Lo que sigue a continuación corresponde al primer capítulo de la obra de P.D. Ouspensky, "El Simbolismo del Tarot". Que, aunque no es una obra muy conocida, pienso que postula el tema desde un punto de vista interesante y muy profundo.
Si alguien desea seguir profundizando en esta obra, mandénme un mail y les puedo enviar el libro completo digitalizado.
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No es posible el estudio de la Filosofía Oculta
sin instrucción sobre simbolismo, puesto que si las palabras ocultismo y
simbolismo son correctamente usadas, significan casi una y la misma cosa.
Simbolismo no puede ser aprendido como el aprendizaje para construir puentes o
hablar un idioma extranjero, y para la interpretación de los símbolos un tipo
especial de mente se hace necesario; en suma al conocimiento, son requeridas
facultades especiales, el poder del pensamiento creativo y una imaginación
desarrollada. Uno puede entender el uso del simbolismo en las artes, en el
conocimiento, en una forma general, cual es el significado oculto por el
simbolismo. Pero igualmente es necesario un entrenamiento de la mente, en orden
a comprender el "lenguaje de los Iniciados", y a expresar en
este lenguaje las intuiciones que surgen.
Hay muchos métodos para el desarrollo del
"sentido de los símbolos" en aquellos quienes se esfuerzan para
entender las fuerzas ocultas de la Naturaleza y del Hombre, y para enseñar los
principios fundamentales así también como los elementos del lenguaje esotérico.
El más sintético uno de los más interesantes, de estos métodos es el Tarot.
En su forma externa el Tarot es un paquete de cartas
usadas en el sur de Europa para juegos de adivinación. Estas cartas fueron
conocidas primero en Europa al final del siglo catorce, cuando eran usadas
por las gitanas españolas.
Un mazo de Tarot contiene las cincuenta y dos cartas
de juego ordinarias con la adición de una "carta figura" para cada
pinta, llamado el Caballero, colocada entre la Reina y el Paje. Estas cincuenta y seis cartas se
dividen en cuatro pintas, dos negras y dos rojas y tiene la siguiente
designación: cetros (bastos o tréboles), copas (corazones), espadas (picas) y
pantáculos o discos (diamantes u oros). Agregándose a los cincuenta y seis
cartas el mazo del Tarot tiene veintidós cartas numeradas con nombres
especiales:
Este mazo de cartas, en la opinión de muchos
investigadores, representa el Libro jeroglífico Egipcio de setenta y ocho
tablillas, que llegó a nosotros casi milagrosamente.
La historia del Tarot es un gran rompecabezas.
Durante la Edad Media,
cuando esto apareció por primera vez históricamente, había una tendencia de
construir sistema sintéticos simbólicos o lógicos del tipo de la Ars Magna de Ramón Llul. Pero producciones
similares al Tarot existen en China e India, así que no podemos pensar si
posiblemente uno de esos sistemas creados durante la Edad media en Europa, está
también evidentemente conectado con los Antiguos Misterios y la Iniciaciones de
Egipto. Aunque este origen está en el olvido y el propósito de su autor o
autores es completamente desconocido, no
hay duda que es el más completo código de simbolismo Hermético que poseemos.
A pesar estar representado como un mazo de cartas,
el Tarot es realmente algo totalmente diferente. Este puede ser
"leído" en una variedad de formas. Como ejemplo, entregaré una
interpretación metafísica del significado general o del contenido general del
libro del Tarot, es decir, su título metafísico, el que mostrará plenamente que
este trabajo no habría sido inventado por gitanos iletrados del siglo catorce.
El Tarot posee tres divisiones: La primera parte
tiene veintiuna cartas numeradas; la segunda parte tiene una carta 0, la
tercera parte tiene cincuenta y seis cartas, es decir, las cuatro pintas de
catorce cartas. Además, la segunda parte parece ser un nexo entra la primera y
la tercera, ya que el total de las cincuenta y seis cartas de la tercera parte
juntas son iguales a la carta 0.
