A propósito del tema tratado, si bien es cierto ya he publicado en mi blog otros cuantos escritos respecto a la Iniciación, considero que ésta es la piedra angular de toda la enseñanza de la Tradición tanto occidental como oriental, por lo tanto nunca puede ser suficiente leer más ideas al respecto.
Como información adicional les entrego la tabla de contenidos completos de la obra citada en esta ocasión.
1.- ¿Qué es la iniciación? - 2. Potencialidad: el sujeto de la iniciación. - 3. Virtualidad I: la Tradición iniciática en occidente. - 4. Virtualidad II: el proceso de la iniciación. - 5.Actualidad: el trabajo "pre" y "post" iniciático. - Bibliografía.
Que disfruten.
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La palabra Iniciación tiene, en este
momento, una pluralidad de contenidos que van desde los más fenomenológicos de
los antropólogos e historiadores de las religiones, a los más metafísicos de
los autores tradicionales, pasando por las versiones psicologistas, religiosas
u ocultistas de otros.
La pretensión de establecer «a
priori» una única definición corre el riesgo cierto de empobrecer el concepto,
ofreciendo una visión forzosamente unilateral del mismo. Nos ha parecido más
enriquecedor empezar ofreciendo una pluralidad de aproximaciones, para
intentar, después, resaltar los aspectos que consideramos más relevantes a
nuestro propósito.
Todas las definiciones que se recogen
a continuación, nos muestran aspectos de una realidad que, en su totalidad, es
inabarcable por el hombre profano.[i]
Es posible que todas ellas sean
parciales, pero en conjunto nos ofrecen un material para la reflexión, la
meditación, la contemplación, que puede hacer saltar la chispa intuitiva que
nos permita una realización del concepto.[ii] Y
sigue siendo válido el Consejo de San Pablo: «Examinadlo todo y quedaos con lo bueno». (1 Tesalonicenses 5,21).
Poco importa que algunos de los
autores citados parezcan hablar de algo de lo que son meros espectadores y que
no corresponde a una experiencia personal. Es frecuente, en la transmisión del
pensamiento tradicional, cuando se realiza a través del símbolo, del mito y del
folclore, que la transmisión sea tanto más fiel cuanto menos entiende el que
hace de portador, si éste no tiene una especial cualificación; pues menos
riesgo se corre de que tiña la información de sus propios pre-juicios.[iii]
1.1 Definiciones de la Iniciación[iv]
La iniciación constituye uno de los
fenómenos espirituales más significativos de la historia de la humanidad. Es un
acto que no pone en juego sólo la vida religiosa del individuo:... pone en
juego su vida total.[v]
La palabra iniciación deriva de dos
palabras latinas: in en, ire ir; por lo tanto, es la iniciación
de un comienzo o la entrada en algo. Significa, en su más amplio sentido, la
entrada en la vida espiritual o en una nueva etapa de esa vida.[vi]
¿Qué es exactamente la iniciación? La
raíz misma de la palabra significa «empezar», «comenzar de nuevo». La
iniciación es así el principio de una nueva fase o actitud hacia la vida, la
entrada a un tipo de existencia completamente nuevo. Su característica es la de
abrir la mente a una experiencia de otros niveles de conciencia, tanto internos
como externos. Y, por encima de todo, «iniciación» significa «crecimiento
espiritual», un punto clave en el espacio de la vida humana. [vii]
Iniciar quiere decir abrir la puerta
del misterio.[viii]
No puede haber religión sin ritos,
sin mitos, sin símbolos y, posiblemente y ante todo, sin una iniciación, el rito
mediante el cual nace el individuo a los mitos y a los símbolos de la comunidad
religiosa.[ix]
La iniciación, como acceso a lo
sagrado, aparece sobre todo en los niveles culturales elementales.[x]
El misterio de la iniciación descubre
poco a poco al neófito las verdaderas dimensiones de la existencia, introduciéndolo
en lo sagrado; la iniciación le obliga a asumir su responsabilidad de hombre.[xi]
Por iniciación se entiende un
conjunto de ritos y enseñanzas orales que tienen por finalidad la modificación radical
de la condición religiosa del sujeto iniciado.[xii]
Filosóficamente hablando, la
