Lo siguiente corresponde a un trabajo especial para la Fiesta del Aprendiz, realizado por la Resp:. Log:.Renacimiento Nº 13 de Concepción, de la Gran Logia Mixta de Chile, y publicado en la Revista oficial de la Institución, número 6, de diciembre de 1995. Otros artículos en esta misma edición: Instrospección, autocrítica y acción. - Ikebana y Masonería. - Jinarajadasa. - El color, símbolo de expresión. - Los verdaderos orígenes de la Francmasonería. - La importancia del Ritual en Masonería.
Considero que, aunque no todos han tenido la experiencia de ser inciados en este Escuela, no obstante, los símbolos tienen alcance trascendente y por ello igualmente se puede aprender de ellos en este contexto. Y aquellos que si conocen a la Masonería por dentro, no está demás tener distintos puntos de vista al respecto, o bien volver a revisar lo substancial de su simbología.
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Todos tenemos en nuestras
mentes ese día tan especial que fue nuestra iniciación, en el que cada uno
muere para nacer a una nueva vida. ..
Ese día me convertí en viajero.
.. y fui protagonista de una hermosa aventura en la que necesité de mucha
templanza y valor, ya que , el paso de neófito, significó tener que superar
varias pruebas simbólicas.
Al final. .. me encontré
solitario y perplejo. .. en medio de columnas y de un universo extraño y confuso,
donde el día y la noche se funden, conservando sus propias características.
Brilla la luna con su pálida
luz mercurial y un Sol radiante inunda ese mundo con su calor, mientras, en
torno mío, palpita la vida con ecos distintos. Y descubro que he llegado ante
mí mismo. .. como un fantasma que encarna mi cuerpo, he ido al encuentro de mi
conciencia... al encuentro de mi propio yo...
He sido purificado por el agua,
el aire y el fuego; ya soy un Iniciado.
Un iniciado que, inundado de
luz, ha jurado solemnemente, ante el Altar, por los principios y estatutos de
la Francmasonería Universal, explotar el significado de los símbolos,
desentrañar su mensaje de Verdad, su valor iniciático e interpretarlos, conforme
a las inquietudes, valores y esperanzas de una época o de un momento
determinado.
Hoy, en esta fiesta, en que
como aprendiz soy personaje principal, me he ubicado silente en mí Columna del
Norte, para que, junto a todos vosotros, escuchemos... "El susurro de los
Símbolos".
APRENDIZ: Cuando pisé este
Templo, por primera vez, inicialmente estaba vendado, por lo que no pude ver
las cosas; luego, al sacárseme la venda, me encandilé con la luz, percibiendo
vagamente todo mi entorno. Hoy, cuando he comenzado a observar, quiero preguntar,
quiero respuestas, quiero saber...
Yo se que te llamas Ara, y que
te ubicas al centro del templo, que tu forma tradicional es de base y cara
superior triangular y descansas sobre tres gradas. También sé que, sobre ti, durante
los trabajos, está abierta la Biblia en el Salmo 33 y que aquellos actos más
solemnes se ejecutan frente a ti. Sin embargo, quiero saber de ti, qué es lo
que me quieres decir.
EL ARA: Mi querido Aprendiz, yo
soy uno de los principales símbolos de la Masonería. Represento al Sol y, como
la Logia representa al Universo, me ubico precisamente en el centro, para
significar mejor al Sol que, se le supone en el centro de un Universo o, cuando
menos, en el centro de su sistema planetario.
Todo aquél que pase ante mí,
seguirá por el lado de la columna del Norte, para ir a Oriente y, para venir a
Occidente, bajará por la Columna del Sur, a fin de que siempre quede a la derecha
del que pase a mi frente.
Soy el altar de tu Conciencia,
ya que me acompañan el Libro del Entendimiento, el Compás y la Escuadra, a
quienes ya conocerás.
Ahora te presento a la Biblia,
quien te podrá explicar, de mejor forma, que es lo que ella te quiere dar.
LA BIBLIA: Querido Hermano
Aprendiz, cuando prestaste promesa solemne, de estricto cumplimiento de los
deberes de tu calidad de Masón, lo hiciste posando tu mano sobre mí, que
represento tu valor intelectual y recuerdo la necesidad de elevarte de lo
terrenal a lo espiritual, de lo transitorio a lo eterno, de lo vulgar a lo
digno.
Soy una obra impregnada de
sabiduría y espero que mis enseñanzas filosóficas y morales inspiren todos tus
actos y tu conducta, cualesquiera que sean tus creencias y opiniones particulares
sobre mi contenido.
Yo no estoy sola; sobre mí descansa la Escuadra,
junto al Compás, inseparables compañeros. La Escuadra quiere hablarte. .. ¡escúchala!
. ..
LA ESCUADRA: Querido Hermano Aprendiz,
si bien es cierto soy un instrumento geométrico, con la forma de un ángulo
recto, no soy tan fría, ya que, junto al constructor, podemos dar perfección a
las obras, de acuerdo a las leyes naturales del equilibrio.
