Para especificar un poco más la temática a encontrar podríamos agregar el subtítulo:
"Breve análisis del Primer Septenario de los Arcanos Mayores del Tarot."
La autoría corresponde a Kosmos S. I. I (Orden Martinista), y lo entregó como un legado póstumo este Hermano, a quien tuve la suerte y la dicha de conocer y recoger parte de su enseñanza.
Espero les agrade, recuerden esto es sólo la primera parte....
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Existe la idea de un conocimiento que sobrepasa todo
conocimiento humano ordinario y que es inaccesible a la gente común pero que
existe en alguna parte y pertenece a alguien, penetra la historia entera del pensamiento
y de la humanidad desde las épocas más remotas.
Este conocimiento es denominado “conocimiento oculto”. La
palabra, el concepto, la idea, la expectativa, existen, pero no en formas
concretas, definidas de percepciones mezcladas con esta idea. Y la idea misma
tiene que ser desenterrada muy frecuentemente con gran dificultad del fondo de
montaña de mentiras, tanto creadas con intención como sin ella, de engaños y
autoengaños, y de intentos ingenuos de presentar en forma inteligibles tomadas
de la vida ordinaria, lo que en su propia naturaleza no pueda tener parecido
alguno con ella.
La humanidad ante la idea del conocimiento le recuerda a
uno las gentes en los cuentos de hadas a quienes alguna diosa, hada o mago,
promete darles todo lo que ellos quieran con la condición que digan
“exactamente” que es lo que quieren y,
generalmente, en los cuentos de hadas las personas no saben que pedir y vemos
que se siente perdidas irremisiblemente cuando se encuentran ante la pregunta
de qué es lo que desean y de lo que les gustaría tener.
Ante el conocimiento oculto acurre algo semejante y esto
no parece preocupar mucho a la gran masa humana ensoberbecida ante el aparente
poder de la humanidad sobre la naturaleza.
Solamente la enfermedad, la desgracia y la muerte vienen
ocasionalmente a enseñarle humildad, y el ser humano que en medio de su
soberbia se cree amo y señor del universo agacha la cabeza tan abrumado e
impotente como el hombre primitivo ante la furia de los elementos.
Solamente en esos momentos medita en la vida y se
interroga a sí mismo: ¿Qué es la vida? ¿Por qué Dios es tan injusto? ¿Quién soy
yo? ¿De dónde vengo? ¿A dónde voy? ¿Por qué todos tenemos que morir? ¿Acaso no
existe la felicidad?
Algunos, demasiado materialistas o demasiados perezosos
para pensar, se conforman atribuyendo todo a la casualidad,
Las religiones tratan por todos los medios posibles de
brindar consuelo a través a través de los diferentes dogmas a los cuales se le
atribuye origen divino.
El individuo viene desorientado y atemorizado ante el
mañana. A fin de paliar el desconcierto y la angustia que le produce la visión
de un mundo aparentemente caótico, injusto y sujeto a la casualidad, se rodea
de progresos materiales, lujos y diversiones. A través de la vida social, las
fiestas y las amistades, procura olvidar su vacío espiritual y cierra sus ojos
ante el terrible espectáculo de la vida.
Las personas tienen
conciencia de estar rodeadas por la muralla de lo desconocido y al mismo
tiempo cree que puede atravesar la muralla y que otros han atravesado; pero no
puede imaginarse, o lo imagina muy
vagamente que es lo que haber detrás de esa muralla. No sobre lo que le
gustaría encontrar ahí o qué es lo significa poseer “conocimiento”, ni siquiera
se le ocurre que una persona pueda mantener distintas relaciones con lo
desconocido.
Y lo desconocido, llamado también “ocultismo” tiene un
doble significado. O bien es conocimiento secreto en el sentido que es
conocimiento guardado en secreto, o conocimiento del secreto, es decir, de los
secretos vedados a la humanidad por la naturaleza.
La idea del círculo interno de la humanidad o la idea del
esoterismo tiene muchos aspectos diferentes:
a)
La
existencia histórica es esoterismo, es
decir, del mismo círculo interno de la humanidad, y la historia y origen del
conocimiento que posee
b)
La
idea de la adquisición de este conocimiento por los seres humanos, es decir, la
iniciación y “las Escuelas”.
c)
La
posibilidad psicológica conectada con esta idea, es decir, la posibilidad de
cambiar las formas de percepción, e ampliar la capacidad de conocimiento y
entendimiento, ya que los medios intelectuales ordinarios son considerados como
inadecuados para la adquisición del conocimiento esotérico.
