siglo XX en el Grupo Martinista Bethel, en Chile, y correspondería a archivos de la venerable Orden Martinista y a las enseñanzas Rosa Cruces.
Entre líneas se encuentra un profundo mensaje, el cual se iba esclareciendo y profundizando a medida que se avanzaba en las enseñanzas al interior del Templo...
Que lo disfruten.
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La verdadera historia de la vida de Jesús de
Nazaret jamás ha sido relatada abiertamente al mundo, ya sea en los evangelios
o en los apócrifos, a pesar que en algunos antiguos documentos relacionados con
el Cristianismo primitivo podemos datos
muy interesantes y muy esclarecedores, escritos por los padres de la Iglesia
anteriores al Concilio de Nicea (325). Los hechos referentes a la identidad y a
la misión de Jesús el Cristo están entre los inapreciables misterios
preservados en los archivos secretos en las Casas de los Hermanos.
Una parte de la extraña historia les fue confiada a algunos de los Caballeros
Templarios que representaban el Círculo Interno de esta Orden y que fueron
iniciados en las doctrinas y rituales de los Drusos, Nazarenos, Esenios,
Joanitas y otras sectas que aún se perpetúan en las remotas e inaccesibles
soledades de Tierra Santa. El conocimiento que tenían los templarios, referente
a la primitiva historia del Cristianismo fue, sin duda, una de las principales
razones para su persecución y aniquilamiento final. Los escritos de los
primeros padres de la Iglesia presentan
discrepancias irreconciliables y ponen en evidencia que aún dentro de los
primeros cinco siglos después de Cristo, estos hombres doctos no tenían por
base de sus escritos algo un poco más substancial que el folklore y relatos
conservados de oídas. Para los creyentes fáciles todo es posible y para ellos
no se plantea ningún problema. La persona que no es emotiva y que busca
afirmarse en los hechos, sin embargo, es confrontada por un conjunto de
problemas que conectan elementos inciertos, de los cuales los siguientes son
típicos:
De
acuerdo con una concepción peculiar, Jesús fue crucificado en el trigésimo
tercer año de su vida y en el tercer año de su ministerio, a contar de su
bautismo. Alrededor del año 180 de la
era cristiana, San Irineo, obispo de Lyon, uno de los más eminentes teólogos
anteriores al Concilio de Nicea (325), escribió una obra titulada “En contra de
las Herejías”, la cual constituía un ataque en contra de las doctrinas de los
gnósticos. En esta obra Irineo declaraba, fundamentándose en la autoridad de
los Apóstoles mismos, que Jesús vivió hasta una edad avanzada. Dice Irineo
textualmente: “Ellos, sin embargo, a fin
de poder establecer una falsa opinión con respecto a lo que está escrito, para
proclamar el año aceptable en que comienza la era cristiana, mantienen que
predicó durante un año solamente y luego sufrió el calvario en el duodécimo
mes. (Al hablar así), olvidan, para
su propia desventaja y destruyen todo su trabajo y le hurtan de esa edad que es
más necesaria y más honorable que cualquier otra; porque esa edad más avanzada
significó aquella durante la cual también como instructor Él sobrepasó a todos
los demás. ¿Cómo es posible que haya tenido discípulos si no enseñara? ¿Y cómo
puede haber enseñado a menos de haber alcanzado la edad de un Maestro? Porque
cuando fue bautizado aún no completaba su trigésimo año, sino que recién
comenzaba a vivir su trigésimo año (es por esto que Lucas que menciona su
edad dice: «Jesús estaba como si fuera,
comenzando a tener treinta años, cuando vino para recibir el bautismo»; y (de acuerdo a estos hombres) predicó sólo un año a partir del bautismo.
Al completar su trigésimo año sufrió, siendo muy joven, y no habiendo alcanzado
una edad avanzada. Ahora bien que la primera fase de su vida abarca treinta
años todos lo admiten; pero, desde el cuadragésimo al quincuagésimo el hombre
comienza a declinar y a encaminarse hacia la vejez y que nuestro Señor
poseía esa edad mientras aún desempañaba el oficio de Maestro, lo testifican el
evangelio y todos los ancianos; aquellos que en Asia estaban relacionados
con Juan, discípulo del Señor (sostienen) que Juan les trasmitió esa
información y que Él permaneció entre ellos hasta la época de Trajano. Algunos
de estos discípulos contemplaron no solamente
a Juan, sino también a los otros Apóstoles y escucharon de ellos el
mismo relato y atestiguan (la validez) de este hecho. ¿A quién debes creer
entonces? ¿A Ptolomeus, que jamás vio a los Apóstoles, ni siquiera en sueños?”
