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Página 3ª
Simbólicamente esta
carta representa la idea de generación. La Emperatriz aparece con alas lo que
simboliza la idea de la espiritualidad del principio animador de los seres, es
la personificación de la fecundidad universal. La corona con 12 estrellas,
representa el recorrido del sol que por año hace alrededor de la zona zodiacal
(el sol es emblema de poder creador).
Sostiene en una
mano un cetro terminado en un globo; lo que señala la acción perpetua sobre las
cosas nacidas y que deben nacer.
Aprisiona un águila
con su otra mano, símbolo de las alturas, que elevarse al nido del espíritu.
Simbolizando a la vez el hecho de que la idea de la creación sobre las regiones
superiores.
Esta mujer tiene a
sus pies la luna, qué significa la inferioridad de la materia y su dominación por
el espíritu.
“Una mujer sentada, revestida de sol, y la luna
a sus pies, y en su cabeza una corona de doce estrellas y estando encinta gritaba
con ansias de dar a luz, y sufrió los dolores de parto” (Apocalipsis de San
Juan).
Dejemos un momento
los símbolos y veamos lo que es lo que esta carta nos puede decir.
La unidad, para
hacerse acción, debe multiplicarse. Un principio indivisible inmóvil infecundo
sería la unidad muerta e incomprensible.
Si Dios no fuera
más que uno no sería Creador ni Padre. Si sólo fuera dos, habría en ello
antagonismo y división en el infinito, y esto sería la repartición o la muerte
de toda cosa posible.
Hay pues, necesidad
de tres para crear de si mismo y a su imagen la multitud infinita de los seres
y de los números.
Así es, realmente
inició en sí mismo y triple en nuestra concepción, lo que nos lo hace ver tan
triple en sí mismo, como único en nuestra inteligencia y en nuestro amor.
Esto es un misterio
para el creyente y una necesidad lógica para el iniciado en las ciencias
absolutas y reales.
Otro aspecto que
nos muestra esta carta se relaciona con:
El Pasado – El Presente – El
Porvenir.
El Presente en un
momento dado determina el Pasado y el Porvenir. Sin indicar el momento presente
no podemos separar y captar el pesado y el porvenir.
El Presente emana
del Pasado y el Porvenir; en el Pasado se muestra su lado relativamente pasivo,
deformado (es imposible cambiarlo) y en el futuro su lado activo.
La Providencia
ilumina el Presente con su luz.
La Humanidad rige
sobre el Porvenir de acuerdo con la ley de la libertad humana, con el auxilio
de un instrumento denominado “voluntad de la humanidad”.
La Naturaleza
sostiene el Pasado bajo la forma de destino. La Voluntad tiende a la creación
del Porvenir, pero se halla restringida por el Destino, que controla este
anhelo mediante el Pasado.
Si la Voluntad de
la Humanidad se aliara con la influencia iluminadora del Destino, la Historia
de la Humanidad tendría un carácter evolutivo.
La acción de la
voluntad (el mago) en la ciencia (la papisa) da como resultado una equilibrada
creación, es decir la acción que debe manifestar la voluntad unida a la
ciencia.
La ciencia oculta
nos dice que podemos relacionarnos con lo invisible.
Entre la
personalidad humana y el universo, constituidos uno y el otro por la misma
esencia cósmica parecidamente jerarquizada, existe una cuádruple relación, por
lo que se crea del macrocosmos al microcosmos y recíprocamente una serie
discontinua de acciones y reacciones.
El vehículo físico
del hombre ha de someterse a la luz del mundo material, pero esta ley está al
mismo tiempo a su disposición y a medida que descubre sus modos los comprende
y, poco a poco, acaba poniéndolos a su servicio.
En primer lugar,
sepamos que toda interrogante mental claramente formulada, lleva consigo una
inspiración recíproca.
Según se trate de
del orden inteligible o del orden fenoménico, la reacción llega de un plano o
de otro bajo las respectivas formas características. Por ej.: lo superior
contra la inferior y por el arte de transmutar, cambiar lo que no es deseable
en lo estimable, triunfando de esa forma.
Así, debe contarse
la semi sabiduría, que es locura, y que ignora la verdad de que:
“El dominio consiste, no en sueños anormales, omisiones y fantásticas
imaginaciones, sino en emplear las fuerzas superiores contra las inferiores,
escapando así a los dolores de los planos inferiores mediante la elevación de
los superiores.
“Recuérdese siempre que la concentración y no la negación presuntuosa es
el arma del maestro”
No vivimos en un
mundo de sueños, sino en un universo que, si bien es relativo, es real, por lo
menos en lo que concierne a nuestras vidas y obras.