iniciación equivale a una mutación ontológica del régimen existencial. Al final
de las pruebas el neófito goza de una vida totalmente diferente a la que tenía
antes de la iniciación: se ha convertido en otro.[xiii]
El iniciado se transforma en otro
hombre por haber tenido una revelación religiosa acerca del Mundo y de la existencia.[xiv]
De capital importancia en las
sociedades tradicionales, la iniciación es prácticamente inexistente en la
sociedad occidental de nuestros días.[xv]
A la ciencia tradicional es a la que
van a tener acceso los novicios. Instruidos durante largo tiempo por sus
tutores, asisten a ceremonias secretas, soportan una serie de pruebas, siendo
éstas, sobre todo, las constitutivas de la experiencia de la iniciación: el
encuentro con lo sagrado.[xvi]
La iniciación verdadera es un proceso
íntimo, secreto, donde el hombre cambia sus imágenes mentales a través de la
reforma total de su psiquis, y por lo tanto incluye una muerte al mundo
conceptual profano, lo cual es una reconversión del ser y, por lo tanto, va
seguida de un nuevo nacimiento a un estado diferente.[xvii]
La iniciación es, por excelencia, un
rito secreto.[xviii]
Las pruebas iniciáticas revelan en
forma plástica y dramática, el acto mismo por el que el espíritu transciende un
cosmos condicionado, polar y fragmentario, para volver a la unidad fundamental
antes de la creación.[xix]
La iniciación es un Arte, el Arte de
la vida... la teoría puede ayudarnos a comprender mejor un arte, pero sin la práctica
no existe el artista.[xx]
La forma superior de iniciación se
realiza cuando un ser plasma en él permanentemente el templo de Dios: está
entonces más allá de los rituales, de lo exotérico y de lo esotérico,
cumpliendo todos los rituales y asumiéndolos todos.[xxi]
Ser iniciado es alcanzar el Ello,
despertar el Corazón, coger la Flor de Oro, volver a encontrar la Palabra
Perdida. Todas estas metáforas tienen el mismo sentido: despertar lo divino que
hay en nosotros, lo que vuelve al iniciado plenamente consciente.[xxii]
Un iniciado es un hombre reconciliado
consigo mismo y esta reconciliación tiene lugar en torno a la chispa divina que
brilla en cada uno de nosotros.[xxiii]
El iniciado no es solamente un
«recién nacido gnóstico», o mejor, un resucitado o, como dicen los hindúes un
«dos veces nacido». Es un hombre que sabe, que conoce los Misterios, pues a
este nivel de la percepción espiritual «conocer» es «nacer con», «nacer dentro»
o, mejor aún, «reintegrarse a la Gnosis primordial»... La iniciación equivale a
la maduración espiritual...: el iniciado, el que ha conocido los misterios, es
«aquel que sabe».[xxiv]
La iniciación puede definirse como un
proceso destinado a realizar psicológicamente en el individuo el paso de un
estado reputado inferior del ser a un estado superior... La iniciación propiamente
dicha es la introducción en un mundo «superior», en un estado psíquico «más perfecto»
que el estado profano. En el límite la iniciación llegaría a ser una verdadera
«deificación».[xxv]
Por la iniciación el ser se realiza
de una manera auténtica, hace pasar sus posibilidades latentes de la potencia al
acto. Una vez alcanzada la iniciación se hace permanente.[xxvi]
La iniciación es la actualización en
el ser humano del principio mismo que en la manifestación universal aparece como
el avatar eterno.[xxvii]
La iniciación tiene esencialmente por
meta superar las posibilidades de ese estado (el estado individual humano) y
hacer efectivamente posible el paso a estados superiores e incluso, en última
instancia, llevar al ser más allá de cualquier estado condicionado, Sea el que fuese.[xxviii]
La iniciación efectiva debe conducir
por grados, y según la vía personal, a esa realización integral que se cumple,
no en el desarrollo aislado de ciertas facultades especiales, sino en el
desarrollo completo, armónico y jerárquico de todas las posibilidades
implicadas en la esencia del ser.[xxix]
La realización metafísica[xxx]
consiste en la realización total e incondicional. Supone para el ser humano la liberación
de las determinaciones propias de su particular estado de manifestación. Ahora