Ahora, si imaginamos veintiuna cartas dispuestas en
la forma de un triángulo, siete cartas en cada lado, un punto en el centro del
triángulo representado por la carta 0, y un cuadrado rodeando el triángulo (el
cuadrado consistente en cincuenta y seis cartas, catorce en cada lado),
tendremos una representación de la relación entre Dios, el Hombre y el
Universo, o la relación entre le mundo de las ideas, la consciencia del hombre
y el mundo físico.
El triángulo es Dios (la Trinidad) o el mundo de
las ideas, o el mundo arquetípico. El punto es el alma del hombre. El cuadrado
es el mundo visible, físico o fenoménico. Potencialmente el punto es igual al
cuadrado, lo que significa que todo el mundo visible está contenido en la
consciencia del hombre, es creado en el alma del hombre. Y el alma en si es un
punto que no tiene dimensión en el mundo del espíritu, simbolizado por el
triángulo. Está claro que tal idea no ha sido originada de gente ignorante y es
claro también que el Tarot es algo más que un mazo de cartas para jugar o
adivinación.
H.P. Blavatsky menciona al Tarot en sus trabajos, y
tenemos alguna razón para creer que ella estudió el Tarot. Se sabe que gustaba
de "jugar solitario". No sabemos si ella leía las cartas así como
jugaba este juego, pero el autor dijo que Madame Blavatsky buscó
persistentemente y por largo tiempo por un MSS sobre el Tarot.
En orden a llegar a ser un instruido en el Tarot, es
necesario entender las ideas básicas de la Kabala y de la Alquimia. Puesto
que esto representa, como de hecho muchos comentaristas del Tarot piensan, un
resumen de las Ciencias Herméticas-- la Kabala, Alquimia, Astrología, magia, con sus
diferentes visiones. Todas estas ciencias atribuidas a Hermes Trismegisto,
verdaderamente representan un sistema de
una muy amplia y profunda investigación psicológica de la naturaleza del hombre
y su relación con el mundo del nouménico (Dios, el mundo del Espíritu) y el
mundo fenoménico (el mundo visible, físico). Las letras del alfabeto hebreo y
varias alegorías de la Kabala,
los nombres de los metales, los ácidos y las sales en la alquimia; de los
planetas y constelaciones en la astrología, de los espíritus buenos y malos en
magia-- todo esos fueron solamente medios para velar la verdad del no iniciado.
Pero cuando el verdadero alquimista habla de la
búsqueda del oro, habla del oro en el alma del hombre. Y llamó oro a lo que en
el Nuevo Testamento es llamado el Reino de los Cielos, y en el Budismo,
Nirvana. Y cuando el verdadero astrólogo habla de constelaciones y planetas, él habla de las constelaciones y
planetas en el alma del hombre, es decir, de las cualidades del alma humana y
sus relaciones con Dios y con el mundo. Y cuando el verdadero Kabalista habla
del Nombre de Dios, él busca su nombre
en el alma del hombre y en la
Naturaleza, no en libros muertos, ni en textos bíblicos, como
hacen los estudiosos de la
Kabala. La Kabala, Alquimia, Astrología, Magia son sistemas
simbólicos paralelos psicológicos y metafísicos. Cualquier sentencia alquímica
puede ser leída en un sentido Kabalístico u astrológica, pero el sentido
siempre será psicológico o metafísico.
Estamos rodeados por una muralla construida por
nuestras concepciones del mundo, y estamos incapacitados para mirar sobre esta
muralla hacia el mundo real. La
Kabala presenta un esfuerzo para romper este "círculo
encantado". Esta investiga al mundo como es, el mundo en sí.
El mundo en si, como lo sostiene el Kabalista,
consiste de cuatro elementos, o de cuatro únicos principios formadores. Estos
cuatro principios están representados por las cuatro letras del nombre de
Jehovah. La idea básica de la
Kabala consiste en el estudio del Nombre de Dios en su
manifestación. Jehovah en hebreo es deletreado por cuatro letras, Yod, He, Vau,
He -- I.H.V.H. [הוהי]. A estas cuatro letras son dados los profundos
significados simbólicos. La primera letra expresa el principio activo, el
comienzo o la primera causa, movimiento, energía. "Yo"; la segunda
letra expresa el elemento pasivo, inercia, quietud, "el no Yo"; la
tercera, el balance de los opuestos, "la forma", y la cuarta, el
resultado o energía latente.