Nuestra misión en
el universo no es negar su existencia, sino entenderlo, empleando sabiamente
sus leyes para ascender de lo inferior a lo superior. Viviendo y haciendo lo
mejor dentro de las circunstancias que surgen cada día y viviendo todo lo
posible , nuestras más elevadas ideas e ideales.
Por último estar
carta no entrega la siguiente clave: afirmar lo que es verdad y querer lo que
es justicia, ya que crear o afirmar lo contrario es entregarse a su propia
destrucción.
Resumen: La
voluntad humana (1) ilustrada por la ciencia (2) y manifestada por la acción
(3)…
Página 4ª
Simboliza la obra
acabada. Esta carta es El Emperador, cuya gran ley de cuatro, es el alfa y
omega de todo.
He aquí al
emperador en un alto trono de piedra, que está decorado con cuatro cabezas de
carnero. Un yelmo de oro refulge en sus sienes, su barba blanca cae sobre su
manto púrpura. En una mano sostiene una esfera, símbolo de sus posesiones, y en
la otra un cetro en forma de cruz, signo del poder sobre el nacimiento.
He aquí lo que la
carta nos dice:
“Yo soy el nombre de Dios. Las cuatro letras de su nombre están en mí y
yo estoy en todo.
“Yo estoy en los cuatro principios, yo estoy en los cuatro elementos, yo
estoy en las cuatro estaciones, yo estoy en los cuatro cuartos de la tierra, yo
estoy en los custro signos del tarot. Yo soy la acción, la resistencia, la
consumación y el resultado.
“Para aquel que conoce el camino para verme, no hay misterios en la
tierra.
“Como la tierra tiene fuego, agua y aire, como la cuarta letra del
nombre tiene las primeras tres y ella misma se convierte en la primera, así el
cetro tiene el triángulo completo y lleva en si el germen de un nuevo
triángulo.”
Quien tiene oídos
para oír y ojos para ver, se encontrará ante un resplandor que penetra todo, y
luz y fuego.
Existen en la
naturaleza dos fuerzas que producen un equilibrio, no produciendo las tres más
que una sola ley.
He aquí el ternario
resumiéndose en la unidad y agregando la idea de la unidad a la del ternario,
se llega al cuaternario, primer número cuadrado y perfecto, manantial de todas
las combinaciones numéricas y principio de las formas.
Afirmación –
Negación – Discusión – Solución: tales son las cuatro aplicaciones filosóficas
del espíritu humano. La discusión concilia la negación con la afirmación,
haciéndolas necesarias la una a la otra.
Por esta causa el
ternario filosófico, al producirse el binario antagónico, se completa por el
cuaternario.
En Dios, según el
dogma consagrado, hay tres personas, las cuales no son más un solo Dios. Tres y
uno dan la idea de cuatro, porque la unidad es precisa para explicar los tres.
Así, en casi todos
los idiomas el nombre de Dios consta de 4 letras, y estas en hebrero no hacen
más que tres, porque una se repite, la que manifiesta al Verbo y la creación
del Verbo.
Esta carta nos
invita a adentrarnos en las extrañas revelaciones de cómo por ejemplo la
palabra perfecta, la que es adecuada al pensamiento que manifiesta, contiene
siempre, virtual o supuestamente, un cuaternario, la idea y sus tres formas
necesarias y correlativas, y también la imagen de la cosa manifestada con los
tres términos de juicio que la califican. Cuando yo sigo si el ser existe,
afirmo implícitamente que no existe la nada.
Existen en la
naturaleza y movimientos producidos por dos fuerzas que se sostienen una a otra
por su tendencia en sentido contrario. Ahora bien, la ley que rige o base de
los cuerpos es análoga y proporcionada a la que gobiernan a los espíritus, y
esto es la manifestación también del secreto de Dios, es decir, del misterio de
la creación.
Supongamos un reloj
con dos resortes paralelos, con un engranaje que lo haga mover y maniobrar en
sentido contrario, de manera que al detenerse uno apriete al otro; el reloj así
contenido se dará cuerda por sí mismo, y habremos hallado el movimiento
perpetuo o continuo. Cuando alguna persona lo haya descubierto, podrá
comprender por analogía todos los secretos de la naturaleza: “el progreso en
razón directa con sus existencia”.
El movimiento
absoluto de la vida es también el resultado continuo de dos tendencias
contrarias, que no se encuentran jamás en oposición. Cuando una parece ceder a
la otra, es un resorte que toma fuerza y seguramente podemos esperar y confiar
en una reacción, de la que es muy posible prever el momento y hasta determinar
el carácter.