bien, la realización total se identifica con el conocimiento absoluto... ser y
conocimiento son una misma cosa... conocer en sentido total supone la
realización correspondiente.[xxxi]
La finalidad de la realización metafísica
es la liberación, lo que significa romper los límites de la individualidad.[xxxii]
Para acceder a estadios más elevados
en el conocimiento y, finalmente, a la realización metafísica, en todas las
antiguas escuelas de misterios... se precisaba recorrer un camino riguroso de
formación... Tal itinerario implicaba hitos progresivos, al término de los
cuales se recibía de un maestro espiritual un tipo de enseñanza especial que se
iba haciendo más profundo según el avance demostrado por el discípulo. Esta
forma de transmitir el saber se llamaba iniciación.[xxxiii]
La iniciación presupone en una
doctrina dos aspectos diferentes: uno exotérico y otro esotérico... El aspecto exotérico
se manifestaba en la enseñanza escrita y era, por esa misma razón, de fácil
comprensión y divulgación. El aspecto esotérico, en cambio, era mantenido más
bien secreto y sólo se transmitía a los discípulos regulares y preparados
especialmente para tal iniciación.[xxxiv]
La vida iniciática gravita en torno a
la experiencia del Ser y el esfuerzo para llegar a la unidad con él.[xxxv]
Entrar en la Vía iniciática supone un
viraje completo, la gran revolución. Este entrar impone la decisión definitiva
de ponerse al servicio de la transcendencia, lo que implica sacrificar todo lo
que lo impida y comprometerse con todo lo que pueda favorecerla.[xxxvi]
Por medio de la iniciación... el
hombre avanza, siguiendo las etapas prescritas, y fuera de la existencia superficial
de su conciencia natural, hacia su conciencia profunda, en la que puede
desarrollarse su Ser esencial, es decir, el Ser sobrenatural que vive en él.[xxxvii]
La vida iniciática gravita en torno a
dos polos: la experiencia del Ser esencial, redentor y liberador, y la transformación,
creadora de una forma individual que tiene su base en el Ser esencial.[xxxviii]
El paso del hombre pre-iniciático a
iniciado es el salto que hace subir un nuevo escalón humano... La iniciación caracteriza
un nivel de evolución humana. Este grado puede ser innato o adquirido.[xxxix]
La vida iniciática no busca la
realización definitiva de un ideal, es un movimiento sin fin mediante el cual, poco
a poco, se va revelando el Ser esencial... la vía sin fin ocupa el lugar del
fin.[xl]
La pauta de toda vida iniciática
exige discernir la relación entre el yo existencial, el Ser esencial y el esfuerzo
que tiende a integrarlos.[xli]
Resulta evidente que la iniciación
consiste en morir y renacer, lo que se consigue mediante una muerte ritual o renaciendo
a una nueva condición social. Este proceso de regeneración tiene ordinariamente
un carácter sacramental en el sentido de que implica la comunicación de una
sacralidad a los neófitos por medio de un banquete sagrado y la investidura con
emblemas, vestiduras u objetos sagrados.[xlii]
En las religiones superiores la
iniciación se repite muchas veces periódicamente, conforme el neófito avanza a
través de una serie de pasos en el culto mistérico; pero el principio es el
mismo, ya que los ritos tienen por objeto una renovación de la vitalidad
espiritual a través de un drama de muerte y resurrección.[xliii]
Iniciación, esta pretensión grandiosa
del hombre antiguo de maximizar su dimensión, de superar las contingencias
exteriores e interiores en busca de la unidad primordial del ser.[xliv]
La iniciación es coexistente con toda
existencia humana auténtica"… corresponde a la eterna nostalgia del hombre
que busca el sentido de la muerte, que acepta la muerte como un rito de paso
hacia una forma superior de vida.[xlv]
En sentido estricto, la iniciación es
la transmisión de iniciado a iniciado, de los primeros elementos de Tradición
fundamentales, es decir, la comunicación por parte de alguien que ha
experimentado los métodos básicos de regeneración y superación espirituales.[xlvi]
Se trata de un ensanchamiento de la
conciencia y no de un arrebato más o menos místico, una vibración simultánea de