Los Kabalistas afirman que cualquier fenómeno o
cualquier objeto consiste de estos cuatro principios, es decir, que cualquier
objeto y cualquier fenómeno consiste del Nombre de Dios (El Mundo), -- Logos.
El estudio de este Nombre (o de la palabra de cuatro
letras, tetragrammaton, en griego) y el hallazgo de esto en todas partes
constituye el mayor problema de la filosofía Kabalística.
Para establecer esto en otra forma los Kabalistas
sostienen que estos cuatro principios penetraron y crearon todo. Por
consiguiente, cuando el hombre encuentra esos cuatro principios en las cosas y
fenómenos de la totalidad de las diferentes categorías (donde antes él no
observaba similitud), comienza a ver analogía entre estos fenómenos. Y
gradualmente, termina por convencerse de que el mundo entero está construido de
acuerdo a una y a la misma ley, sobre uno y el mismo plan. La riqueza y el
desarrollo de su intelecto consisten en la expansión de su facultad para
encontrar analogías. Por lo tanto el estudio de la ley de las cuatro letras, o
del nombre de Jehovah presenta medios poderoso para ampliar la consciencia.
Esta idea está perfectamente clara, porque si el
Nombre de Dios está realmente en todo (si Dios está presente en todo), todo
sería análogo a cada cosa -- la más pequeña partícula análoga a la totalidad,
una grano de polvo análogo al universo, y todo análogo a Dios. El Nombre de
Dios, la Palabra
o Logos es el origen del mundo. Logos también significa Razón, la palabra es el
Logos, la razón de todo.
Ha una completa correspondencia entre Kabala y
Alquimia y Magia. En la
Alquimia los cuatro elementos que constituyen el mundo son
llamados fuego, agua, aire y tierra; estos corresponden totalmente en significado
con las cuatro letras Kabalísticas. En Magia, ellos son expresados como cuatro
clases de espíritus: elfos (o salamandras), ondinas, silfos y gnomos.
El Tarot a su vez es totalmente análogo a la Kabala, la Alquimia y la Magia, y los incluye. Correspondiendo
a los cuatro primeros principios o cuatro letras del Nombre de Dios o los
cuatro elementos alquímicos o las cuatro clases de espíritus, el Tarot tiene
cuatro pintas -- cetros, copas, espadas y pantáculos. Así cada pinta, cada lado
del cuadrado, igual al punto, representa uno de los elementos, controla una
clase de espíritu. Los cetros son fuego o elfos (o salamandras); las copas son
agua u ondinas; las espadas son aire o silfos, y los pantáculos, tierra o
gnomos. Además en cada pinta el Rey significa el primer principio o fuego; la
reina-- el segundo principio o agua; el Caballero -- el tercer principio o
aire, y el Paje (valet) -- el cuarto principio o tierra.
Luego nuevamente, los ases significan fuego, los dos
agua; los tres aire; los cuatro tierra. Luego nuevamente los cuatro es el
primer principio, los cinco el segundo, etc.
Al observar las pintas, uno puede decir que las
pintas negras (cetros y espadas) expresan actividad y energía, voluntad,
iniciativa y el lado subjetivo de la consciencia, y las rojas (copas y
pantáculos) expresan pasividad, inercia y el lado objetivo de la consciencia.
Luego las primeras dos pintas (cetros y copas) representan "el bien"
y las otras dos (espadas y pantáculos)
representan "El mal". Así cada carta de los cincuenta y seis
indican (independientemente de su número) la presencia de los principios de
actividad o pasividad, del "bien" o del "mal", surgiendo
tanto en la voluntad del hombre como fuera de ella. Y el significado de cada
carta es posteriormente descifrado a través de sus variadas combinaciones con las pintas y números en su significado
simbólico. Las cincuenta y seis cartas como un total representan un completo
cuadro de todas las posibilidades de la consciencia del hombre. Y esto hace el
Tarot adaptable para la adivinación. Así, incluyendo a la Kabala, la Astrología, la Alquimia y la Magia, el Tarot hace posible
"buscar oro", "evocar espíritus" y "trazar
horóscopos", simplemente por medio del mazo de cartas sin la complicada
parafernalia y ceremonias de un alquimista, astrólogo o mago.
