Introducción.
La
medicina o la ciencia de curar ha pasado por distintas etapas a través de la
historia, y no podríamos decir que una ha sido mejor que la otra, ya que si bien
es cierto algunos momentos de ella han conocido un gran desarrollo del conocimiento
tecnológico y científico, otras han establecido una mayor concordancia con los
agentes naturales y/o espirituales. Seguramente cada momento por el que ha
pasado esta ciencia o arte corresponde perfectamente a aquel por el que debe pasar
la humanidad. De la misma forma, es bastante probable que en progreso en este
campo esté inmerso en lo que es la evolución de las cosas en forma general, por
ello es que no escapa a un desarrollo de forma “helicoidal”, ya que está
determinada dentro de lo que es una “Ley Universal”.
El
arte o ciencia de curar es un conocimiento antiquísimo cuyo desarrolló
seguramente comenzó en los albores de la humanidad. Antiguamente era un conocimiento
de tipo esotérico e iniciático, es decir, pertenecía a sólo unos pocos elegidos.
A quienes se les transmitían sus conocimientos y tenían acceso a sus secretos,
eran los más capaces y debían demostrarlo a través de un compromiso y
dedicación exclusiva. Era un verdadero apostolado, para el cual muy pocos
estaban preparados.
Por
mucho tiempo la medicina y la religión estuvieron estrechamente unidas, y la
segunda contenía a la primera, sólo hace unas pocas centurias se
desvincularon la medicina fue
enfrentada con un enfoque científico.
Se
comete el error de pensar que antes de esta verdadera escisión del mundo religioso,
todos los conocimientos medicinales con los cuales contaban los expertos,
llamados “iniciados”, estaban principalmente construidos en base a la superstición
o superchería. Pensar de esta forma en términos absolutos es poseer una visión
muy estrecha y materialista de las cosas, la verdad es que muchos conocimientos
antiguos han servido para el desarrollo de los actuales, y por otra parte
actualmente se están redescubriendo conceptos totalmente válidos para las
nuevas estructura de conocimiento de sanación, los que hasta hace poco eran desechados
por la racionalidad y la lógica. De esta forma algunas ideas que parecían “primitivas”,
en la actualidad se les está encontrando su sitio en modernas teorías, lo que
determina el desarrollo de modernos paradigmas respecto a la sanación o curación.
Medicina alternativa.
La
medicina ortodoxa o convencional en el día de hoy está principalmente
conformada por la estructura alopática, la que se basa en un sistema en el cual
principalmente se busca encontrar las causas de las enfermedades en el mal
funcionamiento de una zona o función física determinada. Los tratamientos
preferentemente usados son de tipo farmacológicos, es decir, a través del uso
de drogas o fármacos se intenta restaurar el equilibrio orgánico perdido (“homeostasis”).
También la alopatía utiliza como herramienta válida la cirugía que básicamente
consiste en la extirpación de los órganos o partes afectadas. Ahora bien, los
dos procesos mencionados, no son en absoluto modernos o novedosos, ya que es la
herencia de que los antiguos sanadores, desde hace milenios, han traspasado a
los modernos médicos. Pero, debido al conocimiento aún insuficiente que
poseemos de fisiología y anatomía, es que la mayoría de las veces los tratamientos
son sintomáticos y no etiológicos, en otras palabras apuntan a disipar los
síntomas, pero no actúan sobre las verdaderas causas de las enfermedades. Pero,
aunque esto último se mejorare, bajo el prisma de la medicina alopática la
génesis de las enfermedades está considerada principalmente en el nivel físico.
Una
rama alternativa de la medicina alopática es la llamada “homeopática”, y
difiere de la primera en la forma en que comprende las causas de las
enfermedades; ya que mientras la medicina convencional indica que la mayoría de
las enfermedades tienen un origen orgánico o funcional, es decir de la parte
física; la homeopatía plantea que las enfermedades se desencadenan en aspectos
superiores al plano físico, lo que por acción y reacción, finalmente
desequilibran el cuerpo y aparecen los síntomas de una enfermedad corporizada.
Con
esto, la alopatía y la homeopatía difieren en la forma de tratamiento, siendo
la primera de tipo antagónico, es decir, a través de la aplicación de fármacos
busca oponerse al desequilibrio, o bien a través de la extracción de lo que
está mal funcionando recuperar el equilibrio perdido. Mientras que la
homeopatía establece un sistema de tratamiento sinérgico, es decir, que a
través de pequeñas dosis de drogas causa los mismos síntomas que se quieren
combatir, buscando una reacción natural del organismo para recuperar su equilibrio
perdido. Es como una autoinmunidad a través de exposición reiterada con
pequeñas cantidades (inocuas). Es el mismo principio que se utiliza con las vacunas
de las enfermedades infectocontagiosas.
Pero,
también tenemos una tercera posición o alternativa de medicina, a la cual
podemos poner el mote de “Naturista”, la cual, al igual que la homeopatía,
también entiende que las causas de las enfermedades se encuentran en un plano
distinto al físico, pero que finalmente desembocan en este. Enfrentan la
enfermedad, al igual que las otras dos líneas ya vistas, en el plano físico,
pero la única gran diferencia, es que lo hace es que lo hace con elementos
naturales, en donde adquieren especial relevancia la alimentación, la higiene y
el ejercicio. De esta manera, se intenta proporcional fuerza vital al
organismo, para que así se expresen los propios sistemas intrínsecos y
naturales, y de esta forma alcanzar el esperado equilibrio.
Estas
tres “ramas” de la medicina son las que durante muchos años han discutido el
liderazgo de la curación. Sin embargo, según mi parecer, la ciencia de la salud
se acerca a dar un salto cualitativo importante en el helicoide evolutivo de la
medicina, es así como ya se comienza a estructurar un nuevo sistema, que
engloba a los tres ya vistas, y las sobrepasa:
Medicina Holística.