Comentando
el pasaje anterior, Godfrey Higgins señala que afortunadamente escapó de las
manos de aquellos destructores que habían intentado transformar los Evangelios
en relaciones en armonía con los hechos según ellos los aceptaban. También
señala que la doctrina de la crucifixión fue una VEXATA QUESTIO entre los
Cristianos, aun durante el siglo II. “La
evidencia de Irineo, dice, no puede
ser controvertida”.
Debe
observarse por otra parte, que Irineo esgrimió este argumento para contradecir
otro que en apariencia era corriente en su tiempo, que el ministerio de Jesús
no duró sino un año. De todos los primeros padres, Irineo, que escribió ochenta
años después de la muerte de Juan el Evangelista, debe haber contado con una
información razonable y segura. Si los discípulos mismos relataron que Jesús
vivió corporalmente hasta una edad avanzada, ¿por qué el misterioso número 33
aparece relacionado con la duración de su vida?
Lo que ocurrió es que los incidentes de la vida de Jesús
intencionalmente fueron alterados de manera que sus actos armonizaron más
completamente con el modelo establecido por los numerosos salvadores que le
precedieron. Es evidente que esta analogías fueron reconocidas y usadas como
recurso y medio para convertir a los griegos y romanos, lo que se desprende de
la lectura cuidadosa de las obras de Justino Mártir, otra autoridad que vivió
en el siglo segundo. En su “Apología”, Justino se dirige de esta manera a los
paganos: “Y cuando decimos también que la
Palabra, que es el primer nacido de Dios, fue generado sin unión sexual y
que nuestro Señor Jesús Cristo, nuestro Maestro, fue crucificado y murió,
resucitó y ascendió al cielo, no proponemos nada diferente a lo que vosotros
creéis con respecto a los que estimáis Hijos de Júpiter. Y así aseguramos que
la Palabra de Dios nació de Dios en una peculiar manera, diferente de la
generación ordinaria. Permitidme que os diga, como ya lo dije antes, que no es
algo extraordinario para vosotros, puesto que afirmáis que Mercurio es la
palabra angélica de Dio, pero si alguien objetara que fue crucificado, en esto
también está a la par con aquellos que reputáis Hijos de Júpiter y que
sufrieron en la forma que ya hemos enumerado.”
De
todo esto resulta evidente que los primeros misioneros de la Iglesia Cristiana
estaban deseosos de admitir la similitud entre su fe y la de los paganos, pues
estaban destinados a ser sus sucesores en los siglos siguientes. En un esfuerzo
para resolver algunos de los problemas que surgen de cualquier intento para
trazar una cronología precisa de la vida de Jesús, se ha sugerido que puede
haber vivido en Siria en la época en que vivieron dos o más instructores
religiosos que tenían el nombre de Jesús, Ihoshua, o bien Ioshua y que la vida
de estos hombres puede ser confundida en los evangelios. En su obra “Secrets
Sects of Syria and the Lebanon”, Bernard
H. Springett, un autor masónico, cita de un antiguo libro cuyo nombre no
tenía libertad para revelar a causa de su conexión con el ritual de una secta.
La última parte de su cita se relaciona con el tema que estamos tratando: “Pero, Jehovah hizo prosperar la semilla de
los Esenios, en santidad y amor, por muchas generaciones. Luego vino el jefe de
los ángeles, de acuerdo con la orden de Dios, para levantar un heredero a la
voz de Jehovah. Y en cuatro generaciones más nació un heredero que fue llamado
JOSHUA, hijo de José y Mara, devotos adoradores de Jehovah, quienes vivían
apartados de todo otro pueblo que no fueran los Esenios. Y este Joshua, en
Nazareth restableció a Jehovah y restauró muchos de los ritos y ceremonias que
estaban olvidados. En el trigésimo sexto año de su vida fue condenado a muerte
en Jerusalén.”
En
el último siglo se publicaron varios libros para suplementar las descripciones
incompletas de los evangelios acerca del ministerio de Jesús. En algunos casos
pretenden complementar la historia de su vida con antiguos manuscritos
recientemente descubiertos. En otros casos se fundamentan en una directa
revelación espiritual. Algunas de estas obras son plausibles pero algunas son
increíbles. Existen rumores persistentes que Jesús estudió tanto en Grecia como
en la India y que en esta incluso se acuñó una moneda en su honor en el siglo
I, la cual fue descubierta. Se sabe, por otra parte, que en el Tíbet existen
archivos cristianos y que los monjes budistas de un monasterio de Ceilán aún
conservan archivos que indican que Jesús permaneció con ellos quedando muy
versado en sus doctrinas filosóficas.
