Corresponde a los arcanos 5, 6 y 7.
Que sea provechoso...
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Página 5ª
Y dijo el hombre que ya conocía algo de lo esotérico:
“Vi al gran maestro en el
templo. Estaba sentado en un trono de oro, colocado delante de un dosel
púrpura; llevaba las vestiduras de un gran sacerdote y una tiara de oro. Bajo
sus pies vi dos llaves cruzadas y dos iniciados se encontraban hincados ante
él. Él les hablaba.
“Yo oía el sonido de su voz,
pero no podía entender una sola palabra de lo que decía. O bien hablaba un
lenguaje desconocido para mí o había algo que impedía que comprendiera el
significado de sus palabras.
“Una vez me dijo: «Él habla
sólo para aquellos que tienen oídos para oír; pero ay de aquellos que creen que
oyen antes de que han oído de verdad, o que oyen lo que él no dice, o que
forman sus propia palabras en lugar de las palabras de él» Estos nunca
recibirán las llaves de la comprensión, y es de ellos de quienes se ha dicho
que ni entran ellos mismos, ni a los que están entrando dejan entrar.”
El Hierofante es el órgano supremo de la ciencia sagrada,
representa el genio de las buenas inspiraciones del espíritu y de la
conciencia.
Su gesto convida al recogimiento para oír la voz del
cielo en el silencio de las pasiones de los instintos carnales.
Así, el cuerpo es la representación grosera y como la corteza
pasajera del alma. Esta última puede percibir por sí misma y sin el intermedio
de los órganos corporales, por medio de su sensibilidad, las cosas, sean
espirituales, sean corporales, que existen en el universo. No hay que olvidar
que espiritual y corporal son palabras que manifiestan únicamente los grados de
tenuidad o de densidad de la substancia.
No hay nada vacío en la naturaleza, todo está poblado.
No hay muerte real en la naturaleza, todo está vivo.
“¿Veis esa estrella?” preguntaba Napoleón al Cardenal
Fesdi – “No señor” – “Pues bien yo la veo”; y ciertamente la veía.
El Hierofante nos plantea que por este motivo se acusa
a los grandes hombres de haber sido supersticiosos; es que ellos veían lo que
el vulgo no puede ver.
Los hombres de genio difieren de los simples videntes
por la facultad que poseen de hacer sentir a los demás hombres lo que ellos
ven, piensan y sienten, y es hacer creer por entusiasmo y por simpatía. Estos son los médiums del Verbo Divino.
Por eso, antes de decir que un hombre es feliz o infeliz es preciso saber que
empleo hace de su voluntad, pues todo hombre crea su vida por sus propias
obras.
El genio del bien está a su derecha, el del mal a su
izquierda; sus voces sólo son oídas por su consciencia; hay que recogerse en sí
mismo y la consciencia responderá. Recogerse en sí mismo, nos dice la 5ª carta
del Tarot es entrar en la meditación, siendo esta última el gran acto de
creación de sí mismo, permite que el positivo espíritu, que se halla dentro de
nosotros, abra una puerta en la mente terrena.
A veces, en nuestra ignorancia, buscamos en la
excitación exterior lo vivido de esa verdadera vida, no sabiendo que los
placeres que anhelamos no son más que una temòral excitación del cuerpo.
La vida que se siente en la meditación es creadora.
El objetivo de la meditación no consiste en atraer algo
hacia el ego inferior, para su satisfacción, sino más bien en elevar algo, en
alcanzar con el pensamiento o el sentimiento un estado al que se ha llegado
antes y mantener en tales alturas la misma claridad de visión que poseemos en
los niveles inferiores.
Debemos elevarnos. El yo, que sólo busca consuelo de
las desdichas de la vida, o la agradable sensación emotiva de confianza en algo que le es
superior, puede conseguir y gozar de los ínfimos deleites que concede una
especie inferior de la meditación, que apenas es digna de tal nombre.
Quien así medita, agradecido y satisfecho, se asemeja
al gato que ronronea en los brazos de una persona, gozando del regalo que le brinda
un ser superior.
Más la verdadera meditación, al contacto real con los
poderes ocultos es para aquel que socorre el mundo en la triunfante carroza de
la gloria del alma, para aquel que quiere expandir su corazón con un amor que
ha de brillar como el sol en todo clima y en todo lugar, y para aquel cuyos
ojos contemplan el perpetuo éxtasis de comprensión, el milagro que todo lo
abarca y contiene, de la existencia de la grande y de lo pequeño.