Esta carta nos
señala que una cosa puede ser causa de otra, esto es, ser la primera creadora
de la segunda. Un suceso o acontecimiento es lo que viene, llega u ocurre como
consecuencia o resultado de acontecimiento o evento anterior. Lo importante de
todo esto es llegar a elevar la mente como para ponernos en contacto con los
poderes superiores de nuestra propia naturaleza, para dominar las propias
modalidades, caracteres, cualidades y polaridades, así como el medio ambiente
que nos rodea, cuando causas en lugar de efectos.
Uno de los emblemas
del emperador es una cruz que sostiene en una de sus manos. Esta es la cruz
filosófica clave de las profecías y que puede abrir todas las puertas de la
ciencia. ¿No se forma la vida humana con estas fases o transformaciones
sucesivas? Nacimiento, vida, muerte e inmortalidad.
La muerte no puede
ser un fin absoluto, así como el nacimiento no puede ser un comienzo real. El
nacimiento prueba la preexistencia del ser humano, puesto que nada puede producirse
de nada y la muerte prueba la inmortalidad, ya que el ser no puede cesar de
ser, al igual que la nada no puede cesar de nos ser.
Ser y nada son dos
ideas absolutamente inconciliables, con la siguiente diferencia: que la idea de
la nada (idea completamente negativa) emana de la idea misma del ser, en lo que
la nada ni siquiera puede ser comprendida como una negación absoluta, en tanto
que la idea del ser no puede nunca aproximarse a la nada, desde muy lejos que
se tome.
Decir que el mundo
ha salido de la nada, es proferir un monstruoso absurdo. Todo lo que es procede
de lo que era; por consecuencia, nada de lo que es podría jamás dejar de serlo.
La sucesión de
formas se produce por las alternativas del movimiento; estos son fenómenos de
la vida que se reemplazan unos a otros sin destruirse. Todo cambia, pero nada
perece.
Pero dejemos esta
alta filosofía que encierra esta carta por algo más terreno. Las nociones
fundamentales del ocultismo expresan y precisan, a los ojos del adepto, el
sentimiento de su íntima correspondencia con el universo y le revelan la ley de
influencia externa del psiquismo individual.
Determinado en el
momento presente por sus antecedentes, de los que deriva su posición frente al
maquinismo cósmico, el hombre de ahora en adelante que gira por sí mismo los
elementos de su futuro. Los irá generando automáticamente por la resonancia
causal de su propia voluntad y de su pensamiento, ya que, a medida que el hilo,
tenue o grueso, de sus estados de conciencia se desenredan, comunicarán sus
impulsos alternativamente a la luz astral, a la esencia psíquica y más o menos
siempre se dejarán sentir en la esfera espiritual.
Este símbolo no
señala por su verbo interior, cada uno puede influir en los diversos elementos
preformadores de lo inminente concreto.
Evoca y con conjura
sin espada templada bajo ninguna constelación ni varita mágica ritual, a las
verdaderas potencias que le favorecen o le perjudican y, a veces, le
esclavizan. El instrumento mental del ser humano (el que impera, el emperador)
es un centro activo de movilización y gestión de los poderes cósmicos.
Pero, ¡cuidado!...
en la medida en que su voluntad sea arbitraria, tendrá que sufrir el ser humano
las consecuencias de las mismas causalidades que el invocó: “Le será devuelto el
equivalente de lo que indecisa y desordenadamente exigiera.”
El emperador (el
ser) ¿piensa e invoca luminosamente, bajo la influencia de los sentidos propios
de su psiquismo, con pleno asentimiento a la verdad, la justicia y la rectitud?
Entonces emana de su verbo conforme al verbo del Cosmos, un fuerte poder
derivado de la total adhesión al del Altísimo. Es entonces, un santo, un genio
o un mago.
Pero ay de aquel
que es emperador y piensa y ruega a ciegas con el alma obscurecida e incendiada
por el torbellino de sus apetencias o de las pasiones; si se limita, como
hipnotizado, a satisfacer las solicitaciones de su naturaleza inferior,
entonces se condena al papel de intermediario y receptáculo inconsciente de las
fuerzas de la fatalidad. Esclavizada su alma, obedece pasivamente al ritmo de
las apetencias e irradia su encadenamiento a las correlativas consolidadas.
Es el caso del
emperador que se transforma en un brujo de la magia negra o hechicero.
Sensitivo y a la vez dotado de intensa pasionalidad, pero cerrado a las luces
morales, ansía malgastar los poderes del mago. Sustituye la ciencia más elevada
inaccesible para él, por el oscuro empirismo del libro de conjuros.