A
pesar que los primeros cristianos evidencian haber experimentado influencias
orientales, la iglesia moderna se rehúsa a discutir este tema. Si se llegara a establecer fuera de dudas que
Jesús fue un Iniciado de los Misterios paganos de Grecia y Asia, el efecto que
tal hecho produciría en los miembros del credo cristiano sería semejante a un
cataclismo. Si Jesús fue Dios encarnado, según fue promulgado en los Concilios
de la Iglesia, ¿por qué en el Nuevo Testamento se hace referencia a él como
“llamado de Dios como alto sacerdote según el Orden de Melchisedek”? Las palabras “según el orden”, hacen a Jesús
miembro de una línea u orden de sucesión, lo cual significa que debe haber
habido otros de igual o aún superior dignidad. Si los “Melchisedeks” fueran los
gobernadores divinos o sacerdotales de las naciones de la tierra antes de la
inauguración del sistema de los gobernantes temporales, entonces, la
anunciación atribuida a Pablo indicaría
que Jesús fue unos de estos “filósofos elegidos” o que intentó restablecer
dicho sistema de gobierno. Debemos recordar que Melchisedek también realizó la
misma ceremonia de beber el vino y partir el pan, al igual que lo hizo Jesús en
la última cena. George Faber sostiene que el nombre original de Jesús fue
JESCHUA HAMMASSHIA. Godfrey Higgins, descubrió dos referencias, una en el
MIDRASH JOHELETH y la otra en el
ABODAZARA (antiguos comentarios hebreos de las Escrituras), en el sentido de
que el apellido de la familia de José era PANTERA, pues en ambas obras se dice
que un hombre fue llamado “con el nombre de Jesús ben Pantera”. El nombre
Pantera sugiere una directa conexión entre Jesús y Baco, quien fue alimentado
por las panteras y a veces se le figura cabalgando sobre una pantera o bien
sobre un carro tirado por estos animales. La piel de pantera era una vestidura
sagrada en ciertas ceremonias iniciáticas del Egipto. El monograma IHS, que hoy
se interpreta como IESUS HOMINUM SALVATOR (Jesús Salvador de los Hombres)
insinúa otra conexión directa ante los ritos cristianos y los ritos báquicos.
IHS se deriva del griego, cuyo valor numérico (608) es emblema del sol y
constituía en nombre sagrado y oculto de Baco.[1]
. Se plantea en consecuencia el problema de determinar si la antigua
cristiandad romana estuvo confundida con la adoración a Baco, dado el aparente
paralelismo que existe entre los sistemas religiosos. Si se encontrara una
solución afirmativa a este problema, muchos enigmas, hasta aquí
incomprensibles, del Nuevo Testamento, quedarían resueltos.
No
es improbable que Jesús originalmente haya recurrido a las alegorías para
explicar fenómenos cósmicos, los que posteriormente fueron confundidos con su
propia vida. Es incontrovertible que el CHRISTOS representa el PODER SOLAR,
reverenciado por todas las naciones de la antigüedad. Si Jesús reveló la
naturaleza y la finalidad de este Poder Solar bajo el nombre y personalidad de
CHRISTOS, dado consecuencialmente a este Poder Abstracto los atributos de un
Dios-Hombre, con ello no hizo sino continuar enseñando una doctrina
invariablemente sustentada por los anteriores Maestros del mundo. Este
Dios-Hombre, dotado de esta manera, con todos los atributos de la Divinidad,
alude a la Deidad latente en cada hombre. El hombre mortal alcanza la
deificación solamente a través de la armonización con este Ser Divino. La unión
con el Ser Inmortal constituye la inmortalidad y quien encuentra su verdadero
Ser, obtiene en consecuencia, la salvación. Este CHRISTOS u Hombre Divino en el
hombre, constituye la real esperanza de salvación del ser humano, porque es el
viviente MEDIADOR entre la Deidad Abstracta y la humanidad mortal. Como Atys,
Adonis, Baco y Orfeo, que con toda probabilidad fueron originalmente hombres
iluminados que más tarde fueron confundidos con los personajes simbólicos que
ellos crearon como personificaciones de este Poder Divino, de la misma manera,
podemos afirmar, Jesús fue confundido con el CHRISTOS o Dios-Hombre, cuyas
maravillas predicó. Puesto que el CHRISTOS es el Dios-Hombre aprisionado en
cada creatura, el primer deber del iniciado era y es liberar u obtener la
“resurrección” de este Eterno Uno dentro de sí mismo. Quien lograba alcanzar la
unión o reunión con el CHRISTOS era denominado, en consecuencia, CHRISTIANO o
un hombre CRISTIANIZADO.