todas las facultades del hombre cuya finalidad es tender hacia una constante
conciencia cósmica.[xlvii]
Basta contemplar la etimología del
concepto de iniciación para recordar su sentido preparatorio. La iniciación es
un condicionamiento previo para poder lanzarse al desarrollo de la plenitud de
su esencia.[xlviii]
El iniciado no se ha fijado un
límite, sino que va hacia el infinito. Tales esfuerzos de transformación,
renuncia, meditación contemplativa solitaria no están al alcance de todos. Así
como el esoterismo, la religión llama a todos y les promete el paraíso, la
iniciación prepara para un retorno a la dimensión primordial perdida. No se
trata de un premio, de una situación, sino de un estado intermedio entre la
divinidad y el hombre. No se ha caminado entre el premio y el castigo, sino
hacia la máxima dimensión posible, la máxima participación posible en la esencia
divina.[xlix]
La iniciación o el proceso de
experimentar la expansión de conciencia es parte del proceso normal del
desarrollo evolutivo, considerado en amplia escala.[l]
La iniciación conduce al monte en que
se puede observar la visión... Conduce a esa corriente que, cuando se ha
penetrado en ella, arrastra al hombre hasta llevarlo a los pies del Señor del
Mundo, a los pies de su Padre en los Cielos, a los pies del Triple Logos...
Conduce a la caverna en cuyos muros limitadores se conocen los pares de opuestos...
Conduce a la Cruz y al total sacrificio... Revela el misterio oculto... Conduce
de un estado de conciencia a otro.[li]
La iniciación implica ceremonia... La
ceremonia de la iniciación señala un punto de realización.[lii]
Cada iniciación sucesiva produce la
unificación más completa de la personalidad con el ego... La evolución del
espíritu humano es una unificación progresiva… unificación que tiene lugar en
el momento de la individualización, cuando el hombre se transforma en una entidad
consciente y racional.[liii]
Puede llamarse iniciación a ese
despertar del alma a tal estado de conciencia superior.[liv]
Se iniciará entonces el discípulo en
el augusto misterio relacionado con el nombre de Cristo. Cristo se le revela como
el sublime ideal del hombre sobre la Tierra.[lv]
La historia antigua y los rituales de
las sociedades primitivas contemporáneos nos proporcionan abundante material
acerca de los mitos y los ritos de iniciación, por los cuales a los jóvenes,
varones y hembras, se les acostumbra a separarse de sus padres y se les fuerza
a convertirse en miembros de su clan o tribu.[lvi]
En el rito de iniciación la identidad
se desmembra o disuelve temporalmente en el inconsciente colectivo. Después es
rescatado de esa situación mediante el rito del nuevo nacimiento. Este es el
primer acto de la verdadera consolidación del ego con el grupo mayor.[lvii]
Los acontecimientos de iniciación no se
limitan a la psicología de la juventud. Toda nueva fase en el desarrollo de la
vida individual va acompañada del conflicto originario entre las exigencias del
«sí mismo» y las del ego.[lviii]
La palabra iniciación se deriva de
una raíz que significa «un primer paso o comienzo», y esto, por supuesto, es lo
que es la iniciación. Es el primer paso de una nueva vida.[lix]
Hay dos componentes esenciales en un
verdadero rito iniciático. En primer lugar, el corte con la vieja vida,
dramatizado en ciertas formas simbólicas, y, en segundo lugar, la transmisión
de poder al neófito.[lx]
Los ritos iniciáticos unen al neófito
con la vida de la mente grupal y, asimismo, implantan dentro de él las semillas
de poder que, en un tiempo futuro, se espera le llevarán a la realización
consciente de su verdadera naturaleza.[lxi]
El término «iniciación» pertenece al
vocabulario de la primitiva tradición cristiana y designa la «introducción» catequética
y sacramental a los misterios cristianos como conocimiento y experiencia...La
iniciación cristiana es una "mistagogia", introducción y experiencia
de los misterios en los cuales se sumerge, por decirlo así, no sólo aceptando
mentalmente lo que ellos quieren expresar sino también dejándose impregnar en