Pero lo más interesante del Tarot está en las
veintidós cartas con nombre. Estas cartas tienen significado numérico y también
un muy complicado significado simbólico.
La literatura relativa al Tarot tiene en
consideración principalmente la lectura de los diseños simbólicos de las
veintidós cartas. Verdaderamente muchos escritores sobre ocultismo han
desplegado sus trabajos sobre el plan del Tarot. Per esto no se sospecha
frecuentemente porque el Tarot raramente es mencionado. Oswald Wirth habla del origen del Tarot en su ensayo sobre
el Tarot Astronómico.
"De acuerdo al cristiano, los veintidós arcanos
mayores del Tarot representan los cuadros jeroglíficos que se encontraban en
los espacios entre las columnas de una galería que el neófito estaba obligado a
cruzar en las iniciaciones egipcias. Había veintidós columnas al norte y la
misma cantidad al sur, esto es, once cuadros simbólicos a cada lado. Estos
cuadros eran explicados al candidato para la iniciación en orden regular, y
ellos contenían las reglas y principios para el iniciado. Esta opinión es
confirmada por la correspondencia que existía entre arcanos cuando estaban así
dispuestos."[1]
En la galería del templo los cuadros eran dispuestos
en pares, uno opuesto al otro, así que el último cuadro era opuesto al primero,
la penúltima se oponía a la segunda, etc. Cuando colocamos así las cartas
encontramos una sugerencia interesante y profunda. De esta forma la mente
encuentra el uno en el dos, y es llevada del dualismo al monismo, que es lo que
podemos llamar la unificación de la dualidad. Una carta explica a la otra y
cada par muestra además que ellas pueden ser solamente explicadas en forma
mutua y no hay significado cuando son tomadas en forma separada.
Así, por ejemplo, las cartas 10 y 13
("Vida" y "Muerte") significan en conjunto una condición
total y complementaria que no puede
concebirse por el proceso mental ordinario e imperfecto. Pensamos de vida y
muerte como dos "opuestos", antagonistas uno de otro, pero, si vamos
más allá, veremos que cada uno depende del otro para la existencia y no podrían
venir a la existencia en forma separada.
Un símbolo puede servir para transferir nuestras
intuiciones y para sugerir otras nuevas mientras su significado no esté
definido. Los símbolos reales están perpetuamente en proceso de creación, pero
cuando reciben un significado definitivo se transforman en jeroglíficos y
finalmente un simple alfabeto. Como esto ellos expresan simplemente conceptos
ordinarios, cesan de ser un lenguaje de los Dioses o de los iniciados y pasa a
ser un lenguaje de los hombres que cualquiera puede aprender.
Propiamente hablando, un símbolo en ocultismo
significa lo mismo en arte. Si un artista usa símbolos ya hechos en su trabajo,
este no es verdadero arte, sino solamente un pseudo arte. Si un ocultista
comienza a usar símbolos ya hechos, su trabajo no es verdaderamente oculto,
porque esto no contendrá esoterismo, ni misticismo, sino sólo un pseudo
ocultismo, pseudo esoterismo y pseudo misticismo. El simbolismo en que los
símbolos tiene significados definidos es pseudo simbolismo.
________________________
Teniendo clara esta idea en su mente, el autor halla
que la clave del Tarot debe residir en la imaginación y decide hacer un
esfuerzo para re-diseñar las cartas, entregando cuadros descriptivos del Tarot,
y para interpretar los símbolos, no por medio de análisis, sino por síntesis.
El lector encontrará en el siguiente titulo "cuadros escritos",
reflexiones de muchos autores que han escrito sobre el Tarot, como Saint
Martin, Eliphas Levi, Papus, etc. y otros autores que ciertamente nunca
pensaron en el Tarot como, por ejemplo, Plotino, Gichtel (siglo VXII),
Friedrich Niestzche, M. Collins, etc., quienes llegaron, no obstante, a los
mismos principios fundamentales como los autores desconocidos del Tarot.