La idea del esoterismo nos habla del conocimiento que ha
sido acumulado por docenas de miles de años, y que a sido transmitido de
generación en generación dentro de pequeños círculos de iniciados.
Este conocimiento a menudo se refiere a esferas que o han
sido tocadas por la ciencia.
Con el objeto de adquirir este conocimiento oculto del
mismo modo que el poder que da el hombre debe pasara a través de difíciles
preparaciones preliminares, pruebas y un largo trabajo, sin lo cual es
imposible asimilar este conocimiento y aprender a usarlo.
El ocultismo es la ciencia máxima y sagrada que enseña a
vivir sabiamente por medio del correcto empleo de las fuerzas de la naturaleza.
Lo esotérico es el estudio del hombre y de las leyes de
la naturaleza, y de la forma como estas actúan e influyen en el ser humano.
Se le llama también ocultismo porque es una ciencia que
está oculta a la humanidad pasional, egoísta, vengativa y esclava de sus deseos
materiales.
Las Escuelas Esotéricas están ocultas a los ojos de la
humanidad ordinaria; pero su influencia ha actuado ininterrumpidamente en la
historia, y tiene la finalidad de ayudar, cuando esto es posible, a las razas
que ha caído en un estado bárbaro de cualquier clase, para salir de ese estado
y a entrar en una nueva civilización o en una nueva vida y esa es la misión de
una de esta escuelas: el Martinismo.
El esoterismo es remoto e inaccesible, pero todo hombre
que sepa o que sospecha de la existencia
de él, tiene la oportunidad de tener acceso a una escuela o puede esperar
conocer personas que le ayuden y le enseñen el camino
Las personas que pertenecen a alguna escuela iniciática,
cuando aparecen ante la gente común, siempre usan una máscara a través de la
cual muy poca gente puede verlas.
El conocimiento esotérico puede ser dado sólo a aquellos
que buscan, que han estado buscándolo
con cierta intensidad de conciencia.
Las palabras esoterismo y ocultismo provocan
inmediatamente unas reacción negativa de parte del que las escucha, ya que
estos términos han pasado a constituir una sinónimo de “magia”, “brujería”,
“demonología”, “satanismo”, etc.
Ha contribuido poderosamente a formar esta idea la
fantástica y abundante literatura que existe sobre el tema englobada bajo la
clasificación de “ciencia ocultas”.
Estos LIBROS han sido escritos en su mayor parte por
individuos vanidosos que jamás llegaron a tener contacto con el verdadero y
sagrado ocultismo y que solamente han estudiado fragmentos de su parte
esotérica a través de otros libros igualmente fantásticos e irreales.
Pero, entremos en materia. Hay una innata predisposición
en nosotros a considerar el mundo sensible y la integridad cósmica a través del
misticismo, cuyos conceptos codifica la ciencia oculta.
Quienes presentimos tras cualquier fenómeno, la invivible
serie de sus causalidades rectoras, comprenderemos inmediatamente que han sido
nuestras habituales cavilaciones las que nos han reunido en este lugar.
A menudo son imprecisas fantasías las que ponen a los
predestinados en la senda de la iniciación; imprecisas fantasías donde se
entrevé la idea de una “relación” que une la intimidad pensante y volitiva del
hombre con la vida y la inteligencia universales.
Para los que así se ven asediados, deslumbrados,
oscurecidos incluso extraviados, por los primeros rayos de este amanecer
espiritual, pronto se les abrirán la puerta del santuario.
El ocultismo afirma esta “relación”. Sólo es necesario
indicar sus bases individuales.
El símbolo habla a las almas de espiritualidad mejor que
las palabras. La ciencia oculta los utiliza de buen grado porque permite
condensar en una sola figura toda la gama de nociones relativas a un mismo
objeto.
El jeroglífico abunda en los escritos herméticos porque
atrae y polariza la meditación del
discípulo que es transportado de este modo al verdadero camino donde se oculta
el secreto que deberá descubrir.