Para tales cosas el yo diminuto debe abandonar sus
placeres, que no tiene paridad con la genuina felicidad de la verdadera vida.
La meditación es uno de los polos de la existencia, que
es toda creadora.
No solo por la
meditación podemos alcanzar las más gloriosas alturas; las limitaciones de la
vida externa contienen además, en igual medida, la divina enseñanza.
Adentrarse en sí
mismos y buscar en el exterior son el invierno y el verano, el día y la noche
del progreso del alma.
Así
como el que posee la comprensión se siente movido por la belleza de una
pequeñísima hoja, lo mismo que con la inmensidad de una floresta tropical, así
también puede verse el dedo divino actuar en las pequeñas experiencias que a
cualquiera de nosotros nos ocurren, lo mismo que en los grandes acontecimientos
que marcan los hitos de la historia.
Esta
5ª carta nos dice que nuestra vida se mueve entre estos dos polos, el interno y
el externo.
El
pensamiento interno imagina, por ejemplo, una máquina o propone una teoría; la
experiencia exterior sugiere mejorar para ese mecanismo, o declara verdadera o
falsa la teoría, es su relación con las leyes de la naturaleza en sus múltiples
operaciones o, en otras palabras, su unidad con los arquetipos, tocamos a Dios
en ambos polos.
Se
ha dicho que no hay obstáculo o muralla en el alma humana, donde Dios, la causa, cesa, y el hombre, el efecto,
empieza; puede también decirse que no hay punto o lugar en el espacio donde
nuestra mano no tropiece con la de Él.
La
meditación tiene por tanto, más efecto cuando los pensamientos y emociones se
llenan de nuestro cuarto de estudios, o de este templo, a los asuntos de la
vida, para allí recibir, corregirse o modificarse, para enriquecerlos con
nuevas experiencias que los harán florecer de nuevo, a la vez que permitir que
se les añada flores hermanas en futuras meditaciones.
Dado
que la meditación implica un paso gradual de la percepción, desde las
cualidades más groseras de las cosas hasta las más sutiles, sin perder el color,
la viveza y la precisión, o sea, en resumen el vigor de la experiencia
exterior; la clave del buen éxito en cada punto de la práctica puede
definírsela en pocas palabras: Obstruir las actividades exteriores y mantener
el pleno fluir de la energía consciente.
Debe
retirarse la atención del cuerpo físico, a fin de que este no sea en sí mismo
un fin, sino que sólo interesa como un instrumento útil y hermoso para los
objetos del yo superior. Luego deben dejarse de lado los deseos personales y
las emociones inferiores.
Es
preciso vigorizar y agudizar la mente y obstruir sus actividades inferiores,
mientras el ímpetu adquirido se utiliza para ejercitar y desarrollar las
facultades de orden superior.
El
hierofante nos va introduciendo poco a poco en los grandes misterios y nos
dice: Si el instinto que reside en el hombre pudiera provecharse como un
resorte, para dispararlo hacia el conocimiento y no hacia la acción, como
ocurre con el animal, entonces el instinto del hombre se transformaría en
intuición. Cuando se opera esta transformación nos conduce a la verdadera
interioridad de la vida con tanto éxito como la inteligencia nos guía hacia los
secretos de la materia.
La
intuición tiene dos señaladas características: una es que queda indiferente
tanto si obedecemos sus mandatos como no, y la otra es que habla una sola vez.
La
voz de la intuición es como el dictamen del tribunal supremo, que pronuncia su
sentencia una sola vez y es independiente de los efectos de la sentencia sobre
las partes contendientes.
Por
lo tanto, nos dice esta carta: conviene entrar atento a los mandato de la
intuición cuando habla. No en vano la síntesis de este naipe del Tarot dice que
“es la inspiración que el ser humano
recibe de los poderes ocultos”, entregándonos una clave para desarrollar.
Página 6ª
Corresponde
al Arcano Mayor VI del Tarot, llamado, entre otros nombres, Los dos caminos.
Síntesis:
La prueba a la cual será sometida la voluntad
frente al bien y al mal.
Este
símbolo debe traducir las ideas de reunión y de antagonismo con todas sus
consecuencias.