El
advenimiento de la Nueva Era involucra cambios congruentes en los distintos
campos de conocimiento que la humanidad ha desarrollado. La medicina no escapa
a estos cambios y de acuerdo a las características de esta nueva etapa la
medicina deberá ser de tipo integral y superior a todas aquellas que hasta
ahora se han expresado.
La
medicina Holística propone una integridad funcional entre los distintos
aspectos del ser, de tal forma que las emociones no son una entidad separada
del cuerpo físico, la mente tampoco se puede separar de lo físico y emocional;
incluso la dimensión espiritual o trascendente del ser humano también forma
parte irreductible de todas las otras expresiones ya mencionadas. Todo está
íntimamente ligado y relacionado, y al combatir una enfermedad se ha de tener
en cuenta esta premisa.
Ahora
bien, si consideramos que el aspecto mental es la parte más elevada del ser
humano a desarrollarse en plenitud en este Nueva Era, por Ley de Jerarquía, la interrelación
funcional necesariamente debe ser abordada desde la mente. De allí que la
sanación por la mente comienza a mostrarse como una herramienta con
posibilidades prácticamente infinitas para una nueva forma de sanación, de
hecho, estoy convencido que la curación o sanación por la mente será el
esqueleto funcional de la medicina Holística o de la Nueva Era.
Actualmente
ya tenemos atisbos del desarrollo de este nuevo paradigma de la medicina; la
ciencia tradicional está comprobando que una adecuada actitud mental es fundamental
para conservar un óptimo estado de salud. Tanto es así que se está hablando de
una nueva rama médica llamada, o que le ha dado en llamar:
“Psiconeuroinmunología”
Los
pensamientos positivos protegen al individuo contra cualquier desequilibrio,
incluso contra las enfermedades llamadas infectocontagiosas. Si consideramos
que todo está interrelacionado y en forma jerárquica, es decir, en forma de
cascada; entonces, si la mente está en armonía, esto llevará a un equilibrio automático
a todos los aspectos bajo su tutela. Sin embargo, no siempre resulta así, ya
que la mente puede estar equilibrada, no obstante no tener la suficiente
fortaleza para mantener de la misma forma a las emociones, las que se
desequilibran fácilmente afectando al plano físico. En consecuencia, si
entrenamos la mente para que se fortaleza y la armonizamos, lograremos un
efecto congruente de dirección vertical, armonizando la parte emocional, la vital
o energética y finalmente la física u orgánica.
Esta
es la efectiva a la vez de sencilla premisa en que basa la sanación a través de
la mente. El asunto está en desarrollar adecuadamente la voluntad, la
inteligencia, la racionalidad, el discernimiento, la concentración y, sobretodo,
la visualización, para tener una mente poderosa que pueda subyugar a los demás
elementos de la personalidad de nuestro ser, a los que, por lo demás, tiene el
derecho de mandar.
Prácticas.
Como
ya se mencionó en el último párrafo, mi convencimiento personal está orientado
a que las prácticas deben estar principalmente a desarrollar el poder de la concentración
mental y la visualización. La primera al desarrollarse, debe estar orientada a
un estado de “actitud mental positiva” permanente. Por otra parte la
visualización permitirá enfrentar las enfermedades declaradas a través de un
mandato mental de organización y armonía. Un ejemplo de prácticas de la visualización
la encontramos en la “técnica de células frescas”, en la cual, la persona
enferma, al entender cómo se desarrolla orgánicamente la enfermedad que le aqueja,
puede visualizar como la zona afectada se llena completamente de células sanas
y frescas, las que combatirán y tomarán posesión del lugar o lugares
principalmente afectados. Se ha observado una correlación positiva entre el
descenso efectivo de células enfermas o anormales y ejercicios de visualización
de afluencia de células sanas.
Conclusión.
Como
conclusión he querido plantear algunos supuestos, desde una perspectiva
exclusivamente personal, los que puede servir para una posterior discusión o
reflexión.
1.
La medicina, como todo campo del
conocimiento tiene un crecimiento o desarrollo de tipo helicoidal, esto hace
que cada cierto tiempo se retomen las premisas médicas antiguas, pro con una
nueva comprensión de las cosas. Esta es la razón del porque el naturismo de hoy
en día jamás podrá ser el de hace centurias.
2.
La sanación por la mente es una forma de
medicina emergente de acuerdo a los postulados de la Nueva Era, ya que toma
para sí los postulados básicos de esta nueva etapa de la humanidad: es de tipo
holístico.
3.
Seguramente en una nueva etapa la sanación
provendrá de la parte que comanda el aspecto mental: la parte espiritual, pero
para que ello se desarrolle en forma masiva en el planeta, habrá que dominar
primeramente la sanación de tipo mental.
4.
Las Escuelas Iniciáticas, como en otros
campos del conocimiento humano se encuentran adelantadas a los tiempos, por
esta razón la sanación ha sido desarrollada dentro de ellas, cual más, cual
menos, según sea la realidad y evolución que cada una de ellas tenga en forma
particular.
Para esta Nueva Era que está comenzando la misión de
los “Iniciados” es doble: por una parte deben ayudar a desarrollar la sanación
de tipo mental por la gran mayoría de la humanidad (parte exotérica del
trabajo); y por otro lado deben ayudar a desarrollar la sanación de tipo
espiritual al interior de los Templos de dichas Escuelas, para que un futuro,
cuando la humanidad ya esté preparada, pueda ser expuesta a la gran mayoría,
tal como se hace hoy con la sanación mental (parte esotérica del trabajo).
ALV.