Una
de las doctrinas más profundas de los filósofos paganos se refería al Dios
Salvador Universal, quien levantaba las almas de los hombres regenerados a
través de su propia naturaleza. Fue incuestionablemente este concepto el que
inspiró las palabras atribuidas a Jesús: “Yo
soy el Sendero, la Verdad y la Vida; ningún hombre viene al Padre sino por mí”.
En un esfuerzo para hacer a Jesús y el CHRISTOS una sola persona, los
escritores refundieron una doctrina que debe ser resuelta en sus elementos
originales; de esta manera, el significado íntimo del cristianismo puede ser
nuevamente descubierto. En los evangelios, las narraciones acerca del CHRISTOS
representan al hombre perfecto que, habiendo pasado a través de las fases del
“Misterio del Mundo”, simbolizado por sus 33 años, asciende a la esfera celeste
donde se reúne con el Padre Eterno. La historia de Jesús es, como ahora se
preserva, al igual que la masónica de Hiram Abiff, parte de un ritual secreto
de Iniciación que pertenece a los antiguos Misterios Cristianos y Paganos.
Durante
los siglos precisamente anteriores al Cristianismo los secretos de los
Misterios Paganos lentamente habían caído en manos de los profanos. Para el
estudiante de las religiones comparadas resulta evidente que estos secreto,
reunidos por un pequeño grupo de filósofos y místicos, fueron recubiertos con
nuevas vestiduras simbólicas y de esta manera fueron conservados por varios
siglos bajo el nombre de Cristianismo Místico o Cristianismo
Esotérico. Se supone generalmente que fueron los Esenios los
custodios de estos conocimientos. En realidad, fueron ellos los educadores e
Iniciadores de Jesús. Por esto no nos puede extrañar que Jesús fuera Iniciado
en el mismo Templo de Melchisedek, donde Pitágoras había estudiado seis siglos
antes.
Los
Esenios, la más importante de las antiguas sectas de Siria, era una Orden
formada por hombres y mujeres piadosos que vivían ascéticamente, dedicando sus
días al trabajo en oficios sencillos y honorables, y la tarde a la oración.
Josefo, el gran historiador judío, se refiere a estos iniciados en los términos
más elevados: “Enseñan la inmortalidad
del alma, dicen que las recompensas que se derivan de la rectitud deben ser
buscadas interiormente.” En otra parte añade: “Sin embargo, su comportamiento en la vida es mejor que el de los otros
hombres y son completamente adictos al matrimonio”. Se supone que el nombre
Esenio deriva de una antigua palabra siria que significa “médico”, pues se cree
que la única finalidad de estos seres bondadosos era sanar las enfermedades de
la mente, del alma y del cuerpo. De acuerdo con Edouard Schuré, tuvieron dos
comunidades o centros principales, uno en Egipto, en las riberas del lago Meris
y el otro en Palestina, cerca del Mar Muerto. Algunas autoridades trazan el
origen de los Esenios hasta la Escuela de Samuel el Profeta, pero la mayoría
está de acuerdo en su origen egipcio u oriental. Sus métodos de oración,
meditación y ayuno no eran diferentes del de los hombres santos del lejano
oriente. Sólo era posible ingresar como miembro de la Orden Esenia después de
un año de probación. Esta Escuela de Misterios, al igual que muchas otras,
tenía tres grados y únicamente unos pocos lograban con éxito por esta
jerarquía. Los Esenios estaban divididos en dos comunidades diferentes, la de
los célibes y la de los casados.