Un joven imberbe
descubierto, está de pie, inmóvil en la encrucijada de dos caminos. Nuevo
aspecto del arcano 1 (la voluntad del mago creador), ya no se trata de un
iniciado, por esto se haya perplejo oposición de las ideas antagónicas qué es
incapaz de gobernar. Dos mujeres, una a la derecha y otra a la izquierda, le
colocan la mano sobre el hombro mostrándole uno de los caminos. La mujer
colocada a la derecha tiene la frente ceñida por un círculo de oro; ella personifica
la virtud. La de la izquierda nada por hojas de parra y representa vicio
tentador. Encima y atrás de este grupo, el genio de la justicia, sosteniendo
una aureola fulgurante, pone en tensión su arco y dirige al vicio la flecha del
cortejo.
El conjunto esta escena
explica la lucha entre las pasiones y la conciencia.
De acuerdo a la
senda elegida, el joven podría transformarse en el mago iniciado del arcano 1 o
en el imprudente fulminado del arcano 16. Simbolismo profundo que indica que si
el hombre elige la senda de la virtud, será ayudado por la providencia para
vencer el mal. La inteligencia Suprema es necesariamente razonable.
Dios en filosofía,
puede no ser más que una hipótesis, pero es una hipótesis impuesta por el buen
sentido a la razón humana.
Personificar la
razón absoluta es determinar el ideal divino. Necesidad- libertad y razón, el
grande y supremo triángulo de lo oculto. Fatalidad- voluntad - poder, tal es el
ternario mágico que, en las cosas humanas, corresponde al triángulo divino. La
fatalidad es el encadenamiento Inevitable de causas y efectos en un orden dado.
La voluntad es la Facultad de dirigir las fuerzas inteligentes para ver la
libertad de las personas con la necesidad de las cosas. El poder es el prudente
empleo de la voluntad, qué hace servir a la fatalidad de misma el cumplimiento
de los deseos el sabio.
Así la sexta carta
del tarot evoca las alternativas que la misma existencia expone al hombre la
iniciativa voluntariosa indolencia pasiva del espíritu, y por tanto abandonada a
los instintos. Sea cual fuere la opción, pone en marcha la rueda encadenante de
las casualidades que determinan al futuro.
Si se ha elegido la
lucha, este acto deliberado arrastra tras y las pruebas necesarias, agrupadas y
aleccionadas de manera que el individuo y su destino se realicen según sus
aspiraciones.
Si la opción se
inclina por la ley del menor esfuerzo moral, si se ha rechazado el cetro de la
anarquía volitiva, si se ha repudiado al ideal espiritual, entonces ni la
intensidad ni la moralidad de las pruebas dependerán del libre arbitrio: El
determinismo exterior se empleará desenfrenadamente.
Porque, de grado o
por fuerza, aquí en la tierra hay que experimentar realidades necesarias para
alcanzar despertar gradual del conocimiento.
Esta carta es la
imagen de las relaciones existentes de arriba y los de abajo, entre el cielo y
la tierra.
La psique humana,
evolucionando por los distintos estados de conciencia a través del tiempo y del
espacio, hasta la Integra y definitiva entidad, a través de todos las fases
necesarias perfecto desarrollo, recorre una serie de ciclos, cada uno de ellos
compuesto por un período de acción y por otro de asimilación.
Durante cada uno de
estos periodos, la conciencia, unida a los vehículos oportunos, debe adaptarse
a las condiciones de existencia de determinada - la vida humana por ejemplo-
que irán afirmando su conciencia de ser.
Luego, una vez
realizado todo el progreso que sus condiciones hacían posible, se separa de sus
vehículos materiales - la muerte, tal como la entendemos- y se asimila, en el
seno de lo invisible, la experiencia nueva que aporta, armonizándola con la
totalidad de sus adquisiciones anteriores.
En forma mediata se
lleva a cabo una nueva Encarnación que depende muy directamente, en sus
eventualidades y características, del estado resultante de las circunstancias
precedentes.
Al encarnarse de
nuevo la conciencia se halla situada de tal manera entre el yo y el no-yo que
necesariamente por Los sufrimientos y alegrías indispensables para la
realización progresos para los cuales fue dispuesta. Y aquí interviene la
alternativa en cuestión: Esforzarse voluntariamente, marchar deliberadamente
hacia delante o dejarse llevar y sufrir a pesar de sí mismo.