El primer paso en el ocultismo es el estudio de los
mundos invisibles. Los cuales son invisibles para la mayoría de los seres
humanos debido a que los sentidos sutiles y elevados, por los cuales pueden
percibirse, están dormidos.
El que el hombre ciego no pueda ver ni el color ni la luz
no es argumento contra su existencia y realidad. Ni es tampoco argumento de por
qué la mayoría de los hombres no pueden ver los mundos suprafísicos.
Si el ciego recobra su vista, verá la luz y el color. Si
los sentidos superiores, de los que actualmente son ciegos para los mundos
suprafísicos, se despiertan por medios apropiados, podrán ver también mundos
que ahora están ocultos para ellos.
Hay que tener presente que quien decide investigar y
observar los mundos superiores, la descripción de estos será hecha en base a su punto de vista. El relato que uno
haga puede diferir del que hagan otros, pero todos serán igualmente verídicos
desde el punto de vita del observador individual.
Para comprender el mundo físico, que es el mundo de los
efectos, es necesario comprender el mundo suprafísico, que es el mundo de las
causas.
En cuanto a la realidad de los mundos superiores
comparada con la del mundo físico por extraño que parezca, esos mundos que para
la mayoría son como mirajes, o por lo menos, menos substanciales, son, en
verdad, mucho más reales y los objetos que en ellos se encuentran son mucho más
permanentes e indestructibles que lo objetos del mundo físico.
El estudiante de estas disciplinas acepta que el universo
se divide en siete mundos o estados de materia diferente, como sigue:
1)
El
Mundo de Dios
2)
El
Mundo de los Espíritus Originales
3)
El
Mundo del Espíritu Divino
4)
El
Mundo del Espíritu de Vida
5)
El
Mundo del Conocimiento
6)
El
Mundo del Deseo
7)
El
Mundo Físico.
El
Mundo Físico
En este mundo, el nuestro por ahora, la materia está
sujeta a la gravedad, contracción y dilatación, a los factores de distancia y
tiempo y a lo que los materialistas denominan y reconocen como los tres estados
de la materia: sólido, líquido y gaseoso.
Estos estados de materia son todos químicos porque
derivan de los componentes de la tierra. Así todos los cuerpos están compuesto de las mismas sustancias
químicas y forman:
·
Minerales
·
Vegetales
·
Animales
Lo que determina las múltiples variedades de cuerpos y
formas. Es el Espíritu Uno universal, el Todo, expresándose a sí mismo en el
mundo visible.
Se expresa en la variedad de formas de los “Reinos”:
·
Mineral
·
Vegetal
·
Animal
·
Humano
Pero, antes que nada, ¿Qué es la materia? ¿Qué entendemos
por tal? Materia es una forma de energía, es decir, un modo de ser del Todo que
nace de la energía por condensación o concentración, y a la energía vuelve por
disgregación, después de haber recorrido una serie evolutiva de formas cada vez
más complejas y diferenciadas. Luego: la materia es energía concentrada y la
energía la materia disgregada.
Así, la ciencia moderna ha comprobado que todo lo que
llamamos materia y energía no es más que “modos” de movimiento vibratorio y
algunos de los más avanzados hombres de ciencia se están encaminando
rápidamente hacia el punto de vista que los ocultistas tienen sobre los
fenómenos de la mente: simples modos de vibración o movimiento.
La ciencia dice que toda materia manifiesta, en algún
grado, las vibraciones producidas por la temperatura o el calor.
Esté un objeto frío o caliente (ambos no son más que
grados de la misma cosa) manifiesta ciertas vibraciones calóricas y en ese
sentido está en vibración o movimiento.
Todas las partículas de la materia están siguiendo un
movimiento circular, lo mismo los corpúsculos que los astros.
Los planetas giran en torno de un sol y muchos de ellos
también giran en torno a sus propios ejes.
Los soles a su vez, giran en torno de puntos centrales
mayores, y a la vez estos giran también alrededor de otros todavía más grandes,
y así sucesivamente hasta el infinito (MACROCOSMOS).
Las moléculas de que se compone cualquier clase de
materia están en constante vibración, moviéndose unas en torno de otras, y
también unas contra otras.
Las moléculas están compuestas por átomos, lo que, como
aquellas, también están en constante movimiento o vibración.