Las descripciones de los arcanos en estos
"cuadros escritos" frecuentemente representan una concepción que es
casi enteramente subjetiva, por ejemplo, la de la carta 18. Y el autor parece
pensar que otro puede concebir los mismos símbolos en forma diferente, en
ningún caso él considera esto totalmente posible.
Cualquier interesado en este rompecabezas filosófico
bien puede preguntar: ¿Entonces, qué es el Tarot?
¿Es una doctrina o simplemente un método? ¿Es un sistema
definitivo o simplemente un alfabeto por cuyos medios se puede construir
cualquier sistema? En resumen, es un libro conteniendo enseñanzas específicas,
o es simplemente un aparato, una maquina que puede ser usado para construir
cualquier cosa, igualmente un nuevo universo.
El autor cree que el Tarot puede ser usado para
ambos propósitos, por supuesto, los contenidos de un libro pueden ser leídos
tanto hacia delante como para atrás no puede ser dicho para ser, en sentido
ordinario, estrictamente definitivo. Pero quizá encontramos en esta verdadera
indefinición del Tarot y en la complejidad de su filosofía, el elemento que
constituye su definición. ¡El hecho de que se cuestione el Tarot si es un
método o una doctrina muestra la limitación de nuestra "mente
tridimensional" que está incapacitada para elevarse sobre el mundo de la
forma y contraposiciones o para liberarse a ella misma de la tesis y antítesis!
Sí, el Tarot contiene y expresa cualquier doctrina a ser encontrada en nuestra
consciencia, todo en este sentido tiene definición. Esto representa la Naturaleza en toda su
riqueza o sus posibilidades infinitas, y existe en esto como en la Naturaleza, no uno,
sino todos los potenciales significados. Y esos significados fluyen y siempre
están cambiando, así el Tarot no puede ser específicamente esto o aquello,
porque siempre se mueve y aún es siempre lo mismo.
________________________
En los siguientes "cuadros escritos" las
cartas son tomadas en pares: -- I y 0; II y XXI; III y XX, etc. -- en cada par
una carta completa el sentido de la otra y dos hacen una.
Carta I.-- "El
Mago"
"Hombre"
Superhombre. El Iniciado. El Ocultista altamente consciente. Logos Humano. El
"Adam Kadmon" kabalístico. La Humanidad. "Homo Sapiens"
Carta II.-- "La Sacerdotisa"
Ocultismo.
Esoterismo. Misticismo. Teosofía. Iniciación. Isis. Misterio
Carta III.-- "La Emperatriz"
La Naturaleza en su aspecto fenoménico.
La fuerza de la Naturaleza
siempre renovando y recreando. La realidad objetiva.
Carta IV.-- "El
Emperador"
Tetragrammaton.
La ley de cuatro. Energía latente de la Naturaleza. Logos
en el total aspecto con todas las posibilidades del nuevo Logos. Filosofía
hermética.
Carta V.-- "El
Carro"
"Hombre".
La imaginación. Magia. Auto sugestión. Auto decepción. Medios artificiales de
adquisición. Pseudo ocultismo. Pseudo teosofía.
Carta VI.-- "Los
Amantes"
"Hombre"
Otro aspecto del "Adam Kadmon", el "Hombre Perfecto", el
"Divino Andrógino". El amor como los esfuerzos de "Adam
Kadmon" para encontrarse a sí mismo. El equilibrio de los contrarios. La
unificación de la dualidad, como medio para conseguir la Luz.
Carta VII.- "El
Hierofante".
Misticismo,
Teosofía. Lado esotérico de todas las religiones.
Carta VIII.- "El
Poder"
El
Poder real. La Fuerza
del amor. La Fuerza
de la unión (Cadena Mágica). Fuerza de los Infinito. Ocultismo. Esoterismo.
Teosofía.
Carta IX.-- "El
Ermitaño"
"Hombre".
El camino de la
Iniciación. Búsqueda de la Verdad en la vía derecha. Conocimiento interno.
Luz interna. Fuerza interna. Teosofía. Ocultismo.