En ambos casos la
ley Suprema de evolución permanece irreductible; pero si, en lugar de
abandonarse pasivamente a sus espontaneidades, el sujeto asiente
conscientemente a la necesidad de esforzarse en la búsqueda del conocimiento o
de la rectitud, sustituye por una ruta mejor, la primitiva línea prevista para
el encadenamiento lógico de las predisposiciones y predestinaciones primarias.
La importancia
relativa de la opción, se hace absoluta desde el momento en que hombre
consciente, obstinada y formalmente renuncia a su futuro espiritual y se
entrega a la anarquía, a la destrucción de la conciencia moral, a la oscuridad
de sus instintos, formando así la espantosa palabra que le retrae
irremisiblemente hacia él no ser.
En la medida en que
se le imaginan, hay que considerar esta posibilidad como una excepción
monstruosa.
Sería temerario
señalar como una entre las más atroces, cualquiera de las varias
individualidades cuya abnegación, evidentemente, se haya hecho acreedora a la
execración de la historia.
La mayor parte de
los hombres viven y mueren más o menos sin noción profunda de las realidades
superiores; les parecen ilusorias o míticas.
Sólo atentos a sus
sueños de sonámbulos, no se preocupan más que de continuarlos sin obstáculos y
rehúyen el encuentro y la luz que podría despertarlos.
Ante cada impacto
que bajo la forma de dificultad, enfriamiento y desgracia trata de romper su
tranquilo letargo, se lamentan de su efecto desagradable sin descuidar en él su
sentido oculto, es decir, la manifestación en ocasiones providenciales de la
ley de evolución, una llamada a la percepción del mundo moral.
De esta manera, el
sexto arcano del Tarot, el 4 (conciencia) y las dos damas cuya atracción siente
simultáneamente, simboliza el alma humana que duda cual de las dos
inspiraciones debe elegir. Esta página del Libro de Thot termina así:
“Recordad hijos de la tierra que para el común de los hombres, la
atracción del vicio tiene más prestigio que la austera belleza de la virtud.
“La indecisión es en todo más funesta que una mala determinación.
Avanzad o retroceded, pero no vaciléis, y sabed que una cadena de flores es más
difícil de romper que una cadena de hierro.”
Nota: En la Cámara
del Consejo del Señor del Mundo, se han dirigido estas vibraciones,
pensamientos a los seres humanos de la Tierra.
Se ha decidido
hombre de la tierra trazar una línea de demarcación entre las dos fuerzas de la
materia y del espíritu, claramente definidas.
La inherente
dualidad de toda manifestación adquiere todo su relieve, a fin de enseñarnos
como emanciparnos por nosotros mismos de las limitación del 4º Reino o humano y
pasar al 5º Reino o espiritual.
El problema del
bien y del mal, de la luz y de las tinieblas, de la razón y de la sinrazón, fue
enunciado en beneficio de la humanidad con objeto de capacitar a los hombres
para romper las cadenas que aprisionan al espíritu y lograr la libertad
espiritual.
Este problema no
existe en los reinos inferiores al humano ni en los que lo trascienden.
El hombre ha de
comprender por dolorosas experiencias la dualidad de toda existencia y una vez
comprendida, elige lo relativo al aspecto del espíritu plenamente consciente de
la divinidad, y aprende a centrarse en este aspecto.
Al alcanzar la
liberación ve que todo es uno, que el espíritu y la materia son una unidad y
que sólo existe lo que está en la conciencia de Todo.
Los maestros
aprovechan así la facultad discriminativa de la mente, que es la cualidad
distintiva de la humanidad, para que los seres humanos, por medio del
equilibrio de sus pensamientos, sus sentimientos y sus acciones, encauce su
meta y halle el camino de regreso al manantial de que dimanó.
Página 7ª
Llamada
“El Carro de Osiris”. Síntesis: La victoria, frente a la verdad y la justicia.
Dice
el discípulo que está empezando a “ver” con los ojos del alma:
“Vi una carroza tirada por dos esfinges, una blanca y la
otra negra. Cuatro pilares sostenían un dosel azul celeste, adornado con
estrellas de cinco puntas. Bajo el dosel, conduciendo a las esfinges, iba el
conquistador con una armadura de acero, y en su mano llevaba un cetro que
terminaba en una esfera, un triángulo y un cuadro.
“Un pentáculo de oro brillaba en su corona. En el frente
de la carroza, sobre la esfinge, estaba fija una esfera con dos alas y el
lingam y yoni místicos, el símbolo de la unión.”
La
voz de la conciencia eterna, susurró entonces: “En este cuadro todo tiene un significado, observa y trata de
comprender.”
Este
es el conquistador que no se ha conquistado todavía a sí mismo. Aquí se
encuentran la voluntad y el saber; pero en todo esto está más el todo de
alcanzar que el logro mismo.
El
hombre que se encuentra en la carroza empezó por considerarse conquistador
antes de luchar, siendo realmente el conquistado. Decidió que la conquista debe
corresponder al conquistador. En esto hay muchas posibilidades reales, pero
también muchas perspectivas engañosas, y grandes peligros esperan al hombre de
la carroza.
Este es el
conquistador contra quien el conquistado puede todavía insubordinarse. La
tensión de su voluntad puede debilitarse y las esfinges pueden tirar en
distintas direcciones y romper la carroza y a él en dos.
¿Ves detrás de él
las torres de la ciudad conquistada? Quizás la llama de la rebelión ya anda
allí. Y él no sabe que dentro de él mismo se encuentra la ciudad conquistada,
que dentro de él las esfinges vigilan todos sus movimientos, y que dentro de él
grandes peligros le esperan.
Este arcano del
misterioso libro de Toth nos dice hermanos que el imperio del mundo pertenece a
aquellos que poseen la soberanía del espíritu; esto es, la luz que alumbra los
misterios de la vida; y qué, venciendo los obstáculos anularán todos los
enemigos. Y todas nuestras esperanzas serán realizadas si penetramos en el
futuro con audacia y armados de la conciencia de nuestro derecho.
Quien ya ha
comenzado a sentir las realidades invisibles que le relacionan y solidarizan
con el universo, instruido del poder consustancial al verbo de su imperecedera
entidad psíquica, se siente necesariamente invadido del deseo de obtener la
inspiración, la impulsión, el apoyo de la esfera espiritual.
Sus pensamientos de
profunda veneración le orientan hacia tal espera y, sin saber cómo, le integran
en ella, durante sus acostumbradas meditaciones.
Subamos, hermanos, al
carro de Osiris y dejémonos guiar por el poder psíquico superior en la
obtención de un trabajo o actividades correctas.
En el reino cósmico
hay un sorprendente fluido de inteligencia psíquica. Todas las ideas creadoras
están almacenadas en el banco de la memoria cósmica. Aquí, en este banco
invisible está el modelo universal para crear todo lo que vemos a nuestro
alrededor.
La perfecta
dirección en cada faceta de su vida es posible cuando el hombre aprende, en la
vida diaria, a establecer contacto con este almacén psíquico de la memoria.
A través de los
centros psíquicos superiores de la mente se puede establecer contacto con el
banco de la memoria cósmica del universo y canalizar cualquier porción de su
conocimiento, energía y abundancia en propio beneficio. De esta inteligencia
psíquica se puede saber cómo obtener un equilibrio mental y emocional en un
mundo que parece haberse vuelto loco. Podemos descubrir nuestros propios
potencias ocultas para la paz y la felicidad; podemos equilibrar nuestros
estados de ánimos, controlar nuestro carácter y conocer las malas costumbres,
que pueden destruir nuestra salud mental y física.
El carro de Osiris
nos puede llevar al banco de la memoria cósmica dónde está oculta la fuerza
vital secreta que puede ser captada y canalizada. A través de la memoria
cósmica se puede descubrir y emplear el don de la profecía psíquica y conocer
los acontecimientos futuros. Esta memoria, hermanos, le dice a la oruga como
convertirse en una alada mariposa, o al renacuajo como convertirse en rana en
unos días. Es un misterio que desconcierta la mente consciente del hombre, pero
para la inteligencia psíquica del universo es un hecho cotidiano.
Sin embargo, antes
de poder recibir las pulsaciones psíquicas superiores de la mente cósmica que
rige al universo, se tiene que tener una superabundancia de fe en este poder. Se
trata de una inteligencia infinita inherente a todos los átomos y células del
universo.
Este poder de la
mente cósmica se logra captar si los pensamientos se proyectan para expresar el
lado de ayuda superior en la forma conocida como “meditación”.
La meditación, le
embarca en el carro de Osiris Y a medida que avanza hacia la luz,, el hombre se
hará receptivo a la inteligencia del saber oculto, las invocaciones insistentes
mediante la oración, le abrirán a la omnilatencia providente que, a veces en el
espacio de un relámpago, transmuta las almas capaces de sincera veneración.
Sin embargo, es
necesario aclarar un concepto muy poco conocido pero muy pronunciado: la fe.
La fe, es esa
aspiración a lo infinito. Es la noble confianza en sí mismo, sostenido por la
creencia en todas las virtudes y con esta fe, si sabemos, si queremos, si
usamos y si tenemos el arte de callarnos, seremos más fuertes que el mundo, el
cielo y la tierra cumplirán nuestras voluntades.
Haremos, siguiendo
la promesa del Cristo, los milagros que él hizo y hasta mayores todavía. El mal
desaparecerá ante nosotros y el dolor se cambiará en consolaciones divinas. Sentiremos
en nosotros, la vida eterna y no temeremos más a la muerte porque la
comprenderemos. Nada nos faltará y no tendremos más decepciones en la vida.
Los que nos quieren
perjudicar se dañaran a sí mismos y nos harán bien. Nuestra palabra esparcida
la alegría en las almas y nuestro contacto devolverá la salud a los enfermos.
Pero una
advertencia de este arcano: La fe en las naturalezas débiles puede degenerar en
“orgullo”.
Así, antes de
terminar, invoco el principio de esta carta: "el hombre que se encuentra en el carro empezó por considerarse
conquistador antes de haber realmente conquistado."
Aquí hermano se la clave
que nos deja el carro de Osiris: el dominio de sí mismo indispensable para la
condensación y el gobierno de los elementos constitutivos bajo cuyas
propiedades se reposa la posibilidad de accionar los agentes ocultos de la
naturaleza, la primera y fundamental de las condiciones requeridas.
Los hombres tardan
en reconocer que no hay otro método que conduce la realidad, a la verdad que
cambiar el espíritu, visión espiritual (el carro). Eso es, hacer la voluntad de
la gran mente cósmica y hacerla consistentemente en cada fase de la vida.
Todos queremos
hacer su voluntad ciertas veces y en ciertas cosas; pero mientras que no
estemos listos para hacerla en todas las cosas grandes o pequeñas, mientras no
nos dediquemos completamente a hacerla, no tendremos más que resultados
parciales. Así que permitiendo que una cosa secundaria primordial, no seremos
encaminados o conducidos hacia la victoria de la verdad.
“No hay paz alguna
para el alma que mantiene la sombra de una mentira".
He aquí un peligro
extraordinariamente sutil. Tan pronto como lo hemos evitado por un lado nos
ataca de otro lado. Entonces mantenernos en él carro de la Victoria exige una
vigilancia incesante y un gran valor.
Es sobre todo a la
vida del alma que se puede aplicar el precepto "el precio de la libertad es una vigilancia eterna".
Mientras nos
mantengamos en el carro, no debemos permitir que ninguna consideración, ninguna
institución, una organización, algún libro, ningún hombre o mujer, se
interponga entre nosotros y nuestra búsqueda del todo. Si nos confiamos en otra
cosa que no sea nuestra comprensión de la verdad el carro se volcara y nuestros
esfuerzos dejarán de ser fructuosos. Si contamos indebidamente con otra
persona, con cierto maestro, un día vendrá, cuando la hora de nuestra necesidad,
él estará lejos y no será suya la culpa.
Cuando más le
necesitemos, el nos faltará. Este mismo principio nos enseña esta carta, se
aplica la personas que permiten por circunstancias especiales. Ciertamente nos
conviene tener toda la ayuda posible que nos ofrece nuestro mundo exterior,
leyendo libros, escuchando maestros; pero a menos que no confiemos en nuestro
propio entendimiento, ambiente pronunciamos las palabras la palabra señor,
señor con los labios y pretendemos hacer profecías en su nombre mientras no le
conocemos, significa que él no nos conoce a nosotros.
Conduciendo el
carro de esa manera no se entra en el reino de los cielos. Repitamos qué, para
lograr comprender lo superior, tenemos que hacer un trabajo en nuestro
espíritu, un trabajo consistente y difícil
"Conocernos a nosotros mismos".