original se ha desvirtuado reenfocándolo hacia el aspecto político, filosófico y económico.
Como hemos visto la simbología de la masonería está especialmente referida a elementos de construcción. Algo totalmente comprensible ya que sus base de origen está en los gremios de construcción que se establecieron en la Edad Media e incluso antes. Sin embargo, al transformarse en especulativa, la construcción pasó a ser más bien una alegoría que una forma de expresión hacia el medio. Se comienza así hablar de la construcción del templo interno, en el cual los procedimientos de construcción externa se reflejan en los internos. Solamente cambian los nombres y la masonería busca la correspondencia de los elementos de construcción con las cualidades y procedimientos del ser. De esta forma tenemos elementos tales como la plomada, que entre cosas refleja la actitud recta que el masón debe tener en sus acciones, así como indica la dirección a seguir para ascender en el trabajo interno; el nivel, nos indica el equilibrio que todo iniciado debe desarrollar para evolucionar; el compás representa la circunspección que debe tener el aspirante a la verdadera iniciación; el cincel como representación del intelecto; el mazo simbolizando la voluntad y la piedra bruta, representa la personalidad, la que a través del trabajo sincronizado de todos los elementos anteriores más otros más se desbastará con un propósito definido hasta transformarse en una piedra cúbica, la base del futuro templo superior dedicado a El. Sobre la personalidad cubicada se comienza a erigir la individualidad.
Además de internalizar el trabajo interno como una metáfora de la obra de construcción, también se estudian las Siete Artes, que son: Gramática, Lógica y Retórica, Aritmética, Geometría, Música y Astronomía. Por supuesto, todas ellas enfocadas desde un punto de vista esotérico, es decir, como simbología del desarrollo interno.
El trabajo y estudio masónico gira fundamentalmente en torno en la magia ceremonial, como en casi todas las escuelas de iniciación de Occidente. Junto a este trabajo ceremonial está el trabajo personal de cada masón, dado por el estudio y aplicación de las cosas que se aprenden.
El templo en el cual se trabaja es una representación del templo de Salomón. Está constituido por un Oriente y un Occidente. El Venerable Maestro, que dirige el trabajo en Logia, se ubica en Oriente, representando la Luz que hace llegar a todos los asistentes. En Oriente se sitúan además otros altos dignatarios, así como invitados ilustres. Además existen dos columnas, las que lo sostienen. El primer Vigilante y segundo Vigilante, son los representantes de ellas. Uno se ocupa de la columna del Sur y de la instrucción de los masones con grado de compañero, el otro de la columna del norte y de la instrucción de los masones con grado de aprendiz.
El Maestro y los dos Vigilantes tienen, como símbolo de su función, tres elementos de construcción, que son: el nivel, la plomada y el compás. Estos elementos deben ser entregados a sus sucesores cuando hay transmisión de cargo.
El trabajo de aprendiz consiste en, como vimos anteriormente, desbastar la piedra bruta. Es la primera edad del hombre. Debe utilizar el mazo (voluntad) sobre el cincel (inteligencia o discernimiento) para tallar la piedra bruta (personalidad no desarrollada). De esta forma el aprendiz comienza el trabajo, que por lo demás no termina jamás, el conocimiento de sí y el autoperfeccionamiento. El Compañero, es aquel que ya ha cubicado su personalidad y por lo tanto debe prestarse para servir a la edificación colocándose junto a otras piedras cubicadas. Comienza la labor de perfeccionamiento de la relación social y por lo tanto implica profundo estudio filosófico, que tiene por objeto el conocimiento de los deberes del hombre para con Dios, consigo mismo y con sus semejantes. El grado de Compañero tiene por objeto conocer la letra "G", es decir los nombres que comienzan con esta consonante, a los cuales la masonería atribuye gran contenido simbólico.
Finalmente el grado de Maestro, el cual es la culminación del camino masónico. La piedra que ya ha sido cubicada y colocada en perfecta relación con otras para erigir una edificio, debe ahora a devolver todo lo aprendido. El trabajo que realizar en este nivel es dar apoyo y consejo a todos sus hermanos guiándolos en el camino que el mismo ha hecho. Así también realizan, en este trabajo de instrucción y enseñanza, las labores de la oficialidad en los trabajos de Logia.
El Masón debe trabajar con el cincel y el martillo para pulir y cubicar la piedra bruta, símbolo de su propia personalidad.