A continuación un breve artículo de Arnoldo Krumm-Heller (Maestro Huiracocha) (1876-1949), Rosacruz, fundador de la Fraternitas Rosacruciana Antiqua para Latinoamérica y Supremo Arzobispo de la Iglesia Gnóstica. Realizó una gran y profunda labor iniciática en Latinoamérica, especíalmente durante su residencia en los países de México y Chile. Hacia el final de su vida volvió a su país natal, Alemania, en donde finalmente trascendió.
Krumm-Heller, escribió bastante material, lo que se ha editado en forma de libros y conferencias principalmente. Cabe hacer notar que las apreciaciones sobre las enseñanzas del Maestro Huiracocha, como también se le conoció en los círculos más esotéricos, son bastante dispares. Algunos le otorgan una gran profundidad, y que son propias de un alma altamente esclarecida en los Senderos de la Luz espiritual; pero, al contrario otros indican que fue un charlatán, y su enseñanza adolece de la verdad iniciática. Pero sea cual sea la apreciaición de cada cual, no se puede desconocer que influenció significativamente la enseñanza en las Escuelas esotéricas en Occidente, y especialmente en Latinoamérica.
No es mi intención, entrar en discusión sobre esto, simplemente les dejo este artículo, que, a mi entender, tiene valor y nos puede servir bastante, sobre los alcances y reflexiones que cada uno pueda hacer.
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La Rosa dentro de sus virtudes y aplicación filosófica , ofrece
ampliamente una senda maravillosa
para concretar una religión nacional en cada país y, sin embargo, internacional
en sus efectos.
Legarde dijo una vez que "las religiones
no se fundan, sino que se revelan y su sentido espiritual es envuelto tras el
velo del símbolo…"
En la era venidera de acuario, no podría el mundo pasar sin una confesión
religiosa determinada ya que las
presentes no tienen porvenir. Pertenecen al pasado. Sus profunda verdades
reveladas fueron prostituidas. Sus sacerdotes, más que Ministros del Templo,
fueron mercaderes de las cosas de Dios y toda el alma, pura, inmaculada, de la
Verdad misma en santa revelación, ha quedado nublada. Hoy es un frío intenso,
glacial, de indiferencia el que a todos cobija y ya no tiene salvación por
mucho que sus representantes se esfuercen en demostrar lo contrario…
La Sociedad Teosófica comprendió en su fondo, que había llegado ese
instante, ese momento cumbre, y fue la doctora Besant la primera que lanzó al
mundo el nombre del nuevo Mesías Kishnamurti. Pero éste, más avanzado que su
madre espiritual, rechazó enérgicamente tal designación exclamando: "sólo soy un hombre que busca la
verdad…" Él sabía que nadie puede salvar a otro, ni transmitirle su
propia consciencia espiritual. Él conocía que el Gran Secreto no puede ser
revelado al amigo más próximo si antes
no ha encarnado en él, y tenía la persuasión de que toda labor es personalísima
y que cada uno por su propio esfuerzo habrá de resolver consigo mismo su
problema religioso…
Nosotros, los Rosa Cruz, no aguardamos que los hermanos sean
humanitarios. No esperamos a que carguen con la Cruz sino a que asciendan a la Rosa, a que se
sientan hijos de Dios… No deseamos que sean liberales, sino libres. No queremos
que se inclinen sistemáticamente ante la Cruz, sino que busquen y aspiren el
aroma de la Rosa. No los preferimos conservadores, sino piadosos… En lugar de
la ciencia natural que, poco a poco, nos ha llevado a su materialismo
enervante, preferimos establecer la
ciencia espiritual de la Rosa…
Nosotros, los Rosa Cruz, queremos hacer brotar de entre el mineral, el
vegetal, el animal y el hombre, esa quinta esencia escondida que es causa
originaria de todo lo existente y que es patrimonio de la Divinidad,
simbolizada por la misma Rosa. En lugar de nuestros cinco sentidos
insuficientes, bien limitados y depauperados queremos un sexto, el de la
intuición, que es el mágico sentido de la Rosa.