Simbolizo la exactitud, la
corrección, la perfección, la moral, la Sabiduría y la Justicia, elementos que siempre
debes llevar en tu andar por la Vida.
Pero, me acompaña el Compás, mi
fiel compañero y amigo, quien desea conocerte...
EL COMPÁS: Yo soy el Compás,
Querido Hermano Aprendiz tengo dos brazos, con los que puedo medir ángulos,
comparar distancias, determinar cálculos, etc. Simbolizo lo infinito, lo espiritual,
lo fraternal. Cuando mis brazos se abren, abarco la Humanidad entera, cobijando
a todos ustedes, sin excepciones, haciéndoles sentir más cerca los unos de los
otros. Cuando mi Hermana Escuadra está sobre mí, indicamos que lo material aún
está por sobre todo lo espiritual, y que hay mucho camino por recorrer.
APRENDIZ: Gracias a los tres.
Creo que puedo sentirme privilegiado porque ustedes me han hablado tan
amorosamente, tratando de llevarme por la mejor senda. Ahora me doy cuenta que
sois lo más importante del Templo. . .
EL MOSAICO: ¡Cuidado, Querido
Hermano!, ¿acaso no te das cuenta dónde pisas?... mira hacia otros lados, mírame
a mí! Me forman cuadros iguales de color blanco y negro y soy, también, parte
importante del Templo, ya que sobre mí caminas.
Simbolizo, por lo tanto, la
tierra donde vives. Los cuadrados que me forman indican la Tolerancia y la
Igualdad que deben unir a todos los masones, no obstante la diversidad de las
razas, opiniones y tendencias. También simbolizo la diversidad de seres que
decoran y ornamentan la Creación.
En mi cuerpo puedes advertir
los rasgos configurativos de la Escuadra, lo que puede, indicarte que, a través
de las vicisitudes de la Vida, entre el goce y el dolor, el amor o el odio, la
dicha o la desventura, tus pasos deben ir enderezados por el camino de la
rectitud. Luces y sombras, alegrías o sinsabores, tu meta debe estar orientada
hacia el Bien.
Mis colores no son caprichosos;
representan la cooperación a un mismo fin, que no es otro que el
perfeccionamiento individual y colectivo, para que forméis un espíritu
fraternal, una sola familia de todos los masones del mundo.
APRENDIZ: Esta bien, Hermano
Mosaico; al parecer, me apresure un poco en mi juicio inicial... Creo que es mi
deber abrir bien mis ojos y mis oídos, antes de dar otra opinión. Sin embargo,
hasta aquí, aún no logro visualizar bien... hay oscuridad...
LAS LUCES: Sabiduría, Fuerza,
Belleza, somos las luces que iluminan tu camino a la Verdad. Desde el Oriente,
la luz de la Sabiduría concibe, dirige e irradia su luz, a través del Templo,
hacia la Fuerza, la que, al encenderse, ejecuta y transporta su luz a la Belleza,
la que adorna la obra del masón, que no es otra que la búsqueda de la Verdad,
Otros elementos del Templo también simbolizan estas tres luces; así, la
Sabiduría de la Biblia, la Fuerza de Escuadra y la Belleza que proporciona el
Compás, son ejemplos materiales de esta armónica trilogía, así como también lo
son vuestros orientadores: el Venerable Maestro, ubicado en Oriente, el Primer
Vigilante, ubicado en Occidente y el segundo Vigilante, ubicado al Sur. Al meditar
sobre cualquier obra de la Creación, podrás constatar que nada ha sido
concebido sin la intervención de las Tres Grandes Luces que iluminan la Bóveda.
APRENDIZ: Es verdad... las
obras más hermosa de la Naturaleza tienen Sabiduría, Fuerza y Belleza... creo
que mis ojos ven mejor, gracias a la luz del Entendimiento. Pero, me falta algo...
¿me nombrasteis la Bóveda?
LA BÓVEDA: Sí, Querido Hermano
Aprendiz, estás hablando de mí. Soy el infinito que te rodea, mostrándote los
misterios que hay en mí, hacia donde debes dirigir tus dudas... ¡Mira mis
estrellas, mis constelaciones, cómo eres de pequeño frente a mí!... pero, no me
temas, ¡al contrario!, tu misión es crecer, acercarte a mí, elevar tu espíritu
y proyectarte en mí. Debes desarrollar todos tus sentidos para alcanzar mis más
recónditos secretos. Yo albergo las estrellas que ves tan lejos de ti y que
forman las constelaciones que dan origen a los signos zodiacales que, de una u
otra forma, se relaciona contigo.
La estrella más cercana a ti es
el Sol...¡escúchalo!, sus palabras te darán Calor...
EL SOL: Yo soy, Querido Hermano
Aprendiz, la luminosa estrella que se ubica en el centro del sistema solar y te
entrega diariamente la claridad del amanecer y el calor de mis rayos, para bien
de todos los seres vivos de tu planeta y, para la alegría de vuestra
existencia.