su sensibilidad, e interiormente en su psicología, hasta quedar incluso
impactado en su psique.[lxii]
La iniciación cristiana es una
celebración simbólica plenamente objetiva, que implica la conciencia del cristiano
más allá incluso de lo que por el momento es capaz de entender, asumir y
experimentar.[lxiii]
El mundo no conoce ya iniciaciones de
tipo tradicional. Ciertos temas iniciáticos perviven aún en el cristianismo,
pero las distintas confesiones cristianas ya no le otorgan valor de
«iniciación».[lxiv]
Los temas iniciáticos viven, sobre
todo, en el inconsciente del hombre moderno. Esto viene confirmado por el
simbolismo iniciático de ciertas creaciones artísticas... pero también por su
resonancia en el público.[lxv]
Algunos dicen que la meta de la
iniciación es el perfeccionamiento del hombre, otros enseñan que la iniciación
es una experiencia astral, mientras que el pensamiento popular cree a menudo
que el hombre que busca la iniciación la encontrará en algún remoto distrito
detrás de altos muros. Ninguno de estos conceptos contiene la verdad entera,
pero hay un elemento de certidumbre en todos ellos... La iniciación es una
experiencia espiritual, no astral; el candidato traspasa el foco de su
conciencia de la personalidad —la unidad de encarnación- a la individualidad,
el ego inmortal —o unidad de evolución— y la conciencia de la individualidad,
siendo abstracta, es capaz de aprehender las cosas del espíritu que no tienen manifestación
en los planos de la forma.[lxvi]
La primera iniciación consiste en el
relámpago de conciencia cósmica en la que el ego ve con los ojos del espíritu
en vez de con los ojos de la carne... Pero habiendo sido conocida tal experiencia...
es necesario vincular la conciencia con la subconsciencia por medio de una
cadena asociativa, a fin de traer este aspecto particular de contenido
subconsciente a la percepción consciente. Esto se consigue por medio de la
iniciación ritual.[lxvii]
Todas las iniciaciones superiores se
muestran unánimes a propósito de la constitución del hombre en tres principios,
con desdoblamiento del segundo.[lxviii]
La iniciación, que debe ser secreta y
sólo puede ser otorgada a personas cualificadas, comporta esencialmente la
transferencia de una influencia espiritual, la cual sólo puede ser transmitida
por una organización iniciática.[lxix]
En un sentido restringido y virtual,
la iniciación es la transmisión de una fuerza espiritual, por medio de un Rito,
que pone al postulante en el «inicio» de un camino. En un sentido más amplio es
el recorrido de la vía o iniciación efectiva, una nueva existencia durante la
cual serán desarrolladas posibilidades de un orden totalmente distintas de la
vida humana común.[lxx]
La nostalgia de una «renovatio»
iniciática que esporádicamente surge de lo más recóndito del hombre arreligioso
moderno, nos parece profundamente significativa; sería, en definitiva, la
expresión moderna de la eterna nostalgia del hombre por encontrarle un sentido positivo
a la muerte, por aceptar la muerte como un rito de paso a un modo superior de
ser.[lxxi]
Iniciarse es poder comenzar a ser
verdaderamente. Se considera que el neófito entra en una vida nueva; pero al mismo
tiempo no hace más que «volverse él mismo», como dice Goethe.[lxxii]
La iniciación presenta una doble
dimensión cuyos términos parecen contradictorios: se refiere a la vez a lo visible
y lo invisible. Se articula en el punto de unión de estas dos dimensiones.[lxxiii]
La iniciación se diferencia de las
ceremonias religiosas por numerosos rasgos, el más importante de los cuales es que
aquí el misto empieza por ser un espectador del drama que se desarrolla ante
sus ojos —drama cuyas figuras son una búsqueda, una muerte y una resurrección-,
para volverse luego un actor en el sentido pleno del término.[lxxiv]
La iniciación no es automática. Tiene
que ser una aspiración: la aspiración primordial del hombre de llegar a ser
aquello que realmente es —o se supone que es lo que está llamado a ser—. Tiene
que haber primero un descubrimiento o una revelación, por tenue que sea.[lxxv]
La verdadera iniciación no sólo significa