San Agustín ponía, enfrente de la ciudad terrena, la Ciudad de Dios y esa
ciudad que él pedía fuera fundada, como
tierra de promisión, no se ha establecido todavía. Nosotros, los Rosa Cruz,
pretendemos hacerla en esta época venidera y propicia de Acuario, pero sin que
por ello nos hayamos de conferir el título de Maestros Directores, ya que hemos
de enseñar a todos, que el Guía, el Maestro, está dentro de nosotros mismos y
que sólo falta despertarlo buscando la nota
que armonice nuestra ciudad terrena, que es la Cruz, con nuestra Ciudad
Divina, que es la Rosa…
Conocemos que los gnósticos, pretendieron hacer esta obra ya hace muchos
siglos, sobre todo, en los tiempos del Gran Filósofo de Nazareth. Fanáticos y
fariseos fueron entonces los que persiguieron estas ideas y fieles hermanos
aquellos que las guardaron bajo símbolos sagrados. Unos las crucificaron y
otros las santificaron en la Rosa. Había que esperar una nueva época
determinada para su nuevo resurgimiento y ésta ya la consideramos llegada,
ahora que la humanidad anda inquieta y ansiosa de mejoramiento.
Por eso el verdadero Cristianismo, la religión puramente cristiana,
podemos asegurar que desde tiempos remotos se ha venido ejerciendo en las
Órdenes Herméticas. Ellas han enseñado el verdadero conocimiento esotérico de
la Rosa, mientras que las demás religiones seguían el camino exotérico de la
Cruz…, con un rito frío, sin alma y recitador que a nada conducía.
Los Templarios, como buenos Rosa Cruz, ejercieron ese mismo cristianismo
oculto que habían aprendido en los Balcanes y en el Asia menor. Después de la
destrucción y disolución de esa poderosa Orden llevada a cabo por el fanático y
envidioso rey Felipe el Hermoso, y aún después de haber quemado al Venerable
Maestro J.B. Molay en París, los Rosa Cruz se plegaron en su concha y
tornaron al más augusto silencio… El
mismo nombre de Cristian Rosenkreuz no fue más que un seudónimo de nuestros más
grandes iniciados quien lo aceptó en recuerdo de que la enseñanza de la Rosa no
era Oriental, sino puramente cristiana. Su verdadera denominación fue la de Christian Rosy Cross (El Cristianismo
primitivo).
Hay curioso sobre esto que nadie ha dicho todavía. Si transgredimos a la
vieja literatura como si nos estacionamos en la moderna para buscar el origen
de la palabra Rosa-Cruz, tropezamos siempre con que los autores la fundamentan
en ese seudónimo un nombre cualquiera como el de Juan Sánchez. Hasta Leadbeater
cae en ese mismo error y ello prueba que no han dado todavía con el verdadero
iniciado Rosa Cruz. No es esta alusión
en cuanto a Leadbeater que me consta ha recibido Luz Iniciática en la India.
Voy a dar una explicación oculta. Ros en latín quiere decir rocío y éste es algo muy importante en
sus sutancia íntima, para el alquimista y, sobre todo, en su aplicación con el
Arcano de la Rosa.
Un hecho, sin género de dudas, que la palabra Rosa-Cruz es de origen alemán, es que los alquimistas alemanes
usaban constantemente el rocío y lo cruzaban y mezclaban con otras sustancias
para hacer la transmutación del oro.
Ahora, el rocío, en alemán, se llama tau
y el alemán es una de las lenguas arcaicas. Tau en griego es la Cruz. Así
que se ha dicho y se puede seguir diciendo, como lo expresan las Obras
Herméticas, que los Rosa-Cruz eran
los manipuladores del Rocío que
tanto como rocío y cruz se unen en la palabra Tau.
Observa, discípulo, esta clave: Dos son uno y uno es nada… Porque el
rocío después de haber dejado al alquimista, su esencia y su fuerza, se va, se
hace nada.
La Rosa es el símbolo más
importante de muchas sociedades ocultas, que ahora vamos a propagar en España y
América.
Dr. Krumm-Heller (Huiracocha)
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