Carta X.-- "La Rueda de la Fortuna"
La Rueda de la Vida. La vida siempre
cambiante y nunca siendo lo mismo. El Círculo del Tiempo y los cuatro
elementos. La idea del círculo.
Carta XI.-- "La Justicia"
Verdad.
Conocimiento real. Verdad interna. Ocultismo. Esoterismo. Teosofía.
Carta XII.- "El
Colgado"
"Hombre"
El dolor de la elevada consciencia atada a las limitaciones del cuerpo y de la
mente. El superhombre en el hombre separado.
Carta XIII.- "La Muerte"
Otro
aspecto de la Vida. Ir
fuera en orden a volver al mismo tiempo. Completar el círculo.
Carta XIV.- "El Tiempo
(La Templanza))"
El
primer logro. El "Arcanum Magnum" de los ocultistas. La Cuarta Dimensión.
El espacio elevado. "El eterno ahora".
Carta XV.- "El Diablo"
"Hombre".
Debilidad. Falsedad. La caída del hombre en la separatividad, en el odio y en
lo finito.
Carta XVI.- "La Torre"
Sectarismo.
Torre de babel. Exoterismo. Confusión de las lenguas. Caída del exoterismo. La
fuerza de la Naturaleza
restableciendo la verdad distorsionada por los hombres.
Carta XVII.-- "La Estrella"
El
aspecto real del mundo astral. Lo que puede ser visto en éxtasis. La
imaginación de la
Naturaleza. El conocimiento real. Ocultismo.
Carta XVIII.- "La Luna"
El
mundo astral como es visto por los medios artificiales de magia. Mundo de
"Psiquismo", de "Espiritismo". Temores nocturnos. La
verdadera luz de arriba y la falsa representación de esa luz desde abajo.
Pseudo misticismo.
Carta XIX.-- "El
Sol"
El
símbolo y manifestación del Tetragrammaton. Poder creativo. Fuego de vida.
Carta XX.-- "El
Juicio"
La
resurrección, Victoria constante de la vida sobre la muerte. Actividad creativa
de la naturaleza en la muerte.
Carta XXI.-- "El
Mundo"
Naturaleza.
El Mundo como es. La
Naturaleza en su aspecto noumenal. Lado esotérico de la
naturaleza. Lo que se hace conocido en el esoterismo. Realidad interna de las
cosas. Consciencia humana en el círculo del tiempo entre los cuatro elementos.
Carta 0. -- "El Tonto"
"Hombre."
Un hombre ordinario. Un hombre separado. El no iniciado. La consciencia baja.
El fin de un rayo no sabiendo su relación al centro.
Las veintidós cartas pueden ser divididas en tres
divisiones que incluyen cada una siete
cartas de similar significado, la carta
vigesimosegunda (N° 21) como un duplicado (de la N° 10) permaneciendo fuera del triángulo o
formando un punto en su centro.
Los tres grupos de siete pertenecen: el primero al
hombre, el segundo a la
Naturaleza y el tercero al elevado conocimiento a la Teosofía en el amplio
sentido de la palabra.
El primer grupo de siete. Cartas: I--El Mago; 0-- El
Tonto; V-- El Carro; IX-- El Ermitaño; VI-- Los Amantes; XV-- El Diablo;
XII--El Colgado.
Los contenidos de estas siete cartas se pueden tomar
como temporales cuadros de siete grados del sendero del Hombre en su vía a ser
Superhombre, o como cuadros de presente eternidad de siete faces del hombre o
como los siete yoes del hombre coexistiendo con él. Este último significado
representa el sentido interno de la secreta doctrina del Tarot en sus
relaciones con el Hombre.
El segundo grupo de siete (Naturaleza) incluye las
cartas: III.- La Emperatriz;
X-- La Vida;
XIV--La Muerte;
XIV-- El Tiempo; XVI-- La Torre;
XIX-- El Sol; XX-- El Juicio.
El tercer grupo de siete (Teosofía) incluye las
cartas: II-- La
Sacerdotisa; IV-- El Emperador; VIII-- La Fuerza; VII-- El Gran
Hierofante; XI-- La Justicia;
XVII la Estrella;
XVIII-- La Luna.
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