domingo, 8 de mayo de 2016

EL DISCERNIMIENTO

A continuación un breve artículo sobre un tópico muy importante para tener en consideración en un camino de desarrollo iniciático y espiritual.
Muchas veces, los estudiantes de un sendero esotérico, se olvidan de que es necesario tener fundamentos sólidos, de tal manera que esto impida que la construcción personal zozobre en aguas de ilusión y el fanatismo.
Este escrito fue desarrollado por Sergio Valdivia Correa, en Santiago de Chile, hacia la década de los 80 del siglo XX, en el contexto de una breve conferencia entregada sobre el tema.  

 ____________________________________________________


El discernimiento es la capacidad que posee la mente humana que le permite conocer algo, distinguirlo ante otros semejantes y formarse un juicio de valor sobre el objeto de conocimiento.
Para llevar a cabo este proceso, la mente necesita la participación de la mayoría de las facultades cognoscitivas que posee, pues la capacidad de discernimiento es una de las más complejas conductas de la mente.
Un moderno educador, Benjamín Bloom, ha creado nueva reformas educacionales, tendientes a desarrollar esta capacidad en los educandos y para evaluar si ya posee esta conducta, pide en sus pruebas que el alumno evalúe, discierna, establezca juicios con respecto a lo que se postula, pero previamente es ponderada su capacidad de conocimiento, de comprensión, de aplicación, análisis, síntesis y como conducta más compleja ponderable, se encuentra esta capacidad, pues requiere de todas las anteriores.
Cada una de las conductas mencionadas requieren de otras, tales como: atención, concentración, orden de las ideas, etc. Podríamos decir que al desarrollar esta capacidad, estamos poniendo en actividad nuestra mente completa. Requiere cierta capacidad de reflexión, puesto que implica el análisis personal con respecto al objeto de conocimiento.
Ejemplo: en mi familia hay una discusión a la hora de almuerzo. Yo puede sentirme involucrado automáticamente en la situación, defenderme o atacar, según me sienta internamente. Esto es lo que generalmente hacemos y mi conducta altera la de los otros y nadie entiende que ocurre pasado un rato de la discusión.
El desarrollo del discernimiento implica que:
a)  Debemos conocer lo que se discute. Conocer, implica le emocionalidad relajada, de modo que debemos ser objetivos en nuestras apreciaciones, tener las premisas fundamentales, ordenar esos datos y reparar las posiciones planteadas.
b)  Luego, trataremos de comprender la situación desde el punto de vista de los que discuten, es decir, dada toda su experiencia anterior, es como verá el ángulo tratado y este se hace con cada uno de los que discuten.
c)   La aplicación, que consiste en hacer nosotros mismos la práctica equivalente, en este caso recordar, o imaginar cómo lo haríamos, tan vívidamente como podamos. Es ideal que tomemos un tiempo, para realizar realmente algo análogo o equivalente a lo planteado, ya que esta experiencia de aprendizaje sería valiosísima, pues nosotros buscamos la vivencia por razones de estudio y en forma controlada.
d)  El análisis de los datos, que es la conducta que sigue a la anterior. Para esto es bueno utilizar el método de análisis científico, aunque sea un problema trivial. Se estudian y ordenan los datos por separado, se formula una hipótesis, se somete a comprobación, se formula una TESIS o Ley si es el caso. Este análisis de los datos debe ser ordenado, respecto a cada uno de los elementos que lo componen.
e)   Luego sintetizamos nuestros resultados objetivos en una ponencia determinada. Esto es producto del experimento realizado por nosotros.
f)   Por último, nos acordamos de nosotros mismos, de nuestra posición, de nuestra experiencia, de lo que nos parece. Todo esto en forma reflexiva, es decir, la conclusión obtenida es distinta y separada de mis consideraciones particulares, pero como están claras esas separaciones, puede juntarlas o combinarlas en un juicio personal objetivo.
Por supuesto, que esto está muy lejos de ser, ni siquiera similar, a algunos de los conflictos en lo cotidiano. Las personas establecen juicios “a priori”, llevados por sus condicionamientos, hábitos, costumbres e impulsadas por sus emociones del momento.
Es claro que las emociones obnubilan la razón. Con nuestras emociones alteradas, perdemos la capacidad de ver objetivamente una situación, porque el proceso que se produce es el siguiente: Nuestra emoción es estimulada por imágenes mentales. En ocasiones, esas imágenes mentales son producto de una situación real, objetiva y en otras, esas imágenes son combinaciones y superposiciones de ant1guas, archivadas en la mente y con la emoción afloran con tal vivencia que se toman por reales o se hacen calzar con ella, de modo que le reacción será obviamente proporcional a la imagen y no a la realidad.
Todo esto afecta enormemente a la seguridad en sí mismo, puesto que el no poder separar lo objetivo de lo subjetivo, provoca que se tornen nuestros temores imaginarios por reales y nos afecten en nuestras reacciones físicas, con lo que se va haciendo realidad, poco a poco, esos temores.
Todo lo que nosotros pensamos de nosotros mismos, es lo que somos realmente y esta importante técnica de triunfo es efectiva, porque nuestra mente, al menos una parte de ella, el subconsciente, no tiene en absoluto la capacidad de discernir, ya que esto es propiedad de la mente consciente.
El subconsciente recibe todos los estímulos en forma de imágenes y los capta y acepta como reales, cualesquiera que sean y esto puede ser una gran inconveniencia en el camino al éxito y a la realización si nuestra mente consciente, la otra parte, hace todo el trabajo apropiado de discernimiento, porque puede elegir, captar, separar lo que ella quiere realmente ser de lo que no desea, convertirlo en imágenes bien representadas y todo esto enviado al subconsciente, que aceptará lo que nosotros le enviemos.
Es el subconsciente quien maneja le emoción, la domina con su forma nítida y bien representada y la acción coherente es siempre apropiada. Nunca una acción será distinta de la imagen subconsciente, pues ella es quien cualifica la energía emocional, para que se exprese en lo físico.
Donde hay más desacuerdo en la mayoría de las personas, es en lo que hay almacenado en su subconsciente, aquello que fue ingresado por nuestros padres, maestros, experiencias no razonadas, etc.; además de lo que hoy en nuestra vida de adulto pensamos.
Una de las razones por las cuales no cambiamos esas malas imágenes por otras mejores es que las ideas no están lo suficientemente claras las ideas por parte de la mente consciente. Se quieren cosas poco nítidas, poco definidas. Conocemos poco, porque estamos siempre pendientes de nuestras reacciones ante el medio, de cómo nos afecta el ambiente y perdemos de vista como son las interrelaciones desde un punto de vista más general y el conocer es sólo un punto de partida en el camino para llegar a discernir.
Recordemos el siguiente esquema:







Desde el punto de vista de la evolución, existen muchas esperanzas respecto a la activación rápida de las facultades mentales y existen grandes avances en el campo del superaprendizaje holístico, ya que contempla un desarrollo global, integral de todas las facultades en forma armoniosa, en corto tiempo y sin esfuerzos.
También ayudará a este trabajo de discernimiento, una actitud mental positiva, un control emocional, porque nos permite capturar los acontecimientos con más amplitud de criterio.
A modo de conclusión podemos decir que aunque el discernimiento es una de las más complejas actividades de la mente concreta, hoy la humanidad está suficientemente madura como para alcanzarlo en su gran mayoría. SÓLO DEBEMOS SABER QUÉ HACER, CÓMO HACERLO Y HACERLO.
SVC

No hay comentarios: