sábado, 19 de enero de 2019

EL ESOTERISMO Y EL PENSAMIENTO MODERNO (3ª parte)

He aquí la continuación del análisis del primer septenario del Tarot, con el desarrollo de los Arcanos Mayores 3 y 4.

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Página 3ª
Simbólicamente esta carta representa la idea de generación. La Emperatriz aparece con alas lo que simboliza la idea de la espiritualidad del principio animador de los seres, es la personificación de la fecundidad universal. La corona con 12 estrellas, representa el recorrido del sol que por año hace alrededor de la zona zodiacal (el sol es emblema de poder creador).

Sostiene en una mano un cetro terminado en un globo; lo que señala la acción perpetua sobre las cosas nacidas y que deben nacer.
Aprisiona un águila con su otra mano, símbolo de las alturas, que elevarse al nido del espíritu. Simbolizando a la vez el hecho de que la idea de la creación sobre las regiones superiores.
Esta mujer tiene a sus pies la luna, qué significa la inferioridad de la materia y su dominación por el espíritu.
Una mujer sentada, revestida de sol, y la luna a sus pies, y en su cabeza una corona de doce estrellas y estando encinta gritaba con ansias de dar a luz, y sufrió los dolores de parto” (Apocalipsis de San Juan).
Dejemos un momento los símbolos y veamos lo que es lo que esta carta nos puede decir.
La unidad, para hacerse acción, debe multiplicarse. Un principio indivisible inmóvil infecundo sería la unidad muerta e incomprensible.
Si Dios no fuera más que uno no sería Creador ni Padre. Si sólo fuera dos, habría en ello antagonismo y división en el infinito, y esto sería la repartición o la muerte de toda cosa posible.
Hay pues, necesidad de tres para crear de si mismo y a su imagen la multitud infinita de los seres y de los números.
Así es, realmente inició en sí mismo y triple en nuestra concepción, lo que nos lo hace ver tan triple en sí mismo, como único en nuestra inteligencia y en nuestro amor.
Esto es un misterio para el creyente y una necesidad lógica para el iniciado en las ciencias absolutas y reales.
Otro aspecto que nos muestra esta carta se relaciona con:
El Pasado – El Presente – El Porvenir.
El Presente en un momento dado determina el Pasado y el Porvenir. Sin indicar el momento presente no podemos separar y captar el pesado y el porvenir.
El Presente emana del Pasado y el Porvenir; en el Pasado se muestra su lado relativamente pasivo, deformado (es imposible cambiarlo) y en el futuro su lado activo.
La Providencia ilumina el Presente con su luz.
La Humanidad rige sobre el Porvenir de acuerdo con la ley de la libertad humana, con el auxilio de un instrumento denominado “voluntad de la humanidad”.
La Naturaleza sostiene el Pasado bajo la forma de destino. La Voluntad tiende a la creación del Porvenir, pero se halla restringida por el Destino, que controla este anhelo mediante el Pasado.
Si la Voluntad de la Humanidad se aliara con la influencia iluminadora del Destino, la Historia de la Humanidad tendría un carácter evolutivo.
La acción de la voluntad (el mago) en la ciencia (la papisa) da como resultado una equilibrada creación, es decir la acción que debe manifestar la voluntad unida a la ciencia.
La ciencia oculta nos dice que podemos relacionarnos con lo invisible.
Entre la personalidad humana y el universo, constituidos uno y el otro por la misma esencia cósmica parecidamente jerarquizada, existe una cuádruple relación, por lo que se crea del macrocosmos al microcosmos y recíprocamente una serie discontinua de acciones y reacciones.
El vehículo físico del hombre ha de someterse a la luz del mundo material, pero esta ley está al mismo tiempo a su disposición y a medida que descubre sus modos los comprende y, poco a poco, acaba poniéndolos a su servicio.
En primer lugar, sepamos que toda interrogante mental claramente formulada, lleva consigo una inspiración recíproca.
Según se trate de del orden inteligible o del orden fenoménico, la reacción llega de un plano o de otro bajo las respectivas formas características. Por ej.: lo superior contra la inferior y por el arte de transmutar, cambiar lo que no es deseable en lo estimable, triunfando de esa forma.
Así, debe contarse la semi sabiduría, que es locura, y que ignora la verdad de que:
“El dominio consiste, no en sueños anormales, omisiones y fantásticas imaginaciones, sino en emplear las fuerzas superiores contra las inferiores, escapando así a los dolores de los planos inferiores mediante la elevación de los superiores.
“Recuérdese siempre que la concentración y no la negación presuntuosa es el arma del maestro”
No vivimos en un mundo de sueños, sino en un universo que, si bien es relativo, es real, por lo menos en lo que concierne a nuestras vidas y obras.
Nuestra misión en el universo no es negar su existencia, sino entenderlo, empleando sabiamente sus leyes para ascender de lo inferior a lo superior. Viviendo y haciendo lo mejor dentro de las circunstancias que surgen cada día y viviendo todo lo posible , nuestras más elevadas ideas e ideales.
Por último estar carta no entrega la siguiente clave: afirmar lo que es verdad y querer lo que es justicia, ya que crear o afirmar lo contrario es entregarse a su propia destrucción.
Resumen: La voluntad humana (1) ilustrada por la ciencia (2) y manifestada por la acción (3)…


Página 4ª
Simboliza la obra acabada. Esta carta es El Emperador, cuya gran ley de cuatro, es el alfa y omega de todo.

He aquí al emperador en un alto trono de piedra, que está decorado con cuatro cabezas de carnero. Un yelmo de oro refulge en sus sienes, su barba blanca cae sobre su manto púrpura. En una mano sostiene una esfera, símbolo de sus posesiones, y en la otra un cetro en forma de cruz, signo del poder sobre el nacimiento.
He aquí lo que la carta nos dice:
“Yo soy el nombre de Dios. Las cuatro letras de su nombre están en mí y yo estoy en todo.
“Yo estoy en los cuatro principios, yo estoy en los cuatro elementos, yo estoy en las cuatro estaciones, yo estoy en los cuatro cuartos de la tierra, yo estoy en los custro signos del tarot. Yo soy la acción, la resistencia, la consumación y el resultado.
“Para aquel que conoce el camino para verme, no hay misterios en la tierra.
“Como la tierra tiene fuego, agua y aire, como la cuarta letra del nombre tiene las primeras tres y ella misma se convierte en la primera, así el cetro tiene el triángulo completo y lleva en si el germen de un nuevo triángulo.” 
Quien tiene oídos para oír y ojos para ver, se encontrará ante un resplandor que penetra todo, y luz y fuego.
Existen en la naturaleza dos fuerzas que producen un equilibrio, no produciendo las tres más que una sola ley.
He aquí el ternario resumiéndose en la unidad y agregando la idea de la unidad a la del ternario, se llega al cuaternario, primer número cuadrado y perfecto, manantial de todas las combinaciones numéricas y principio de las formas.
Afirmación – Negación – Discusión – Solución: tales son las cuatro aplicaciones filosóficas del espíritu humano. La discusión concilia la negación con la afirmación, haciéndolas necesarias la una a la otra.
Por esta causa el ternario filosófico, al producirse el binario antagónico, se completa por el cuaternario.
En Dios, según el dogma consagrado, hay tres personas, las cuales no son más un solo Dios. Tres y uno dan la idea de cuatro, porque la unidad es precisa para explicar los tres.
Así, en casi todos los idiomas el nombre de Dios consta de 4 letras, y estas en hebrero no hacen más que tres, porque una se repite, la que manifiesta al Verbo y la creación del Verbo.
Esta carta nos invita a adentrarnos en las extrañas revelaciones de cómo por ejemplo la palabra perfecta, la que es adecuada al pensamiento que manifiesta, contiene siempre, virtual o supuestamente, un cuaternario, la idea y sus tres formas necesarias y correlativas, y también la imagen de la cosa manifestada con los tres términos de juicio que la califican. Cuando yo sigo si el ser existe, afirmo implícitamente que no existe la nada.
Existen en la naturaleza y movimientos producidos por dos fuerzas que se sostienen una a otra por su tendencia en sentido contrario. Ahora bien, la ley que rige o base de los cuerpos es análoga y proporcionada a la que gobiernan a los espíritus, y esto es la manifestación también del secreto de Dios, es decir, del misterio de la creación.
Supongamos un reloj con dos resortes paralelos, con un engranaje que lo haga mover y maniobrar en sentido contrario, de manera que al detenerse uno apriete al otro; el reloj así contenido se dará cuerda por sí mismo, y habremos hallado el movimiento perpetuo o continuo. Cuando alguna persona lo haya descubierto, podrá comprender por analogía todos los secretos de la naturaleza: “el progreso en razón directa con sus existencia”.
El movimiento absoluto de la vida es también el resultado continuo de dos tendencias contrarias, que no se encuentran jamás en oposición. Cuando una parece ceder a la otra, es un resorte que toma fuerza y seguramente podemos esperar y confiar en una reacción, de la que es muy posible prever el momento y hasta determinar el carácter.
Esta carta nos señala que una cosa puede ser causa de otra, esto es, ser la primera creadora de la segunda. Un suceso o acontecimiento es lo que viene, llega u ocurre como consecuencia o resultado de acontecimiento o evento anterior. Lo importante de todo esto es llegar a elevar la mente como para ponernos en contacto con los poderes superiores de nuestra propia naturaleza, para dominar las propias modalidades, caracteres, cualidades y polaridades, así como el medio ambiente que nos rodea, cuando causas en lugar de efectos.
Uno de los emblemas del emperador es una cruz que sostiene en una de sus manos. Esta es la cruz filosófica clave de las profecías y que puede abrir todas las puertas de la ciencia. ¿No se forma la vida humana con estas fases o transformaciones sucesivas? Nacimiento, vida, muerte e inmortalidad.
La muerte no puede ser un fin absoluto, así como el nacimiento no puede ser un comienzo real. El nacimiento prueba la preexistencia del ser humano, puesto que nada puede producirse de nada y la muerte prueba la inmortalidad, ya que el ser no puede cesar de ser, al igual que la nada no puede cesar de nos ser.
Ser y nada son dos ideas absolutamente inconciliables, con la siguiente diferencia: que la idea de la nada (idea completamente negativa) emana de la idea misma del ser, en lo que la nada ni siquiera puede ser comprendida como una negación absoluta, en tanto que la idea del ser no puede nunca aproximarse a la nada, desde muy lejos que se tome.
Decir que el mundo ha salido de la nada, es proferir un monstruoso absurdo. Todo lo que es procede de lo que era; por consecuencia, nada de lo que es podría jamás dejar de serlo.
La sucesión de formas se produce por las alternativas del movimiento; estos son fenómenos de la vida que se reemplazan unos a otros sin destruirse. Todo cambia, pero nada perece.
Pero dejemos esta alta filosofía que encierra esta carta por algo más terreno. Las nociones fundamentales del ocultismo expresan y precisan, a los ojos del adepto, el sentimiento de su íntima correspondencia con el universo y le revelan la ley de influencia externa del psiquismo individual.
Determinado en el momento presente por sus antecedentes, de los que deriva su posición frente al maquinismo cósmico, el hombre de ahora en adelante que gira por sí mismo los elementos de su futuro. Los irá generando automáticamente por la resonancia causal de su propia voluntad y de su pensamiento, ya que, a medida que el hilo, tenue o grueso, de sus estados de conciencia se desenredan, comunicarán sus impulsos alternativamente a la luz astral, a la esencia psíquica y más o menos siempre se dejarán sentir en la esfera espiritual.
Este símbolo no señala por su verbo interior, cada uno puede influir en los diversos elementos preformadores de lo inminente concreto.
Evoca y con conjura sin espada templada bajo ninguna constelación ni varita mágica ritual, a las verdaderas potencias que le favorecen o le perjudican y, a veces, le esclavizan. El instrumento mental del ser humano (el que impera, el emperador) es un centro activo de movilización y gestión de los poderes cósmicos.
Pero, ¡cuidado!... en la medida en que su voluntad sea arbitraria, tendrá que sufrir el ser humano las consecuencias de las mismas causalidades que el invocó: “Le será devuelto el equivalente de lo que indecisa y desordenadamente exigiera.”
El emperador (el ser) ¿piensa e invoca luminosamente, bajo la influencia de los sentidos propios de su psiquismo, con pleno asentimiento a la verdad, la justicia y la rectitud? Entonces emana de su verbo conforme al verbo del Cosmos, un fuerte poder derivado de la total adhesión al del Altísimo. Es entonces, un santo, un genio o un mago.
Pero ay de aquel que es emperador y piensa y ruega a ciegas con el alma obscurecida e incendiada por el torbellino de sus apetencias o de las pasiones; si se limita, como hipnotizado, a satisfacer las solicitaciones de su naturaleza inferior, entonces se condena al papel de intermediario y receptáculo inconsciente de las fuerzas de la fatalidad. Esclavizada su alma, obedece pasivamente al ritmo de las apetencias e irradia su encadenamiento a las correlativas consolidadas.
Es el caso del emperador que se transforma en un brujo de la magia negra o hechicero. Sensitivo y a la vez dotado de intensa pasionalidad, pero cerrado a las luces morales, ansía malgastar los poderes del mago. Sustituye la ciencia más elevada inaccesible para él, por el oscuro empirismo del libro de conjuros.
Sin la más mínima noción de ocultismo cada uno experimenta en sí mismo inconscientemente las leyes de la magia (entiéndase por magia la voluntad proyectando los pensamientos hacia lo más positivo o hacia los más negativo). Entre los pensamientos que recorren el espíritu, unos son frutos de las sensaciones físicas, otros experiencias de impresiones y emociones nacidas del principio astral y algunos se elaboran en el centro espiritual, y lo hay que provienen de fuera, representativas de influencias magnetizadas antes o sugeridas por seres invisibles. Acaba todos en actos de voluntad espontáneos o reflejos cuya potencia es comparable a su intensidad y persistencia. Los impulsivos, cuyas facultades dirigentes están dormidas y se dejan llevar siempre por la espontaneidad, accionan ciegamente al plano hiperfísico e imponen a los acontecimientos su propia inconsecuencia. Siembran el desorden y recogen la desgracia.
En tanto que el hombre se mueva pasivamente por los impulsos anteriores o por solicitaciones de fuera, debe considerarse desprovisto de control sobre los fenómenos que puedan derivarse. Una serie inflexible de leyes causales lo moverán a semejanza de un barco cuyo piloto duerme. Para sustraerse a este deriva es necesario que el piloto - la voluntad reflexiva - permanezca despierta atenta y vigilante.
Sin embargo, no hasta querer, deliberada y juiciosamente sino decididamente y sin tregua, ya que de lo contrario los remedios serían tardíos y, de hecho, poco efectivos y la dirección insegura. Sin el timón sólidamente amarrado no hay dirección segura; sin una propulsión continuada es imposible el avance.
No hay que olvidar cosas exteriores no son sino la expresión o el presionar hacia  afuera nuestros pensamientos y creencias internas. Encontramos también que como “emperadores” tenemos el dominio o poder de guiar a voluntad el curso de nuestros pensamientos, por lo cual indirectamente somos nosotros quienes hacemos nuestras vidas conforme a la índole de nuestro pensar.
Por el poder que emana de esta carta nos elevamos hasta el “gran código cósmico” y leemos en él la gran ley del universo qué dice: “lo que llevamos en nuestra mente es la causa determinante de nuestra experiencia, cómo lo de dentro, así es lo de afuera.”
No podemos pensar en una cosa y producir otra. Si queremos tener “control” sobre las circunstancias que nos rodean, para hacerlas armónicas, tenemos primero que hacer armoniosos a nuestros pensamientos, y entonces lo exterior tomará el mismo cariz.
Aprendiendo a pensar voluntariamente y de una manera juiciosa que necesariamente el determinismo primitivo, se escapa a las fatalidades bajo cuya estrella se ha nacido.
En síntesis, el Emperador, el cuarto naipe del Tarot es el iniciado vencedor de las dificultades. La piedra cúbica sobre la que se apoya simboliza la absoluta estabilidad de los principios, de los que emanan las leyes rectoras de los hechos. Estable él mismo sobre esta base inamovible, por su postura representa la vigilancia siempre atenta del hombre constantemente dispuesto a la iniciación actuante. Los 12 puntos que adornan el casco del emperador adepto significan claramente que ha sometido a su voluntad la virtualidad planetaria-
Haberse hecho consciente de las leyes de la creación psíquica individual, de la consecuencia causal inseparable del juego del pensamiento y del ejercicio de la voluntad, es ver con plena luminosidad lo que siempre ocultaron opacas tinieblas a los ojos del más grande ser humano.
Este fulgor ilumina la inextricable sed en medio de la cual el hombre debe moverse, y le permite orientar sus pasos con absoluto conocimiento del camino. Resueltamente puesto sobre este camino, elegido deliberadamente, sobre los obstáculos, previsibles por otra parte por medio de la meditación intuitiva y de las diversas prácticas reveladores, se resuelven en nada bajo la acción de una indefectible persistencia; que una serie de auxiliares dóciles le ayudan en la edificación de los planos trazados en relieve preciso y seguro en la pantalla astral; que la enérgica asiduidad de querer asegurar la mayor rapidez posible en las realizaciones<, y que una vez que se haya apropiado del objeto justo o arbitrario, de sus deseos, debe prepararse a recoger las consecuencias fastas o nefastas que exija su acción.
Como mensaje de año nuevo, recordémonos que los únicos pensamientos que importan son los de hoy. Los pensamientos de ayer o del año pasado ya no importan, porque nuestros si nuestros pensamientos de hoy son justos, todo se encontrará rectificado en este mismo momento. La mejor manera de prepararnos para mañana es hacer serenos y armoniosos los pensamientos de hoy. Todo lo bien que queramos, seguirá eso.
Kosmos
Concluirá...


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