Los
Esenios jamás practicaron el comercio ni participaron en la vida comercial de
las ciudades, sino que se dedicaban a la agricultura y a la crianza de ovejas
para aprovechar su lana; de igual manera practicaron los oficios de alfareros y
carpinteros. En los Evangelios y en los Apócrifos, José, el padre de Jesús, es
descrito como carpintero y alfarero. En el Evangelio Apócrifo de Tomás y en el
pseudo-Mateo, el niño Jesús es mencionado haciendo figuritas o gorriones de
arcilla que luego vivían y emprendían el vuelo cuando golpeaba sus manos. Se
consideraba a los Esenios entre las personas más educadas de entre los judíos y
se refiere que generalmente eran escogidos como tutores y maestros d los hijos
de los oficiales romanos destacados en Siria. La circunstancia de que tantos
artífices figuraran entre los miembros de la comunidad Esenia es responsable de
que se les considere como os progenitores de la Francmasonería moderna. Los
símbolos de los Esenios incluyen numerosas herramientas de construcción y
secretamente se dedicaban a la construcción de un Templo Espiritual y
filosófico para que sirviera de morada al viviente Dios.
Al
igual que los Gnósticos, los Esenios eran emanantistas. Uno de sus principales
temas de estudio era la interpretación de la Ley Mosaica de acuerdo con ciertas
secretas claves espirituales preservadas en la Orden desde su fundación. De
esto se desprende que los Esenios fueron Quabalistas y que, al igual que otras
sectas que florecieron en Siria en esa época, esperaban el advenimiento de un
Mesías prometido por las antiguas escrituras bíblicas. José y María, padres de
Jesús, se cree que fueron miembros de la Comunidad Esenia. José tenía mucha
mayor edad que María. De acuerdo con el Protoevangelio, María era una viuda con
hijos mayores y el Evangelio del pseudo-Mateo
se refiere a ella como una muchachita menor aún que su nieto. En su
infancia, María fue dedicada al Señor y los Evangelios Apócrifos incluyen
relatos asociados con su niñez. Cuando tenía doce años los sacerdotes
celebraron un consejo para preocuparse del futuro de esta niña que se había
consagrado al Señor y el sumo sacerdote hebreo, llevando el Pectoral entró en
el Santo de los Santos, donde se le apareció un Ángel, diciéndole: “Zacarías, anda y haz comparecer a los
viudos del pueblo y que cada uno tome una varillita y será María la esposa de
aquel a quien el Señor muestre un signo. José compareció ante los sacerdotes a
la cabeza de los viudos, José recogió las varillas e los demás viudos,
entregándoselas a los sacerdotes. Pro, la varilla de José era la mitad más
corta que las otras; sin embargo, los sacerdotes no prestaron atención a José
sino que le dejaron permanecer detrás del Santo de los Santos. Cuando todos los
viudos recibieron las varillitas, los sacerdotes esperaron que se produjera una
señal del cielo, pero nada ocurrió, José, por lo avanzado de su edad, no trató
de devolverla pues estimó inconcebible que fuera elegido. Pero, un Ángel se
apareció ante el Sumo Sacerdote ordenándole recuperar la varita que permanecía
ignorada en el Santo de los Santos. Cuando el Sumo Sacerdote la recibió, una
blanca paloma surgió de un extremo y se posó sobre la cabeza del anciano
carpintero y a él le fue confiada la niña y su futuro hijo.”
Los
editores de los “Libros sagrados y Antigua Literatura del Oriente”, llaman la
atención al espíritu peculiar con la cual se trata la niñez de Jesús en la
mayoría de los libros apócrifos del Nuevo Testamento, especialmente en una obra
atribuida al dudoso Tomás, que es la versión griega más antigua que se conoce,
ya que data del año 200 después de Cristo. En esta versión el niño Jesús es
presentado como un pícaro, maldiciendo y destruyendo a quienes le molestaban.
Este evangelio apócrifo fue calculado
para inspirar a sus lectores el temor y fue muy popular durante la Edad Media,
ya que calzaba con el espíritu cruel y de persecución que animaba al
cristianismo medieval. Como muchos otros antiguos libros sagrados, el libro de
Tomás fue elaborado con dos finalidades: primero, para eclipsar a los
paganos en la realización de milagros; segundo, para inspirar en los
incrédulos paganos el “temor del Señor”. Los escritos apócrifos de esta clase
no tienen asidero posible en la realidad. En una época los “milagros” del
Cristianismo llegaron a constituir los relatos más abundantes. Los fenómenos
sobrenaturales, en una edad crédula, estaban calculados para impresionar a los
ignorantes; en este siglo sólo pueden ser considerados como destinados a
producir una alienación en los inteligentes.