el comienzo de una nueva vida, implica también una ruptura con el estado previo
de existencia.[lxxvi]
La iniciación es el nacimiento, tal
como lo expresa el tema mítico del Puer
æternus, «nacimiento» que marca justamente el advenimiento celestial de la
madurez espiritual.[lxxvii]
En la comunidad antaño agrupada en
torno a los Oracula Chaldaica la
iniciación era vivida como un «sacramento de inmortalidad».[lxxviii]
El fruto de la iniciación espiritual
es preservar al iniciado de la «segunda muerte».[lxxix]
Todas las tradiciones han creído que
tanto los estados en los que nos encontramos como los fines a los que tendemos
están ordenados jerárquicamente y que el paso de un grado a otro requiere unos
medios adecuados. Esto es la iniciación.[lxxx]
La iniciación es necesaria, porque el
salto de un estado a otro, de un grado a otro, de un nivel a otro, no es
automático; se necesita una colaboración entre, por un lado, una mano que se
tiende y, de otro, unos pies que se alcen, que se esfuercen para llegar a coger
esa mano.[lxxxi]
Iniciación procede del latín initium
«comienzo», que dio el verbo initio, «iniciar en los misterios». Significa, por
lo tanto, «nuevo principio», acceso a un estatuto radicalmente diferente de
aquel que se deja. Este paso de lo profano a lo sagrado está considerado como
un «segundo nacimiento», como una regeneración del ser, que a través de ella
recupera su estado original, hasta entonces ocultado por sus condicionamientos
materiales.[lxxxii]
La iniciación es, ante todo, purificación
personal y, en segundo lugar, transmisión por el maestro de la energía espiritual
de la que es heredero.[lxxxiii]
1.2 El proceso iniciático
Las consideraciones anteriores nos
permiten inferir que la iniciación es fundamentalmente un
proceso que hace posible que el hombre vaya tendiendo a su plenitud, muriendo y
renaciendo a sucesivos niveles del ser.
Del conjunto de las definiciones
pueden extraerse una serie de elementos comunes del proceso iniciático que
hacen referencia: al hombre iniciable
o iniciado, al rito iniciatorio o iniciación
propiamente dicha y al proceso pre y post iniciático. Bien entendido que el
pensamiento tradicional asigna, a cada uno de estos elementos, contenidos que
van más allá de los conceptos ordinarios, y a veces incluso los contradicen.
En consecuencia —y siguiendo, en
esto, a René Guénon, la persona que en el Occidente contemporáneo, y en nuestra
opinión, mejor ha analizado la iniciación en sus aspectos metafísicos—, hay que
destacar y analizar, tres momentos o aspectos del proceso iniciático: la
potencialidad, la virtualidad y la actualidad.
La potencialidad hace referencia a las posibilidades inherentes a la
naturaleza propia del individuo y que son la materia prima sobre la cual deberá
efectuarse el trabajo iniciático.
La virtualidad es la transmisión, por medio de la vinculación, a una
organización tradicional, de una influencia espiritual que dará al ser la
iluminación que le permitirá ordenar las posibilidades que el hombre lleva en sí.
La actualidad es el trabajo interior por el cual recorrerá gradualmente
la jerarquía iniciática hasta la meta final.[lxxxiv]
[i] Recordemos que lo «pro-fano» es lo contrario de lo
«fanum», lo sagrado
[ii] Es más, nos atreveríamos a recomendar al lector una
lectura sosegada de las citas que siguen antes de seguir adelante, e incluso
releerlas haciendo un alto entre capítulos, en ellas puede descubrir por sí
mismo la mayor
parte
de todo lo posterior, y ese descubrir le resultará más fecundo.
[iii] Así, por ejemplo. los exegetas del Nuevo Testamento
consideran con más probabilidad de ser textuales y auténticos aquellos dichos
de Jesús que el evangelista parece no haber entendido y los sitúa fuera de
contexto o en contradicción aparente con el mismo.
[iv] Se ha evitado ordenar de acuerdo con cualquier
criterio preconcebido, de autores o de temas, el material que viene a
continuación. Un Cierto «azar» puede ser útil en un momento inicial, después
vendrán los intentos de sistematización
[v] Eliade M. “Iniciaciones
místicas.”
[vi] Bailey A. “Iniciación
humana y solar.”
[vii] Rcgardie I.. “Golden
Dawn.”
