viernes, 30 de diciembre de 2011

EL EGRÉGOR (i)

Un conjunto de personas que tienen objetivos comunes y mantienen ciertas relaciones internas entre sí, constituyen un grupo. Si este grupo se reúne regularmente inspirado en estos objetivos, va formando poco a poco un sentimiento grupal.

Este sentimiento o “espíritu” grupal está formado por la suma de los pensamientos, deseos, ideales, sentimientos, etc. de los integrantes de ese grupo. Si el grupo se reúne y trabaja en forma sistemática, esta “forma” grupal va adquiriendo fuerza y vitalidad. Comienza a hacerse tan real que puede ser sentido de alguna forma por los integrantes. Este sentimiento grupal adquiere así una característica definida. De allí que podamos denominarla "forma" grupal. Cada integrante aporta algo de su energía "psíquica" para su formación y esta forma adquiere así entonces existencia.

Se produce una interacción entre esta “forma” y los integrantes. Cada miembro del grupo la alimenta con sus pensamientos y deseos y a la vez se estimula por la presencia de este sentimiento grupal.

Las características de esta forma grupal serán más o menos positivas o negativas según los pensamientos y deseos de los integrantes. Cuando un nuevo miembro se incorpora al grupo, se sentirá más o menos cómodo en él según sea su modo de pensar y sentir. Si su manera de ser está en general concorde con el espíritu grupal, se sentirá bien. Si no es así, deberá adaptarse o irse.

En los grupos con objetivos espirituales esta forma puede adquirir nuevas e importantes características.

Si sus directivos tienen los objetivos bien claros y definidos; si tienen siempre presentes los principios de la organización a la cual pertenecen; si tienen en cuenta las leyes universales; y si actúan conforme a todo esto; entonces podrán hacer un trabajo consciente para la creación de una forma grupal que reúna las siguientes características:

1. Estar provisto solamente de cualidades y pensamientos positivos (evolutivos); y
2. Estar conectado con las jerarquías superiores o con formas superiores más altamente evolucionadas.

Esta forma se conoce en esoterismo come "egrégor“.

Su conexión con formas más evolucionadas permite “energizar” más fuertemente sus aspectos positivos y servir además de “puente” o de “antena” que permite a los integrantes de ese grupo (y especialmente a sus directivos) obtener inspiración para su trabajo espiritual, a la vez permite cautelar los ideales y a los integrantes del grupo. En este caso resulta ser el todo mayor que la suma de sus partes.

El egrégor tiene un origen mental. Es "materia" mental que se ha organizado y se le ha dado una forma definida, análogamente como al fabricar un objeto físico obtenemos materia física y la organizamos, le damos forma y la delimitamos otorgándole entonces una cualidad y utilidad nueva.

Además el egrégor se reviste de una forma astral y etérica. Su parte física está compuesta por todos los integrantes del grupo.

Al egrégor se le puede “alimentar” de tres maneras:

1. Por un trabajo diario de meditación profunda y elevada del organizador del grupo espiritual;
2. Por el trabajo colectivo aunado y simultáneo (especialmente si es por medio de un ritual); y
3. Por la toma de consciencia de cada integrante del grupo de los principios que inspiran la organización, su meditación y acción acorde con ellos.

Si el egrégor tiene las características señaladas y es alimentado de la forma indicada, se constituye en un poderoso agente vitalizador del grupo que le asegura una existencia larga y una constante inspiración para cada uno de sus miembros.

ALV

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(i) Del griego “egregoroi” que significa velar, y también del latín “ e de gregis”, que significa multitud rebaño, reunión.

1 comentario:

Anónimo dijo...

EXCELENTE INFORMACION