En el “Evangelio Griego de Nicodemo” se refiere que
cuando Jesús fue llevado a la presencia de Pilatos, los estandartes sostenidos
por los guardias romanos, inclinaron sus astas en homenaje al Hijo de Dios no
obstante los esfuerzos hechos por los
soldados para evitarlo. En las “Cartas de Pilatos” también figura que el César
quedó irritado con Pilatos por haber hecho ejecutar a un hombre justo y ordenó
que fuera decapitado. Orando para pedir perdón, Pilatos fue visitado por un
Ángel, quien tranquilizó al gobernador romano prometiéndole que toda la
cristiandad recordaría su nombre y que cuando Cristo volviera por segunda vez
para juzgar a su pueblo, Pilatos comparecería ante Él como su testigo.
Relatos como el anterior no son sino agregados al
cuerpo del Cristianismo en el transcurso de
los siglos. La mente popular misma fue el autonombrado guardián y
perpetuador de estas leyendas ingenuas para separar de la auténtica fe
cristiana estas dudosas acumulaciones. Mientras que la tradición popular a
menudo contiene ciertos elementos básicos verdaderos, están generalmente tan
distorsionados que se hacen inaceptables. De esta manera, mientras la
generalidad de los relatos pueden ser fundamentalmente verdaderos, los detalles
son erróneos sin lugar a dudas. De la
verdad como de la belleza puede decirse que nunca están mejor adornados que
cuando carecen de adornos.
A través de la densa niebla de los relatos
fantásticos que oscurecen el verdadero fundamento de la fe cristiana, es apenas
débilmente visible para los pocos que disciernen la elevada y noble doctrina
comunicada al mundo por un alma grande y noble dotada de la más bella y
profunda estructura moral y religiosa.
José y maría, dos almas devotas, consagradas por vida
al servicio de Dios y soñando con la venida del Mesías que salvará a Israel,
obedecieron los mandatos del Sumo Sacerdote Esenio, en el sentido de preparar
un cuerpo para la llegada de una gran alma a este plano terreno. De esta
manera, Jesús nació de una inmaculada concepción. Por inmaculada debemos
entender limpia y pura más bien que sobrenatural.
Jesús fue instruido y educado por los Esenios y
posteriormente fue iniciado en los más elevados y profundos de sus Misterios.
Al igual que todos los grandes Iniciados debió viajar hacia Oriente y los años
silenciosos de su vida sin duda que estuvieron dedicados a familiarizarse con
esa enseñanza secreta que posteriormente comunicó al mundo. Habiendo consumado
las prácticas ascéticas de su Orden, obtuvo el bautizo. De esta manera, Jesús
se reunió con su propia fuente espiritual. Luego, prosiguió su misión en el
nombre del UNO, que ha sido crucificado desde antes que los mundos fueran y, reuniendo
a su alrededor discípulos y apóstoles, les instruyó en la doctrina secreta que
había sido perdida, en parte a lo menos, en el pueblo de Israel.
Su destino es desconocido pero, con toda probabilidad,
sufrió aquella persecución que es inevitable para quienes buscan construir los
sistemas éticos, filosóficos o religiosos de su época.
A las multitudes Jesús les habló en parábolas; a sus
discípulos también les habló en parábolas, aunque de una naturaleza más
exaltada y filosófica. Voltaire dijo que Platón debía ser canonizado por la
Iglesia cristiana, porque siendo el primer expositor del misterio del CHRISTOS,
contribuyó en mayor grado al establecimiento de las doctrinas fundamentales de
la nueva fe. Jesús reveló a sus discípulos que el mundo inferior se encuentra
bajo el control de un gran ser espiritual que lo conformó de acuerdo con la
Voluntad del Padre Eterno. La mente de este gran Ángel es tanto la Mente del Mundo
como también el Mundo de la Mente. A fin de que los hombres no murieran en una
esfera de exclusiva mundanidad inferior, el Padre Eterno envió a lo creado al
más antiguo y más exaltado de Sus Poderes: la Mente Divina. Esta Mente Divina
se ofreció a sí misma en un viviente sacrificio, quedando dispersada y crucificada en el mundo. Habiendo dado Su
Espíritu y Su Cuerpo en una santa y sagrada cena a las doce modalidades de las
creaturas racionales, esta Mente Divina llegó a formar parte de cada cosa
viviente. El hombre, en consecuencia, quedó capacitado para emplear este Poder como
un puente a través del cual poder pasar y alcanzar la inmortalidad. Quien
levante su alma hasta armonizarla con esta Mente Divina y la sirve en
corrección y virtud, libera a esta Mente Divina, la que vuelve otra vez en
gloria a Su propia Fuente Divina. Porque Él ha transmitido este conocimiento a
los Electos, los discípulos dicen entre ellos: “¡He aquí, Él es, es Él mismo
esta Mente personificada!”.