[viii] Dürkckheim K.G. “El
Maestro interior.”
[ix] En Eliade M. “La
prueba del laberinto.”
[x] En Eliade M. Ibíd.
[xi] Mariel P. “Rituales
e iniciaciones en las sociedades secretas.”
[xii] Eliade M. “Iniciaciones
místicas.”
[xiii] Eliade M. Ibíd.
[xiv] Eliade M. Ibíd.
[xv] Eliade M. Ibíd.
[xvi] Eliade M. Ibíd.
[xvii] Programa Agharta.
[xviii] Eliade M. Ibíd.
[xix] Eliade M. ”Tratado
de historia de las religiones.”
[xx] Wirth O. “El ideal iniciático.”
[xxi] Frere J.C. “Rituales
e iniciaciones en las sociedades secretas.”
[xxii] Mariel P. “Rituales
e iniciaciones de las Sociedades secretas.”
[xxiii] Mariel P. Ibíd.
[xxiv] Mariel P. Ibíd.
[xxv] Huttin S. “Las
sociedades secretas.”
[xxvi] Huttin S. Ibíd.
[xxvii] Guénon, R. “Aperçus sur l’initiation. ”
[xxviii] Guénon, R. Ibíd.
[xxix] Guénon, R. Op. Cít.
[xxx] Meta de la iniciación, para el autor.
[xxxi] Biolcati, V.A. “La
Edad Crepuscular.”
[xxxii] Biolcati, V.A. Ibíd.
[xxxiii] Biolcati, V.A. Ibíd.
[xxxiv] Biolcati, V.A. Ibíd.
[xxxv] Dürckheim, K.G. “El
maestro interior.”
[xxxvi] Ibíd.
[xxxvii] Ibíd.
[xxxviii] Dürckheim, K.G. “Meditar,
por qué y cómo.”
[xxxix] Ibíd.
[xl] Ibíd.
[xli] Ibíd.
[xlii] James, E.O. “Introducción
a la historia comparada de las religiones.”
[xliii] Ibíd.
[xliv] Cobreros, J. “El
Camino iniciático de Santiago.”
[xlv] Eliade, M. “Herreros
y alquimistas.”
[xlvi] Cobreros, J. “El
Camino iniciático de Santiago.”
[xlvii] Ibíd.
[xlviii] Ibíd.
[xlix] Ibíd.
[l] Bailey, A. “Iniciación
humana y solar.”
[li] Ibíd.
[lii] Ibíd.
[liii] Ibíd.
[liv] Steiner R. “La ciencia
oculta.”
[lv] Ibíd.
[lvi] Jung, K.G. “El
hombre y sus símbolos.”
[lvii] Ibíd.
[lix] Butler, W.E. “Magia:
su ritual, su poder y su propósito.”
[lx] Ibíd.
[lxi] Ibíd.
[lxii] “Diccionario de
espiritualidad”: «Iniciación Cristiana».
[lxiii] Ibíd.
[lxiv] Eliade, M. “Iniciaciones
místicas.”
[lxv] Ibíd.
[lxvi] Fortune, D. “Las
órdenes esotéricas y su trabajo.”
[lxvii] Ibíd.
[lxviii] Papus. “Tratado
elemental de ciencias ocultas.”
[lxix] René Guénon citado por Georgel, G. en “Iniciación y Cristianismo.”
[lxx] Rene Guénon citado por García Bazán, F. en “René Guénon o la Tradición viviente.”
[lxxi] Eliade, M. Op. cit.
[lxxii] Nataf, A. “Los
maestros del ocultismo.”
[lxxiii] Ibíd.
[lxxiv] Ibíd.
[lxxv] Panikkar, R. “Elogio
de la sencillez.”
[lxxvi] Ibíd.
[lxxvii] Corbin, H. “Iniciación
y caballería espiritual.”
[lxxviii] Ibíd.
[lxxix] Ibíd.
[lxxx] Panikkar, R. “La
experiencia de Dios.”
[lxxxi] Ibíd.
[lxxxii] Brosse, J. “Los
maestros espirituales.”
[lxxxiii] Ibíd.
[lxxxiv]
García Bazán, F. “René Guénon o la
tradición viviente.”
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