Sin la más mínima
noción de ocultismo cada uno experimenta en sí mismo inconscientemente las
leyes de la magia (entiéndase por magia la voluntad proyectando los
pensamientos hacia lo más positivo o hacia los más negativo). Entre los
pensamientos que recorren el espíritu, unos son frutos de las sensaciones
físicas, otros experiencias de impresiones y emociones nacidas del principio
astral y algunos se elaboran en el centro espiritual, y lo hay que provienen de
fuera, representativas de influencias magnetizadas antes o sugeridas por seres
invisibles. Acaba todos en actos de voluntad espontáneos o reflejos cuya
potencia es comparable a su intensidad y persistencia. Los impulsivos, cuyas
facultades dirigentes están dormidas y se dejan llevar siempre por la
espontaneidad, accionan ciegamente al plano hiperfísico e imponen a los
acontecimientos su propia inconsecuencia. Siembran el desorden y recogen la
desgracia.
En tanto que el hombre se mueva pasivamente por los impulsos
anteriores o por solicitaciones de fuera, debe considerarse desprovisto de
control sobre los fenómenos que puedan derivarse. Una serie inflexible de leyes
causales lo moverán a semejanza de un barco cuyo piloto duerme. Para sustraerse
a este deriva es necesario que el piloto - la voluntad reflexiva - permanezca
despierta atenta y vigilante.
Sin embargo, no hasta querer, deliberada y juiciosamente sino
decididamente y sin tregua, ya que de lo contrario los remedios serían tardíos
y, de hecho, poco efectivos y la dirección insegura. Sin el timón sólidamente
amarrado no hay dirección segura; sin una propulsión continuada es imposible el
avance.
No hay que olvidar cosas exteriores no son sino la expresión
o el presionar hacia afuera nuestros
pensamientos y creencias internas. Encontramos también que como “emperadores”
tenemos el dominio o poder de guiar a voluntad el curso de nuestros
pensamientos, por lo cual indirectamente somos nosotros quienes hacemos
nuestras vidas conforme a la índole de nuestro pensar.
Por el poder que emana de esta carta nos elevamos hasta el “gran
código cósmico” y leemos en él la gran ley del universo qué dice: “lo que
llevamos en nuestra mente es la causa determinante de nuestra experiencia, cómo
lo de dentro, así es lo de afuera.”
No podemos pensar en una cosa y producir otra. Si queremos
tener “control” sobre las circunstancias que nos rodean, para hacerlas
armónicas, tenemos primero que hacer armoniosos a nuestros pensamientos, y
entonces lo exterior tomará el mismo cariz.
Aprendiendo a pensar voluntariamente y de una manera juiciosa
que necesariamente el determinismo primitivo, se escapa a las fatalidades bajo
cuya estrella se ha nacido.
En síntesis, el Emperador, el cuarto naipe del Tarot es el
iniciado vencedor de las dificultades. La piedra cúbica sobre la que se apoya
simboliza la absoluta estabilidad de los principios, de los que emanan las
leyes rectoras de los hechos. Estable él mismo sobre esta base inamovible, por
su postura representa la vigilancia siempre atenta del hombre constantemente
dispuesto a la iniciación actuante. Los 12 puntos que adornan el casco del
emperador adepto significan claramente que ha sometido a su voluntad la
virtualidad planetaria-
Haberse hecho consciente de las leyes de la creación psíquica
individual, de la consecuencia causal inseparable del juego del pensamiento y
del ejercicio de la voluntad, es ver con plena luminosidad lo que siempre
ocultaron opacas tinieblas a los ojos del más grande ser humano.
Este fulgor ilumina la inextricable sed en medio de la cual
el hombre debe moverse, y le permite orientar sus pasos con absoluto
conocimiento del camino. Resueltamente puesto sobre este camino, elegido
deliberadamente, sobre los obstáculos, previsibles por otra parte por medio de
la meditación intuitiva y de las diversas prácticas reveladores, se resuelven
en nada bajo la acción de una indefectible persistencia; que una serie de
auxiliares dóciles le ayudan en la edificación de los planos trazados en
relieve preciso y seguro en la pantalla astral; que la enérgica asiduidad de
querer asegurar la mayor rapidez posible en las realizaciones<, y que una
vez que se haya apropiado del objeto justo o arbitrario, de sus deseos, debe
prepararse a recoger las consecuencias fastas o nefastas que exija su acción.
Como mensaje de año nuevo, recordémonos que los únicos
pensamientos que importan son los de hoy. Los pensamientos de ayer o del año pasado
ya no importan, porque nuestros si nuestros pensamientos de hoy son justos,
todo se encontrará rectificado en este mismo momento. La mejor manera de
prepararnos para mañana es hacer serenos y armoniosos los pensamientos de hoy.
Todo lo bien que queramos, seguirá eso.
Kosmos
Concluirá...
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