Así como las Tres Luces
iluminan tu caminar, mi luz, acompañada de mi calor, es la que abre tus ojos,
después de haber estado en tinieblas. Mi luz despeja tu ignorancia espiritual; es
la luz de tu Conciencia y la energía que necesitas para llegar a la meta de ser
cada día mejor, libre en pensamiento y acción.
Represento al Padre, elemento
guiador, masculino, quien amorosamente ilumina el camino de su progenie.
APRENDIZ: Pero tú me acompañas
sólo una parte de mi jornada... cuando te vas, llega la oscuridad... ¿no iré a
entrar nuevamente en las tinieblas cuando tú no estés?
LA LUNA: No, Querido Hermano
Aprendiz, ninguno de nosotros te dejará a merced de la oscuridad, en la medida
que tú no lo quieras. Yo soy quien te iluminará cuando el Hermano Sol no lo
haga.
No poseo luz propia, pero
reflejo la luz del Sol, la que se hace suficiente para guiar tu camino y no dejarte
caer en las tinieblas. Represento a la Madre que amamanta y da Vida y energía a
sus hijos.
Puedes admirar la Belleza de mi
plateada luz, que se ubica en Oriente. Junto a la Fuerza del Sol y a la
Sabiduría del Delta.
EL DELTA: El Ojo que todo lo
ve, todo lo observa, ese soy yo... ubicado en Oriente, me encargo de velar el
trabajo de los masones. Vivo dentro de un triángulo equilátero, cuyos lados simbolizan
la perfección, la armonía y la Sabiduría; y, como suma de todo esto, simbolizo
lo Celestial y lo Divino.
Soy la conciencia del ser y,
por lo tanto, la realidad; y, como tal, irradio por todos mis lados rayos de
luz que simbolizan la fuerza expansiva del ser.
Todo tu Templo tiene Vida, Q.:
H.:, incluso los cimientos que lo levantan. .. Hermanas Columnas, ¿qué tenéis
que decir a nuestro Hermano Aprendiz?
LAS COLUMNAS: Nosotras somos la
base, el soporte del Templo y, ubicadas en Occidente, debemos ser perfectas,
fuertes y resistentes para cumplir con dicha función.
Tú eres uno de los elementos
que nos forma, por lo que debes ser un buen cimiento, para ayudarnos a levantar
el Templo del Saber, por medio de tu inteligencia, con esfuerzo y
perseverancia, para llegar a obtener el conocimiento espiritual y moral.
Una de nosotras, la Columna de
los Aprendices, está en las tinieblas, indicando el comienzo de la claridad que
aumenta hacia Oriente, en la medida que vayas venciendo las dificultades que se
te presenten en tu camino por recorrer.
APRENDIZ: Si yo soy uno de los
elementos que forman las Columnas, ¿quiénes son los otros?
LA CADENA: Querido Hermano
Aprendiz, aquí me ves, rodeando el Templo y representando a todos los QQ.: HH.:
que conforman la Logia. Cada uno de mis eslabones es uno de tus Hermanos que,
junto a ti, me forman.
Simbolizo la Fuerza y la
Solidaridad que debe unir a todos los hermanos de la Orden, siendo mi Fuerza
equivalente a la del más débil de mis eslabones, de donde puedes aprender que
todos los Masones tienen la obligación de hacerse fuertes, para hacerme más
resistente.
No estoy cerrada, porque
siempre esperaré a un nuevo eslabón, como tú, que llegará desorientado a
preguntar muchas cosas, dispuesto a escuchar, a observar, a empaparse de lo que
cada uno de nosotros representa, para ir asimilando, gradualmente, la Sabiduría
con la que se hará un Hombre Fuerte que irradiará la Belleza de la formación
masónica en todos los rincones del Universo.
APRENDIZ: Hoy, después de haber
escuchado el Susurro de los Símbolos, y de haber trabajado junto a mis Queridos
Hermanos Aprendices, mi Querido Hermano Segundo Vigilante y algunos Maestros,
ante la pregunta de: "¿SOIS MASÓN?", puedo responder que: "POR TAL
ME RECONOCEN MIS Hermanos".
CONCLUSIONES
Cada uno de los símbolos que
nos acompañan tiene una definición, una ubicación y un significado, sujeto a la
interpretación de cada uno de nosotros. Cuando creemos haber avanzado un paso,
al interpretar el significado de un símbolo, y escuchamos la interpretación de otro
Hermano, nos damos cuenta que la nuestra no es única. Y, por muchas
interpretaciones que haya, juntas se complementan y constituyen una Verdad más
amplia, aunque no total. Por eso, no debemos caminar solos, porque nuestros
Hermanos nos dan el complemento de lo que nosotros vemos.
Ningún símbolo, por sí solo, es
el más importante. Sin embargo, todos, en conjunto lo son. Ningún símbolo es
primero que el otro, ni último. La importancia de cada uno de ellos radica en
su entrega al perfeccionamiento del masón.
Hoy hemos avanzado un paso (al
menos eso creemos), porque hemos sido capaces de escuchar la voz de los
símbolos, virtud que debe ser la vara que guía el caminar del Aprendiz.