Y el átomo que es un MICROCOSMOS
o un sistema solar en miniatura, no es otra cosa que “la forma” del movimiento,
ya que están compuestos por corpúsculos llamados electrones, iones y por una
partícula última llamada “monada” los que también están en un estado de
rapidísima moción, girando unos en torno de otros, con diversas modalidades
vibratorias, y de esta manera toda materia manifiesta movimiento o vibración.
En síntesis, se dice que la materia es forma cinética
(atómicamente hablando) o “forma de movimiento”, ya que la luz, el calor, el
magnetismo y la electricidad no son más que formas de movimiento vibratorio
relacionado de alguna manera con el Éter,
probablemente emanando de él.
El estudiante de lo oculto que llegue a relacionarse
ligeramente con los reinos superiores ha de tener mucho tacto y cuidado para no
adquirir el hábito de menospreciar este mundo físico. Tal actitud es tan
errónea como la la del materialista.
Los grandes y sabios seres que ejecutan la voluntad y
designios de Dios nos han sido colocados en este mundo físico para que
aprendiésemos grandes e importantísimas lecciones, las que no pueden aprenderse
bajo otras condiciones.
En u sentido, el mundo físico es una especie de escuela
modelo o un laboratorio de experimentación, para enseñarnos a trabajar
correctamente en los otros, ya sea que conozcamos o no su existencia, lo que
prueba la gran sabiduría de los creadores de ese plan.
Si no conociéramos más que los mundos superiores,
cometeríamos muchos errores, los que se harían patentes cuando las condiciones
físicas se manifestaran ante nuestros ojos.
Y en este mundo físico es indispensable empezar a saber y
conocer lo que nos rodea y lo que somos en esencia.
El
Hombre
¿Quién es ese ser, que ora se eleva a las cumbres más
excelsas de la bondad, el amor y el sacrificio, o se degrada en las simas más
profundas de la animalidad y el mal?
El ser humano es hombre y animal al mismo tiempo y entre
estas dos tendencias: la bestial y la divina, el yo se debate en una permanente
y continua fluctuación.
Veamos el problema bajo el punto de vista esotérico:
Representemos a la individualidad humana, como símbolos
se entiende, bjo el aspecto de un toro, un león, un águila y un ángel.
Haciendo coincidir estos símbolos son el aspecto
vegetativo, el animismo emocional, el pensamiento especulativo y el
conocimiento intuitivo, observamos que cada uno de ellos es una entidad.
Así existen cuatro clases de personas respectivamente
caracterizados por el predominio de los apetitos materiales y de las tendencias
emocionales, de la inteligencia racional y del vuelo idealista.
Tomando en
conjunto estos aspectos afirmaremos la coexistencia en nuestra personalidad de
un organismo manifestado por la sensación, de otros dos principios donde se
elaboran la emoción y la vida, y de un cuarto elemento, en fin, de naturaleza
más elevada, más angélica, por medio del cual el absoluto puede llegar a
hacérsenos inteligible.
¿Pero, que es aquello que marca las diferencias de grado
en todo esto?
La respuesta es: la consciencia, mientras más consciente
sea un individuo más distanciado estará del animal y viceversa.
Este nivel consciente está determinado por la capacidad
del ser humano de existir y actuar libre de automatismos psíquicos.
Miremos al ser humano como individuo y como colectividad,
en sus leyes y progresos: contemplemos el porvenir que le aguarda, en el
instante decisivo de su actual maduración biológica más elevada.
Coloquémonos frente al gran espejo cósmico y mirémonos en
él. ¿Qué observamos? Observamos al Prometeo luminoso en nuestro rostro, un
gesto dominador, como también la expresión prepotente de un psiquismo interior.

Ese rostro de Prometeo luminoso, es la única luz en las
espesas tinieblas, henchidas de sombras y terrores, de dolores y delitos.
Tomémonos de ese rostro y penetremos en el pasado para conocer el presente y
descorrer el velo del porvenir.
Proyectémonos a un libro oculto de sabiduría a partir de
nosotros mismos, el hombre y así consideremos a nuestros hermanos o iguales y a
los dioses.
Este libro consta de 2 capítulos: el primero de 22
páginas y el segundo de 56 páginas.
Conociendo el primer capítulo no tendremos problemas en
comprender el segundo.
KOSMOS S.I.I.
Continuará...
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